domingo, 24 de julio de 2022

¡Vaya errata en el Código Estructural!

Prólogo:

Todo texto escrito es susceptible de tener erratas. En la Antigüedad, antes de los ordenadores, los texto se revisaban para localizar las más de éstas. Si una postrera revisión localizaba alguna otra, se publicaba lo que se conocía como Fe de erratas; para los nuevos, explicaré que solía consistir en una hoja con los avisos de las erratas localizadas, que solíamos guardar dentro del libro en cuestión. Ahora esto ya no se hace, pues se supone que los correctores ortográficos automáticos son perfectos, y pasa lo que pasa.

En una norma técnica puede haber erratas. Se supone que son tipográficas, pero pueden afectar al contenido. ¿Y entonces?

Entonces hay que discernir el tipo de errata. El error puede ser en un precepto de carácter administrativo o procesal (por ejemplo, que en vez de exigir 3 muestras se exijan 33), en cuyo caso no hay mucho que hacer, si se exigen 33 qué le vamos a hacer, porque si dudamos de eso, cuando exija 6 también podemos creer que el número correcto es 3. Pero el error puede ocurrir en un precepto técnico, como el caso que traigo a colación. ¿Y entonces?

Y entonces, nada. La norma no tiene nada que decir. Cuando en un precepto técnico la norma se equivoca, el técnico ha de hacer caso omiso de lo que dice la norma. Porque la obligación del técnico es saber. Saber la Técnica. Da igual lo que diga el texto, el técnico ha de corregir por sí solo la errata y el error. Lo que es, es, aunque la norma diga otra cosa.

Lo cual es, en estos tiempos, pedir un imposible, porque los técnicos apenas sabemos ya. Pero ésa es otra milonga.

Y aclarado esto, veamos la errata de marras.

 

No es moco de pavo. Desde siempre, existe una esbeltez máxima por debajo de la cual no es necesario contar el pandeo del elemento. Tradicionalmente, ese valor era 35. Las nuevas (ahora ya caducas) normas de ordenador sustituyeron ese valor por una complicada fórmula (mi entrada al respecto: 2013/07/limite-35.html), y el nuevo Código Estructural ha optado por una fórmula, pero sencilla:

 

Si se fijan: 

La cuantía mecánica nunca será negativa; si no hay es cero, y si hay es positiva. Por lo tanto, B nunca será menor que 2; que propongan 1,1 como valor por defecto es, pues ridículo.

Y es que es una errata. Si consultamos lo que dice el Eurocódigo, fuente de inspiración del Código Estructural, y lo consultamos en inglés por si las moscas, aparece:


Queda clarísimo que el CodEst es traducción del Eurocódigo, al menos en este capítulo. Y queda claro que el Eurocódigo dice:


Ni copiar saben.

Espero, al menos, que los que escriben los programas de ordenador, que son en la práctica los que se han de mirar la norma (los ingenieros sólo ejecutamos programas) sí detecten el fallo.


 

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