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sábado, 20 de noviembre de 2021

A ciento sesenta grados bajo cero

-160° C. Es la  temperatura a la que debe transportarse el gas natural (metano) por barco, porque a esa temperatura es líquido.

¿Usted cree que transportar por barco manteniendo la mercancía a -160 grados es barato? ¿Barato en términos de dinero, barato en términos de energía necesaria para lograrlo?

Por no hablar de que no es tan sencillo: hace falta construir, en origen, una estación licuadora y, en el destino, otra gasificadora, porque llega y sale en formato gaseoso. Esta estaciones no son baratas; pero, sobre todo, tienen una capacidad límite. Que no puede superarse.

Pongamos además en la balanza que tanto Rusia como Argelia han alcanzado su pico de extracción de gas (no pueden extraer más del que extraen), que cada vez necesitan más para ellos mismos y que los gaseoductos que circulan por terceros países (Ucrania y Marruecos) tienen el problema de que estos terceros se quedan una parte del gas en concepto de peaje, y tenemos un gas más caro. ¿Importa? Sí importa, porque al final y en la práctica (y no se resuelve con molinos de viento o placas fotovoltaicas) el precio de la energía eléctrica (por fin algo que les interesa) lo determina el precio del gas. Que vale en España cinco veces más que hace un año.

Verán, en un sector como la energía las cosas no suceden de pronto como si fueran volcanes. No son hechos coyunturales, temporales de nieve imprevistos o pandemias o un barco embarrancado en el canal de Suez, eso son excusas que dan los políticos porque no quieren reconocer su ineficacia y porque ustedes se las creen. El de la energía es un sector en el que mandan los ingenieros y los técnicos y científicos del ramo (a diferencia, por ejemplo, de la demografía o la educación), y todo se estudia por adelantado. Se hacen previsiones a corto, medio y largo plazo, y esas previsiones se revisan casi continuamente. Hace años de sobra que se viene avisando que íbamos a llegar al punto de desabastecimiento de fuentes de energía en el que estamos. Años de sobra. ¿Y qué se ha hecho? Discutir sobre quiénes son mujeres y poco más, me temo.

¿Hasta cuándo, Catilina, estaremos hablando de idioteces en vez de atender los problemas serios de verdad?


Mientras, seguimos soñando con coches eléctricos. Que, por cierto, la verdadera razón de que insistan tanto en abandonar los vehículos de explosión es... que se acaba el diésel. Y hay que consumir menos como sea. Pero esto, ya digo, hace mucho que se sabía: yo, que soy un panoli, ya escribí sobre ello hace casi diez años.

 

viernes, 19 de noviembre de 2021

Veinte milloncejos

El Consorcio de Servicios Sociales es una entidad del ayuntamiento de Barcelona y de la administración autonómica de Cataluña. Su misión es prestar los servicios sociales en la ciudad de Barcelona y, como pueden imaginarse, tiene un gerente (nombrado a dedo), unos directivos, supongo que unos chóferes,... en fin, lo normal por estas tierras, que aquí todo el mundo tiene muchos parientes y muchos amigos.

La auditoría del ejercicio 2014 realizada por la Sindicatura de Cuentas auditó 27 expedientes, y 23 de los 27 no se manejaron conforme marca la ley. Que el dinero se lo dieron a quienes ellos quisieron y como quisieron, vaya, que hay que decirlo todo. Unos 20 milloncejos, que se entregaron a fundaciones (entidades opacas) y empresas privadas (de nuevo, opacas) sin publicidad, sin concurrencia pública ni nada. Se ve que los directivos del consorcio tendrían también muchos parientes y amigos, o quizá es que los que los pusieron aún tenían más parientes y amigos. No sé si la auditoría fue directa a por los 27 expedientes más sospechosos, o es que en total hubo 27 expedientes y el resultado es que sólo en 4 de ellos se hicieron las cosas como está mandado, pero 23 expedientes son muchos como para ser un error, un descuido: indican un patrón, una práctica.

Este asunto, con ser muy feo y más aún por tratarse del dinero que destinamos a ayudar a los más necesitados, no merece más de unas líneas en algún periódico, líneas que no llegarán a los 5 minutos de vida. Así somos, así hacemos por aquí las cosas, ¿dónde está la noticia?

Por supuesto, y en línea con lo que contaba en Ganas de fastidiar, la página web del Consorcio (https://www.cssbcn.cat/) está sólo en catalán. Si usted quiere enterarse de lo que hace o de lo que gasta (entiéndase "enterarse"), sólo podrá hacerlo en catalán. Aunque usted sea catalán y tenga el español como lengua oficial y quiera que las Administraciones Públicas se dirijan a usted en español. Eso, a ellos, les da igual. Pero es que es usted, si quiere el español, quien a ellos les da igual. Ellos no gobiernan para usted, que lo sepa. Ellos, sólo para los suyos. Es a ellos a quienes están robando, claro que sí.

Lo dicho, así funcionan las cosas en Cataluña. Son nuestras costumbres y hay que respetarlas, es lo que se dice. 

jueves, 18 de noviembre de 2021

No era una broma

Anuncia su cierre Mahle, fabricante de pistones en Vilanova i la Geltrú. 345 trabajadores a la calle. Aducen la transformación de la industria del automóvil. Es obvio: se están fabricando cientos de miles de coches menos con motor de explosión, y el futuro, el coche electrico... no tendrá pistones.

Está chispeando, y cuando nos demos cuenta estaremos calados hasta los huesos y nos preguntaremos cómo ha sido posible.

martes, 16 de noviembre de 2021

También Almusafes

La semana pasada escribí sobre las declaraciones de Matías Carnero, la importancia que les daba y mi nula esperanza de que fueran escuchadas y atendidas. 

Y hoy leo que la planta de Ford en Almusafes este año fabricará 200.000 vehículos menos que en 2019 y reduce su plantilla en unos mil trabajadores. Lo segundo, consecuencia de lo primero y no al revés, porque Ford quiere fabricar coches, no despedir personal.

El drama de Almusafes es que esos mil que se van a la calle no son todos: también hay que contar con el efecto de la bajada de producción en las compañías auxiliares. Qué caramba, si por redondear un trabajador trabaja 1.600 horas al año, si sólo pararan mil significaría que fabricar un coche requiere 8 horas/hombre, y ocho hombres trabajando una hora (o cuatro trabajando 2 horas) no fabrican un coche. Lo que pasa es que la noticia es la compañía grande y los mil trabajadores, no es noticia que una empresa reduzca su plantilla en 5 ó 10 personas aunque esa reducción se produzca en cien empresas. 

Volvamos a leer el artículo sobre Matías Carnero, y reflexionemos. Cuando los romanos fueron conscientes de que el Imperio estaba desapareciendo ya era demasiado tarde.

sábado, 13 de noviembre de 2021

¿Quién escuchará a Matías Carnero?

https://www.youtube.com/watch?v=6-7zuxo6qCo 

 

 

Matías Carnero ha hecho unas declaraciones en las que afirma que se avecina una "tormenta perfecta" en la planta de SEAT en Marorell y pide a las Administraciones Públicas que estén alerta para que no se produzca otro Nissan. Es decir, una paulatina reducción año a año de la producción hasta justificar el cierre de la planta.

¡Los pelos como escarpias! Y es que estas declaraciones no las hace un gurú en Davos, un catedrático en algún despacho o un político de tres al cuarto. Ni siquiera un empresario "en el ajo". No, son terroríficas porque las hace Matías Carnero, por lo no que no está diciendo y porque quizá no debería ni decirlas.

Matías Carnero es el presidente del comité de empresa de SEAT. Sí, un sindicalista; pero no uno cualquiera. Resulta que en calidad de tal es miembro del comité de supervisión del grupo Volkswagen, y ese comité es el que toma las decisiones que afectan a las plantas de producción. Y resulta que en ese comité el consejero delegado del grupo, Herbert Diess, les confesó que la transición al coche eléctrico provocará en Volkswagen una reducción de 30.000 puestos de trabajo. Que sí, que muchos serán en Alemania. Pero a España también le van a corresponder unos cuantos.

Está claro que Carnero sabe más de lo que cuenta. La planta de Martorell va a terminar produciendo unos 100.000 vehículos menos este año que el pasado, parece ser que por la carestía de microchips. Pero ¿tiene sentido desarrollar una planta fabril basada en motores de explosión cuando ese producto tiene los días contados? El cambio al motor eléctrico supondrá muchas reestructuraciones, fábricas del motor de explosión van a ser sustituidas por fábricas del motor eléctrico, y el cambio de unas fábricas por otras también puede conllevar la reubicación de las líneas de ensamblaje. Por no decir que no sería de extrañar que el ratio de coches por habitante disminuyera, que ya veremos qué pasa con los vehículos eléctricos y con el aumento de la edad media de la población. Tiempos revueltos, vaya. En esos tiempos revueltos, la planta de Martorell, productividad aparte, no creo que esté bien posicionada. Básicamente, porque el trato que les dan las autoridades locales es para largarse. La alcaldesa de Barcelona no puede ser más hostil. Es anticoches en grado máximo (salvo para ella, claro), e intenta que nadie tenga coche porque no le sirva para nada. Las autoridades regionales, qué les voy a contar, manga de impresentables. Además, emplean a SEAT para sus juegos políticos: cuando va el Rey, boicotean el acto, montan manifestaciones por el camino, dan plantones a los responsables de Alemania,... Ahí no vale decir que eso tiene nada que ver una cosa con la otra, que no se cierra una planta porque se insulte a los jefes, pero sí tiene que ver. Sumemos más cosas: por ejemplo, la tremenda resistencia en Cataluña a tener plantas de energía solar o eólica, porque son feas. O a que les monten un cable de suministro a 400 KV desde Francia o Aragón... Los jefes son humanos, y cuando han de reorganizar la producción y dudan entre llevar la producción a una planta en Alemania, en Chequia o en ese sitio donde les ponen tantos problemas (y les cosen a impuestos, que ésa es otra)... ¿ustedes qué creen que harán?

Yo creo que Carnero sí cree que pasará lo mismo que yo creo. Y por eso avisa: no puedo decirlo porque es un secreto, pero estad atentos porque va a ir bajando la producción y en unos años querrán cerrar la planta. Así que id montando ya las alternativas, porque las vamos a necesitar.

Quiero decir, si lo dijera cualquier otro sería una previsión, un vaticinio. Que puede cumplirse, o no. Pero lo dice Matías Carnero, así que no es una previsión: es un soplo. Es un plan que ya existe, y nos lo vamos a comer sin que nos demos cuenta.

Ahora pensemos un poquito más allá de Martorell: Volkswagen no es una empresa en solitario, se enfrenta a los mismos problemas que Ford, General Motors o PSA. Los tiempos revueltos lo son para todos, y los problemas de Martorell pueden ocurrir también en Figueruelas, en Almusafes, en Landaben, Vigo o en Villaverde. Puede que alguna de estas plantas siga adelante sin disminuir la producción, pero la mayoría reducirá. Y ya veremos cuántas cierran. ¿Y si no es sólo Martorell? Y si cierran, es un decir, Martorell, Villaverde y Vigo? ¿Y si al mismo tiempo las demás plantas reducen su producción al 50%? ¿Qué haría el gobierno central? ¿Intentar salvar el tejido industrial en todas las zonas? ¿O quizá dejará caer alguna? Si así fuera, ¿cuál dejaría? ¿Tal vez aquella situada en una comunidad que nunca gobernará y cuyos mandamases son realmente odiosos?

El efecto económico en Aragón si cerrara Opel sería devastador. No quiero ni imaginarlo. Y supongo que en las demás zonas sería similar. Es posible que los gobiernos regionales tengan planes de contingencia, pero dudo de que políticos sean capaces de enfrentarse a la idea de panoramas tan desastrosos como los que vendrían, así que seguro que son sólo unas cuantas ideas buenistas. Qué caramba, tenemos el ejemplo de las zonas mineras: en Andorra, tras tantas promesas y tantos años de preaviso, la única actividad industrial en la zona es la propia demolición de la central; el resto, a vivir de las palabras prometidas y que les aproveche. Pues si no son capaces de revitalizar las cuencas mineras, ¿cómo van a ser capaces de rehacerse de la pérdida de una planta de ensamblaje de vehículos? Es como pedirle a quien no sabe curar un corte con un cuchillo que haga un trasplante de cerebro con doble bypass.

Y eso, las autoridades regionales, las que están cerca de la planta y perciben su importancia. Las que seguro que se preocuparían. El gobierno central... Es la diferencia entre que te enteres que el vecino del 5º se ha quedado sin trabajo y ser el vecino del 5º. ¿De verdad alguien cree que un gobierno de Sánchez (lo digo porque es el que está ahora) se va a preocupar por lo que dentro de unos años pase en Vigo, Martorell o Figueruelas? Y si se preocupara (que ya les digo que no) ¿creen que serían capaces de llevar a cabo acciones eficaces? En la España de las autonomías, la industria es siempre un tema regional. Y en consecuencia, las regiones están solas. El único que las ayudaría es el Rey, pero a éste me temo que el gobierno no le va a dejar meter baza en nada, lo quieren convertir en una figura decorativa (lo digo por lo que veo que hacen).

¿Estamos a tiempo para adaptarnos a las modificaciones que vienen? No lo sé. Sí, creo que sí estamos a tiempo. Pero habría que echar a Sánchez y poner un gobierno centrado en la industria y la innovación, que no le importe que sus actos rindan cuando ellos ya no estén, que genere plantas de energía con centrales nucleares si es preciso, cambiar los ciclos educativos para tener más técnicos formados en las nuevas tecnologías, que genere los entornos propicios para que se establezcan las nuevas empresas que necesitamos, algunas que cierren y otras que lo consigan... Demasiadas cosas, demasiadas para no ser pesimista.

De hecho, fíjense en la repercusión que han tenido las palabras de Carnero y piense en ello.

Lo dicho: los pelos como escarpias.



Silvio Rodríguez - Canción del Elegido

jueves, 11 de noviembre de 2021

La realidad según algunos

Dice el consejero de economía del gobierno catalán que la culpa de todo es de Rajoy, por haber promovido la marcha de empresas con aquel decreto que permitía el cambio rápido de la sede social.

Ese decreto permitía la marcha de empresas de Cataluña (al día siguiente se largó el Sabadell, y dos después la Caixa; se cree que se fueron entonces más de 5.000), pero también la de empresas de Murcia a Galicia y de Extremadura a Cataluña. Y sí, también el retorno a Cataluña de las empresas que se fueron. Pero nada de eso se ha producido, sólo la marcha de empresas de Cataluña. Que además no para: el año pasado se fueron unas 700, este año van ya unas 300. La mitad se va a Madrid.

¿Y la culpa es de Rajoy? Buen análisis de la realidad, va a ser un gran consejero de economía.

sábado, 16 de octubre de 2021

El país donde pierdes todo lo que tienes

Hace 3 años escribí esta entrada en la que contaba que en Venezuela habían depreciado el bolivar, llamado a partir de entonces "bolívar soberano" y que equivalía a 100.000 bolívares, hasta entonces llamados "fuertes" porque sustituían desde 2008 a los bolívares de toda la vida, en razón de 1 bolivar fuerte por 1.000 bolívares. El bolívar soberano equivalía, pues, a cien millones de bolívares de 2008.

El otro día crearon el "bolívar digital", que sustituye al "bolívar soberano". 1 bolívar digital es un millón de bolívares soberanos. Cien billones de bolívares de 2008. Aparentemente el cambio es porque es fácil dividir los precios de las cosas por millones. ¿Espeluznante? No, lo espeluznante es que el billete de valor más alto, el de millón de bolívares soberanos, valía 25 centavos de dólar. Ahora ese valor será una moneda, la de valor más bajo, y harán billetes entre 5 y 100 bolívares (digitales).

En 2008 tuvieron que dividir su moneda por mil. A los diez años, fue por cien mil. Tres años después ha tenido que ser por un millón. Vamos, que todo indica que el año que viene o el siguiente será por 10 millones. Ya da igual.

Hoy 1 bolívar digital vale 25 centavos. En 1998, esos 100 billones de bolívares equivalían a 200.000 millones de dólares. Si usted los tuviera en ese momento y hubiera guardado su enorme fortuna en una caja gigantesca y la hubiera guardado en bolívares, hoy tendría eso, 25 centavos. Ahora imagine que usted tuviera lo normal en una persona.

Por decirlo de otra forma: el ritmo seguido en Venezuela estos tres últimos años de bolívar soberano es como si cada día el banco, el gobierno o quien usted elija le quitara (repito, cada día) el 1,25% del dinero que usted tuviera. Puede que no le pareciera mucho, lo paso a mensual: cada mes le desaparecerá el 31% de lo que tenga. O anual: imagine que cada año viene el recaudador de impuestos y se le lleva el 99% de lo que tenga en ese momento. Tiene usted un millón de bolívares y le quitan el 99%: le queda el 1%, diez mil. Al año siguiente el recaudador vuelve a llevarse el 99%, ahora de sus diez mil: le deja cien. Y el tercer año se lleva el 99% de sus 100, dejándole... 1 bolívar. Bien, eso es lo que ha pasado. Pero, claro, a usted le importaría cuando tenía un millón, también cuando consideraba que sólo le quedaban diez mil. Cuando vió que tenía cien, cuando vio que sólo le dejaban 1 euro, la cosa ya dejó de importarle. Le habían quitado todo, ¿qué más le daba lo que pasara ahora? Da igual lo que pase con el bolívar, porque el bolívar, se llame como se llame, no tiene ningún valor. Ni para jugar al monopoly.

En realidad, los bolívares no valen para nada porque allí se trabaja en dólares: en marzo de 2019 hubo un apagón durante días y los comercios no pudieron cobrar con tarjeta. Como al mismo tiempo les faltaban billetes (es Venezuela) y además para cualquier gasto había que llevar una cantidad enorme de billetes encima (imagine que usted tiene que ir al mercado y sólo puede llevar monedas de 1 y 5 céntimos, pero en billetes), autorizaron los pagos en dólares. Los comerciantes entonces etiquetaron sus productos en dólares, porque si los etiquetaban en bolívares o cambiaban todos los días los precios o los artículos perderían su valor, y desde entonces, en la práctica, están dolarizados.

Así que la depreciación no afectará a la calle, allí no están los bolívares. Pero sí que nos indica cómo les van las cosas por esos pagos.

Lo que nunca he entendido de la política es qué lleva a un hombre que se da cuenta de que lo está haciendo mal a no renunciar y que lo intente otro. Que digo yo que se estarán dando cuenta.


miércoles, 13 de octubre de 2021

Abulia

 https://www.youtube.com/watch?v=ejorQVy3m8E

 

 

Un día, una partida de visigodos cruzó el Danubio, llegó hasta la aldea vecina, se llevó todo lo que pudo y se volvió al otro lado del río. Otras partidas antes que ellos habían cruzado el río e ido a los poblados cercanos, pero o bien las guarniciones habían impedido el saqueo o bien las habían perseguido y expulsado; muchas, de hecho, no habían vuelto. Pero ese día nadie les persiguió. Ese día comenzó a caer el Imperio Romano.

Sidenor ha anunciado que parará su producción 20 días de aquí a fin de año: la electricidad está demasiado cara, aducen.

Dos cosas me ponen los pelos como escarpias: que Sidenor pare, y que a nadie le importe. Si la abulia fuera por un tema menor, pongamos la conversión del FCB en SAD por su mala gestión económica, eso no me importaría. Si Sidenor parase pero hubiera un clamor popular tal que el gobierno hiciera lo que hiciera falta para que no parase, tampoco me importaría. Las dos cosas a la vez, sí. Porque los godos han cruzado y han campado a sus anchas.

Una siderúrgica tiene 3 costes: los propios de personal e instalaciones, el coste del material y el coste de la energía para transformarlo. Estamos hablando de industrias que tienen personal trabajando el día de navidad sin hacer nada, sólo vigilando que el horno no se apague, tan costoso sería volver a encenderlo y ponerlo a la temperatura correcta. Si el coste de la energía subiera lo suficiente para ser un producto demasiado caro para permitírselo, ellos serían los primeros en caer. Bien, están cayendo. Los primeros pueblos de la frontera ya están siendo saqueados.

Por la razón que sea, Sidenor ha sido el primero en caer. Si es un acto puntual es anecdótico, pero no creo que sea puntual. Otras harán lo mismo: siderúrgicas, cementeras, empresas del plástico, fábricas de vidrio, industrias de la cerámica, químicas, papeleras,... una detrás de otra, si no se corrige el rumbo la pesadilla estaría aquí. No tenemos energía suficiente para seguir activos.

El coste de la electricidad tiene dos orígenes: el coste de generarla y administrarla, y los impuestos, tasas y suplementos. Sin querer hacer sangre (ni preguntarme si al coste actual de la electricidad no serían rentables nuestras minas de carbón), tenemos la capacidad de generar energía que tenemos y lo que necesitamos de más hay que comprarlo al precio que nos marquen. Así que el gobierno puede hacer mucho, pero es un asunto en el que se siembra hoy y ha de recoger otro al cabo de muchos años, y eso si todos los del tiempo cuidan la siembra. Así que ya se imaginan. Aparte está el tema de los impuestos y tasas: se hinchan hasta lo indecible porque ¿quién va a no pagar, quién va a renunciar a la electricidad?

Pues Sidenor, sin ir más lejos. Y lo triste es que detrás vamos a ir todos los demás, si no se arregla.

Miren, la electricidad estaba racionada en 1939. Y en los primeros años 40, porque no teníamos centrales suficientes. Tras la primera reconstrucción básica, la prioridad siguiente fue conseguir la energía, porque era necesaria para el acero, el cemento y todo lo demás, y sin acero ni cemento olvídense de todo lo demás. Así que lo que había se destinaba a las industrias clave. Ahora no estamos en esa coyuntura, y las razones de la carestía no son las mismas. Pero el precio está tan desorbitado que el efecto puede ser el mismo; si antaño forzadas, mañana las empresas pueden decidir voluntariamente que no se conectan. Y si eso pasa, agárrense que vienen curvas.

 

He empezado el artículo hablando de los godos y los romanos. Lo de Sidenor puede ser una anécdota, si se resuelve bien, o puede ser un aviso: consumimos más energía de la que podemos obtener y eso convierte a la energía en un artículo escaso. Llevamos años anunciando que ese panorama es posible; el tema es lo bastante serio para que uno quiera que el gobierno y la sociedad se lo planteen como una realidad próxima si no se hacen cambios. Y éste no es un tema que se resuelve en el momento, exige planificación y estrategia nacional a largo plazo. Y cambios, muchos cambios.

Nadie de nosotros quiere vivir sin electricidad, así que ver a Sidenor renunciar a ella debería ponernos los pelos como escarpias. Porque cuando las barbas de tu vecino ves pelar es mejor que pongas las tuyas a remojar.

 

P.S.: acabo de enterarme de que también han parado su producción Fertiberia y Asturiana de Zinc. Y Ferroatlántica. No vamos bien. Y aunque se arregle, ya veremos qué inversor extranjero va a querer invertir en España.

 

Midnight oil - Beds are burning

jueves, 24 de junio de 2021

Lo que no entiendo de los fondos europeos

Por lo que a mí respecta no se ha explicado bien, porque yo aún no lo he entendido. Parece ser que la UE nos regala 70.000 millones de euros y nos presta (habrá que devolverlos) otros 70.000 millones más. Lo de los préstamos lo puedo llegar a entender, lo del regalo me cuesta más.

No sé quién nos regala o nos presta. ¿Alemania? ¿Estamos diciendo que los alemanes, por nuestra cara bonita, van a darnos esa morterada vía impuestos, más otro tanto a Italia, a Portugal, a Grecia...? ¿O quizá sí es así pero se hace como "aportación al fondo de la UE" y luego la UE reparte ese fondo?  Digo yo que será esto último. Y que a ese fondo de la UE también aportarán Holanda, Suecia, Austria, Francia, Dinamarca... 

Rumanía y Bulgaria no creo que aporten; tampoco Chipre, Malta o Hungría. Más aún, no estoy al tanto pero supongo que esos países, si España recibe fondos ellos también ¿no? Y aún me atrevería a decir que recibirán, por habitante, más que España.

En definitiva: ¿no habíamos quedado en que España se había convertido en contribuyente neto?  Tras la salida del Reino Unido, tenía entendido que España era no solo era el cuarto país que más aportaba al fondo de la UE, sino que además aportaba más de lo que recibía. No tengo ni idea de cómo funciona el presupuesto de la UE, si cada país aporta en la medida de sus posibilidades y luego se reparte lo aportado o si se dividen en países que dan y países que reciben o cómo lo hacen.

No sé, ya digo que no tengo la información y ésa es mi queja. Supongo que la realidad será algo así como que España sí recibe 140.000 millones pero para el fondo que los reparte ha de aportar, pongamos, 80.000 millones. Y no seria contribuyente neto, sino receptor. Claro que recibir 60.000 millones vende menos que 140.000.

Y también estaría bien tener la información per cápita. Que nos dijeran que a España van a venir, por ejemplo, 1.200 euros por habitante y que Alemania regalará 10.000 euros por alemán o que por el Brexit cada inglés se ha ahorrado 5.000 euros. Estoy seguro de que las cuentas por habitante no solo darían qué pensar, sino que nos harían ver las cosas más claras.

domingo, 26 de mayo de 2019

Cómo subir los impuestos sin que se note: caso práctico



No me gusta escribir sobre la situación política española. No me gusta nada. Son artículos ligados a un tiempo determinado, el tiempo en el que se escribieron, y que no interesan en absoluto releerlos después de ese tiempo. Como yo escribo para leer en el futuro lo que pensaba ahora, las entradas sobre temas políticos resultan... vanas. Mezquinas. Preocupaciones que el tiempo se encarga de situar.

A pesar de ello, escribo sobre política porque necesito canalizar mi frustración. Y mi desesperación por ser una voz que clama en el desierto, porque nadie se dé cuenta de que de estos polvos vendrán lodos.

Hoy, sin ir más lejos, se celebran elecciones municipales, autonómicas y europeas. Y los votos los van a emitir personas que no son conscientes, personas que no reconocen el populismo con el que los manipulan

Por ejemplo: hace no mucho el gobierno aprobó un decreto por el que imponía que serían los bancos los que pagarían los impuestos sobre actos jurídicos documentados. Y la plebe, faltaría más, aplaudió la medida. Por fin un gobierno que le apretaba las clavijas al gran capital. 

Y sin embargo ¿puede alguien, al reflexionar, no llegar a la conclusión que, fuera como fuera, ese impuesto lo iban a pagar los ciudadanos y no los bancos? ¿Tan difícil es percibir que lo que iban a hacer los bancos era cobrarlo al peticionario de una forma u otra?  Por cierto que en aquel momento aún nos tomaron más el pelo los políticos, al afirmar los promotores de la idea cuando se les planteó la objeción que he expresado, un simple "confiamos en que no lo hagan, apelamos a su responsabilidad social". ¿Tan tontos nos creían? ¿Se nos puede mentir a la cara con más desparpajo?

Pues bien, hasta aquí no dejaría de ser una medida estúpida e ineficaz como tantas otras a las que nos tienen acostumbrado. Pero no, cuando una medida es mala, es que es mala y eso se va a hacer notar.

En este caso de ejemplo: dado que los bancos son ya los sujetos pasivos del impuesto, varias comunidades autónomas han visto la ocasión ¡para subir el gravamen! ¡Total, es un impuesto a la banca! 

¿Ven a lo que nos lleva el populismo?

Por descontado que la plebe, estúpida por definición, alabará a los audaces gobernantes. Cuyos voceros alardearán a los 4 vientos que ellos sí están subiendo los impuestos a la banca y no a los ciudadanos (y a las ciudadanos, que esos voceros suelen ser de los que emplean estos artificios).

Y es que el resumen de la situación ha sido: que la comunidades autónomas van a recaudar más dinero vía impuestos; que a la banca le va a dar igual; y, por lo tanto, que los ciudadanos están pagando más impuestos. Sin saberlo, y aplaudiéndolo.

Y mi voto vale lo mismo. 




Manuel de Falla - El amor brujo (Danza del fuego)

The Coca-Cola Company

Coca-Cola, todos lo sabemos, es una compañía multinacional. Si comparásemos sus ventas con el PIB de un país, creo que estaría en torno al puesto 84 de los países del mundo, más o menos en la franja de Eslovenia, Lituania y Serbia. No es una empresa pequeña, y es innegable que tiene éxito y prestigio en todo el mundo. Algo debe hacer bien, digo yo.

La empresa, en España, hasta hace unos años  tenía siete subsidiarias, siete empresas representantes, cada una con un territorio propio. Por ejemplo, COBEGA mandaba en Cataluña, COLEBEGA en Levante, CASBEGA en Madrid, NORBEGA en las provincias vascas,...

Hace unos años, los jefes de Atlanta decidieron que ese reparto en satrapías y zonas de influencia a distribución era poco eficaz. Cosa del pasado diría. El caso es que juntaron a sus siete subsidiarias y les dijeron que se acabó lo de la autonomía de unas con otras: debían unirse en una sola empresa, una Coca-Cola España (nombre verdadero: Coca-Cola Iberian Partners).

Unificada España, dijeron que había que ir más allá y obligaron a la de los países principales de Europa Occidental a unirse en una sola empresa. En ese momento, además de Coca-Cola España (que también incluye a Portugal y Andorra), tenían Coca-Cola Enterprises, que gestionaba Bélgica, Francia, Gran Bretaña, Luxemburgo, Mónaco, Holanda, Noruega y Suecia, y Coca-Cola Erfrischungsgetränke AG (Alemania). Y ya está, obligaron a la fusión de las tres megaempresas y montaron una con cuartel general en Londres y la catalana Sol Daurella como presidente.

¿Porqué han hecho esto? Sin duda, porque creen que es lo mejor. Y viendo su historial de éxito, no se lo voy a discutir.

martes, 5 de febrero de 2019

De taxis y flores (y II)





Hace unos años cerró el servicio de telégrafos en España. Desapareció porque nadie enviaba ya telegramas. Ante esa realidad, la medida era obvia. ¡Qué le vamos a hacer!

Hace unos días (o dentro de unos días) se retiraron las cabinas de teléfonos. En un mundo en el que cada persona mayor de 11 años tiene al menos un teléfono móvil, las cabinas se usan tanto como los quinqués: de nuevo, está claro.

Es lo que tiene el Progreso: cambia las cosas.

Hoy los taxistas protestan contra las VTC. El sector del taxi está hiperregulado por la Administración, y las VTC no. Así que esta historia va de que las VTC son competencia desleal. No según la ley, pero compite sin seguir las mismas reglas. A veces el Progreso tampoc sigue las reglas de lo establecido. Los correos electrónicos no pagan sellos postales.

Las flores. Unos tipos de Barcelona han montado una empresa por internet para vender flores. Ahora uno, desde su móvil, les encarga a ellos las flores y listos. Se supone que son más baratos; ellos dicen que sí, que lo consiguen porque ahorran pasos en la cadena de distribución de las flores, al tratar directamente con los agricultores y primeros pasos de esa cadena. Si triunfan, y si no son ellos otros lo harán, las floristerías y los mercados de flores están condenados a la extinción.

La florista de mi barrio se llama Concha. Yo no suelo comprar flores a menudo, pero cuando lo hago la conversación con Concha es importante. Es un placer comprarle flores a Concha. En definitiva, pago el extra que supone la calidad del servicio de Concha. Es lo mismo que cuando compraba los libros a la librera del barrio, lo que son los comercios de proximidad. Encarecerán el producto, no lo niego, pero...

Pondré otro ejemplo de viejo: lo más seguro es que casi ninguno de ustedes haya comprado billetes de avión en una agencia de viajes. Fueron una de las primeras víctimas de internet, me atrevo a decir que el primer sector de la venta electrónica: a fin de cuentas, la herramienta electrónica ya existía pues lo que hacía el empleado de la agencia era comprar él el billete electrónicamente. Con internet, el ahorro de la comisión de la agencia fue incentivo suficiente para el triunfo.

Pues bien, nadie que no haya comprado en una agencia puede valorar su trabajo. La tranquilidad, la confianza. El valor de sus consejos. Algo innecesario para los viajeros frecuentes, pero valiosísimo para todos los demás. Así que siendo la compra de billetes parte del proceso de volar Internet ha abaratado el vuelo pero al coste de reducir su calidad.

El caso de Uber y Cabify no es del todo así porque la base de las VTC es la contraria: pueden mejorar el servicio que da el taxi costando menos, y lo hacen. El coste, claro está, es que no cumplen las normas de los taxis. Cumplen las que aportan, no las ineficientes, las que obstaculizan. Hasta qué punto esas normas ineficaces fueron promovidas por el sector del taxi para impedir su cometencia y cuánta fue fruto del insaciable deseo de la burocracia por controlar todo, no lo sé, pero es así.

¿Quién triunfará? La clave es que Uber y Cabify ya existen. Hay gente que los ha probado y esas personas querrán repetir, por lo que no van a desaparecer, y si existen cada vez más gente probará las VTC, querrá repetir y las demandará. Los taxis, me temo, se van a reconvertir en VTC. ¿Por qué no? Harían lo mismo, pero sin cumplir las reglas que han de cumplir si son taxis y no VTC.

Entonces, ¿qué o quién se opone al cambio?

Primero, quién. Ésa es fácil: la Administración, que quiere siempre controlarlo todo, controla a los taxis y se le escapan las VTC. Lo que va a intentar es hiperrregular las VTC hasta que éstas sean taxis. Una pelea dura, la Burocracia versus la Libertad y el Progreso. Pronóstico: el Progreso, renunciando a la Libertad.

En segundo lugar, el qué. Y el qué también es fácil: el importe pagado por el traspaso de las licencias de taxis. Se ha llegado a pagar más que por un piso, y el taxista primo ha quedado rehipotecado de por vida. Su única salida es, al jubilarse, traspasar la licencia por ese importe, recuperar el dinero y que le sirva de pensión de jubilación. Para eso, la licencia tiene que mantene el precio actual de traspaso, y si no será su ruina. Y para que se mantenga, no ha de cambiar nada.

Yo lo siento, pero este qué no es rival. Es un colectivo pequeño que deberá reconvertirse cual minero de carbón o repartidor de hielo.

Y, a todo esto, ¿qué será de nosotros? ¿Nos mejora nuestra vida, esta faceta del Progreso, o la empobrece?

¡Bah, qué importa! Somos duros, pase lo que pase nos adaptaremos y sobreviviremos. Somos los reyes de la Creación.

Como las cucharachas.





Jean Paul Martini - Plaisir d'amour

jueves, 30 de agosto de 2018

Lo que distingue a una dictadura es la diferencia en el trato entre los que están a favor y los que están en contra

Han hecho en Venezuela un nuevo cambio de moneda. El nuevo bolívar (nombre oficial, "bolívar soberano") equivale ¡a 100.000 bolívares antiguos! Si tenemos en cuenta que hace diez años ya hicieron un cambio de tres ceros (un bolívar de antes equivalía a 1.000 bolívares de 2008), tenemos que 1 bolívar de ahora son 100.000.000 bolívares de 2008. Una desvalorización, en porcentaje, del 10.000.000.000%. Vamos, que un billete antiguo vale más como papel reciclado que por los bolívares que marca (es cierto: un rollo de papel higiénico llegó a tener menos papel que la cantidad de billetes necesario para comprarlo).

Está claro que algo va mal en la economía venezolana. No, mal no. Muy, muy mal. Y, sin embargo, el dictador Maduro aún tiene sus partidarios. ¿Cómo es posible? Bueno, supongo que será gente que piensa que aunque con Maduro no les van bien las cosas, con otros estarían peor aún. El caso es que estos partidarios, en Venezuela, tienen bula para hacer de todo. De todo. Incluyendo, por ejemplo, formar bandas en moto que tirotean a los antimaduros.

Por descontado, la tolerancia hacia los opositores al régimen es muy distinta: todo lo tienen prohibido, todo es subversivo, ilegal, violencia, terrorismo. 

Formalmente, Venezuela es una democracia; creo que pocos defenderán que no es una dictadura (básicamente, los podemitas, ZP y patanes de este jaez).



Saltemos ahora a Cataluña.

Llenar los árboles de un parque de tiras de plástico amarillo es, ya se sabe, libertad de expresión. Que allá donde vayamos todo sean tiras de plástico amarillo es libertad de expresión. Los lazos amarillos, las tiras de plástico amarillo, representan el apoyo al régimen de Torra. 

Como Maduro, Torra también tiene sus seguidores. Con bula para todo. Y si, por ejemplo, ese seguidor es alcalde en un pueblo pequeño, mostrar su apoyo (colgar plásticos, pancartas, banderas independentistas, realizar pintadas, lo que se les ocurra) se hace sin pudor alguno, con todos los medios que el ayuntamiento tiene. ¡Ay, en cambio, de los opositores!

El otro día, un grupo de personas, huelga decir que más que hartos, se dedicó a quitar los plásticos que ensuciaban un espacio público: 

Un espacio cualquiera (imagen obtenida de Crónica Global)
Eso el régimen no lo consideró libertad de expresión: es terrorismo. Y envió a los mossos, ya sin tapujos su policía política, a "identificar" a esas personas. No hace falta detallar el trato que dieron los mossos a esas personas, en esa actuación. Y anunciaron que les pondrían multas de hasta 30.000 euros por "daños en el dominio público". Por comparar, una multa de tráfico grave, ir a 100 km/h por dentro de una ciudad (límite de velocidad 50 km/h), sube a 200 €. 30.000 euros es 150 veces una multa grave de tráfico. Por quitar plásticos amarillos que, digámoslo ya, ensucian y afean (no vean cómo están al tercer día), hacen un efecto de ser basura que tira de espaldas. ¡Ah, pero esas personas están en contra del régimen de Torra! 

Formalmente, Cataluña es una democracia.




Coda: quizá algún día salgan a la luz las cosas que hacen los mozos de escuadra. Algunas de ella ponen los pelos como escarpias, uno no sabe si hablamos de la Stasi, de la KGB o de qué. De momento, baste decir que hay muchos en el cuerpo muy, muy exaltados, y que tienen bula para casi todo.Sí, es una policía política y el apodo de Genestapo les sienta como un guante.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Boicot a Cataluña




Un tema sobre el que reflexionar es el boicot en el resto de España a los productos catalanes. Guste o no guste, es una realidad que es consecuencia directa del prusés. ¿Y qué esperaban, si desde el primer día se les avisó que si tomaban ese camino, esto iba a ocurrir?

Por ejemplo, Arroz Nomen. Excelente arroz, sólo que su mandamás se despachó con unos mensajes en Twitter en los que se manifestó profundamente independentista y antiespañol. Parece ser que ha habido una protesta clara, y ¿qué ha hecho el hombre? Ha cerrado su cuenta de Twitter. Como si eso bastara. 

¿Hacemos boicot a Nomen? Uno podría pensar que no, que pobres campesinos, Nomen es una cooperativa de arroceros del delta del Ebro. Pero... Hecho 1: la cooperativa no le ha despedido, le mantiene. Y hecho 2: el delta del Ebro es una zona tremendamente separatista, miren los votos. Quizá sea porque es una comarca muy apartada de Cataluña (aunque en un mapa no lo parezca), es una comarca de las que tiene poco contacto con el mundo - sin llegar a ser Solsona, claro.

Así que sí, en un caso como éste yo veo claro que se boicotee a Nomen.

¿Y a las demás empresas catalanas? Pues la verdad es que también, si no es de las que se han posicionado claramente con España. Colacao, Nocilla, Ordesa,... empresas que han mostrado que no quieren que a ellas se las junte en el mismo saco que Nomen. 
Pero ¡ey! esto no es una incitación al boicot de los productos catalanes, sino la comprensión por mi parte de los que lo hagan. Puede decirse que muchas empresas de por aquí no son antiprusés pero el casi nazismo imperante en esta tierra desde hace años impedía que ninguna publicitara su opinión discordante. Pues bien, esto es discutible. Casi la mitad de la población de aquí cree que catalanes y españoles venimos de monos distintos. Sería lógico suponer que casi la mitad de las empresas de aquí son independentistas. SI uno se pasea por las tierras de Barcelona, lo que percibirá será que lo habitual es que los empresarios sean independentistas en más proporción que los trabajadores. Por lo que es más probable que los dueños de la empresa sean sepàratistas.

¿Tiro piedras contra mi propio tejado? Puede. Pero es que esto tiene que acabar. "Esto", por cierto, está sustentado por la burguesía catalana, por los "dueños" de casi todo en esta tierra. Y como no tiene sentido la imposición de sanciones económicas, me parece bien que sean los propios españoles ¡en ejercicio de su libertad de elección, además! quienes elijan no comprar productos que benefician a esa burguesía. Yo mismo jamás entro en un Bon Preu o un Esclat, ni reposto en un Petromiralles, por ejemplo. Y tampoco viajo a Manresa, a Solsona, a Bañolas o a Olot. Simplemente, no me apetece ir a esos sitios: no me siento bienvenido. ¿Qué culpa tiene el del bar de la plaza de Bañolas? Bueno, los resultados electorales me muestran que la mayoría de los bañolinos no me quieren. Si el del bar quiere que vaya, que consiga que sus conciudadanos me quieran. Si no lo consigue, que elija: ellos o yo. Él elige ellos, lo entiendo, y yo elijo no ir. No es nada personal.

O sí. Precisamente es eso: algo personal. Es una decisión que toma cada persona que no tiene que rendir cuentas por ello a nadie. De hecho, no deberíamos llamarlo boicot, porque no responde a una campaña organizada. Es sólo que no conseguirán las ventas que querrían. Perder el mercado español no es un boicot, es la consecuencia de una mala gestión de márketin. Esto no lo dirá nadie, porque una peculiaridad del carácter catalán (del auténtico, del de los separatistas) es que ellos nunca tienen la culpa de nada. Siempre es de otros. Y cuando sus cifras de venta decaigan, echarán la culpa "al boicot". Seguro. Jamás reconocerán que han sido ellos, con su actitud, los que se han buscado ese descenso.

Por otro lado, habrá también otro boicot, y éste durará más años: se boicoteará a los propios catalanes. Usted tiene una empresa en, pongamos, Zaragoza, y ha de contratar un ingeniero como jefe de producción. Se le presentan tres, un aragonés, un soriano y un catalán, y me temo que el catalán no tiene ninguna oportunidad. Esto va a pasar, y cuando el catalán se lamente, habrá que explicarle que se lo han ganado a pulso. El no tener trabajo en Cataluña, y el no encontrarlo fuera.

Esto todavía puede pararse. Si en las elecciones del 21D hay un vuelco electoral y los partidos separatistas se pegan un batacazo, el resto de los españoles nos verá como españoles. Si ganan los separatistas, nos tacharán a todos de serlo. A mí no, pero a cualquiera que tenga un nombre o apellidos catalanes seguro que sí,y pagaremos justos por pecadores aunque no sea justo para los justos. No me pregunten qué pasará: por un lado, no me cabe en la cabeza que les sigan votando; por el otro, no conozco a ninguno que cambie su voto, y menos que haga una autocrítica sincera.

Lo que sé es que, ganando los separatistas el 21D, ése será quizás el menor de nuestros problemas.




Peter Gabriel - Red rain

Acerca de la AEM, y los boicots



La Agencia Europea del Medicamento (AEM) no va a venir a Barcelona. Se traslada a Amsterdam.

La AEM es una de las varias agencias y entidades europeas con base en Londres y que, debido al Brexit, han de abandonar el país. Lo que pasa es que la AEM no es una agencia normal, es un panzer de la biotecnología y conseguir su sede es como conseguir una fábrica nueva de ensamblaje de coches. Todos los medicamentos que se vendan en la UE, además de fabricarse en la UE, han de estar aprobados por la AEM. Así que, en primer lugar, la AEM es una empresa enorme (casi mil trabajadores). Aprobar un medicamento no es un trabajo sencillo, por lo que los trabajadores de la AEM son trabajadores muy cualificados. Aun así, la AEM no da abasto, así que suele delegar en las agencias equivalentes nacionales parte de su trabajo. Esta delegación la hace en varios países, pero el grueso, por razones lógicas, va al país en el que tiene la sede. Además, muchas empresas del sector, para mejor tratar con la AEM, tienen sedes o delegaciones donde esté la AEM. Y estas empresas no nos fábricas textiles: son farmaceúticas en primer lugar, y por extensión químicas y biotecnológicas. Plus lo que deparará el futuro, que esto de la genética y la nanotecnología es increíble. En resumen, la AEM es una bicoca que todos los países de la UE querrían tener.

España, por supuesto, pujó. Y pujó porque se estableciera en Barcelona. Podía haber optado por otras ciudades, pero eligió Barcelona. Nada que objetar, al contrario: salvo un pequeño detalle, Barcelona era la ciudad óptima. Era la gran candidata para toda Europa. Porque nadie quería reconocer que había un pequeño detalle. Porque toda esta historia surgió tras el referéndum del Brexit, verano de 2016. Y para esas fechas (y cada vez más, desde entonces) los mandamases de Cataluña no paraban de pregonar a quien quisiera oírles que se iban, que separarían a Cataluña de España. Y toda Europa sabía que si se separaban de España saldrían de la UE, y la AEM tendría que volver a cambiar de sede.

¿Por qué España apostó por Barcelona? Hombre, yo lo entiendo. Cataluña no se iba a separar, dijeran los Puigdemones lo que dijeran. Si no fuera por sus políticos, Barcelona era la mejor opción. Y, por último, que el Gobierno apostara por algo bueno para Barcelona era también un gesto que los catalanes separatistas debían reconocer como argumento en contra de sus estúpidas tesis.

Pero para que la jugada saliera bien, los Puigdemones debían abandonar sus locuras. Y no lo hicieron; al contrario, declararon derogada la Constitución y el Estatuto en Cataluña, cerraron el Parlamento, celebraron un "referéndum" muy peculiar, totalmente alejado de los estándares europeos, y declararon que Cataluña era una república que ya no pertenecía al Reino de España. La AEM les interesaba tan poco que cuando se hizo la presentación en Bruselas la víspera un concejal del PSC tuvo que mover hilos para que el gobierno catalán enviara al consejero de Salud esa tarde, para que asistiera. Y la alcaldesa, Colau, había declarado que su partido no quería la AEM y le pidió a ese concejal del PSC que no meneara mucho ese tema. Y luego rompió la breve coalición de gobierno del ayuntamiento que tenía con el PSC. Ni siquiera fue, Colau, a ninguno de los actos en Bruselas, en los que había que estar.
 ¿Alguien esperaba realmente que la AEM recalara en Barcelona? ¿De verdad?

Ahora que ya es oficial que no vendrá, los separatistas que nada hicieron para que viniera (y que consiguieron que no lo hiciera) acusan a Madrid de no haber querido que la AEM viniera. Otros de ellos se burlan de que España no tiene fuerza para traer la AEM a Barcelona. Por supuesto, no quiero ni imaginar lo que habrían dicho si hubiera sonado la flauta y la AEM eligiera Barcelona. 

Pero lo más escandaloso es que acusen (ellos, los separatistas) al Gobierno de que no ha venido "por los sucesos del 1-O y la sin par represión que sufre Cataluña desde entonces. Claro, dicen, cómo va a venir a un "país" que tiene a medio gobierno en el exilio y al otro medio en la cárcel. Cosas, por supuesto, culpa de Rajoy. Rajoy es el gran culpable. Han argumentado, incluso, que cómo iban a querer los de la AEM al país de Rajoy.

Pero, ¡por Amor de Dios! Cada día se van una veintena de empresas. Las más gordas fueron las primeras. Los trabajadores extranjeros de alto nivel están pensando en largarse. La CUP manda en las calles y para muestra, la impuidad con la que asaltaron un autobús turístico en Barcelona, este mismo verano. La mitad de la población es tan estúpida que una y otra vez vota a unos locos (dejémoslo en locos), cada vez más exaltados. Yo también habría votado no venir a Barcelona. 

En fin, la cosa no tiene remedio. Es una muy mala noticia para Barcelona, y también para España. De hecho, es tan mala - por oposición: ¡habría sido tan, tan buena noticia obtener la AEM!- que me cuesta alegrarme. Y no me alegro porque, como nada teníamos y nada tenemos, para el común de los catalanes no hemos perdido nada (salvo la oportunidad). Así que nada reprocharán a los Puigdemones y cuadrilla. Para ellos, toda la locura de estos años no ha supuesto ningún perjucio si hablamos de la AEM.







Umberto Tozzi - Gloria

sábado, 23 de septiembre de 2017

El caso M, como ejemplo

Charlo con un arquitecto. Me cuenta que han despedido a otra arquitecta que tenían, M.

Parece ser que M. era una inutilidad como profesional. La contrataron porque presentó un buen currículum, pero... Al llegar no empezó arrasando, al contrario. Pero lo achacaron a que siempre cuesta aclimatarse a la cultura del despacho; además, no estaba acostumbrada al tipo de proyectos que ellos hacían, quién sabe, quizá sería cuestión de tiempo. Y pasó el periodo de prueba.

Poco a poc se les hizo evidente: era una inútil.Pero en esas M. se quedó embarazada. Luego, la baja de maternidad. Y luego, la reducción de jornada. Que no es por nada, pero si M. ya era inútil a jornada completa, con media jornada más aún. Llega un momento en el que todo el mundo es consciente de que no tiene sentido asignarle una labor en un proyecto y, sin embargo, hay que dársela.

Al cabo de 3 años, la han despedido.

Hay dos tipos de personas: las que braman contra la empresa porque M. era una trabajadora honrada que estaba protegida por la ley como madre de un menor (o una menor, no sé) de 12 años, y las que opinan que M. ilustra la injusticia de esas protecciones.

Yo soy de estos últimos. Y pienso que estas protecciones no benefician a las madres, al revés. Porque quien contrata a una madre (o futurible madre) contrata también la mochila de protecciones que acarrea. Por lo tanto, a las madres esta mochila penaliza su competitividad.

O quizás es que yo soy un ingeniero del pleistoceno. En mis tiempos, cuando uno era padre no quería una reducción de jornada. Al contrario, había que ganar más garbanzos y eso se resolvía trabajando más aún, no sé si me entienden (los que lo vivieron, seguro que sí). Ahora, en cambio, se pide que se trabaje menos, "en compensación por el esfuerzo de tener un hijo". 

Y sí, es cierto que hay situaciones en las que el trabajador debe estar protegido por la ley. Pero pienso que esas situaciones han de ser excepciones o, como mínimo, adaptadas a las circunstancias (y que sea un juez quien decida si hay de haber proteccióno no). Aplicar el mismo rasero a una empresa de 10.000 empleados y a una empresa de uno o dos empleados no me parece justo.

No sé cuántos hijos nacen gracias a estas protecciones laborales, pero M. era una inútil y espero que ese despacho gane la batalla legal que sin duda les vendrá.

sábado, 25 de marzo de 2017

El problema lapón



Mi anterior entrada versaba sobre el interesante libro de Paco Cerdà "Los últimos", en el que el autor nos muestra la realidad de los que viven en el entorno del Sistema Ibérico, la Laponia del sur. Problema que podemos resumir en "Ya no vive allí casi nadie, y es un círculo vicioso". Y es un problema nuestro, porque nuestra Laponia es una fracción enorme de España. Ayudamos a nuestros enfermos y heridos y a nuestros ancianos, ¿y no ayudamos a aquellos a los que hemos dejado solos y sin nada? 

Pues no, no les ayudamos. Porque a nuestros enfermos y heridos y a nuestros ancianos los vemos; a los que hemos dejado solos no.

El problema lapón es el círculo vicioso que supone. No hay vida allí, porque no hay apenas servicios. No hay servicios porque no hay población. No la hay porque no nacen niños. No nacen niños porque no hay mujeres en edad de tenerlos. No hay mujeres en edad de tenerlos porque no hay vida allí.

De hecho, en un intento de ilustrar cual puede ser el origen del problema, acompañé el artículo con la canción de José Antonio Labordeta "Coplas del tión". El tión es, en los pueblos del norte aragonés, el solterón. En los pueblos del norte hay muchos tiones, porque (lo explica la canción) no hay mujeres para todos; recuerdo que, en mis años de jefe de boy scouts, en cierta ocasión me preguntó un sesentón (o setentón) en un pueblo pirenaico si alguna de las chicas que me acompañaba estaría dispuesto a casarse con él. Y lo de Plan y Caravana de mujeres, les aseguro, era real al 100%. Aquel año recorrí ese valle, y les digo que... en fin. Espeluznante. Pus bien, las mujeres no están en los pueblos no por que no nazcan, sino porque se van. A Barcelona a servir, por ejemplo. Recuerdo también, años antes, un encuentro con jóvenes de pueblos del Campo de Daroca (territorio lapón). Las mozas estaban contentas, porque había una fábrica de huevos cerca y allí tenían trabajo. Y los mozos estaban más contentos aún.

Años después, el Heraldo se hacía eco de que muchos jóvenes de Teruel capital, hartos de que allí sólo hubiera tres pubs y se vieran siempre los mismos, solían alternar las salidas locales con salidas a Valencia (a 120 km de carretera, no autovías) y a Zaragoza (180 km, ídem). Sólo por ver caras nuevas.

Normal que quien podía se fuera. Y si quien se iba era una moza... los mozos irían detrás. Y donde vaya la moza, allí habrá futuro, mientras que si se van no lo habrá. Así de sencillo. Y cuando llegamos al siglo XXI y vamos a esos pueblos y miramos, no vemos mujeres madres, sólo abuelas. ¿Dónde están las que no vemos? Se habrán ido siendo niñas, porque sus padres emigraron, o mozas porque se fueron solas, pero el hecho es que no están. A partir de ahí, todo lo demás. Cuando los niños no llegan al mínimo, cierra el instituto, cierra la escuela. Cuando cierra la escuela, es cuestión de tiempo que todo lo demás cierre. Y en cincuenta años a lo sumo, se acabó.

¿Qué se puede hacer, ahora?

Hace casi 20 años surgió el movimiento Teruel existe. Lo de Teruel era espantoso, clamaba al cielo. Hoy Teruel no es la envidia de nadie, pero está irreconocible. Así que sí se puede. Y el primer paso es saber que la Laponia también existe.

En segundo lugar, por algún sitio hay que partir el melón. El círculo vicicoso hay que cortarlo en algún eslabón, aunque sea duro. En ese corte tendremos que poner dinero, está claro.

La agravante estriba en que es muy tarde. Es una región de abuelos y bisabuelos, hay muy pocos menores de 50 años y muchos menos menores de 40. Y como la realidad es tozuda pero es real, hay que conseguir que acuda población menor de 40 años a esas tierras, porque la que hay ahora ya no es bastante. En cierto modo, hay que comprarla. (Edito: mi hermano mayor, mucho más culto que yo, me ha hecho notar que al decir "agravante" se omite el sustantivo, que es "circunstancia". Por lo tanto, el artículo es femenino).

Para conseguir que la población se mueva, podemos usar los métodos de Stalin, el referente de los podemitas, o incentivarla. Con trabajo, y con dinero.

El trabajo no puede ser de titularidad pública, porque es una ruina; ha de ser de iniciativa privada. Por lo tanto, hay que incentivar brutalmente cualquier relocalización. Desde un taller de reparación o un lavadero de coches (dueño y dos empleados) a fábricas de cualquier tipo. Sí, prefiero que una fábrica de 400 empleados no pague impuestos, si a cambio se reubica en Laponia. Quizá el ahorro en impuestos le compense los sobrecostes de los transportes y los viajes.

Y también incentivaría a los empleados. Todos los que trabajan por cuenta ajena pagan un tanto de su nómina en concepto de formación y cosas así, y ese dinero se dice (ejem) que se destina a cursos de formación a parados y todo eso. Es una cantidad enorme; pues bien, podría cambiarse la formación por las ayudas a la relocalización, y si a usted le ofrecieran el puesto de trabajo que ya tiene y sufragar a coste perdido la compra de una vivienda allí... la oferta sería atractiva, al menos para muchos.

Aparte, si se consiguiera que se moviera población en un periodo corto, habría que hacer nuevas viviendas. Las que compraría el Estado para regalar a los desplazados. Una actividad económica más. Con los fontaneros, electricistas y carpinteros necesarios para su mantenimiento, por supuesto.

Además de conseguir que las familias se muevan, hay que retenerlas. Y se las retiene con servicios: si no hay médicos, si no hay farmacias y una red de ambulancias, si no hay panaderías o quioscos, carteros y mercados ambulantes, la vida allí es demasiado dura y sólo los robinsones y los misántropos querrán quedarse; los demás preferirán una vida más cómoda y volverán a las ciudades. Así que tendríamos que asumir que allí se presten servicios deficitarios. Escuelas, transporte públicos. Quitanieves. Curas. Y si en alguna zona no tienen algún tipo de comercio que habría que haber, pongamos por ejemplo un negocio de ordenadores con asistencia técnica,... pues que se saque una plaza a concurso, aportando el Estado el local e importantes incentivos fiscales.

Por supuesto, esto jamás ocurrirá. Por muchas razones, pero en concreto estoy pensando en los políticos de, por ejemplo, Barcelona: nunca aceptarán un plan que les quite a sus empresas, sus impuestos y sus habitantes/votantes para dárselos a unas comarcas de las que no han oído hablar ni les van a votar nunca. También me imagino a los ecologistas de las ciudades: harán lo imposible para que no se fabrique nada en su idílico campo, no se construya nada, no se crezca nada.

Pero mover las fábricas no es imposible. Es cuestión de dinero, mover las grandes, y el resto va casi solo. Desplace un fabricante farmaceútico, uno de componentes de automoción, de la industria alimentaria o de elementos para la construcción, y la comarca de destino tendrá futuro. En los años sesenta se hizo al crear y financiar los Polos de Desarrollo, ahora también se puede.

Pero claro, el más difícil circulo vicioso de romper es que estamos hablando de la Laponia del sur. Una tierra en la que ya no vive casi nadie, no vota casi nadie y no le importa a casi nadie. Una tierra que ya no puede hacerse oir y que, de todas maneras, en 30 años habrá desaparecido por completo.

¿Por qué hemos de resolver el problema de una gente que, de facto, no existe?

Pues porque no les conocemos. Si les conociéramos, cambiaríamos de opinión.




José Antonio Labordeta - Todos repiten lo mismo

viernes, 16 de octubre de 2015

Mujeres de los 50




Cuando yo era chico, era habitual que las mujeres no trabajasen. También era habitual que las mujeres trabajasen, ¡ey!, que siempre ha habido muchas mujeres trabajando. Cuando yo era chico, era normal que las mujeres que trabajaban fueran maestras o enfermeras, despacharan en los mercados o en las tiendas y comercios, o se dedicaran a tareas profesionales del hogar y afines, como limpiadoras, costureras, peluqueras, pedicuras, etc. Y al mundo del espectáculo, claro. No era habitual, en cambio, que fueran abogadas, médicos o arquitectas, aunque alguna había. Aparte de las secretarias, no solían estar en puestos administrativos: no las veías detrás de los mostradores de los bancos, y si iba a la policía o a cualquier oficina, no atendían mujeres. Y mucho menos metidas en política. No recuerdo mujeres trabajando en Correos. Y sí recuerdo a muchas mujeres que no trabajaban.

Ahora, todo el mundo lo sabe, es diferente. Es muy normal encontrar a mujeres en casi todos los ámbitos laborales (no suele haber muchas en los andamios), y lo que ya no es habitual es que la mujer no trabaje; de hecho, si no lo hace suele ser porque no puede, está en paro. Hoy hay que ser muy, muy pudiente, para que la mujer se quede en casa.

Cabe preguntarse, al menos yo lo hago, cuándo comenzó esta incorporación masiva de las mujeres. Por descontado, los sociólogos son como los historiadores, y siempre encontraremos alguno que afirme lo que le paguemos que afirme, con lo que tenemos tantas teorías como gente dispuesta a pagarlas. Así que si buscamos respuesta en los sociólogos, vamos apañados. Por esta razón, yo tengo mi teoría, a ver qué les parece.

Verán, llevo bastantes años trabajando. He conocido a muchas mujeres. Y salvo las que trabajaban en los ámbitos que he dicho al principio, no me he topado con ninguna que se jubilara hace años. En cambio, conozco a muchas que están ya ahí. Con los sesenta ya bien cumplidos, mirando cómo les queda la pensión y si pueden empezar a jubilarse parcialmente. Echo la vista atrás, recordando las compañeras, clientes y proveedoras que he tenido, y diría que las más mayores no pasan de los 65. Pienso en los que ya se han jubilado, e intento recordar a qué se dedicaban sus mujeres: o no trabajaban, o eran maestras; casos excepcionales son los de alguna arquitecta. Y ¡por favor!, no recuerdo a ninguna ingeniera. Pero es que no me suena ahora haberme topado con ninguna ingeniera que pase de los... ¿52? Que seguro que las habrá, pero no abundarán mucho, me temo. Arquitectas y arquitectas técnicas sí, bastantes incluso; eso, he de reconocerlo. Pero ingenieras no. Y que además se dediquen al cálculo de estructuras, creo que la más mayor que conozco (insisto, yo), creo que tiene 41. Claro que quizá esto se debe a que yo no soy muy sociable. 

En definitiva, las mujeres que llegaron en masa a los oficios poco habituales diría que son... del 50, como muy mayores. Más del 51 y del 52; las del 55, yo diría que definitivamente buscaban trabajo todas. Son éstas las quintas que, llegado el momento, no se conforman con quedarse en casa y plancharles las camisas al marido: retrasan sus matrimonios, salen, viajan, quieren trabajar y trabajan.

Así que, si uno echa cuentas y les da una carrera, parece que es a la muerte de Franco cuando cambiamos en este tema.

No será por casualidad, creo que también para entonces deja de ser habitual el tener muchos hijos. Lo que me lleva a un último pensamiento: una mujer podía tener, fácil, cinco hijos, cuatro, seis. Entonces eran enfermedades corrientes el sarampión, la varicela, paperas, escarlatina, rubeola; cada niño, mínimo, tres de éstas, seguro. La sanidad no era como ahora: estas enfermedades se pasaban en cama, dos, tres semanas, las que hicieran falta, el médico venía cuando podía, el practicante también. Y al acabar un niño una enfermedad, otro la cogería. En medio, las gripes, que también encamaban a los niños una semana. Un amigo mío tuvo hepatitis: 40 días en casa. Un compañero de clase y vecino, tuberculosis: no recuerdo bien, pero muchos días. Si hacen cuentas, verán que cada año una mujer iba a perder unas cuantas semanas por esta razón. Aparte, la vida no era como ahora: un puré de patatas no era abrir una bolsa de Maggi, ni un gazpacho abrir un brick, y las legumbres había que ponerlas a remojar la noche antes. Los congeladores eran pequeños y eran raros los envases, no se solía congelar comida. No había microondas, la comida no se sacaba de la nevera y se calentaba. La compra no se hacía en un hipermercado para una semana, quince días o un mes: casi había que ir cada día al mercado y hacer cola en los puestos. Los suelos se fregaban a mano, de rodillas, y no había lavavajillas. En general, todas las tareas del hogar eran más trabajosas y se hacían más lentamente. El mantenimiento del hogar y el cuidado de la familia requería muchísimo tiempo: era obvio que la mujer que se quedaba en casa no estaba de brazos cruzados.

Que la mujer se incorporara al trabajo supuso (o al revés, los hechos que enumeraré permitieron lo primero) que las familias fueran más pequeñas, que las casas se llenaran de electrodomésticos que hicieran más fácil las tareas del hogar, que las comidas se resintieran y se industrializaran, que las medicinas más vendidas sean el paracetamol y el ibuprofeno, que los niños coman en el colegio y pasen las tardes solos en casa... Y, como una espiral que se muerde la cola, cada vez pasamos más tiempo trabajando, cada vez hay menos hijos, cada vez hay más robots en las casas, cada vez...

El corolario de todo esto es que si ahora llegan a la jubilación las mujeres que se incorporaron en masa al trabajo, el ritmo de generar jubilados va a dar un salto importante. A ver qué tal lo hace, la hucha de las pensiones.




The Pretenders - Hymn to her

domingo, 5 de julio de 2015

Grecia, go home!




Los griegos, trabajando menos que ustedes y que yo, cobran mayores pensiones que las que cobraremos ustedes y yo. Para que esto siga funcionando, ustedes y yo tendremos que seguir prestando dinero a Grecia y Grecia ha de seguir sin devolvernos ese dinero. Y hoy domingo, Grecia ha dicho que por ellos, encantados. Que sigamos poniendo dinero.

Déjense de historias. La cosa es así.

En España, la izquierda domina el debate, ya saben, los alemanes son unos franquistas y están exprimiendo al pobre pensionista griego. Mi esperanza es que los demás países no pierdan de vista lo que realmente está pasando más allá de los discursos. Y no crean a los agoreros que pronostican las diez plagas. Echar a Grecia puede suponer algunos inconvenientes, pero se superarán pronto, y más con lo que ganaremos al dejar de hacer el panoli. No habrá contagio, porque los demás países ni tenían el chollo griego, ni querrán cagarla como ellos. Y "los mercados" lo entenderán, ya lo creo que lo entenderán. Así quetranquilos.

Lo siento por los griegos, pero espero que se les corte el chorro de dinero gratis. Sé que, cuando se queden sin dinero, tendrán que "fabricárselo" ellos mismos: volver al dracma. Y ya veremos cómo les va. Espero que, ahí fuera, por fin recapaciten y se den cuenta de que han estirado más el brazo que la manga. Y cuando aprendan a ganarse la vida, que vuelvan. 
 
Y, por cierto, si Estados Unidos quiere que Grecia siga como está, que pongan ellos el dinero. 




La Lupe - Teatro

jueves, 15 de enero de 2015

El asunto griego




Hace algún tiempo escribí una entrada sobre la situación de Grecia. La entrada, me parece a mí, es tan actual hoy como entonces y me ratifico en mi conclusión: Grecia no puede mantenerse en el club de los ricos europeos. Como si se hubiera afiliado a un club de campo en el que a duras penas consigue pagar la cuota, y quiere hacer la misma vida que los socios multimillonarios. Lo normal es renunciar al segundo día, pero los griegos no están haciendo eso, están porfiando en seguir el ritmo. Están pidiendo prestado a todos los socios para poderse pagar las consumiciones y las clases de golf, y los socios saben que debe ya más de lo que tiene y de lo que puede llegar a tener. Se acerca el día en que los socios, uno tras otro, dejarán de fiarle - cuando no de exigirle la devolución de la deuda-, no sé si tardarán mucho o poco, pero lo harán. ¿Y entonces? Grecia dirá algo así como "no os atreveréis a expulsarme del club, ¿verdad?", pero tarde o temprano sí se atreverán. Hoy, mañana o dentro de diez años, pero lo echarán. Puede que den las deudas por irrecuperables, pero en ese momento le dirán que está fuera.

En unos días habrá elecciones en Grecia. Parece que se da por segura la victoria de un partido que alardea de que no pagará las deudas ¡y que así dejará de tenerlas! Y además, anuncia, los demás no se atreverán a echar a Grecia del club. 

¿Ustedes qué creen que pasará? Supongo que ganará, porque el populacho es lerdo por naturaleza y se cree que lo que prometen es viable.

Y puede que sí, que dejen de pagar y les perdonen y les sigan admitiendo en el club. Pero ¿saben qué? eso no arreglará nada. Porque los griegos seguirán en el club, seguirán endeudándose y seguirán sin generar los recursos que consumen. En unos años volverá a pasar. De nuevo, volverán a plantear la misma estrategia, no pagaremos y no os atreveréis a afearnos nada; y puede que entonces vuelva a funcionar, pero volverán a las andadas y llegará un día en el que no lo hará. Y en que echen a uno, la puerta de salida quedará abierta.

Miren, los socios más ricos pueden invitar de vez en cuando a los socios no tan pudientes. Si la ayuda para estar en un nivel parejo es asumible, los ricos la darán. Pero si la ayuda necesaria para estar en el mismo club es intolerable, la cortarán. España, Italia o Eslovenia, por dar algún nombre, puede que no tengan el nivel de Alemania, pero no están tan lejos y en la medida de que sean capaces de producir lo suficiente para no perder de vista al pelotón de cabeza serán socios viables. ¡Pero Grecia....! Nunca tuvo ninguna oportunidad, nunca debió entrar. Supongo que los líderes que la aceptaron pensaron que otros la mantendrían, unos de ellos, o que entre todos la mantendrían y podrían, los otros. Y al final todo el mundo tiene que pasar por caja y retratarse.

Mire a su alrededor: ¿cuántos conoce que estiraron más el brazo que la manga, hace unos años, y ahora les aplastan las consecuencias de querer llevar un tren de vida que no podían mantener? Esas personas, en aquel momento, no se resignaron a vivir como sí podían, y creyeron que sí podrían. A los griegos les ocurre lo mismo. Les ocurrió lo mismo en un nivel personal, y se han dado cuenta pero están ya demasiado entrampados, pero les ocurre lo mismo como país, y eso no sé si se han dado cuenta. Creo que no, porque el partido que va a ganar quiere seguir en el club: no ve que el problema de Grecia no es el dinero que no tiene y debe, sino estar en el club. Y todos sabemos que las trampas son más trampas cuando el entrampado no se da cuenta de que está dentro de una trampa.

Y, caray, yo entiendo que los griegos no quieran afrontarlo, pero los demás debemos hacerlo. Cuanto antes mejor. Y no veo que lo hagamos.

Aunque tampoco me he de extrañar, si ni siquiera afrontamos nuestros propios grandes problemas, nos contentamos con seguir tirando. Consejos vendo y para mí no tengo.



Honey Ryder Worlds Away