miércoles, 17 de diciembre de 2025

Hombres y mujeres mezclados

https://www.youtube.com/watch?v=jldkDrXbaOQ 

 

 

Cada vez más el consenso entre analistas de la cosa es mayor: parece ser que hombres, en general, y mujeres, en general, somos diferentes en general.

Parece ser también que una de esas diferencias estriba en cómo hombres y mujeres reaccionan ante las críticas: los hombres aceptan las críticas negativas e internamente deciden bien ignorarlas, bien que no se las volverán a decir más (sea por el método de matar al crítico o sea por el método de mejorar para no volver a recibir tal crítica), mientras que las mujeres no. De ahí el estereotipo entre los varones de aguantar los chaparrones como un hombre y no ponerse a llorar como una mujer, y que las mujeres se echen a llorar cuando las critiquen. Las mujeres, en cambio, necesitan otra manera de expresar las opiniones o enseñanzas. Recuérdese, por ejemplo, lo mucho que se criticó a una exitosa entrenadora de la selección española de natación sincronizada, porque les chillaba y les decía "cosas horribles", siendo incluso noticia de telediario (que les chillara). Para una mujer, la manera de decir las cosas es importante. Para un hombre, no tanto.

Lo anterior se manifiesta también desde el otro punto de vista, el del corrector. Un profesor, un entrenador, un jefe, emitirá críticas negativas. Lo hará porque es lo que a él le haría mejorar. Una profesora, una entrenadora, una jefe, emitirá críticas positivas, porque son las que a ella le haría mejorar. Ambos, actuando con su mejor intención.

Lo más lógico, entonces, sería que los varones tuvieran profesores, entrenadores y jefes varones, y las mujeres, mujeres. El corolario es la segregación, varones por un lado y mujeres por el otro: los varones reciben e imparten las enseñanzas e instrucciones de la manera que les es natural, y las mujeres también. Y ambos grupos se encuentran a gusto en esas condiciones. Durante siglos, así ha sido entre nosotros. En estos tiempos que corren, sin embargo, se quiere justo lo contrario: todos mezclados. En todos los ámbitos, aunque el deportivo se resista como último reducto de una manera de ver el mundo. ¿Y qué ocurre, entonces?

Imaginemos una entrenadora que entrena a varones y a mujeres, y que lo hace con un estilo femenino, como le sale a ella. Sus pupilas son entrenadas de la manera que también les es adecuado, y funciona; sus pupilos, en cambio, no reciben los estímulos que a ellos les funciona, y no reaccionan. Y "no reaccionan" es la expresión exacta. Porque veamos qué ocurriría al revés: un entrenador varón que entrena como él cree que debe. Los varones reaccionan como el entrenador espera, y se esfuerzan más. Pero las mujeres reaccionan de la manera contraria: "¿porqué nos chilla de esa manera?". Las mujeres reaccionan: no les gusta esa manera de actuar. Y o bien abandonan y se largan, o bien protestan. 

El resultado de la reacción femenina a la crítica masculina es la crítica al crítico masculino. Pero no una crítica hecha de manera masculina, criticando qué hace "mal", sino ad hominem: a la persona en sí. Se le critica que no sabe dirigir o tratar a las mujeres, que no es válido para dirigir o tratar a las mujeres. Ante las críticas negativas, y dado que matar a quien las profiere no es una opción, el varón empieza reaccionando con los oídos sordos, pero no cesando las críticas acostumbra a plegarse y actuar de manera que no se le critique. Cambia, pues, a actuar de una manera femenina. Lo cual le va muy bien con las féminas que tenga a su cargo, pero con los varones... bueno, pasa a no conseguir nada de ellos. Lo que a ellos no les hace ningún bien.

Cabe preguntarse, entonces, si globalmente, como sociedad, nos va bien con este nuevo modelo. Si usted opina que a los varones se les ha de tratar como a varones (esto es, en la forma en la que se consiguen mejores resultados de los varones) y a las mujeres como a mujeres (esto es, de la forma en que se consiguen mejores resultados de las mujeres), o si opina que a ambos se le ha de tratar igual y que ese igual, no hace falta explicitarlo, es "como a mujeres". Lo que implica que la manera correcta de hacer las cosas es "como las mujeres" y, por lo tanto, que el varón es una mujer incorrecta. 

 

 

Max Richter - November 

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