domingo, 26 de octubre de 2025

Las dos instrucciones más difíciles de cumplir en la estructura metálica

https://www.youtube.com/watch?v=dsd3Z51MEyg 

 

 

Realizar un proyecto es dar instrucciones (al constructor, de lo que hay que construir y como). A lo largo de los años y las obras he descubierto que algunas instrucciones son difíciles de cumplir. El constructor suele quejarse, me razona la dificultad de la ejecución y si no contraviene demasiado mi proyecto o la seguridad, por lo general acepto su queja. Como ejemplos, puedo citar soldaduras en posiciones de difícil acceso, barras demasiado largas o pesadas para los accesos disponibles, etc.

Dicho esto, hay dos instrucciones que doy en todos los proyectos de estructura metálica y que impepinablemente el constructor incumple. Sin duda, son las dos instrucciones más difíciles. y sólo el herrero que las cumpla alcanzará el cénit de mi estima. Sigo buscando.

La primera cuasiimposible instrucción es el tornillo que prescribo. Toda la vida he detallado no sólo el diámetro del tornillo sino también la calidad (resistencia del acero), y si es especial, el detalle especial. En cierto proyecto el constructor no siguió mis indicaciones de emplear unos tornillos especiales, lo detecté a tiempo y tuvo que colocarlos. A martillazos, porque había hecho los agujeros demasiado pequeño. La defensa que hizo el constructor de los tornillos que había preparado él era "que yo no había puesto el DIN". Se refería, claro, a la norma alemana que debían cumplir. Desde entonces indico la norma que establece el tipo, habitualmente DIN 931 ó DIN 933, aunque en realidad empleo la internacional: ISO 4017 ó ISO4014. Pues bien, mi instrucción es muy sencilla: los tornillos M12 ó menores son 5.6 ISO4017 y los M16 o mayores 8.8 ISO4014. Con esto el tornillo está definido, y el constructor sólo tiene que ponerlos. Dejo de su elección el largo del tornillo, porque a mí eso me importa poco y los programas informáticos que emplean los herreros los establecen sin problemas. Y los tornillos especiales siguen un patrón similar.

Pues bien, instrucción tan sencilla no se cumple jamás. Nadie la acata. Ponen el tipo de tornillo que les sale de la boina, y en cuanto a la calidad es que ni se lo piensan: la que ellos decidan. Si coincide con lo pedido, pues bien, y si no, también.

Conviene decir, en este momento, que a estas alturas de la película yo esto ya lo sé, y calculo los tornillos en lo peor. Los ISO4017 aguantan menos que los ISO4014, así que yo calculo todos ISO4017 aunque luego los pida ISO4014. Y lo mismo con la resistencia. Así que no hago mala sangre cuando veo que han cambiado los tornillos sin decirme nada, sólo tomo nota mental de que ese herrero en cuestión, como todos, hace lo que quiere.

¿Por qué lo hacen? No tengo ni idea. Puede que lo hagan porque son semianalfabetos, puede que lo hagan porque no se leen los planos y se limitan a hacerse una idea general de lo que se quiere construir, puede que lo hagan conscientemente, para rebajar mi autoridad. Yo creo que lo hacen porque está en su ADN, a los herreros los seleccionan así. Genéticamente preparados para poner los tornillos que ellos quieran, les digan lo que les digan. Es más fuerte que ellos.

La segunda instrucción también tiene que ver con los tornillos. Siempre los pido "no pretensados", es decir, que no han de apretarlos con un par de apriete especial con una llave dinamométrica. Como les digo siempre, los quiero apretados con la fuerza de un hombre normal empleando la llave normal de ese tornillo: un pelín más de lo que yo podría apretarlos. Sin emplear extensores, multiplicadores de la fuerza o apretadoras eléctricas. Y tengo muy buenas razones para quererlo así.

Esto no lo he visto hacer jamás.

Supongo que es porque al operario le han enseñado o le han acostumbrado a apretar los tornillos con una atornilladora eléctrica, y a darle bien, que apriete. La atornilladora eléctrica, a su vez, está preparada para dar un buen par de apriete, para no necesitar apretarlo después con una barra extensora. Justo lo contrario de lo que quiero que hagan.

 

Llegados a este punto, entenderán que los tornillos los prescriba con un margen de seguridad rayando en lo escandaloso. Pero es que los herreros son así.

Lo más triste del asunto en que antes de empezar cada obra suelo tener una reunión con el constructor, en el que le explico el proyecto y los planos. En esa reunión siempre les digo que sé que no me van a hacer caso, pero que los tornillos los quiero como les he dicho. 

^Pero contra la naturaleza de los herreros no hay nada que hacer.

 

 

Sara Evans - Perfect 

 

 

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