sábado, 30 de marzo de 2019

La información desinformada




Vivimos, parece, en una era de la información. Todos tenemos disponible toda la información al instante, a un solo click. El fenómeno es tan evidente, que los periódicos de pago están casi extinguidos. Y no sólo los de pago: también los gratuitos. No los quiere nadie, porque todos traen noticias ayer. Noticias viejas, vaya. ¿Estamos entonces más informados que nunca?

Pues no estoy seguro.

Por ejemplo: vivimos en la edad de oro de las fake news. De las noticias falsas. En estos tiempos, las noticias vuelan, sean ciertas o falsas. A menudo, las falsas más rápidas. Porque a menudo las noticias falsas han sido creadas justo para eso: para propagarse a toda velocidad. Que la gente las lea o las oiga, que las crea y las repita. ¿No tiene esto relación con cómo nos llega la información? Sin duda que sí. Porque estamos acostumbrados a que, cuando nos llega una noticia, ésta sea cierta. Tampoco ayuda el formato twitter: una idea que se transmite en un máximo de 140 caracteres... sólo es un enunciado. A creer sin demostración. Vídeos, imágenes (ay, Photoshop),... Y claro. Todo fuera de contexto. Fulanito ha dicho tal cosa. Y los cinco segundos de video. No la conversación entera, no de qué se estaba hablando. ¿Es falso? Sí, porque es una manipulación.  Sí que lo ha dicho, pero el mensaje que nos dan está manipulado para que transmita lo contrario a lo que transmitía el mensaje de Fulanito.Y así vamos, de mentira en mentira hasta la desinformación total.

Lo peor de todo es que, como nos explicaría Ishmael, la mejor cárcel es aquella cuyos barrotes no vemos y en la que no sabemos que estamos: no nos genera deseo de escaparnos. Y con la información nos pasa lo mismo: tenemos tal bombardeo de noticias que creemos que estamos más informados que nunca.

Y a todo esto, ¿qué hacen los medios de comunicación? La mayoría priman que se haga click en sus noticias, que tengan tráfico en Internet. Para ello buscan titulares sensacionalistas, lo que no deja de ser el primer paso en el camino de la desinformación.

Inciso: esta mañana, mientras meditaba este artículo, he recordado ¡y entendido! un chiste que se hacía en la película Aterriza como puedas: el niño que se come su propio pie (youtube.com/watch?v=1ia9exQoppM). 39 años llevaba sin entenderlo.

¿Guarda esto relación con el desplome de los periódicos en papel? Seguro que sí. Porque los periódicos traerán noticias viejas, de ayer, pero... las traen de otra forma. Para empezar, las presentan de una manera estructurada. Han pasado un filtro sobre qué es importante y qué no, qué se ha de destacar (sin criterios sensacionalistas), con los artículos de opinión, intentado situar las cosas en su contexto, razonando las opiniones,... Todo lo que no es twitter, vaya.

Es bueno leer periódicos en papel. Sean de la tendencia que sean.

En fin, a finales del siglo pasado, cuando internet se hizo realidad los periódicos "apostaron" por aparecer en internet. Ahora suena increíble, pero el que mi hermano leyera el Heraldo desde Madrid por las mañanas al levantarse era alucinante. En aquella época no había youtube ni google ni mp3 ni fotos ni prácticamente nada y la velocidad de cualquier cosa era ya entonces casi inacetable, por lo que las razones para tener internet eran, sobre todo, los correos electrónicos - los profesionales- y los periódicos. Aún les diré más: en aquella época internet lo formaban 3 conceptos: la transferencia de archivos FTP, el correo electrónico - que no era vía web- y el navegador en la red. EL navegador se usaba con Yahoo por diversión casi siempre - un a ver qué me encuentro- y los periódicos. 

El caso es que los periódicos decidieron dar sus contenidos gratis. Veinte años después, está claro que fue una decisión pésima. Pero el cobrar por contenidos tenían que haberlo hecho todos a la vez. Y como en aquel momento la presión era para demostrar que se era guay y moderno, nadie quiso; no sé qué pensaron. Hoy, algunos han decidido que han de revertirlo: que han de cobrar. La idea está funcionando con unos pocos en los States, no sé qué tal les va a los españoles. Chungo, me temo: la mayoría de nosotros preferimos algo de peor calidad pero gratis que algo bueno que cueste. 

Y lo más curioso es que cuando uno paga, lo que recibe a cambio suele ser mucho mejor; solo que no lo sabe hasta que no paga, y por eso no paga. Curioso, porque la mayoría de los artículos gratuitos que se ofrecen son una birria. Y los de pago excelentes. Eso sí, leer en internet sigue sin ser como en papel: no hay un plan estructurado, no se proporciona la información de una forma ordenada y catalogada.

Por último, una tendencia reciente son los periodistas que cobran de manera autónoma. Hace ya años que aparecieron los blogs de pago; creo que no tuvieron mucho éxito, pero no me he informado. Lo que sí está triunfando es www.patreon.es, que permite "patrocinar" a los periodistas: cada periodista establece un rango de cuotas (por ejemplo, desde 3 hasta 250 euros al mes) y lo que obtiene el suscriptor a cambio. Bien, si el periodista es bueno consigue una digna cantidad. Al ganar dinero por su trabajo, el periodista se esfuerza más aún y se nota, la calidad de lo que escribe sube, la gente lo nota y cada vez más gente se da cuenta de que algo tan bueno merece cobrarse y se apunta. Me gusta, y espero que triunfe. Y que cada periodista gane lo que merezca ganar.

Es un mito que a las personas nos guste la bazofia. Consumimos bazofia, porque es lo que nos ofrecen; si nos ofrecieran algo mejor, ya lo creo que cambiaríamos. Lo que pasa es que en una época en la que Twitter y herramientas de ese estilo están arrasando, tenemos que ser nosotros los que rompamos el círculo vicioso y buscar la calidad. Ofreciendo a cambio nuestro dinero, podremos exigir.




Alan Silvestri - Naúfrago

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