Alguien en Minneapolis llamó por teléfono a la policía. Algo de un billete falso de 20 dólares o algo así en un supermercado. La policía acude y ve a un negro subido a un coche azul. Dicen que cuadraba con la descripción, así que le detienen. Le esposan y lo tiran al suelo. Allí, uno de los agentes le sujeta arrodillado encima de su garganta, que está presionando con todo su peso. El hombre intenta hablar: "no puedo respirar". La gente - es pleno día - se encara con el policía, le avisa que está asfixiando al hombre. El compañero del policía se encara con las personas, para proteger a su compañero. El negro es problema de su compañero, no suyo. A los cinco minutos el hombre no se mueve, no dice nada. No respira. Alguien del público pide que le comprueben el pulso. El policía sigue presionando. A los siete minutos llega la ambulancia y los sanitarios atienden al hombre en el suelo. El policía, mientras tanto, sigue presionando con su rodilla la garganta del hombre esposado del suelo que hace ya tiempo que ni se mueve ni habla ni nada.
Se lo llevan en ambulancia. En todo el proceso el hombre no se mueve.
Más tarde, la policía declaró que el hombre había muerto "por una complicación médica durante una intervención policial".
Empiezan las protestas populares. Se concentran en la comisaría en la que trabajaban los dos policías. Los antidisturbios lanzan gases lacrimógenos y granadas aturdidoras.
Los cuatro policías implicados han sido despedidos. Nada más. Imagino que podrán ejercer de policías en los vecinos estados de Wisconsin, Dakota o Iowa, o donde quieran.
George Floyd tenía 46 años.
Los agentes, aparte de ser despedidos, se irán de rositas.
¿Cómo lo sé?
Eric Garner. Un negro que estaba vendiendo cigarrillos sueltos en Nueva York el 2014. Tenía 43 años y un policía le hizo una llave de estrangulamiento. Consiguió decir 11 veces "no puedo respirar" antes de morir. La autopsia indicó que había muerto por el estrangulamiento, pero "que tenía asma".
Al policía lo despidieron 5 años después, pero no se le acusó de delito alguno. De hecho, el policía ha demandado a la ciudad de Nueva York.
Hablamos de policías entrenados para aplicar las técnicas de inmovilización que emplearon. En pleno dominio de sus facultades mentales, no estaban borrachos ni drogados. Quiero decir: sabían lo que hacían.
Y su castigo por matar es ser despedidos.
Hace unos meses, Ahamaud Arbery, un joven 25 años (no hace falta decir que era negro) hacía deporte cerca de su casa en Brunswick, Georgia. Lo vieron un expolicía de 64 años y su hijo de 34, y les pareció sospechoso. Se armaron con escopetas y pistolas, se subieron a una camioneta y salieron tras él. Dicen que le dijeron que se detuviera, que "querían hablar con él". En los vídeos se ve cómo los matan.
Antes de que el vídeo grabado por un particular se hiciera público, el fiscal del distrito declaró que no había razón alguna para detener al padre y al hijo.
El expolicía y su hijo se acogen a que la ley de Georgia permite el arresto ciudadano si el ciudadano es testigo de un crimen o tiene conocimiento inmediato de un crimen cometido por el sospechoso. Era negro y corría calle abajo, no hay más que explicar.
Yo... no sé qué decir. Lo único que puedo hacer es avisar de estos hechos. Que cada cual, si quiere, se informe por internet de qué pasó y qué circunstancias concurrieron, y se forme su propia opinión. La mía ya la dí, aquí y aquí dentro de mi serie Armas en América.
Pero en Estados Unidos los matan por mucho menos que eso. Aunque, claro, los policías van a tener lo que le negaron a George Floyd, a Eric Garner, a Ahmaud Arbery: un proceso judicial.
P.S.: Parece ser que las protestas habituales están teniendo eco, y parece ser que sí, que esta vez las autoridades hablan de juzgar al policía. Pero si miramos el caso de Freddie Gray...
Hace cinco años, Freddie Gray era un negro de 25 años que vivía en Baltimore. Ahora no importa por qué razones la policía lo detuvo, da igual. El caso es que lo detienen, lo meten en la furgoneta policial y se lo llevan a comisaría. Lo habían detenido casi a cuatro pasos de la comisaría, en la misma calle, a unos 500 m. Pero el trayecto les llevó más de media hora (incluyendo una parada para ponerle grilletes en los pies al mozo) y cuando llegó Gray se había roto la columna vertebral y estaba en coma. Murió unos días después, y los médicos dictaminaron que fue a causa de las lesiones de la columna. Sí, se acusó a los 6 policías. Sí, hubo juicios. Pero fueron absueltos o se acabaron desestimando los cargos, los polis se fueron de rositas. Y eso que fue en Baltimore, y que el presidente era Obama.
En Minesota los negros son el 18% de la población y el 63% de los que son tiroteados o muertos por la policía.
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