lunes, 30 de abril de 2018

La manada y la plebe




Es de actualidad estos días la sentencia a "La Manada": cinco hombres (no les doy el beneficio de denominarlos "jóvenes" o "muchachos", pues tenían entre 24 y 27 años, y a esa edad ya se ha de ser responsable de sus actos) que en los pasados sanfermines forzaron a una chica de 18 años (lo de la manada es porque se autodenominaban así). ¿Qué idea tenía la muchacha al irse de madrugada ella sola con esos mostrencos? Lo ignoro; sin duda no se esperaba lo que le iba a pasar. Por qué no lo vio venir, cómo es que no estaba en guardia, tampoco lo sé. Creo que uno se la ligó y ella creía que iba sólo con él, no sabía que los demás les estaban siguiendo como parte de un plan. Y qué hace una chica de 18 años sola de madrugada en una ciudad que no es la suya, en unos días en los que es fama que por fiestas la ciudad es un despiporre sexual con abusos a la orden del día y donde acuden cada vez más mostrencos con la idea de pillar cacho, pues tampoco lo sé. Tengo entendido que es un signo de estos tiempos, el que las chicas jóvenes empiecen las noches como quieran y las acaben con quien quieran, pero qué quieren que les diga yo,me parece de idiotas: si haces una actividad de riesgo, corres el riesgo de que te salga mal. Y a quien me diga que a lo que no hay derecho es a que salir por la noche e irse por ahí con un desconocido sea una actividad de riesgo, pues... también cierro la puerta de casa al salir, subo las ventanillas del coche cuando lo dejo y no recomiendo a mis hijas que viajen de Caracas a Tijuana solas en auto-stop. No hay derecho a que no puedan hacer ese viaje así, pero es la vida y lo inteligente es no hacerlo. 

El caso es que se ha dictado sentencia y creo que los condenan a 9 años de cárcel. No me he leído la sentencia, no lo voy a hacer y por eso no la voy a criticar: no sé si es correcta o si es injusta. Estoy seguro de que se va a recurrir,como permite la ley española, y no sé si cambiará a más o a menos o se confirmará. No es esto lo que me importa ahora.

También sé que hubo un voto particular de un juez del tribunal, partidario de una condena menor; he leído que este voto estaba incluso más razonado que la sentencia. De nuevo, me da igual si este voto era más justo o menos que la sentencia; lo que trasciende es que hubo un juez que incluso consideró excesiva la condena de 9 años.

Lo importante, en este caso, ha sido la reacción de la plebe. Y digo plebe a propósito; podría decir populacho, pero quiero que incluya un matiz de contar también a los líderes de ese populacho. Por ejemplo, la portavoz (ella quiere que la llamen portavoza, ése es su nivel) de Podemos, que no tardó en declarar que "no he leído la sentencia, pero no estoy de acuerdo". En una carrera por ser más feminazi que nadie, todo el mundo ha clamado contra la sentencia, contra los jueves (llegan a pedir que se empapele a los jueces del tribunal y que se enchirone al discrepante) y contra el mismo sistema judicial. Contra el CPGJ, contra el sistema de designación de jueces, contra la profesión de jueces, contra todo.Y contra la ley, claro: debe cambiarse a la voz de ar, para permitir la ejecución en plaza pública de los cinco mostrencos.

No, la plebe, como la portavoz Montero, no se ha leído la sentencia. Ni lo va a hacer. La plebe no necesita esclarecer hechos, examinar pruebas y tomar testimonios para dictar sentencia. La plebe sabe, y punto. En caso de duda, regirá el principio de que la plebe nunca se equivoca y que además eso es la democracia: quien discrepe, es un facha y merece el exterminio.

Pero así es como funciona la plebe. Compra el argumento más fácil, el que les promete un mundo más feliz sin problemas (ése es el argumento en este caso: una condena altísima para los malvados, sin pensar en la justicia de las decisiones). Y lo hace sin reflexionar: plebe y reflexión son incompatibles.

Uno podría esperar esto, la toma de decisiones sin conocimientos previos, sin reflexión, de los votantes de Podemos y de los del lazo amarillo, que ya queda retratada su capacidad en su vida diaria. También en personas que tengo en el whatsapp, que a fin de cuentas conozco a personas de todo pelaje y jaez. Pero me llama la atención la cantidad de periodistas que se han puesto a la vanguardia de la masa, que en vez de intentar explicar que no es eso, compañeros, que la cosa es más compleja de lo que creéis, se dedican a azuzar sus bajos instintos. Como, por ejemplo, este artículo que he leido en la prensa de hoy. Un artículo con frases como ésta:
Los jueces intervienen en el escenario fuera de las reglas de la narrativa social, sin tener que dar explicaciones, con una altiva superioridad que los convierte en el último reducto de la civilidad. La crítica, pues, es para ellos (todos, porque quien habla es el TS o el CGPJ) un menosprecio.
La tesis del articulista es que ¿quiénes se han creído los jueces que son? ¿Quién les ha nombrado a ellos jueces?, en definitiva. Éste es el nivel de muchos periodistas que escriben en periódicos de gran tirada; éste es boton que explica muchas de las cosas que pasan entre nosotros. 

Hará unas tres semanas, una conductora que dio positivo en el test de drogas arrolló en Mallorca a un pelotón ciclista, matando a uno. La conductora está en libertad provisional a la espera de juicio, y la pena máxima que le puede caer creo que es de cuatro años. La moza de Pamplona está en su casa sin un solo moratón (las secuelas psicológicas dependen de su fortaleza mental; no sé por qué, pero me da en la nariz que una guatemalteca o una ugandesa ya habría superado la experiencia). El ciclista, en cambio, está muerto. A la que lo mató le caerán como mucho 4 años; a los que le hicieron pasar un mal rato a la moza, 9. Y, sin embargo, la plebe está indignada porque sólo sean 9 años y no dice nada de lo de Mallorca.

Más aún, el tema de actualidad antes de la sentencia es el juicio de Alsasua: dos guardias civiles, uno con su esposa y el otro con su novia, fueron apaleados por una turba en un bar de Alsasua. ¿Qué opina la plebe de esto? Si escuchamos a sus portavoces, nada: lo de Alsasua fue solo una pelea de bar, una chiquillada a la que no hay que darle más importancia. Apalearon a la esposa y a la novia por ser esposa y novia, pero a la plebe eso les da igual: se lo buscaron ellas, enamorándose de quienes no debían (si sabían lo que les convenía). Y que conste que nadie está acusando a la chica de Pamplona de haberse buscado ella sus problemas, ¡eh! Pero llama la atención la disparidad entre las dos posturas, porque la emiten las mismas personas en fechas muy cercanas. Y sin que se les caiga la cara lo más mínimo.

Me gustaría, si alguien me protesta a la cara, que esa persona me hiciera un baremo de las penas que considera adecuadas para cada delito. ¿Cuánto le echaría a los de la manada? ¿Y si le hubieran cortado la lengua al terminar? ¿Y si le hubieran dado una paliza de campeonato? ¿Y si la hubieran matado? No me extrañaría que acabaran pidiéndome la pena de muerte. O que saliera gratis matarla, ya puestos a lo que estaban. Y es que éste es uno de los dilemas de la justicia: ser justo requiere ser proporcional.

Y si dar una salvaje paliza sin razón a cuatro personas es sólo una pelea de bar y matar a un ciclista y atropellar a unos cuantos más se salda con 4 años de cárcel, 9 años me parecen a mí más que suficientes. Así que antes de criticar los nueve años, revisemos lo de Alsasua o lo del ciclista muerto.

Por coherencia.



Chascarrillo final: nuestro Siempre victorioso Líder, Puigdemont, ha manifestado su opinión al respecto al retuitear un mensaje de un periodista afín, que decía que "la cultura española es tan violenta que ni los jueces ven violencia en una violación en grupo". Sí, la Cataluña que promete Puchi es tan guay que no habrá delitos en ella, de felices que seremos todos (y porque no habrá españoles, que ya se sabe que estamos todos hechos de la piel de Satanás). Pero lo que me hace gracia es que está diciendo algo tan importante que ni él ni sus creyentes se dan cuenta de que lo dice: está diciendo que la intimidación de un grupo a particulares es violencia. Que es justo lo que han hecho sus huestes. Lo que él pidió públicamente que hicieran: me viene a la memoria, sin ningún esfuerzo, cuando antes del 1/octubre, y ante la negativa de algunos alcaldes a ceder espacios municipales, hizo una declaración solicitando a los habitantes de esas ciudades que acosaran por la calle a esos alcaldes y les pidieran explicaciones. Como suena.



Geoffrey Oryema - Makambo

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