domingo, 24 de enero de 2021

Confinamiento municipal

Es ridículo el confinamiento municipal por el covid. Miro por la ventana y veo a la gente pasear, pararse a saludar, esperar en los cruces, la parada del autobús, el tráfico... Probablemente habrá muchas personas en los parques, en el mercado de San Antonio o en el rastro; en las playas, en la Diagonal,... Y lo mismo ocurrirá en L'Hospitalet: seguro que la Plaza Española, el parque de la Marquesa o la avenida Primavera están hasta los topes.  Y la Rambla de Justo Oliveras. Otro tanto pasará en Badalona, en Santa Coloma, en Cerdañola y en Mollet. Y en tantas ciudades con decenas de miles de habitantes. Pero no se puede ir de Cerdañola a Ripollet, de Cornellá a Sant Boi o de Pallejá a Sant Andreu de la Barca. Y mucho menos viajar a Ager, a Batea o a Vinaixa. Está prohibido, pero ¿porqué? ¿Está más segura la gente arremolinada en el paseo de su ciudad?

Sí, ya sé que los de los pueblos pequeños no querían que los de las ciudades fuéramos a sus pueblos, que querían que nos esperásemos a que pasara la pandemia. Pero hasta ellos mismos, sin duda azuzados por el hambre que supone que no vayamos, claman que vayamos. 

Y es que es lógico. La densida de Aragón no llega a 28 habitantes por kilómetro cuadrado; si descontamos la población de la ciudad de Zaragoza, hay 13 habitantes por kilómetro cuadrado. La densidad de Zaragoza, dado que el término municipal es extensísimo e incluye enormes zonas vacías por los cuarteles, no vale para esta comparación (aunque supera los 730 habitantes por kilómetro cuadrado), pero la densidad de Hospitalet de Llobregat es de casi 21.000 habitantes por kilómetro cuadrado, así que la densidad del casco urbano estará en algún punto intermedio, pongamos 10.000 personas por kilómetro cuadrado. Casi mil veces la densidad del resto de Aragón. Y la mayoría de la población está en Zaragoza, con lo que el confinamiento municipal lo que hace es apretar a la mayor parte de la población, beneficiando a... puede que nadie.

En Cataluña las cifras no son tan extremas como las de Aragón, tierra de contrastes por otro lado, pero la idea es la misma. Ya he dicho la densidad de L'Hospitalet; la de Cornellá supera los 12.000 habitantes, la de Badalona está por ahí, Sant Adriá está en casi 10.000, y la ciudad de Barcelona, con la extensa Zona Franca industrial y la sierra de Collserola en su municipio, está en 16.000 habitantes por kilómetro cuadrado.

No sé, yo si fuera gobernante intentaría reducir la densidad de la población al máximo. Y eso se consigue distribuyendo a las personas en el espacio, no prohibiéndoles salir de sus municipios.

Pero, claro, ponemos a los políticos al mando. Y éstos dan para lo que dan.


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