sábado, 25 de julio de 2015

La democracia según Podemos





La palabra exacta es "alucino". No cabe otra. Alucino con lo de Podemos. Quiero decir, vinieron proclamando a los cuatro vientos que ellos eran la auténtica democracia, la verdadera libertad. Ellos, no los otros, y por otros debía entenderse, afirmaban, a todos los demas. A todos los que no eran ellos. ¡Oh, sí, cuánta democracia prometían!

Tras las primeras elecciones (a las que se presentaron sin anagrama: no lo necesitaban, les bastaba el careto de Iglesias), decidieron organizarse como los demás partidos: con una cúpula directiva para el ordeno y mando de cada día. El método fue un poco llamativo: Iglesias dijo que o él o el caos, y sale elegido mandamás. Luego dice que como es el mandamás, necesita a un equipo y lo elige él. Hasta aquí, nada de la democracia prometida de todos decidiendo todo, pero todavía no saltan las alarmas. Eso fue después, cuando eligieron a los siguientes órganos: el Consejo Ciudadano (62 miembros) y el Comité de Garantías Democráticas (10 miembros). Estos comités, en principio no son muy importantes, pero sí lo serán en adelante: el primero establece las reglas de juego en el "partido", y el segundo es el juez interno.

Bien, para estos dos consejos las reglas las pone (¡caramba, qué coincidencia!, permítanme citar a Les Luthiers) la cúpula de Iglesias, el único órgano en ese momento. Y las reglas son que no se vota por comités o provincias, sino todos los miembros del partido a la vez. Que se vota por listas, y que se puede votar "en plancha": votando al cabeza se puede votar a toda la lista. El camarada Iglesias ganó y con él toda su lista, y (¡caramba, qué coincidencia de nuevo!), como todos los puestos de su lista habían tenido más votos que nadie más, todos los puestos del comité fueron para su lista. Todos. La lista no representaba la pluralidad de Podemos en aquél momento, pero formalmente nadie había tenido más votos que los 62 de la lista de Iglesias, ergo... "Hay que saber perder", decían los de la lista ganadora. Además de cornudos, apaleados.

Luego, para las municipales, hicieron algo parecido pero a escala local. La cosa no les salió bien del todo, porque se les escaparon Aragón y Andalucía, pero en general el esquema se repitió. Las listas locales, claro, no reflejaban la diversidad local, sino la obediencia al líder único.

¿Apaleados, digo? Es quedarse corto. El Politburó alardea de democracia porque, dicen, las bases pueden cambiar las cosas: basta con que las propuestas las apruebe el 10% de los "militantes". Pero resulta que consideraron militantes a los que se apuntaron en los primeros meses. Uno se apuntaba por internet dando sólo un nombre, un telefono y un DNI, y nada más. Ni compromisos, ni cuotas, ni nada. Consiguieron 37.000 militantes/simpatizantes, y ése es su censo. Claro, se imaginarán que mucha gente lo ha dejado, en el día a día están muchos menos. Pero el censo interno no lo actualizan... y el resultado es que las iniciativas necesitan 3.700 firmas para prosperar.  Y esos 3.700, sobre el censo activo, es un porcentaje muy, muy grande. De hecho, nadie lo ha superado.

Pero lo mejor viene con las elecciones generales. Como se imaginarán, tanto llenarse la boca con la palabra democracia les obliga a convocar "primarias". Iglesias, el líder, fundador, eurodiputado, portavoz, líder de todos los comités y todo lo que sea, también se presenta candidato. Cualquiera diría que no ve en su partido a otra persona válida, pero ésa es otra historia. Porque además de candidato, hace las reglas. Y las reglas que hace son que a) las primarias se celebran a la mayor brevedad posible, en dos semanas si se puede, no vaya a ser que le dé tiempo a algún candidato a presentarse; b) se hacen dos elecciones, una para el candidato a presidente (él, no hay la menor duda, y ¡ay de quien ose presentarse!), y otra para los restantes 349 diputados. A saco. Los 349, a saco. Los 349 que saquen más votos en una elección nacional son los elegidos y escogen por orden de votos obtenidos por qué provincia se presentarán. Además, se permite la candidatura por listas y el votar en plancha a la lista entera. Ya me dirán qué opciones tiene un canario de organizar una lista en dos semanas y convencer a todo Podemos de que les voten a ellos. Como pueden imaginarse, nadie va a sacar más votos que la lista de Iglesias. Y como tendrán más votos que nadie, los de la lista de Iglesias serán los elegidos y ellos (es decir, Iglesias) decidirán en qué orden y provincia se presentan. 

Las críticas, por supuesto, no han tardado en surgir. Pero el Politburó sólo sabe de ganar elecciones (son tíos que llevan años perdiendo el tiempo en los pasillos de las facultades de Políticas, ya me dirán qué se han dedicado a estudiar), y sabe que sacará, a lo sumo, 150 diputados. Ergo no necesita una lista de 350 diputados, sólo 150. Puede dar los otros 200 a la oposición y así parecer tolerantes y abiertos a las minorías. Total, les dan los 200 puestos que de ninguna manera saldrán elegidos...

Siguen las críticas, y responden que bueno, que los puestos van así, pero que de todas maneras cualquiera puede colaborar en la formulación del programa electoral. Y poder sí puede, pero... lo que puede es presentar propuestas. Estas propuestas las analizará un comité creado ad hoc por Iglesias y su Politburó (insisto, ¡qué coincidencia!); si pasa ese filtro, hay una segunda barrera: el comité directivo (es decir, Iglesias y su equipo). Este comité decide si le gusta o no. Y si lo pasa, entonces sí: pasa a la votación popular. Ya se imaginan que ninguna propuesta que no le guste a Iglesias va a llegar a la votación, pero da igual: como Iglesias controla las votaciones, pues ya me dirán para qué.

Éstos son los que se han hecho con los ayuntamientos y los parlamentos regionales clamando democracia. Que, por cierto, si recuerdan lo que les he dicho de las minorías (el criterio de la cúpula de Podemos cuando tienen la mayoría es "que se jodan, la minoría", y digo el exabrupto porque hablamos de Podemos): en casi todos los sitios donde han cogido el mando, estaban en minoría. Eso sí, han gritado e insultado más que nadie, han hecho más escraches que nadie y han reventado más actos que nadie.

Lo cual me recuerda a Dilbert (soy su mayor admirador): hace bastantes años, Scott Adams escribió unas tiras en las que Dogbert iba al despacho de Pelopincho y le gritaba que le contratara, luego que le traspasara empleados, luego que se pusiera a sus órdenes o diría que no sabe "jugar en equipo", etc. hasta que se hace con el control de la multinacional y se convierte en el CEO, se otorga stock options y arruina la compañía volviéndose él (Dogbert) inmensamente rico.

 Yo sé que en España hay muchísimo lerdo (y casi todos votan a Podemos) a los que los podemitas pueden engañar diciéndoles que ellos son la verdadera democracia. Pero yo pienso que, puesto que casi todo está inventado y estos tíos, desde luego, no han inventado nada en su vida, hemos de compararlos con lo que se hace ahí fuera. Ya saben, las comparaciones no son odiosas porque el hombre sólo aprende comparando.

El caso es que hemos de comparar lo que hace Podemos con lo que se hace en los EE.UU. Más aún cuando lo de "primarias", una tradición inexistente hasta 1998 en nuestro país, es con total claridad algo que se hace "como los americanos", en un intento de decir "nosotros sí somos tan demócratas como los americanos, hasta hacemos primarias como ellos". No voy a contar aquí de dónde viene lo de las primarias en los States, pero sí que les digo que las primarias, allí, hace meses que han empezado y las elecciones presidenciales son en noviembre de 2016 y las primarias y caucus se empiezan a votar en enero de 2016. Pero los candidatos ya están en campaña, presentándose, dándose a conocer a ellos y sus ideas, recaudando fondos, todo eso. No lo dejan para la semana de antes, claro que no. Y durante todo este tiempo, los medios están investigando a los candidatos y publicando lo que averiguan, de manera que cuando se ha de votar, el pueblo ya conoce a los candidatos. Lo que piensa, lo que quiere hacer, lo que ha hecho y pensado en el pasado y lo que piensa de lo que ha hecho y pensado en el pasado. ¿Lo mismo que aquí? Bueno, más o menos: el nombre del proceso es el mismo. "Primarias".

..

Vaya, han pasado muchos días desde que escribí esta entrada sin publicarla y ya se saben los resultados de las "primarias". Parece ser que Iglesias ha presentado una lista con 65 nombres (no sé si es que no encontró a más conocidos o que cree que no sacará más escaños), y por supuesto sus 65 nombres han ganado. El segundo lugar, 66º y 67º en realidad, es para el alcalde de Marinaleda y su compinche, y es normal: algo sí son conocidos. En fin, no sé si se han presentado más candidatos (total, ¿para qué?) o si tendrán que buscar gente que se quiera presentar para rellenar las candidaturas, pero, vamos, ya les digo.

Y es que Podemos es el perfecto ejemplo de "Dime de qué alardeas y te diré de qué careces".




 La Bamba (tradicional mejicana)


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