jueves, 23 de enero de 2014

Historia de un hotel


Volvía caminando a casa cuando el hilo de mis pensamientos me trajo a la memoria una historia que me contó hace años un ingeniero de proyectos de instalaciones. Pensé que podría escribirla aquí antes de que la olvide definitivamente, pero antes de hacerlo debía comprobar su veracidad: podía ser un rumor de decimonona mano cuyo parecido con la realidad fuera como la canción de Roldán.

La comprobación fue fácil, pues se han digitalizado las hemerotecas; con todo, permítanme que omita por pudor los nombres.

En 1975 se inauguró en Barcelona uno de esos hoteles que tanto abundan por aquí, de los que podríamos describir como "desarrollados en altura". El hotel aprovechó una claúsula de la ordenanza municipal que permitía a los hoteles de lujo sobrepasar la edificabilidad, pero en este caso un grupo de particulares impugnó el proyecto y la Audiencia, primero, y el Tribunal Supremo, después (ya en 1976), ordenaron la demolición de diez de las plantas del hotel. El Ayuntamiento (Narcís Serra, Pascual Maragall), siguiendo la costumbre local de acatamiento de sentencias, se hizo el sueco y se negó a hacer nada, alegando problemas técnicos; finalmente, en 1983 el Ayuntamiento "perdonó" definitivamente la demolición "por razones de interés público".

A lo que iba. Dicen las hemerotecas que hubo un incendio, que se inició en el segundo sótano. Intervinieron unos 100 bomberos, que ayudaron a desalojar a los ocupantes, unos 300 en ese momento. Y un bombero murió por inhalación de humos. El bombero llevaba una bombona de oxígeno con unos veinte o treinta minutos de oxígeno, y no fue suficiente.

Y ahora, lo que me contó aquel ingeniero.

El bombero -aquí hay que imaginarse un hotel rascacielos de lujo en los 80- se encuentra en no sé qué planta, buscando una salida. Desde la calle, el centro de mando tienen los planos del hotel. Han localizado una escalera de evacuación y van guiando al compañero por radio. Corredor tras corredor, hasta llegar a una puerta clave. Un momento, debe de haber un error. Aquí no hay ninguna puerta. Cómo que no, eso no puede ser. Te habrás equivocado de camino. ¿Donde estás, exactamente? Ahí tiene que haber una puerta, está clarísimo. Y no había ninguna puerta. Sí, en los planos figuraba, era necesaria para cumplir la normativa, pero no había ninguna y el bombero murió.

En aquel momento - continuó mi confidente- el hotel todavía no tenía la licencia de apertura, estaba en trámite. Y no la tiene aún, ni la tendrá nunca. No importa qué ingeniería la tramite ni qué cambios haga, Bomberos siempre la denegará.

¿Porqué?, pregunté. Los propietarios del hotel ahora son otros, la ingeniería es otra, se hacen todos los cambios necesarios... Da igual, me responde. Lo que quiere Bomberos es precisamente que ninguna otra ingeniería tramite la aprobación. Quieren que sea la que hizo el proyecto falso. Quieren que les vayan ellos a pedir la aprobación. Y, como imaginarás, eso no va a ocurrir.


The Bangles-Hazy Shade of Winter(Live 1988)

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