lunes, 17 de abril de 2017

El Polyester



En mis años mozos, cerca de mi casa había un pub llamado Polyester. Antes de ir al Polyester, yo iba a bares. Bares donde bebía cerveza y, como mucho, tomaba tapas de papas bravas. Eran bares de barra sucia, cabezas de gambas en el suelo, camareros que van por faena. En muchos de ellos había máquinas de discos, uno metía una moneda y seleccionaba la canción que quería oir. Oí miles de veces las canciones de Tequila, porque los repertorios de las máquinas eran limitaditos.

Pero uno crece, y las novias se merecen algo mejor. Y más o menos por esas fechas abrieron el Polyester. El Polyester era un pub: limpio, oscuro, con moqueta en el suelo y focos iluminando la barra.

En el Polyester no se servían tapas. Pero el camarero solía acompañar las bebidas con una tapita de cacahuetes, maíces y cosas así. 

No era como los bares, en los que hay que agolparse en la barra para pedir y consumir, siempre de pie. No, allí uno se sentaba en un taburete, o en las mesas. Y uno hablaba con tranquilidad, sin alzar la voz, porque no tenía la televisión puesta y las conversaciones se daban entre susurros.

Es cierto que era más caro que ir a un bar. Pero la diferencia valía la pena.

Además, en el Polyester había una mesa de billar. También unos dardos, pero yo nunca jugué a los dardos. Las incontables horas las pasé jugando al billar.

No era un billar muy tradicional: el espacio es el que era, y había una columna muy cerca de la mesa. La columna era de sección bastante grande, y molestaba mucho. Muchísimo. Obligaba a golpes realmente complicados, pero era parte del atractivo de ese billar. Hasta que en la fábrica el maestro de taller me torneó un palo de escoba reconvirtiéndolo en un minitaco (para más inri, le fabricamos una fundita). Con ese palo, la columna ya no suponía un reto insuperable: era cuestión de emplear el minitaco. Lo llamábamos "el balabushka".

Pero lo mejor del Polyester era la música. Como estaba cerca de mi casa, yo solía llegar pronto, y con el paso del tiempo acabé entablando conversaciones con el camarero, que en realidad era el dueño del local y tendría apenas unos años más que yo. A menudo esas conversaciones trataban sobre la música que ponía.

Me recomendó muchos grupos que entonces yo no conocía.

Uno de sus favoritos, creo recordar, eran los Waterboys. Y cuando sacaron disco me lo grabó.

Total, que en mi entrada anterior les he puesto una versión de la canción más famosa del disco, y qué quieren que les diga. La original la he oído en infinidad de ocasiones, y siempre me recuerda al barman del Poly. Y al Poly. Y a mis años de juventud.




The Waterboys - Fisherman's blues

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