miércoles, 15 de julio de 2015

Se puede freir un huevo




Vengo de una obra; la reunión ha acabado a las 3 de la tarde (por cierto que empezó a las 12 del mediodía y la tuvimos sobre el terreno, en un descampado: menos mal que el cliente me dejó a media reunión un sombrero de paja que llevaba medio chafado en el maletero de su coche). Comer y vuelta, que son tres horas y media de viaje. 

¡Buf, qué calor! El valle del Ebro es un horno. Y en un momento dado, el cliente exclama "se puede freir un huevo". Yo, como soy un pedante, le respondo que sí se puede. Y le explico.

Según el Código Técnico de la Edificación, la zona por la que estábamos pasando tenía una temperatura máxima anual del aire de unos 48 grados. También dice que en los elementos expuestos a la intemperie (como el capó del coche), la temperatura que se alcanza es la citada más un incremento debido a la radiación solar; con la orientación adecuada (sur y oeste) y un color del elemento oscuro (mi coche, sin ir más lejos, es "azul noche"), este incremento es de... tachán... 42 grados. Sumados a los 48 del ambiente, tenemos 90 grados. La chapa de un coche oscuro expuesto al sol un día de mucho calor, según la norma española, puede alcanzar los 90 grados.

Por cierto, si el coche es de color claro (gris, por decir un color), el incremento es de 30 grados: 78 grados en total. Y si es de color muy claro (blanco), 18 grados: total, 66 grados.

¡Ah, pero falta un segundo dato! ¿A qué temperatura se fríe un huevo? Esto también es fácil responder y no hace falta ser ingeniero.

La clara de un huevo tiene albúmina, y las moléculas de la albúmina, en condiciones normales, se asocian en una determinada disposición; esta disposición es una especie de cadena al azar, y es muy débil, y ya que estamos es por esta razón que la clara del huevo es líquida (pegajosa, pero líquida), esta debilidad en las uniones permite que las moléculas se muevan y en términos globales la masa fluya. Bien. Aumentando la temperatura (es decir, aportando calor a la albúmina; es decir, aportando energía a las moléculas de albúmina), las moléculas empiezan a vibrar y tienden a romper la cadena. Cuando la energía es suficiente para romper la cadena, las moléculas de la albúmina quedan sueltas y se asocian de nuevo entre sí; esta vez con una estructura diferente, con una red tridimensional. Sólida y blanca, como saben.

Pues bien, la cadena de la albúmina sólo se rompe si se alcanza determinada temperatura, y no antes; no importa cuánto tiempo esté calentando el huevo, si no alcanza la temperatura crítica no hay nada que hacer. Y esa temperatura es de...

68 grados.

El coche de mi cliente era gris claro, con lo que la temperatura esperable es de 78 grados. Suficiente para freír un huevo.



Radio Futura - Escuela de calor

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