Ya les conté que me gusta la NCAA y que iba a ser la Final Four. Vi la semifinal Louisville-Kentucky y la final Kentucky-Kansas. Ganó Kentucky.
Como les dije el otro día, a esas alturas de campeonato todos los jugadores son casi profesionales, todos intentan entrar en la NBA más que en graduarse. Y así se explica que el quinteto de Kentucky fuera de tres novatos y dos "veteranos" que estaban en su segundo año. Y que los cinco hoy han dado una rueda de prensa anunciando que (los cinco) se pasan a la NBA. Uno de los novatos será el nº 1 del draft con total seguridad, otro será de los cinco primeros y el tercero estará entre los diez primeros. Todo el quinteto será elegido entre los 20 primeros puestos, pienso yo.
Normal que ganaran, me dirán. Era un quinteto de la NBA.
Estoy de acuerdo. Pero lo que me importa es que los tres novatos, liderados por un chaval Anthony Davis de 19 años, dejan la universidad, donde lo tenían todo pagado, para iniciar cuanto antes su carrera en la NBA. Se ve que les iba de dos años.
La carrera universitaria americana dura cuatro años. El primer año son "freshman", el segundo "sophomore", el tercero "junior" y ya por fin el cuarto son "senior". Antes, a la NBA pasaban los senior; si eras muy bueno, también pasabas de junior. Kareem Abdul Jabbar llegó a senior, como Pat Ewing, Olajuwon, David Robinson, Kevin McHale, Steve Nash, Stockton y montones de "paquetes" como estos. Alguno sólo aguantó tres años, como Michael Jordan, Isiah Thomas o Charles Barkley, e incluso Saquille; hoy los habrían fichado en la guardería.
O, por ejemplo, John Thompson fue el entrenador de Georgetown 27 años; de sus jugadores, sólo Iverson y Victor Page entraron en la NBA sin graduarse. Pero para entonces ya pesaba la experiencia de muchos jugadores que habían triunfado con sólo tres años de carrera.
Una excepción famosa fue Moses Malone, que no fue a la universidad. Para los americanos, aquello (y que además fuera bueno) era tan inconcebible que no dejaron de repetirlo una y otra vez. Años después, en 1988, Shawn Kemp, que iba a jugar en la universidad de Kentucky, se vio metido en un escabroso lío y no pudo jugar, así que dio el salto a la NBA. Como también le fue bien, otro chavalín, Kevin Garnett, también quiso entrar directamente desde el instituto. Y los Minnesota lo ficharon. Entonces, al año siguiente, el crío Kobe Bryant se apuntó también. Y a partir de ahí, la locura. Si tenías que ir a la universidad para entrar en al NBA, es que eras un paquete.
Llegó un momento que hubo equipos que tenían a tres o cuatro jugadores que no habían ido a la universidad. No es que fueran estrellas, simplemente eran válidos para puestos secundarios y se habían apuntado. ¿Habrían llegado más lejos si hubieran ido a la universidad? Seguramente, pero les pudo más el dinero y a los equipos el apostar a que fueran el nuevo Kevin Garnett.
¿Cuál fue el resultado? Globalmente, la NBA se ha resentido. Sus mejores jugadores no se forman debidamente y no alcanzan su máximo potencial; se quedan en buenos. ¡Lo que hubiera sido Kobe si le hubieran enseñado a jugar tres o cuatro años! No es extraño que el resto de países nos estemos acercando a su nivel.
Los jugadores de ahora son más chupones, más jugones, más tontos. Entienden peor el juego, en una palabra. Y, además, los que se convierten en estrellas lo hacen mucho más jóvenes, con 19 ó 20 en vez de con 24. Y hay diferencia. Quizá eso explique lo cretino que eran en sus inicios Kobe Bryant y Garnett, las tonterías que hace Lebron James o los errores inmensos que está cometiendo Howard. Falta de madurez.
Hace unos años, la NBA se dio cuenta que de seguir así iban a fichar a los niños antes de acabar el instituto, e impuso una nueva regla. Como mínimo han de pasar un año en la universidad. Algo es algo, pero los cinco de Kentucky se pasan de golpe a profesionales. Como todos los primeros puestos de los dratf desde entonces (Oden, Kevin Durant, Rose, John Wall, Irving, etc) menos Griffin que aguantó dos años.
Yo creo que la NBA debería establecer un mínimo de tres años en la universidad. O la edad equivalente, al menos. No hay que meter a adolescentes en un mundo de dinero, agentes, viajes y pernoctas, aduladores, la vida fuera de casa... todo lo que conlleva la NBA. Aunque supongo que soy un carca y un rancio, pero yo creo que no es un mundo para jóvenes tan jóvenes.
En fin, me quedo sin espacio y yo quería hablarles del partido Louisville-Kentucky. Otra vez será, lo prometo, que la cosa tiene su miga.
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