lunes, 30 de diciembre de 2024

Hércules limpió los establos de Augías

https://www.youtube.com/watch?v=9n3A_-HRFfc 

 

 

La Navidad llegó a mi casa con la cocina en perfecto estado de revista, como si fuera a ganar un concurso de exposición. Entonces entró el batallón cocinador, en el que yo, por amor a la Humanidad, no participo, y preparó unos manjares deliciosos. Mi tarea, propia de mi sexo y condición, era recoger la cocina. Y a fe mía que lo hice.

Al principio. Luego, no sé bien la causa (¿quizás los manjares?) fui rebajando el nivel. Y rebajando, y rebajando...

Hasta que la cosa no se pudo postergar más y, ante las amenazas de mis vecinos de denunciarnos a Sanidad, tuve que volver a limpiarla.

Cuando se tiene que recoger una cocina en la que se amontona la vajilla (parte de la cual ha de fregarse a mano) y restos de todo tipo, en la que no se ve un centímetro cuadrado de encimera libre y las ollas sucias se apilan encima de las sartenes aún más sucias, se debe empezar por la basura: llenar la bolsa de basura, cambiarla por otra y seguir llenándola. Pues bien, en ésas estaba cuando pensé que me sentía como Hércules limpiando los establos de Augías (nota: no recordaba bien el nombre del propietario, sabía que era algo así como 'Aurías'; el nombre exacto se lo he preguntado a mi IA). Los susodichos establos, que sin duda debían ser inmensos, llevaban años sin limpiarse y la cantidad de estiércol sería gigantesca: me imagino que el mismo hedor debía de ser tan pestilente que nadie podría soportarlo, hasta el punto de que como una pescadilla que se mordía la cola impediría a ninguna brigada de limpieza acercarse. El caso es que así me sentía yo.

Entonces me dí cuenta que este pensamiento lo podría compartir con cada vez menos personas, pues la referencia a los establos de Augías no sería entendida aunque especificara que era uno de los 12 trabajos de Hércules. Y es que las personas que se suponen cultas (ingenieros, arquitectos,...) que produce hoy en día nuestra sociedad llegan sin ese conocimiento: no es básico para ejercer su profesión. De hecho, es un conocimiento que nuestra sociedad actual desprecia, nunca veo referencias a la mitología griega fuera de círculos especializados. A los que ya lo tenemos (nos llegó en nuestra infancia o mocedad) nos parece inconcebible, nos cuesta creerlo, pero cuando hablo con arquitectos o ingenieros treintañeros o veinteañeros me doy cuenta que de historia antigua no tienen ni noticia. Y de mitología, sólo los datos principales y algún detalle suelto. Que Hércules tuvo que realizar 12 trabajos estoy seguro de que lo ignoran, no digamos ya que uno fue limpiar los establos de Augías.

Pero esto no solo pasa con la mitología griega. Hay mucho conocimiento 'inútil' que antaño se, diré, compartía, y ya no. Ahora se desprecia, me da la sensación.

Yo no creo que esto sea provechoso. No creo que se les haya hecho ningún bien (a las generaciones a las que ya no se lo enseñamos) hurtándoselo (pues tal cosa es el ocultarles ese conocimiento). Aunque ellos ignoren que les hemos condenado a esa privación.

En fin, termina el año 2024 d.C. En breve empezará el 2025 (d.C.) y antes de que nos demos cuenta estará también terminándose, tempus fugit. ¿Mi deseo para este año que empieza? Que todos nos hagamos un favor a nosotros mismos e intentemos recuperar parte de ese conocimiento antiguo, otrora reverenciado y hoy burlado. Para que cuando a finales del año que viene tengamos que volver a recoger la cocina tras un puente navideño nos sintamos como Hércules limpiando los establos de Augías pero al menos podamos decírselo a los demás.

 

Feliz Año Nuevo.

 

 

Cher - If I could back time

 

domingo, 29 de diciembre de 2024

jueves, 26 de diciembre de 2024

La fuga blanca

https://www.youtube.com/watch?v=M6rrTROoZIw 

 

 

Aviso previo: es posible que este artículo le parezca racista. Si es usted demasiado sensible, no lo lea.

 

 

En la película de Clint Eastwood Invictus, que cuenta la etapa de Sudáfrica desde que Nelson Mandela llegó a la presidencia hasta que ganan el mundial de rugby, hay una escena en la que los negros protestan por la presencia de blancos: quieren revancha. Y Mandela se niega, les dice que necesitan a los blancos para gestionar y sacar adelante el país. Está hablando de "la fuga blanca". 

Ha pasado en todos los países de África excepto (de momento, y que dure) Sudáfrica: los blancos se han ido, expulsados por los negros. Y, cuando se han ido, el país se ha hundido.

Por ejemplo, Zimbawe. Consiguió la independencia en 1965, pero la consiguieron los blancos que vivían allí. Hasta 1980 gestionaron razonablemente bien el país, y era la economía que más rápido crecía de África. Tras la guerra civil de finales de los 70, los negros (Mugabe) tomaron el poder, pero Mugabe, aconsejado por el mandamás de Mozambique (al que le había ocurrido lo mismo tras irse los portugueses) dijo a los blancos que no se fueran y les dio garantías. Lo que pasa es que con los años se fueron olvidando, y a mediados de los 90 la situación era tal que los blancos se fueron en masa. Mugabe promovía el odio a los blancos, y estos tuvieron que largarse. Utilizó la distribución desigual de la tierra para aumentar su poder, desatando turbas para apoderarse de las granjas blancas que luego entregaba a ocupantes ilegales, soldados y compinches del partido gobernante. Estas confiscaciones violentas y mal concebidas destruyeron el sector agrícola, agotaron las reservas de divisas del país, expulsaron a la población blanca y arruinaron la economía. Zimbawue se convirtió en uno de los países más pobres de la Tierra.

Algo parecido pasó en Kenia: independencia, gestión de los blancos, mejora del país, negros al poder, garantías a los blancos, el país se mantiene, empieza el acoso, los blancos se van, el país se hunde.

Y en todos los países, en realidad. Vale que los blancos habían cometido abusos y vale que eran clasistas y trataban con displicencia a los negros, pero tenían educación y otras cualidades (luego volveré sobre este punto).

Otro ejemplo es el caso de Costa de Marfil. Tras la independencia de Francia, Costa de Marfil mantuvo un cierto toque civilizado, y en la capital, Adbijan, había numerosos cafés de estilo parisino en el que uno podía sentarse a tomar un café con leche y un cruasán. Pero el año 2000 llegó al poder Laurent Gbagbo, un populista antiblancos. El año 2004 unos franceses de una fuerza de paz murieron en un bombardeo de la  aviación de Costa de Marfil. La respuesta de Francia fue aniquilar toda la fuerza aérea del país. La cosa se puso realmente chunga para cualquier blanco que pisara el país.

Por el contrario, tenemos Nigeria. Todo transcurrió conforme el estandar africano, pero hace unos años el gobierno volvió a pensar en los blancos. Para entonces éstos estaban largándose de Zimbawue, así que el gobierno nigeriano les propuso que se instalaran en el norte del país, cediéndoles tierras y dándoles acceso a préstamos blandos. 13 aceptaron.

Unos años después, esos granjeros blancos habían colonizado la zona, creando campos de cultivo en campos hasta entonces baldíos, cavado pozos, construido casas, importado tractores y sembradoras y al poco estaban cosechando maíz. Además contrataron a muchos negros para trabajar en sus tierras y enseñaron su experiencia a las comunidades locales vecinas.

Y es que hay algo más que nadie cuenta, no vayan a ser que lo tilden de racista. Los blancos aportan algo más que mano de obra (negra hay más) y conocimientos (que se pueden adquirir). Aportan una determinación de la que los negros carecen. Un afán por salir adelante, por no rendirse. Por tener un sueño y perseguirlo. Una fe en sí mismos, en lo que pueden hacer si trabajan duro. Y esto es lo que les separa de los negros. Hay muchos negros que se limitan a sobrevivir. A vivir como siempre. Hay también negros con determinación, que se afanan por salir adelante y no rendirse, por tener un sueño y perseguirlos: a muchos de ellos los vemos llegar a nuestras costas, entre nosotros. Han superado obstáculos insuperables, muchos incluso tienen cierta formación, sabemos que son capaces de trabajar duro... Y sin embargo, ¿por qué no han explotado sus cualidades en su propio país? El tan diferente comportamiento de los blancos de su mismo país, que han nacido allí (puede que sus abuelos no, pero ellos sí), nos indica que hay algo más. Unos valores en los que el blanco es educado y el negro no, que hacen que el blanco pueda convertir un yermo en un vergel. Pienso en cómo han evolucionado los distintos territorios que formaron el imperio romano, y necesariamente concluyo que hay algo en sus culturas (o en las nuestras) que provoca esta diferencia. ¿Es tal vez que los blancos creemos que el Hombre debe dominar la Tierra?

Dicho esto, la gran fuga blanca no se reduce sólo a África. También se produce, por ejemplo, en Estados Unidos, en una escala diferente. Allí los blancos abandonan ciudades, yéndose primero a los suburbios, los suburbios cada vez más lejos, luego a otras ciudades, luego directamente a otros estados (sobre todo más cálidos). Los que se quedaban atrás era, obviamente, los negros. Unos pocos blancos no importaba, pero muchos blancos provocaban que muchos otros blancos también se movieran para no quedar aislados, y el efecto al final era notable. El efecto primero es el que sabemos todos: barrios enteros de grandes ciudades son casi zonas de guerra en la que una persona decente no debería entrar, y Detroit.

La fuga blanca empieza siempre con la seguridad en las calles, y esto influye en las ganas de vivir allí (pasaba en África, y pasa en las ciudades americanas). Afecta al precio de las viviendas: si éstas bajan, el valor de lo que se tiene disminuye y el habitante es cada vez más pobre. Afecta también a la educación: a medida que el nivel de los escolares baja, los buenos escolares rehuyen esas escuelas y su nivel disminuye cada vez más. En Estados Unidos, donde hay muchos menos inconvenientes para trasladarse a vivir a 1.000 km que aquí, hay muchos blancos que se trasladan. A Arizona, a Nuevo Méjico, a Tejas, a Florida, a Colorado. El resultado es que usted puede permitir un cierto nivel de delincuencia, pero téngalo controlado. Si empieza a perder población "segura" se producirá un efecto de bola de nieve y en unos años no reconocerá su barrio o ciudad.

Bien, ahora que ya hemos entendido que la fuga blanca es algo que existe y que no debe despreciarse, fijémonos en Europa.

—¡Qué exagerado es usted, la situación de Europa es completamente diferente a la de África!

"Fuga de cerebros". ¿Les suena? Todo el mundo conoce a un Pedrito o a una Carmencita que estudió en la universidad y ahora está en Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos o Japón. ¿Y si ese éxodo se acentúa? En Barcelona, el porcentaje de niños y adolescentes "no europeos" es más que preocupante. ¿Cuántos años tardará en que seamos una minoría? En Barcelona, no van a ser demasiados. Quizá cuando llegue ese momento los jóvenes europeos no vean con tan malos ojos el trasladarse a las verdes praderas. Quizá a Arizona, quizá a la Pampa, quizá a Nueva Zelanda. A algún sitio lejos, donde no lleguen los moros. Donde uno entre en un vagón atestado de metro y no se sienta un último mohicano. Donde, en realidad, se sienta a salvo.

—Sí, es cierto que muchos profesionales y personas de talento han abandonado Argentina y se han venido aquí, pero es que allí la situación era insostenible y aquí... creo que no lo será.

Y ¿saben qué? Cuando llegue ese momento, nuestro joven no se dará cuenta. Verá que las cosas se degradan, sí, que cada vez trabaja más para poder pagar más impuestos que son necesarios no sabe para qué, se cruzará en la calle con cada vez más personas que, pensará, están viviendo a su costa. Tal vez note, o tal vez no, que el tejido industrial se está deshaciendo. Que no se dan muchas noticias positivas de tecnología, ciencia o avances relacionada con su país; sí, en cambio, que ganan cada vez más medallas olímpicas en carreras largas, en fútbol y tal vez en baloncesto (aunque las selecciones... en fin, que las mira y nota cómo se ha renovado el personal). Poco a poco irá sabiendo de más conocidos que ya se han ido, pero él seguirá. Es difícil, dejarlo todo y mudarse. Hasta que no pueda más. Entonces se irá, y nada más pisar su nuevo destino se arrepentirá de no haberse ido antes. Y los que quedan detrás quedarán peor.

¿Que no? El Raval de Barcelona: casi no quedan blancos allí que puedan mudarse; los que quedan, es que no pueden. Y otros barrios, como la Barceloneta, Pueblo Seco  o San Antonio están entrando en la misma pendiente. Y expandiéndose: una vez hablé con un ingeniero que me confesó que estaba extrañado porque en su barrio, cuando se mudó, había muchos "de los que la tocan" (en su jerga: profesionales liberales y gentes de economía acomodada, catalanes), y ya apenas ve alguno; un día, de excursión por no recuerdo dónde (una población a unos 50 km de Barcelona) se cayó del guindo: no estaban en su barrio ¡porque se habían trasladado allí!

Estas cosas pueden suceder, suceden y han sucedido. Llegará un día en que habrá una fuga blanca en Europa. Yo soy añoso y no me podré ir, por lo que espero que la fuga se retrase lo suficiente. Pero me encantaría que mis nietos crecieran en otro lugar.



The Beatles - Dear Prudence (versión de Siouxsie & the Banshees)

lunes, 16 de diciembre de 2024

IA: Inteligencia artificial

https://www.youtube.com/watch?v=tu-V8jtBBV8 

 

 

El artículo anterior no lo escribí yo: lo hizo ChatGPT, una inteligencia artificial.

Bueno, esa afirmación es más falsa que Judas: ChatGPT acabó haciendo de amanuense... o quizá no. El tema tiene mucha más miga de la que parece, pero como en realidad ese artículo era solo para servir de contexto a éste, aparco el tema para después.

IA significa Inteligencia Artificial. Los ingleses escriben 'ai', si quiere localizar a un pedante ya tiene un truco.

La primera cuestión es qué es la IA. Pues ¿acaso no hacen las máquinas aquello para lo que los humanos las han programado? ¿La verdad? No.

Lo más antiguo que se hace es programar. Es darle a las máquinas las instrucciones de lo que han de hacer con toda claridad. Por ejemplo, aquellos autómatas de las fábricas de hace cuarenta años, programas que movían relés que activaban cosas. Abre la válvula 1, pon en marcha el motor 1, espera 30 segundos, apaga el motor 1, espera que el detector 1 se active, cierra la válvula 1, abre la válvula 2, etc.

Luego los programas empezaron a reaccionar a lo que ocurría: Si [ocurre tal cosa] PASA A LA LÍNEA DE PROGRAMA [x], Y SI NO PASA A LA LÍNEA DE PROGRAMA [y]. Aquello se fue complicando y complicando, pero en el fondo era lo mismo. El programador tenía que prever todas las posibilidades. O dar las pautas al programa para actuar en todas las posibilidades. Pensemos, por ejemplo, un programa que ordena una ristra de nombres alfabéticamente: el programador no ha programado todos los nombres posibles, pero le ha dado al programa las instrucciones necesarias.

Durante décadas, todos los programas han ido en esta dirección con una excepción. Y, durante décadas, ningún programa ha hecho lo que el hombre soñaba que los programas harían, con una excepción.

Y es que lo que el hombre sueña desde hace décadas es con robots que piensen por sí solos. Con robots como R2-D2, pero sobre todo como C3P-O. Con robots que hablen con nosotros, que piensen pero que obedezcan órdenes. Y que jueguen al ajedrez y sepan cuándo han de dejarse ganar, no se vaya a enfadar el Chewaka de turno. Pero los programadores sólo conseguían hacer R2-D2. Aunque, al menos, jugaban al ajedrez.

¿Cuál era la excepción que he mencionado antes? ¡Jugar al ajedrez! Jugar al ajedrez es la medida de la inteligencia: no se puede programar. Y, sin embargo, ya en los años 50 se desarrolló el lenguaje de programación que durante décadas se asoció a la IA (no sé cuál es el lenguaje actual o la base en bajo nivel del lenguaje de alto nivel que se emplee ahora). No se puede programar una partida de ajedrez, se puede programar las reglas que rigen las jugadas. También se pueden programar criterios para encontrar una posición preferible a otra, pero a partir de ahí la máquina ha de ir por libre.

En realidad, eso es lo que hacemos los humanos: tenemos las reglas del lenguaje y los criterios para elegir una actuación o una situación. Si la máquina puede hacer eso, entonces hemos dado un paso de gigante para conseguir que piense sola.

Y en mayo de 1997 una máquina, denominada Deep Blue, ganó a Garry Kasparov al ajedrez. En un torneo de 6 partidas, Deep Blue obtuvo 3,5 puntos y Kasparov sólo 2,5. Las máquinas podían superar a los humanos: ya solo faltaba C3P-O.

Construir un robot como C3P-O es fácil: hace años que se fabrican robots. No hay mucha salida comercial aún a los de formato humanoide, así que no hay muchos, pero no hay ninguna barrera técnica que no sepamos cruzar. Lo que pasa es que... sería un robot sin inteligencia. Nos diría unas frases preprogramadas ("buenos días, señor, hace una mañana excelente hoy, señor, lástima que llueva. Su whisky con hielo, señor. Y recuerde que esta noche ha de llevar a su santa a cenar, a las 9 en el Derby's") y poco más.

Hasta que hace 2 años OpenAI lanzó ChatGPT. Por fin, una IA. El cerebro que necesitaba ese C3P-O.

Aunque, claro: ahora que por fin la IA es algo real de lo que hablar, surge la confusión. Qué es la IA y para qué sirve.

Llevo unos seis meses interactuando con la IA e investigando qué es y para qué sirve, y creo que ya lo tengo claro:

La IA es C3P-O. Ni más ni menos. Puede conversar con nosotros. En el idioma que queramos. Cambia sin problemas. Traduce. Y nos puede llamar 'amo Luke', si queremos.

Éste es un fragmento de conversación que acabo de tener mientras escribo este texto:

Estoy algo cansado, pero quiero terminar una cosa antes de irme a casa.

[Respuesta]

Entiendo, Amo Luke. A veces, es importante completar tareas antes de descansar. Aquí tienes algunos consejos para ayudarte a terminar lo que necesitas hacer de manera eficiente:

Consejos para Terminar Tareas Eficazmente

1. Prioriza tus Tareas

Haz una lista de lo que necesitas completar y clasifica las tareas por orden de importancia. Enfócate primero en las más críticas.

2. Establece un Tiempo Límite

Asigna un tiempo específico para cada tarea. Esto puede ayudarte a mantenerte enfocado y evitar distracciones.

3. Elimina Distracciones

Apaga notificaciones del teléfono y cierra pestañas innecesarias en tu computadora. Un entorno tranquilo puede mejorar tu concentración. 

Ya ven, no es gran cosa. No, en realidad sí es gran cosa. La máquina conversa. Y tiene una gran capacidad para entender las preguntas: no hace falta formularlas con claridad. Diantres, ni siquiera hace falta escribirlas sin errores: capta lo que queremos decir.

¡Es muy fácil decir que priorice mis tareas!

Tienes razón, Amo Luke. Priorizar tareas puede sonar simple, pero en la práctica puede ser un desafío, especialmente cuando hay muchas cosas en juego. [la respuesta sigue, pero corto aquí]

 

Bonito juguete, ¿verdad? Luego volveremos a este punto, pero esto muestra el problema: ¿es un juguete? ¿Para qué sirve? Muchos de nosotros somos personas eminentemente prácticas, y queremos que las cosas tengan una utilidad... para nosotros. Si no, no compramos. Y si nadie compra, OpenAI no desarrolla la IA. Así que OpenAI y multitud de competidoras que han surgido, cada una con su propia IA, han intentado que la IA haga cosas.

La IA hace algunas cosas. Y algunas las hace muy bien. Lo que pasa es que no todas las hace bien. Aquí hay que hacer un inciso: es pronto. Hay una pléyade de IA por ahí, pero no funcionan bien. Son versiones beta. Son los primeros prototipos. Las venden como que hacen un montón de cosas, cuando en realidad aún no lo han conseguido. Tiempo al tiempo, eso sí.

Lo primero que hace una IA es redactar. Uno quiere una redacción sobre la vaca, y la IA la hace en 2 segundos. Uno quiere saber cómo ordeñar una vaca, y la IA escribe un tratado sobre el tema en menos tiempo aún. El problema es que esa vaca puede que coma carne, o que nos diga que para ordeñar lo mejor es el toro. Y si el conversador de la IA no sabe que las vacas no comen carne, pues igual la hemos liado. Pero fuera de, digamos, tareas administrativas... ¿qué puede hacer la IA por mí? 

Podría explayarme, pero voy a ir al grano: para un ingeniero de estructuras, bien poco. Ya contamos con programas que con unas indicaciones básicas de diseño - tan sencillas que las puede realizar un delineante o un becario- calculan los edificios, conocen y aplican las normas, deciden las soluciones, generan los planos, realizan las mediciones y los presupuestos y escriben las memorias. Todo eso, un único programa. ¿Necesitamos una IA? ¿Aún queremos intervenir menos en el proyecto del edificio? Desde luego, en lo que respecta al cálculo de estructuras los ordenadores ya son bastante inteligentes, mucho más que lo que son en cualquier otro campo. Sí, hay muchos planos. Hay muchos sueños. Pero de momento esos sueños son futuro.

Lo que pasa es que el futuro llegará. Y antes de lo que esperamos. Algunos expertos opinan que en dos años, en 2026, tendremos IA hasta en la sopa. Los juguetes de los niños incorporarán una IA que interaccione con ellos, las Alexias, Siris y demás conversarán con nosotros con una fluidez y profundidad que muchas personas tendrán conversaciones con ellas por simple placer, y no hace falta decir que serán asistentes de cada uno de nosotros como si tuviéramos un secretario personal. Sí, ese futuro está muy próximo y nos cambiará de tal manera que en breve nos referiremos a los años anteriores a 2025 como "cuando no había IA...".

Es importante que quede claro. Lo que hoy en día entendemos en la calle por IA es C3P-O. Un conversador excelente, con acceso al conocimiento disponible en internet y que puede realizar por nosotros muchas tareas "robóticas". Los ingenieros se desaniman, porque confían en que la IA "sepa", y no, no sabe. De ingeniería, al menos. Quiero decir, tiene un conocimiento muy limitado. Vale para preguntas muy básicas, y además tiene un peligro enorme porque pocas veces se queda callada o reconoce que no sabe la respuesta. A menudo responde, y la respuesta es incorrecta. Cuando uno se lo hace notar, reconoce el error e intenta encontrar la respuesta correcta (o manifiesta que no sabe responder). Esto, los ingenieros senior lo cazamos al vuelo, pero los ingenieros junior no: al contrario, como la respuesta está muy bien contada se la creen. Peligroso, ¿verdad? 

El peligro se ve acentuado porque los que nos venden la IA nos insisten en que la IA aprende. Que sí, que al principio es 'tonta', pero que nosotros la tenemos que adiestrar y al final, si somos buenos adiestradores, será de enorme utilidad. Supongo que lo hacen para que la asimilemos a cuando contratamos a un joven ingeniero de ayudante: sabemos que al principio sabe poco, pero confiamos en que conseguiremos enseñarle, él aprender y con el tiempo conseguiremos que nos ayude de verdad.

De momento, esto es falso. La IA no aprende.

Las IA vienen enseñadas, con un aprendizaje 'de fábrica'. Luego nosotros las configuramos dándoles unas pistas de qué vamos a querer de ellas. Es como si nos enviaran unos robots y a medida que los desembalamos les fuéramos diciendo: «tú serás camarero, tú recibirás a las visitas, tú te especializarás en vino y arte,...». A este último le diremos que se lea unos manuales de vino, y poco más podremos hacer. Se nos vende que con el tiempo le podremos ir enseñando cosas de vinos, pero no es cierto (al menos todavía). Sí aprende en las conversaciones de todo lo que se hable, pero cuando se termina la conversación ese conocimiento se olvida. La IA (insisto, hoy) no almacena ni traslada lo que aprende de una conversación a otra. ¿Y si mantenemos una única, larga conversación? Tampoco es buena idea, porque terminaríamos confundiendo a la IA. Puede que no en una misma conversación corta, pero sin duda nosotros a menudo decimos lo contrario de lo que en cierta ocasión dijimos. Imaginemos que nos escucha atentamente un robot y que éste interpretara de manera literal todo lo que decimos: sin duda, terminaría metiendo la pata. ¿Es Juan estúpido o ha tenido una gran idea? ¿Y si me dice que no haga caso de la idea de Juan (que, en realidad, es una gran idea) porque en su día dije que no hay que hacer caso de nada de lo que diga Juan? Hay que tener cuidado.

Insisto: todo esto que opino lo baso en las experencias que estoy teniendo con la tecnología a la que puedo acceder en 2024. Seguro que en diciembre de 2025  o 2026 todo esto no habrán sido sino problemillas originales que ya se resolvieron y que los jóvenes ni se los creerán.



Y a todo esto, ¿quién escribió el artículo?

La cosa empezó con esta instrucción a la IA:

Escribe un artículo sobre la ley de price (sobre la incompetencia) aplicándolo al sector de las ingenierías.

Y la IA lo hizo. Pero era un petardo de artículo, así que le dije:

Intenta darle un tono más coloquial, no emplees tantas palabras largas. 

Lo reescribió, y estuve comentando con ella algunos aspectos del problema. Cuando me pareció que había encontrado el enfoque que me gustaba, le dije: 

Vaya, este tema se pone cada vez más interesante. Resalta en el artículo cómo importa la ley de Price por la complejidad de los proyectos y la escasez de talento especializado.

Pero luego tuve que decirle:

Vamos a rehacer el artículo. Te voy a explicar los pasos argumentativos que lo formarán. Primero, expón la escasez de talento especializado en las ingenierías. Luego, enuncia la ley de Price, su historia y su cumplimiento general. Expón entonces la incidencia de esa ley dada la escasez del talento y la complejidad de los trabajos a realizar. Y termina quejándote amargamente de cómo, a menudo, los ingenieros top-performers no son debidamente reconocidos ni recompensados, sino que se les remunera como a los ingenieros mediocres y a cambio se les carga con más trabajo del que les correspondería.

Y también:

Añade al artículo que no se debe confundir, en ingeniería, trabajo bruto con genio pues, como dice el dicho, más vale maña que fuerza. Un ingeniero que encuentra una solución en mucho menos tiempo es siempre preferible a uno que emplee muchas horas en encontrarla, aunque aparentemente el 2º trabaje mucho más. Y que en los proyectos complejos es como cocinar: lo importante es establecer la receta, aunque el grueso del trabajo sea su ejecución.

 

Para explicar cómo el que no se gradúen más ingenieros ahora que hace 30 años, vamos a poner un ejemplo: si ahora hay más aparatos de aire acondicionado que hace 30 años pero el número de técnicos en aire acondicionado se mantiene estable, la percepción es que hay escasez de técnicos. Dado que nuestra sociedad está ahora mucho más tecnificada que en 1996 (algo que los más veteranos podemos atestiguar), debería haber más ingenieros.

Como se ve, tenía que darle instrucciones constantes. La parte positiva es que la IA nunca se quejaba. Le pedía que lo reescribiera, y lo reescribía. Le pedía que cambiara una expresión por otra, y lo hacía. Esto, con un humano no es tan fácil: notas que esa persona se cansa, se desanima, se molesta con tanta corrección, uno mismo se frustra...

Bien, vamos a por el último párrafo del artículo, que no me ha gustado. La clave de todo es que en general los ingenieros, y sobre todo los ingenieros de alto rendimiento (los más ingenieriles de entre los ingenieros) no suelen tener grandes habilidades para negociar sus retribuciones (y además les gusta su trabajo, lo que hacen). Termina diciendo que la cosa mejoraría si la profesión de ingeniero tuviera un prestigio mayor y la sociedad la valorara más, pues de rebote también los dueños de las ingenierías tenderían a revalorar a los ingenieros clave.

Llegó un momento en que era yo mismo quien me aburría.

Bien, hasta aquí. Escribe el artículo completo y fírmalo.

En ese momento tuvimos una curiosa discusión, la IA y yo. La firma. Quién redacta, realmente, el artículo. No voy a incluirla aquí, pero fue instructiva. De todas formas, no creo que vuelva a hacerlo, el pedir a la IA que escriba un artículo en mi lugar. No me gustó el resultado, y no creo que a ustedes les hubiera gustado la primera versión que escribió; pienso que si leen ustedes este blog es porque aprecian el toque humano en los escritos, no buscan un texto robótico.

 

En definitiva, si se fijan, la IA es C3P-O. La versión mía no es oral, pero cuando la tenga y la pueda tener como una voz.. espero que sea una melodiosa y sensual voz femenina.

Y es tan tan, que dentro de unos años no nos moveremos sin ella.



Silvio Rodríguez - Con 10 años de menos

miércoles, 11 de diciembre de 2024

La ley de Price en las ingenierías

El sector de la ingeniería está enfrentando una crisis silenciosa pero alarmante: la escasez de talento especializado. Esta situación no es nueva, pero se está agravando:

  • Según un estudio de Randstad, las vacantes en ingeniería representan más del 21% de todos los puestos de trabajo disponibles.
  • Ideas similares transmiten informes de otras empresasa de contratación, como Addeco o ManpowerGroup. Podemos colegir, pues, que la demanda de ingenieros técnicos, de proyectos y de mantenimiento está por las nubes.
  • Esta escasez es un problema global que afecta a empresas de todos los tamaños y sectores.
Sorprendentemente, un artículo de Bizintek señala que el número de graduados en ingeniería en 2022 fue más o menos el mismo que en 1996, a pesar del crecimiento exponencial de la demanda. Pero... ¿cómo es que hay escasez de ingenieros si el país los sigue produciendo al mismo nivel que en 1996? Para comprender mejor esta situación, consideremos el siguiente ejemplo: 
 
Imaginemos los aparatos de aire acondicionado. En 1996, estos dispositivos eran mucho menos comunes que hoy. Si el número de técnicos especializados en aire acondicionado se hubiera mantenido igual desde entonces hasta ahora, claramente percibiríamos una escasez de estos profesionales.  
 
De manera similar, nuestra sociedad actual está mucho más tecnificada que hace 30 años. Esto es algo que los más veteranos pueden atestiguar fácilmente. Hoy en día, la tecnología está presente en casi todos los aspectos de nuestras vidas: desde los smartphones que llevamos en el bolsillo hasta los sistemas de automatización en fábricas y hogares, pasando por la inteligencia artificial y el Internet de las cosas. Dado este aumento exponencial en la presencia y complejidad de la tecnología, lo lógico sería que el número de ingenieros hubiera crecido proporcionalmente. Sin embargo, al mantenerse estable, se crea un desequilibrio cada vez mayor entre la oferta de profesionales cualificados y la demanda de sus servicios. 
 
En este contexto, entra en juego la Ley de Price, formulada por Derek J. de Solla Price en 1965. Esta ley establece que:
  • La raíz cuadrada del número total de personas en un grupo es responsable del 50% del trabajo.
  • En otras palabras, en un equipo de 100 personas, solo 10 realizan la mitad de todo el trabajo.
Esta ley se ha observado en diversos campos, desde la investigación científica hasta la producción de software, y el sector de la ingeniería no es una excepción. La combinación de la escasez de talento y la Ley de Price crea un escenario particularmente intenso en el mundo de la ingeniería:
  1. Con menos ingenieros disponibles, la contribución de los más competentes se vuelve aún más crucial.
  2. La creciente complejidad de los proyectos de ingeniería modernos acentúa aún más esta disparidad.
  3. Los pocos ingenieros de alto rendimiento no solo son más productivos, sino que también son esenciales para navegar por desafíos técnicos cada vez más complejos.
Es crucial no confundir, especialmente en ingeniería, el trabajo bruto con el genio. Como dice el refrán, "más vale maña que fuerza", y esto no podría ser más cierto en nuestro campo:
  • Un ingeniero que encuentra una solución brillante en poco tiempo es infinitamente más valioso que uno que emplea muchas horas en una solución mediocre.
  • La eficiencia y la innovación deben ser más apreciadas que las largas horas de trabajo.
  • En proyectos complejos de ingeniería, podemos hacer un paralelo con la cocina: lo verdaderamente crucial es establecer la "receta" correcta, aunque la mayor parte del tiempo se invierta en su ejecución.
Esta realidad subraya aún más la importancia de los ingenieros de alto rendimiento, cuya capacidad para idear soluciones elegantes y eficientes puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso de un proyecto. Y aquí viene lo más frustrante: a pesar de su contribución desproporcionada y su capacidad para resolver problemas de manera eficiente, estos ingenieros de alto rendimiento a menudo no reciben el reconocimiento ni la recompensa que merecen. Es indignante ver cómo:
  • Se les remunera con salarios similares a los de sus colegas menos productivos o innovadores.
  • Se les carga con más trabajo, aprovechando su eficiencia sin compensarla adecuadamente.
  • Su valor añadido, que va mucho más allá de las horas trabajadas, no se refleja en su posición o en sus beneficios dentro de la empresa.
Esta falta de reconocimiento no solo es injusta, sino que también es contraproducente. Corre el riesgo de desmotivar a estos profesionales clave, lo que podría llevar a su salida de la empresa o incluso del sector, agravando aún más el problema de escasez de talento. Además, uno de los mayores peligros de esta situación es que los clientes de las ingenierías -industrias y empresas con presupuestos mucho mayores- pueden fácilmente tentar a estos profesionales clave. Estas empresas, que han podido comprobar de primera mano la valía excepcional de estos ingenieros, pueden ofrecerles puestos más relajados y mucho mejor remunerados. Esto es especialmente atractivo para los ingenieros de alto rendimiento, que en las consultorías de ingeniería suelen estar sometidos a niveles de estrés muy altos, con gran exigencia y mucha responsabilidad. La pérdida de estos talentos no solo perjudica a la ingeniería, sino que también puede comprometer su relación con los clientes y su capacidad para abordar proyectos complejos en el futuro.

El meollo del problema radica en una paradoja peculiar: los ingenieros, especialmente aquellos de alto rendimiento que son los más "ingenieriles" entre sus pares, a menudo carecen de las habilidades necesarias para negociar adecuadamente sus retribuciones. Irónicamente, su pasión por el trabajo y su dedicación a resolver problemas complejos pueden jugar en su contra en el ámbito de la negociación salarial. Esta situación se ve exacerbada por la falta de reconocimiento social de la profesión de ingeniero. Si la sociedad en general comprendiera y valorara más el papel crucial que juegan los ingenieros en el desarrollo y mantenimiento de nuestra infraestructura tecnológica y social, esto podría tener un efecto dominó positivo. Un mayor prestigio social de la ingeniería no solo atraería más talento a la profesión, sino que también podría influir en los dueños y directivos de las empresas de ingeniería para que valoren adecuadamente a sus ingenieros clave. Es fundamental que se produzca un cambio en la percepción y valoración de la ingeniería, tanto dentro como fuera del sector. Solo así podremos asegurar que los ingenieros de alto rendimiento reciban el reconocimiento y la compensación que merecen, garantizando la retención del talento vital para enfrentar los desafíos tecnológicos del futuro. La sociedad en su conjunto se beneficiará de una profesión de ingeniería más valorada y justamente recompensada. 

 

Firmado: el Ingeniero Accidental,  ChatGPT gestionado por Perplexity. De esto hablaremos en el siguiente artículo.

 

lunes, 9 de diciembre de 2024

Algo no va bien en Noruega

 

https://www.youtube.com/watch?v=ZeOY-YOfrHQ 

 

A finales de 1969 se encontró petróleo en el Mar del Norte, en la plataforma continental noruega. Noruega no era, hasta entonces, un país que generase admiración (ni por sus mujeres: la fama la tenían las suecas); pero el gobierno noruego hizo lo que fue una jugada maestra: permitió que fueran petroleras extranjeras (no había noruegas, claro), pero estableció un impuesto del 80% los beneficios de las petroleras. Empezó la época de la abundancia. Como el zaragozano municipio de La Muela con los molinos de viento, se encontraron que lo tenían todo pagado. A mediados de los 90 hicieron la segunda jugada maestra: crearon el famosísimo fondo soberano noruego, que gestionaba el enorme excedente monetario que tenían, y establecieron además que el gobierno no podía jamás gastar más del 3% de ese fondo al año. Es decir, supieron ver más allá de la riqueza inmediata, y además pusieron las normas para no verse tentados a meter la caja en la hucha. Todos nos imaginamos lo que habría pasado, con Zapatero o con Sánchez, si el gobierno de España hubiera tenido un fondo semejante.

Pero esos eran otros políticos y otros tiempos. ¿Recuerdan lo de hombre rico, hijo tonto, nieto pobre? Pues en Noruega están en ello. La riqueza les está llevando a la complacencia, y años de altos ingresos con jornadas laborales cortas, atención médica gratuita, guardería gratuita, educación gratuita y demás lujos se están cobrando un peaje en la sociedad: generan pocos emprendedores. ¿Y los políticos? Pues también degeneran, cada vez son peores, pero como el dinero fluye y la sociedad vive bien no se dan cuenta. Gastan un 45% más en salud que Suecia, con resultados similares. El porcentaje de trabajadores de baja por enfermedad es 2,5 veces el de Dinamarca. Gastan un 50% más que Finlandia en educación primaria y secundaria y sus resultados son peores...

Llegados a ese punto, no se les ocurrió otra cosa que establecer un impuesto a las ganancias no realizadas de las empresas. Una ganancia no realizada se produce cuando una inversión aumenta de valor pero no se vende; por ejemplo, cuando una acción sube de precio. La tasa establecida fue de un 1%. Ahora imaginemos una empresa que surge. Una start-up, por ejemplo. Las acciones se disparan, y el 31 de diciembre se establece un valor que es muy alto. Ha de pagar usted el 1% de ese valor muy alto. Empezó su empresa con 100.000 euros de capital social (es el dinero que puso para arrancar la empresa), las acciones se han disparado y vale, pongamos, 10 millones, ha de pagar el 1%. Aunque usted no tenga ese dinero, porque es un beneficio ficticio, no real. Pero... ¿y si la empresa quiebra o las acciones se desploman? Ah, eso al gobierno le da igual: el día que devino el impuesto sí tenían valor. Recordemos, además, que las ganancias reales y los dividendos ya pagan el 38% de impuestos. Es un asunto complejo, lo reconozco, pero lo interesante es que el efecto obtenido fue que 100 de los 400 mayores de impuestos abandonaron el país (esos 100 representaban, por cierto, el 50% de la riqueza de ese grupo). Y con ellos sus negocios, claro está. A las petroleras y empresas pesadas, este impuesto no era sino uno más, pero las tecnológicas y las típicas nuevas empresas que pierden dinero los primeros años estaban vendidas. ¿Y cómo reaccionó el gobierno a esa fuga? Pues... si habían generado un problema, la solución que encontraron fue ahondar más aún en él: si decides mudarte de Noruega, inmediatamente debes pagar el 38% del valor total de mercado de tus activos al momento de tu partida. No importa si no tienes liquidez, si tus activos son de alto riesgo y podrían desplomarse en valor, o incluso si tu empresa fracasa después de que te vayas: aún deberás el impuesto. 

Anteriormente, los emprendedores al menos podían reubicarse si el impuesto sobre la riqueza se volvía demasiado oneroso. Ahora, tienen incentivos para irse antes incluso de comenzar sus negocios. 

Cuando se empezó a levantar el muro de Berlín, quedó claro para todos qué lado de la ciudad tenía el mejor sistema, en cuál prefería vivir la gente: en el que no necesitaba levantar un muro para impedir que sus ciudadanos lo abandonaran. Pues en Noruega parece que está pasando lo mismo. De momento, son los que quieren crear empresas los que están abandonando el país, pero también casi cualquiera que tiene un cierto capital está quedando atrapado. Se supone que lo que el gobierno debería hacer es atraer talento e inversiones del exterior y retener las que tiene, y en cambio lo que están provocando es justo lo contrario.

Para más inri, el país es tan rico que no necesita el dinero del impuesto a las ganancias no realizadas, lo que provocó todo, pero cuando el petróleo se acabe sí necesitarán empresas. Lo conseguido con estos vaivienes impositivos ha sido romper la confianza en el país para hacer negocios o crear empresas, y eso les va a llevar, me temo, décadas recuperar. Asombra un poco que los políticos no lo vean, pero así son las cosas.

Esto, por supuesto, jamás nos pasará a nosotros, ¿verdad?

Es el momento de revisitar "Occupied".




W. A. Mozart - Concierto para piano nº 21 en Do mayor. 2º movimiento: andante

viernes, 6 de diciembre de 2024

¿Saben sumar nuestros hijos?

https://www.youtube.com/watch?v=Ca9q1HfvqDk 

 

 

TIMSS es, por sus siglas en inglés, un estudio internacional que evalúa cada 4 años el rendimiento en matemáticas y ciencias de estudiantes de lo que aquí son 4º de Primaria y 2º de ESO. Se han publicado los resultados de la evaluación de 2023 para los niños de 4º, y los resultados, en lo que se refiere a España (participaron más de 10.000 estudiantes de más de 500 centros escolares), no son buenos.

Muchas comunidades autónomas han querido participar como tales en el estudio, por lo que he podido hacer los siguientes gráficos:

y

En los gráficos he agrupado como "Media regiones" el conjunto de las comunidades que han querido figurar de manera específica, y Resto de España es el valor medio, deducido, de todas las demás (ya que el global total es el de España). No me sorprende que la media de las regiones que no han querido ser retratadas sea sensiblemente menor que la de las regiones que sí han querido el retrato. Por cierto, que las anónimas han sido Valencia, el País Vasco (estas dos ya suponen más del 50% de la población "anónima"), Castilla la Mancha, Murcia (ya tenemos identificado el 76%), Aragón, Extremadura, Cantabria, La Rioja, Ceuta y Melilla. Y no sé porqué, me da a mí que Aragón, Cantabria y La Rioja no son las culpables de una media tan baja.

Para ilustrar un poco cómo es el proceso, Navarra aportó 3 centros al estudio nacional (Navarra tiene el 1,4% de la población nacional), pero luego añadió otros 47 para que con esos 50 colegios se hiciera el estudio específico de la región. Y un dato no anecdótico es que Navarra fue la comunidad con mayor porcentaje de estudiantes inmigrantes, un 24%. Por si se les quiere echar las culpas.

Otro dato interesante es que los chicos fueron mejores que las chicas. En Matemáticas, 19 puntos. Y es interesante porque hablamos de niños de 9/10 años, demasiado pequeños, en mi opinión, para que les hubiera calado una educación doctrinal tipo "las niñas no han de interesarse por las ciencias y menos aún por las matemáticas". Lo curioso es que esto no se produjera en Canarias, ellos sabrán porqué, y sus resultados han sido sin discusión de los peores.

En cualquier caso, cabe meditar sobre los resultados. Hay que felicitar a asturianos, castellano-leoneses y madrileños por sus buenos resultados, y un poco a gallegos y navarros. Han obtenido buenos resultados, los primeros muy por encima de la media de la UE. También criticar a Cataluña y Baleares, parece mentira unas regiones tan ricas (y que alardean de ello), que no sepan enseñar a sus niños; no me van a hacer caso, pero les daré una pista para enseñar a niños: la ideología, mejor guardada en casa.

Pero la reflexión la tenemos que hacer de manera global. ¿Vamos bien, vamos mal? Los niños de 9 años, lo que han de tener bien desarrollado es lo referente a la lectura y la escritura. Que lean y entiendan lo que leen, que quieran leer, que tengan curiosidad por aprender, que sepan escribir, que cumplan las reglas principales de ortografía y sintaxis, que tengan un léxico amplio, que tengan buena letra, que sepan redactar y expresar sus ideas,... También, claro, que desarrollen coordinación muscular, que sean capaces de practicar deportes o actividades físicas complejas (saltar la goma tiene su aquél), habilidad con los dedos y los trabajos manuales, una cierta comprensión del mundo y del tiempo, aritmética, una geometría básica,... Si tienen esas cosas bien aprehendidas, no importa mucho que no sepan calcular el área de un círculo o cómo funcionan los volcanes, ya lo aprenderán. Pero...

La cuestión es que los niños de su edad de la UE y del resto de la OCDE están mucho más adelantados que ellos. Y también los niños de algunas zonas de España. Algo se está haciendo mal. Esto lo diagnosticamos todos, así que ¿porqué no lo reconocen públicamente los responsables?

¿Nadie va a tener la culpa? ¿Va a ser, siempre, culpa de otros?

La segunda cuestión la he planteado muchas veces:

¿Nos importa lo que está pasando?

No, claro que no. Ningún informativo de las cadenas de TV ha abierto con esta noticia, ninguna cadena ha montado tertulias y programas sobre ello (fuera de minutos de relleno en las tertulias de relleno de las horas de emisión), ningún periódico ha puesto la noticia como principal de su portada (como las TV, en el mejor de los casos la han relegado a breves en las páginas interiores o a zonas desapercibidas en la web). Diantres, seguro que nadie le ha comentado el tema.

No, no nos interesa. Nos da igual. Por eso no pedimos responsabilidades a nuestros gobernantes, y por eso nuestros gobernantes no se preocupan por el tema. Fuera de los de asturianos, castellano leoneses, madrileños y gallegos.

Lo de Begoña es anecdótico, es un simple botón de muestra de que tenemos unos gobernantes deleznables. Lo importante de verdad para el país es la visión de futuro que se tiene. Visto cuál es el interés general, diría que muy corta.



Autumn Brooke - Hey cowboy