viernes, 7 de agosto de 2015

Woodrow Wilson




Dave, presidente por un día es una simpática comedieta en la que el ganso de Kevin Kleine hace de panoli que en su tiempo libre actúa en parodias del presidente de los Estados Unidos; resulta que es clavado a él. Por ello, un día el Servicio Secreto le requiere para que asista a una cena en honor del presidente mientras el homenajeado se entretiene con una señorita. La cosa se complica cuando el presidente, en mitad de su actuación, sufre un derrame cerebral o así; el jefe del gabinete decide ocultar la situación y que Dave siga haciendo de presidente hasta encontrar una solución. Ésa es, claro está, una mala idea, pero aquí sirve para hacer una película muy entretenida.

Lo curioso del caso es que la idea no es original. En absoluto. Woodrow Wilson.

Wilson fue presidente de los EE.UU. entre 1913 y 1921. En su primer mandato, su política exterior se podría resumir en un "me importa un bledo lo que pase en el resto del mundo" combinado con un "pero en el continente americano haré lo que me dé la gana y que nadie se meta"; el tipo pensaba que lo que era bueno para los intereses estadounidenses era bueno también para el país americano que les interesara, aunque la mayoría de la población del país americano en cuestión no lo supiera o no estuviera de acuerdo. Ya me entienden.

En 1914 estalla en Europa la Gran Guerra. Wilson es "neutral", más que nada porque los norteamerianos de aquel tiempo eran mucho más diversos y cercanos a sus orígenes europeos que ahora (es decir, había muchos de origen alemán, austriaco, sueco, irlandés, etc). En mayo de 1915 los alemanes hunden el Luisitania (y ésta es historia para otro día, más parecida a lo del Maine que a las versiones oficiales), pero Wilson, impasible el ademán. En 1916 es la campaña electoral para la presidencia, y Wilson se presenta a la reelección jurando y perjurando que los States no entrarán en la contienda. El 7 de noviembre, Wilson gana las elecciones; el 6 de abril de 1917, Wilson consigue que el Congreso declare la guerra a Alemania (les promete "una guerra que terminará con todas las guerras"). Éste es el personaje de hoy.

A lo que íbamos. Wilson tenía de antes hipertensión arterial, intratable entonces. Durante su mandato tuvo episodios de desfallecimiento del brazo, la mano y la pierna izquierda, problemas de circulación en la retina, dolores de cabeza, doble visión,.. ¿Tenía isquemia? Yo no lo sé, pero en septiembre de 1919, en Colorado - Wilson estaba de gira intentando vender el Tratado de Versalles-, el hombre sufre un colapso. Estamos en un pueblecito de Colorado llamado ¡Pueblo! Nadie se entera, sólo la mujer (Edith, su segunda esposa), el médico del presidente y los del Servicio Secreto. Ahí Edith urde un plan: que nadie se entere y ella gobierna el país. Con la ayuda también del secretario privado del presidente se lo monta como se lo monta, consigue delegar unos trabajos en unos y otros trabajos "los despacha" ella personalmente con el presidente; ella, claro, sólo es una correveidile, es el presidente por supuesto quien toma todas las decisiones, qué se cree usted. Más: logra que una periodista publique una "entrevista personal" con el presidente para acallar rumores; la gente de Washington, que tiene mucho tiempo libre y es muy chismosa.

En febrero de 1920 se descubrió el pastel. 

¡Y no pasó nada! Resulta que en aquellos años no estaban las cosas como para estar sin presidente, y los que estaban en el ajo pensaban que era mejor que no estallase el pánico, el caos o lo que quiera que se desata cuando hay un vacío de poder. Todo ello muy razonable, y además a finales de ese año había nuevas elecciones presidenciales. Así que prietas las filas y aguantemos como podamos.

Kevin Kleine es un ganso, pero la película es muy divertida. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, suele decirse, pero ya ven que no siempre.






Bonnie Tyler - Faster than the speed of night

No hay comentarios:

Publicar un comentario