miércoles, 5 de marzo de 2014

Respeto a las normas




En más de una ocasión les he explicado mi resistencia a cumplir algunas normas, resistencia generada por mi opinión de que la norma en cuestión está mal.

Como calculista de estructuras, la Legislación española me impone que he de cumplir una serie de normas sobre cómo hacer el cálculo, independiente de lo que yo opine. Esto no me supone un problema serio, cuando la norma en cuestión cumple simultáneamente dos condiciones:
  1. Lo que dice tiene sentido y lo encuentro lógico, sabio, adecuado o prudente, es decir, entiendo la razón de esa prescripción, y
  2. Lo que dice no contradice lo que se había hecho hasta entonces y que había demostrado, por la fuerza de muchos años y muchas aplicaciones, ser una medida acertada.

En ocasiones, la norma cambia algo que se había hecho antes de otra forma; por ejemplo, antes se minoraba un 10% la calidad del hormigón cuando se vertía en un elemento claramente vertical (un muro, un pilar,…). Llegó un día una norma que dijo que esa minoración ya no era necesaria: bien, no hay problema.

Otras veces, en cambio, la norma venía a decir que lo anterior estaba más que mal, muy mal. El Código Técnico de la Edificación, como botón de muestra, decía que sólo se podía contar un elemento como arriostrante si resistía el 1,5% de la compresión del elemento arriostrado. Antes era el 1% y jamás había pasado nada, así que a mí esto me chirrió bastante. Años después, la norma de estructuras de acero corrigió al CTE y restableció el 1%, y yo me quedé mucho más contento.

También les expliqué, no recuerdo cuándo, que las dos normas básicas en nuestro gremio son la EAE, para las estructuras de acero, y la EHE-08 para las estructuras de hormigón. Antes que la EHE-08 regía la EHE, de diciembre de 1998, y antes que ésta la EH-91, EH-88, EH-82, EH-73, etc. Las EH se llamaban EH-año, hasta la EHE, que fundió la serie EH con la serie EP, y se llamó EHE a secas, sin año; supongo que con intención de ser definitiva, lo que fue durante 10 años.

Bien. Antes, los calculistas armábamos nosotros las secciones de hormigón (digo esto, porque desde hace años ya no las armamos nosotros, las arman los ordenadores), y para ello aplicábamos el anejo de la EH vigente que explicaba cómo hacerlo. Este anejo, de importancia máxima, era siempre el mismo: cómo se calcula el acero en el hormigón no cambiaba nunca.

La EHE cambió un poco cómo hacer este cálculo, pero también cambió algo más, una salvaguarda que tenían las EH. Ésta consistía originalmente en que, si uno quería hacer servir el acero en compresión, el centro de gravedad de estas armaduras tenían que estar del borde de la sección a menos de un quinto de su canto. Es decir, si la pieza tenía un canto de 35 cm, la armadura tenía que estar a menos de 7 cm del borde. No es una limitación muy fuerte, pues en realidad previene de la armadura en compresión en piezas muy delgadas, de 15 cm de espesor o menos. Sabia medida, si me preguntan a mí.

Les decía que la EHE cambió esto. El cambio fue decir que esta distancia tenía que ser menor que un séptimo, no un quinto. Vaya, la cosa cambia. En una pieza de 35 cm son 5 cm, pero en una pieza de 20 cm son menos de 3 cm, y eso sí es un problema. Y, sin embargo, el cambio tenía una segunda parte: esta limitación no es sólo para la armadura en compresión, sino también para la armadura en tracción. ¡Toma ya! Ahora sí es una limitación muy, muy fuerte.

¿Qué hice yo? Lo confieso: la limitación, en las EH, aparecía con razones y me parecía razonable; en la EHE, en cambio, se enunciaba sin más, y estaba en contradicción con la experiencia de millones de elementos de estructuras. Y por ello, me entró por una oreja y me salió por la otra: ni caso, oigan. Y estoy muy tranquilo, porque sé que ningún calculista me acusará porque ninguno estaría libre de este mismo pecado.

Por suerte para mí, esta disposición de la EHE ha quedado derogada por la EHE-08. Y, sin embargo, no estoy contento. Porque la disposición de la EHE era dura, pero se podía cumplir. En cambio, lo de la EHE-08 es matemáticamente imposible. El cambio de la EHE-08 es decir que d' ha de ser no mayor que d/5, y que d ha de ser no mayor que 4h/5 (perdónenme la notación, h, d y d' se refieren a estas distancias, y para lo que quiero decir da igual). Como d'+d=h, resulta que d', la distancia que regulaban las EH y la EHE, tiene que ser mayor o igual que un quinto del canto y menor o igual que un sexto del canto. Imposible.

¿Es una errata? No, no es una errata, porque el 24 de diciembre de 2008 se publicó en el BOE la corrección de erratas cometidas en el redactado de la EHE-08 de julio de ese año, y no se dijo nada al respecto. La EHE-08 tiene rango de ley, y la redacta una comisión formada por los supuestamente mejores técnicos del país para su redacción. Seguramente, esta gente suele cometer muy pocos errores en su trabajo, suele repasar su propio trabajo, suele encontrar los errores y suele corregirlos. Si además se le pide el redactado de una ley que van a seguir a rajatabla miles de técnicos y que afecta a la seguridad de millones de personas, digo yo que serán especialmente cuidadosos en su trabajo y no emitirán los textos sin haberlos repasado mil veces. Aun así, unos meses después de la publicación sacaron varias páginas de erratas. Bueno, vale. Pero, digo yo, esto ya ha de ser definitivo. Ya está todo más que repasado, más que confirmado. No hay errores.

Y, a pesar de todo, ahí está. En el capítulo más importante de toda la norma, en su primera página, sin texto que confunda.

Pues, si en lo más importante, he de hacer caso a mi sentido común y no a lo que dice la norma… ¿qué criterio tendré que tener en todo lo demás?

Aparte de todo esto sobre mi comportamiento, la pregunta que cabe hacerse es: ¿cómo es que esto no se dice hasta 2014? ¿Nadie lo había visto antes? Pues... seguramente poca gente lo habrá visto antes, y hay una razón para ello. ¿Recuerdan? Ahora arman los ordenadores. Ya no armamos las personas. Las personas ya no tenemos ninguna razón para leer estos artículos, lo único que nos importa es que los programas que utilizamos digan que cumplen la norma. La norma, en sí, nos importa un pito, la verdadera norma es lo que escupa el ordenador.

Así son las cosas, cada vez hay menos técnicos que sepan y más operadores de programas de ordenador. Y ahí se lo dejo. Si usted cree que esto no tendrá consecuencias… tiene usted madera de operador de ordenadores.
 
 
 

Jonas Brothers - Paranoid