sábado, 10 de julio de 2021

William Holden

https://www.youtube.com/watch?v=QXWPdivFaTg 

 

 

He visto en la tele "El séptimo amanecer", de William Holden. Y mientras la disfrutaba, no podía dejar de pensar qué buen actor es Holden. E intentaba definir qué es lo que le hacía tan especial.

La gran película de William Holden es "El crepúsculo de los dioses", en la que hace de guionista en apuros que se aprovecha de una anciana Gloria Swanson (en realidad no era anciana, pero era el guión). Recuerdo cuando fui a verla al cine, que mi madre la recordaba por la escena del principio. Y mi padre. Y mi suegra. Han pasado muchos años de aquello, y yo también sigo recordándola. Es sin duda una de las mejores películas de la historia.

Otros quizás recuerden a Holden por ser el cobarde prisionero que se escapa en "El puente sobre el río Kwai" o el jefe de los bandidos "Grupo salvaje". No creo que le recuerden como el hermano playboy al que Humprey Bogart le levanta la novia (Audrey Hepburn) en "Sabrina"; pero permítanme que empiece mi comentario por esta última película: al lado de Holden, Bogart es un tímido economista que sólo sabe de números. Y Alec Guinness es un estirado británico. También, en "Grupo salvaje", Holden es el más violento (de espíritu) anciano que haya liderado una banda. Anciano como lo era Swanson, pues Holden también tenía 50 años entonces.

En "el séptimo amanecer" Holden interpreta a Ferris, un aventurero norteamericano que luchó con la resistencia malaya durante la segunda guerra mundial. Al acabar la guerra Ng, el compañero malayo se va a Moscú a formarse y Ferris se queda en Malasia, donde inicia una próspera carrera de terrateniente. Ocho años después, Ng es el líder de los terroristas que quieren la independencia de los británicos. La compañera de los dos durante la guerra, Dana, es la amante de Ferris (Ng estuvo y seguía enamorado de Dana, pero ésta no le correspondía) y es una líder de los malayos (a lo Gandhi). Ng le tiende una trampa a Dana para que los británicos la juzguen y la ahorquen y Ferris, muy a su pesar, se ve forzado a luchar contra Ng si quiere salvarla. Ferris acabará matando a Ng, pero no consigue llegar con la noticia a tiempo y Dana es ahorcada. La película no tiene un final feliz, como no lo tiene El crepúsculo de los dioses, Grupo salvaje, El puente sobre el río Kwai o (para Holden) Sabrina.

William Holden como Ferris, y Ng
 

La cuestión es que Holden en cada fotograma destila... no sé decirlo. Puede que sea, simplemente, virilidad. Pero bruta, en estado puro. Intensa. Mucha más que Burt Lancaster y por supuesto mucha más que Kirk Douglas. No sé, por citar a mis actores favoritos, Cary Grant destilaba elegancia incluso cuando hacía de malo, James Stewart era siempre el bueno más bueno del mundo (hasta John Wayne parecía uno de los malos a su lado), y John Wayne siempre hacía lo correcto. Y a Gary Cooper no podías dejar de mirarlo. Pero lo de William Holden es distinto. Es algo que irradia.

 

Viene todo esto a cuento de una reflexión que me hice al pensar sobre Holden. Y que ya me he hecho muchas otras veces. Los de mi generación somos capaces de ver películas antiguas. Y de disfrutar con ellas. En color o en blanco y negro; o mudas, aunque de éstas dan pocas por la tele, por no decir ninguna, y sobre todo si son de Chaplin. Los actores que he citado son monstruos que tenemos presente, sabemos y admiramos, y hay muchos más, actores y actrices, en ese panteón. Los jóvenes, en cambio, no.

No sé cuándo empezó el cambio. Quizá con la llegada de los grabadores de vídeo, que permitieron a los chicos elegir lo que querían ver. O quizá con la reducción de las salas de cine. O quizá fue tan solo que los grandes actores se fueron haciendo viejos sin relevo. O que los nuevos directores que llegaron en los 60 y 70 despreciaron a los grandes actores. No sé. El plantel de estrellas no se extinguió, siguió adelante con Clint Eastwood, Robert Redford o de Niro, entre otros, luego Tom Hanks, Denzel Washington o Nicholas Cage, Bradley Cooper y Matt Damon me gustan mucho entre los actuales, pero la nómina va decreciendo, y quizás más entre las mujeres. Ahora, las estrellas lo son por sus músculos y sonrisa perfecta, o eso me parece a mí. O quizás es que ahora la interpretación es algo diferente. O puede que no, que el cine siga siendo grande, como lo era en la época del cine mudo y en los años cincuenta y lo que pasa es que yo me estoy haciendo viejo.

Lo que sí es cierto es que los jóvenes de ahora ni saben quiénes fueron las estrellas del pasado, ni están dispuestos a ver sus películas.

Ellos se lo pierden.

 

 

Coque Malla - Me dejó marchar 

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