viernes, 19 de mayo de 2023

¡Qué escándalo, aquí se juega!

https://www.youtube.com/watch?v=CGt-rTDkMcM 

 

 

En la película Casablanca, hay una escena en que el jefe de los alemanes, disgustado, le exige al comisario francés que cierre el café de Rick en represalia por el desplante y ridículo allí sufrido. «¿Con qué razón?», pregunta Renault (cito, siempre, de memoria). «Eso da igual», viene a decirle el nazi. Renault ordena entonces el cierre del garito, y cuando Humprey le pregunta el porqué, el francés responde en voz alta «¡Qué escándalo, he descubierto que aquí se juega!». Acto seguido, un jefe de sala se acerca con un fajo de billetes y le dice: «sus ganancias, señor comisario». Que el francés, por supuesto, se guarda en el bolsillo interior de la guerrera. Y se procede al cierre del café. 

La famosa escena es recordada a menudo como ejemplo de la hipocresía en la discrecionalidad del poder, pero en la película Renault es un personaje simpático, que el espectador capta que está contra los nazis pero entiende que ha de cumplir su papel ante ellos y además sabe que, de tapadillo, ayuda a Rick a salirse con la suya.

Cuando ocurre en la realidad, sin bromas de por medio, la cosa cambia.

A estas elecciones municipales Bildu ha presentado como candidatos a 44 etarras. 7 de ellos, parece ser, condenados por delitos de sangre. Asesinos. El asunto no sería especial (salvo que salgan elegidos, en cuyo caso los vascos se lo han de hacer mirar), pero... resulta que Bildu es uno de los apoyos del PSOE en el gobierno. ¿Qué opina, el PSOE, de todo esto?

La primera consigna que se dio fue: ni una palabra. Y se pasaron un día entero sin contestar a las preguntas. Evitando, incluso (¡en campaña electoral!) a los periodistas, para que no les preguntaran. Luego, alguien se dio cuenta de que era peor y pasaron a decir que muy mal. Una vicepresidente, además, adujo que, oiga, que ellos no tienen ni han tenido ningún pacto con Bildu. Ridículo espantoso porque todo el mundo sabe que pactaron y siguen siendo aliados; baste decir que algunas de las leyes más recientes, en vez de anunciarlas el gobierno éste le cedió el privilegio a los portavoces de Bildu, que así pudieron presentarlas como fruto de sus esfuerzos. Todo el mundo sabe que Sánchez es presidente gracias a los votos de Bildu, que el confinamiento durante el covid lo sacó adelante gracias a los votos de Bildu tras una negociación en la que el PSOE aceptó sus propuestas para la reforma laboral, etc. etc. Y entonces Sánchez, al pedirle su opinión, dijo la gran frase:

Será legal, pero es indecente.

En piedra, habría que grabarlo. Y a él, tatuárselo en la frente.Si hay, en todo el universo mundo, una persona que exprime al máximo la legalidad con la máxima indecencia, es él. Todo, todo lo que ha hecho desde antes incluso de ser presidente del gobierno, desde que tramó la moción de censura, puede que sea legal (algunas cosas no), pero desde luego todo es indecente. Y no ligeramente indecente, sino indecente en la máxima potencia. No hay que ver, sin ir más lejos, las cosas que está prometiendo ahora mismo en la campaña electoral (a la que él no se presenta: se votan ayuntamientos). Y la manera en que lo hace: en fin de semana, una breve visita a un negocio cualquiera como Presidente del gobierno para así justificar el desplazamiento en Falcon, un meeting del Partido en el que promete un montón de regalías - sin decir qué partidas del presupuesto nacional no ejecutará para poder pagarlas-, y el martes siguiente, sin debate ni nada, el Consejo de Ministros aprueba la concesión. La última que sé, entradas de cine a 2 euros para los mayores de 65 años. Que disfrutarán los mayores de 65 años que tengan un cine cerca y que echen una película que les guste, que me huelo que lo disfrutarán más sus nietos en su nombre. Todo legal, por descontado, ya que la ley electoral es de 1985 y en aquella época se pensaba en pantanos, carreteras, centros culturales y cosas así, no en regalías y anuncios "sociales". Legal, pero indecente.

¡Qué nos importa a todos lo de Bildu, si estando Sánchez en el gobierno cualquier indecencia de los demás carece de interés por comparación!

Pero lo peor es su cinismo. Que nos diga en la cara que a él lo que le importa es la decencia del comportamiento. Su indecencia al decírnoslo. Y luego llamar indecente a los demás.

En fin, de un tipo que gobierna a golpe de decreto-ley, que es un mecanismo legal para casos de extrema urgencia y necesidad que evita discusiones en las Cortes, dictámenes de consejos consultivos, etc. ¿qué se puede esperar?

Tipo más odioso.

 

 

Omega - Gyöngyhajú lány 


No hay comentarios:

Publicar un comentario