jueves, 26 de octubre de 2023

¿Y si fuera otra cosa?

"Los argumentos sólo sirven de forma universal".

 

 

¿Y si en vez de la amnistía o el referéndum pidieran otra cosa?

 

¿Y si pidieran que el catalán se enseñase en todas las escuelas del país desde los 3 hasta los 16 años? ¿Y si dijeran que además los profesores de catalán serían designados por el gobierno catalán?

¿Y si pidieran la ilegalización de partidos políticos, por ejemplo Vox o, porqué no, el PP? Por anticatalanes, por fomentar el discurso del odio, o porque sí.

¿Y si pidieran que una parte del Ejército (y de las FF.AA.) fuera catalán, se gestionara en catalán y dependiera directamente del gobierno autonómico catalán (pero pagando el Ministerio de Defensa)?

¿Y si pidieran (como pedían en el famoso Estatut) que la Justicia en Cataluña terminara en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, y que eso valiera para cualquier pleito relacionado con catalanes? ¿Y si pidieran que a los jueces que fueran a ejercer en Cataluña los nombrara la Administración autonómica?

¿Y si pidieran que en Cataluña los DNI los expendiera y gestionara la Administración autonómica? ¿Y si pidieran que se explicitara la catalanidad del identificado? ¿Y si pidieran que fueran ellos los que decidieran quién la tiene? ¿Y si pidieran poder exigir en sus concursos públicos y a las empresas que contraten con ellos que los empleados fueran catalanes autentificados?

¿Y si pidieran que las obras públicas en Cataluña las adjudicase siempre el gobierno autonómico, aunque fuera una obra de un ministerio?

¿Y si dijeran que "España" debe indemnizar a Cataluña (representada por su Administración autonómica) por los daños causados durante la Guerra Civil? ¿Y si añadieran las guerras carlistas, los hechos de la Semana Trágica, el levantamiento de 1842 y, ya puestos, la Guerra de Sucesión?

 

Se me ocurren muchos "y si...". Y me temo que sé lo que pasaría si fueran el precio a apoyos parlamentarios.

 

Nota final: el objeto de esta entrada no es especular sobre qué más se podría pedir, ni sobre el temor de que esas cosas ocurran o incluso se materialicen, sino el hacer reflexionar sobre qué postura se tendría si la petición fuera otra cosa y la razón por la que se tendrían en cuenta. Determine el lector si las propuestas se atenderían porque en sí mismas son beneficiosas o porque las pide una pequeña minoría clave que, de mantener su farol, tendría la llave de la gobernabilidad (entendida como que determinadas personas conserven o accedan a determinados cargos). Siendo entonces, si la razón es la segunda, que las propuestas son perjudiciales para el conjunto de la nación pero en tanto en cuanto permitan la gobernabilidad, se aceptarían... y se defenderían como beneficiosas. Así es la política, en España, hoy.