viernes, 8 de marzo de 2019

Arquitectas




Hoy es 8 de marzo, día de la mujer trabajadora. De un tiempo a esta parte, la sociedad en España se divide entre feministas y fascistas. O lo uno, o lo otro. En concreto, es fascista aquél que no es feminista. Pero feminista de tener a los hombres encadenados en jaulas, ¡eh! Si no eres partidario de eso, eres fascista. Así son las cosas, oiga. Y, por supuesto, huelga general. Las funcionarias y las estudiantes, amén de las ociosas, huelga general. Las demás, las que día que faltan día que no cobran, han cumplido sus obligaciones. Faltaría más. Y es que España está llena de fascistas.

En estas condiciones, es comprensible que todos los medios de comunicación se llenen de artículos más o menos reivindicativos sobre las mujeres. Hay algún fascista que ha escrito algún artículo de opinión en contra, pero son minoría. Aunque no entre la gente que comenta, no sé si es que los feministas no leen o no comentan. El caso es que uno de los digitales que he leído esta mañana, en uno de sus artículos feministas incluía esto:

¿La arquitectura era una profesión machista? “Lo sigue siendo”, sostiene la directora de la Asociación de Mujeres Arquitectas de España (AMAE), Inés Sánchez Madariaga. “Muy pocas se integran en el mercado laboral y muchas menos consiguen progresar. La profesión está muy atomizada, muy precarizada y esta situación afecta más a las mujeres. Además, sigue siendo un sector muy masculino, tanto por lo que respecta a los clientes como a los colegas del sector”, explica.

Aunque no afecta solo a las mujeres, esta arquitecta explica que es una profesión en la que se sufre, a menudo, “acoso laboral y psicológico”. “Es un sector con altos niveles de agresividad en la obra”. Lo que desde fuera no se aprecia es que “al estar mucho dinero en juego --hace referencia al presupuesto de los proyectos-- y existir responsabilidades cruzadas, hay mucha confrontación, y a las mujeres nos cuesta más lidiar con estas situaciones”, sostiene.

Al contrario de lo que se pueda pensar, la discriminación no se genera en contacto con los trabajadores de la obra, sino con “colegas de profesión y con los jefes”. También los clientes suelen mostrar reticencias a que las responsable del proyecto sea una mujer, “piensan que no tenemos capacidad para liderar un proyecto de gran envergadura”, cuenta esta profesional. Tampoco ayuda “la cultura profesional dañina de estar disponible a todas horas, todos los días. Se piensa que quien no lo está, no tiene vocación”. Una situación que no es exclusiva para las mujeres, pero que “tiene un impacto añadido negativo” para éstas.

https://cronicaglobal.elespanol.com/vida/estereotipos-genero-mujeres-trabajo-hombres_227850_102.html
Vaya. Nunca lo habría pensado. Conozco a algunas arquitectas, y son buenas, tanto como algunos arquitectos que conozco. Y conozco a algunas arquitectas de renombre y fama, y cuadran a cualquiera: usted me ha contratado a mí y por lo tanto aprobará todo lo que yo le diga, y si no le planto.

Por eso me ha chocado lo de que "hay mucha confrontación, y a las mujeres nos cuesta más lidiar con estas situaciones”. Siempre me ha parecido que, al menos comparada con las que acostumbro a afrontar yo, el arquitecto tiene confrontaciones muy débiles. Pero no soy arquitecto, así que supongo que no tengo ni idea. Que yo creo que sí que la tengo porque he trabajado y trabajo con muchos y les he acompañado en infinidad de situaciones, pero puede ser. Y luego está la idea de que las mujeres huyen de la profesión de arquitectas por la confrontación y agresividad inherente al oficio. Vaya, de nuevo. Sí, supongo que de funcionaria o de maestra de infantil las tensiones del día a día y los enfrentamientos con gente que está invirtiendo millones como los que está gestionando el arquitecto no se dan. Claro que no. Amén de que el horario es mucho más cómodo, no se puede ni comparar. Por no hablar del esfuerzo requerido para llegar hasta allí o del sueldo (esto es culpa del gremio de arquitectos). Por no hablar de la responsabilidad: un error del arquitecto puede valer mucho dinero, cuando no llevarle ante un juez y quizás a la cárcel. Seguro que las funcionarias y las maestras de infantil no tienen que estar preocupándose por lo mucho que pagan a su seguro de responsabilidad civil.

Y es que, gracias a Dios, el sistema de cuotas no ha entrado todavía en el sector de la construcción. Trabajan hombres y mujeres, si valen. A todos ellos se les trata igual y se les mide por sus resultados. Si no hay más mujeres, es porque no quieren las que valdrían. Y si no hay más arquitectas es porque ellas no quieren serlo. No hay ninguna presión de los hombres para que ellas no estudien Arquitectura. De hecho, que yo sepa, no hay en España ninguna profesión (salvo sacerdote católico, que no es ningún chollo) que esté prohibida a las mujeres.



Coda: la verdadera igualdad entre hombres y mujeres llegará el día que nosotros podamos quedarnos en casa con los niños, y que la mujer sea quien se tenga que deslomar para traernos las habichuelas y que no nos falte de nada a nosotros y a los niños. Ya nos preocuparemos nosotros de los chicos, los veremos crecer y disfrutaremos de su infancia.

Supongo que por eso soy un fascista.




4th + Main  - When you say nothing at all (versión)

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