martes, 4 de marzo de 2025

Uno, dos, tres

Cómo pensamos determina lo que hacemos, y lo que hacemos determina lo que conseguimos.



El domingo estuve viendo en Amazon Uno, dos, tres.


Es una película genial de 1961 dirigida por Billy Wilder y con James Cagney como protagonista principal. Sí, en blanco y negro. Quien quiera la ficha de la wikipedia sobre esta película, la tiene aquí.

Como muestra la imagen, debe advertirse que la película incluye violencia, consumo de alcohol, consumo de tabaco, lenguaje malsonante y contenidos sexual. ¿Nos hemos vuelto locos, o qué?

En las películas de Charlot éste suele pegarle una patada en el culo a un guardia urbano. Quizá eso es violencia, pero es que en esta película, ni eso. Sí, los policías de la RDA torturan a Otto para que confiese: pero la tortura es hacerle escuchar un disco con música yanki, y Otto es un alemán del este genuino. Violencia psicológica, imagino. ¡Por amor de dios, es una comedia! De hecho, esa escena es en alemán, no creo que los niños sufran.

Lo de lenguaje malsonante, no sé si es que alguien dice "cáspita" o "diantres". ¿Tabaco? Para ridiculizar los puros habanos, y tras la primera chupada lo tiran a la basura. Consumo de alcohol... Hay una escena en un sitio mitad centro cultural mitad salón popular, y los rusos están bebiendo no se dice pero supongo que será ese alcohol tan peligroso. Y creo que se habla de beber cerveza. Esto, teniendo en cuenta que la película va de que el protagonista es el representante de CocaCola en Berlín Oeste y trata de abrir plantas en Rusia, pues es normal. Pero no se ven, o no las recuerdo. ¡Ah, ahora caigo! En la escena en la que intentan enseñarle modales a Otto durante las comidas (tiene que hacerse pasar por un conde), éste arrambla las botellas de vino e intenta beber a morro, sin usar las copas. ¡Va a ser eso!

En cuanto a contenido sexual... Parte del argumento es que el ayudante de Cagney se disfraza de mujer, y se coloca unos globos que tienen propaganda de la RDA. Luego la Policía Militar busca a una mujer que tiene propaganda de la RDA tatuada en la pechera, pero el ayudante ya se ha quitado el traje. O bien que la mujer que intenta imitar al disfrazarse es la secretaria de Cagney (con la que tiene un lío, pero sólo se menciona) y ¡qué mujer! El contenido sexual debe ser que ella salga en escena, porque la insinuación a los rusos de que si acceden Cagney les cederá su secretaria...

En fin, que la película la dan para mayores de 13 años, y ningún niño ni de 7 años sería capaz de encontrar el contenido sexual, el lenguaje malsonante o la violencia. Hay más de todo eso en la Blancanieves de Disney y, por supuesto, en La Bella Durmiente (¡el héroe lucha contra el dragón!) y en La Cenicienta.

Claro, luego vemos que nos advierten de precisamente lo mismo en La naranja mecánica, y creemos que los niveles de violencia, sexo y demás es similar. 

Somos una sociedad decadente, porque hemos dejado que las minorías tomen las riendas. Estoy seguro de que sólo una minoría muy minoritaria de entre nosotros pediría que se advirtiera al que va a visionar Uno, dos, tres de que es una película violenta y todo eso. Pero dejamos a esos trastornados que rijan las cosas, y así nos va.

 

 

Frankie goes to Hollywood - Relax 

No hay comentarios:

Publicar un comentario