martes, 10 de agosto de 2021

Deportistas antideportivos

https://www.youtube.com/watch?v=9gJhbYhgc3c 

 

 

Lo ocurrido en la prueba de maratón de los Juegos de Tokio da qué pensar. 

Para que conste: el francés (no viejo) Morhad Amdouni (conste su nombre para mayor oprobio), al llegar al punto de refresco de los 2/3 del recorrido, en vez de coger su botella de agua y continuar, pasó derribando todas las botellas que había preparadas y se quedó la última; así, los demás corredores no podrían hidratarse.

No todos los deportes se basan en un comportamiento angelical, de novela de caballería, y causar daño al rival también es parte de la estrategia de muchos: en el ajedrez hay que comer las fichas del contrario, y éste no puede alegar que al hacerlo están reduciendo sus opciones de victoria. Y el boxeador que pierde no puede quejarse de que el otro le esté propinando mamporros y que habría ganado si el otro no le hubiera atizado hasta dejarlo K.O. Sin embargo, hay límites a lo que se puede hacer. Algunos de estos límites están en las reglas, otros no. Pero que no estén no significan que no existan: mandar unos matones a romperle las piernas a tu rival antes de una competición, como se ha hecho en el patinaje en los EE.UU., está mal. Clavarle un cuchillo en la espalda a Mónica Seles para que no gane a Steffi Graf, como hizo un seguidor de la Graf en Hamburgo tampoco se puede. Vale, de acuerdo, estos son casos extremísimos y por lo tanto aisladísimos, pero conviene reflexionar hasta qué punto es lícito causarle un perjuicio al rival para ganar.

El primer "deporte" que me viene a la cabeza es la F-1. En general, los pilotos son deportivos, pero... los campeonísimos comen aparte: varios campeonatos se han ganado con el campeón yendo al empezar la última carrera a "accidentar" el coche del rival, aceptando incluso que ellos mismos queden accidentados. Luego se dice que ha sido sin querer, guiñan el ojo y se proclaman campeones. Qué casualidad, el piloto que mejor ha pilotado durante el año, precisamente en la última carrera tiene un accidente en la primera curva y precisamente el damnificado es su mayor rival (y no otro), y este accidente sólo ocurre los años en los que el campeón se asegura el campeonato si el rival no gana la carrera... Todos sabemos que es mentira que ha sido sin querer y que sería mentira si hubiesen dicho "sin querer... evitarlo", porque lo han provocado a conciencia. Si la organización pudiese decidir que en estos casos, accidentes en los que no hay duda de que los ha provocado el que sale favorecido, se le quitasen a éste los puntos de su mejor carrera, seguro que no habría esos accidentes. Prueba obvia de que no eran tales. Pero no, y de hecho la F-1 como deporte ha degenerado tanto que a veces estos campeonísimos provocan accidentes que podrían tener consecuencias muy serias, hablo dela muerte del otro. Y es que a menudo pilotan sin respetar a los demás, y si el otro se accidenta, la culpa fue suya por no apartarse o por estar en la trazada que quería seguir el campeonísimo.

En motociclismo las cosas son distintas, tal vez porque todos los pilotos se han caído en alguna ocasión y saben que tirar al contrincante es excesivo. A veces ocurre, sí, pero suele ser un accidente de verdad. Y cuando la temeridad del beneficiado lo ha provocado... sí, es una conducta antideportiva, pero ha surgido en el calor de la pelea, no es algo premeditado como la F-1.

El escalón siguiente al motociclismo es el ciclismo. Aquí, claramente, que un ciclista tire al otro es un accidente, y lo de los sprints... Es como una falta en fútbol, está mal y se penaliza, pero no hay intención de provocar un accidente, sólo de que el el rival no adelante. De hecho, es algo que sólo ocurre (y sólo a veces) en ese momento, es fruto de la tensión de los sprints.

El ciclismo tiene, eso sí, algunas cosas poco caballerosas sobre las que siempre se discutirá. Atacar cuando el rival está haciendo sus necesidades no se considera correcto. En cambio, si pincha o tiene una avería yo creo que sí (aunque hay quien dice que no, suele decirlo en casos específicos en los que el damnificado es su favorito). A veces un equipo renuncia al avituallamiento para atacar cuando los otros están comiendo: tampoco me parece mal. Como si han pasado mala noche o están doloridos de una caída: se siente. Ahora bien, lo que no se hace es lo que ha hecho el mentado Morhad Amdoun: impedir que los otros corredores se avituallen.

En general, en los deportes individuales no hay ocasión de tener actitudes como las del nuestro francés (no viejo). En los deportes de equipo, sin embargo, es posible que algunos tengan como objetivo anular a la estrella rival y lleven su empeño demasiado lejos.  Lo habitual es que estos coequipiers sean broncos, duros, pero no antideportivos: comenten las faltas reglamentadas y reciben las sanciones reglamentarias, todo entra dentro del deporte. Y las lesiones suelen ser accidentales, no hay mala intención.

Excepción a esto podrían ser el fútbol y el baloncesto profesional. Con mucho dinero de por medio, la tentación de extralimitarse puede ser muy fuerte. En estos dos deportes algunos jugadores son demasiado imprudentes y no les importa si causan daño. Por ejemplo, la patada de De Jong a Xabier Alonso en la final del Mundial de Sudáfrica:

El árbitro consideró (imagino) que al ser una final del mundial era comprensible la virilidad del juego holandés y sólo le sacó la tarjeta amarilla. Bueno, vale: si no fuera una final del mundial yo habría apoyado que la policía se lo llevase detenido y se le aplicase el código penal. Y al árbitro, por connivencia al tolerarlo.

Y luego están los que van a posta a lesionar a la estrella rival. Que los hay; no muchos, pero los hay. ¿Qué se puede decir de esta gente? Me viene a la cabeza, y es otro ejemplo, el caso de un jugador de la NBA que reconoció, años después, que lesionó a posta a Kobe Bryant en un partido. Y jugadores que ponen el pie cuando el otro salta para que caiga sobre su empeine. 

O la antideportividad de los San Antonio Spurs, que enviaron a su fondo de banquillo a provocar un altercado con la estrella de los Phoenix Suns sabiendo que los árbitros expulsarían a todos los implicados. 

Pero lo cierto es que hay muchos partidos cada semana y estas actitudes son anecdóticas, no sirven para mancillar a ambos deportes.

Hay otros casos de conductas antideportivas llevadas al límite: la Ryder Cup de golf cuando se juega en los USA, la Copa América cuando la organizan ellos... pero eso es como cualquier partido de cualquier cosa que se dispute en cualquiera de las numerosísimas "calderas" turcas, griegas, yugoeslavas, italianas, españolas, brasileñas, argentinas,... Es el público, más que los deportistas. No siempre es como en el ciclismo, donde todo el público anima a todos los corredores (he de contar dos excepciones excepcionalísimas: en una Vuelta a España, cuando la gente echaba cubos de agua a los corredores en las subidas para refrescarles, en los Picos de Europa al líder, Eric Caritoux, le echaron un cubo de agua... con piedras dentro; y por aquellos años, en un Giro de Italia que iba escapado Juan Fernández con opciones de ganarlo... alguien del público lo tiró a una zanja).

Volviendo a Morhad Amdouni, espero y deseo que la respuesta de la IAAF sea ejemplarizante: estas actitudes, mejor cortarlas de raíz. Que pague él por todos los daños que se producirían si no se escarmentara en su cabeza.

Y, además, el tío era tonto: algo más adelante había otra mesa con más botellas de agua.



 

La Bullonera - Baile de la canastera

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