¡Ah, la carga de nieve! Siempre mentada, siempre despreciada, casi siempre incomprendida.
Todo calculista sabe que es preceptivo tener en consideración la carga de nieve. Incluso en las situaciones en las que se descarte su aplicación, al menos se ha perdido un milisegundo en saber si se debía o no aplicar. Y, sin embargo, a aplicación que se hace es, en los más de los casos, errónea. Poco acertada, si me permiten decirlo así.
La carga de nieve se define en el Código Técnico de la Edificación; sí, ese afan legislador y regulador de todo no podía menos que regular también lo que se piensa de la nieve. Pasa que como casi toda la legislación de la época del inefable, está cargadita de incongruencias. ¡Y mira que era fácil!
En primer lugar, supongo que todo el mundo está enterado que cuando el CTE dice:
Cuando la construcción esté protegida de la acción de viento, el valor de carga de nieve podrá reducirse en un 20%. Si se encuentra en un emplazamiento fuertemente expuesto, el valor deberá aumentarse en un 20%.
realmente debería decir lo contrario, que además es lo cierto. Fíjense, por ejemplo, en la foto que acompaño: hay una zona a resguardo del viento, y ahí se está acumulando. En las zonas expuestas, en cambio, la nieve ha desaparecido. Sí, el CTE en todo su esplendor.
Otra cosa que podría mejorar el CTE: termina con una tabla en la que dice, según la zona y la altitud, la carga de nieve básica. No dice nada, en cambio, de qué hacer si la altitud del emplazamiento no coincide con las tabuladas. ¿Se coge el límite inferior, el límite superior...? En realidad, se debe interpolar. Pero eso el CTE se lo calla. Lo que equivale a dejarlo a criterio del lector, y como el proyectista y el revisor tengan criterios diferentes, la hemos liado. Esta diferencia, en un punto a 1025 m en la zona 6 puede suponer contar 120 ó 200 kg/m2. Chapuceros, los hacedores de normas.
Por cierto, un consejo: asegúrense de que conocen la altitud del emplazamiento; no tiene porqué coincidir con la del ayuntamiento del lugar. Y no hablo especialmente de las zonas montañosas: en la misma ciudad de Barcelona, puerto de mar y todas esas cosas, yo he calculado cosas a 500 m de altitud. Basta con que estén en la cima del Tibidabo. Hay un barrio entero allí, y les aseguro que no nieva lo mismo que en el puerto. Y, por descontado, desde la cima hasta la base tenemos la panoplia entera de altitudes y edificaciones.
Pero donde en mi opinión se lucen los del CTE (y los de los EC, pero estos en general tienen un nivel superior) es a la hora de combinarla. La combinan como cualquier otra carga... ¡y se quedan tan anchos! ¿Usted lo ve normal? Según ellos, cuando la nieve es máxima, la acción térmica de dilatación debe contarla al 60%. Cuando la dilatación es máxima, la nieve estará al 50%. Cuando la nieve está al máximo, la acción térmica de contracción sólo estará al 60%. Nieve y contracción, se ve, son tan compatibles como nieve y dilatación.
También cuando la nieve sea máxima las sobrecargas de uso se reducen por alguna razón que se me escapa. En una cubierta, si es sólo para mantenimiento, no habría sobrecarga. Pero si la cubierta es una azotea, hay la del local desde el que se accede. Si, por ejemplo, es la terraza de un comedor laboral, el típico en el que ha contado 500 kg/m2 de sobrecarga de uso, cuando nieve, en el comedor sólo habrá 350 kg/m2, y otros tanto en la terraza (a añadir a la nieve). Si el edificio está en Sierra Nevada y usted ha contado 200 kg/m2 de nieve, casi 2 m de altura, ¿dónde están esos 350 kg de sobrecarga de uso? ¿Enterrados como idiotas? Y si el edificio es un comedor de una estación de esquí, ¿no es lógico suponer que cuando la nieve sea máxima la aglomeración también lo será?
Otro caso curioso es que el empuje del terreno y la nieve también se combinen con este criterio. Vaya, una vez tuve que intervenir en un caso en el que el terreno se congelaba y generaba un empuje que estaba rompiendo todos los tabiques interiores de las zonas próximas. Y en otros casos de este estilo, en los que nieve y empuje del terreno también iban al alimón.
Otro caso curioso es que el empuje del terreno y la nieve también se combinen con este criterio. Vaya, una vez tuve que intervenir en un caso en el que el terreno se congelaba y generaba un empuje que estaba rompiendo todos los tabiques interiores de las zonas próximas. Y en otros casos de este estilo, en los que nieve y empuje del terreno también iban al alimón.
Lo que quiero decir con esto es que la nieve es una acción especial, distinta a todas las demás, y se debe combinar con criterio. Con el criterio del calculista, que es el que conoce el proyecto; alguna recomendación del CTE puede venir bien, pero no más allá.
Es posible que el origen del problema radique en que los autores del CTE fueron (imagino) arquitectos del Ministerio de Vivienda, personas que en realidad están pensando en edificios civiles, los de las ciudades. Residenciales, hospitalarios, administrativos y similares. Y se dejaron millones de situaciones. Yo, que trabajo casi siempre en proyectos de ámbito industrial, me topo con muchas en las que aplicar el CTE es ridículo.
Por ejemplo, un sótano bajo una vía de circulación: si hay nieve no hay circulación.
Y es que en los edificios "civiles", de forjados pesados, la carga de nieve es siempre ridícula, poco significativa. Contar 40 kg/m2 de nieve en una azotea de un edificio de 11 plantas supone minorar un 30% la sobrecarga de uso de 200 kg/m2 en las 11 plantas. ¿En qué va a ser más desfavorable? Al final, lo único que se consigue es complicar las combinaciones de hipótesis. Ya sé, me dirán que a la postre eso no importa, porque son los ordenadores los que se encargan de todo. Bueno, ya saben lo que opino yo sobre el tema.
Sin embargo, en una nave industrial la carga de nieve puede importar mucho. Las cubiertas suelen ser ligeras, y la sobrecarga de uso normalmente está localizada en una parte. Pero la nieve puede ser general, y con luces grandes puede suponer pesos importantes. Recuerden, por ejemplo, mi artículo sobre la nevadona del 2010. Si además proyecta naves adosadas a otras, no debe olvidar la consideración de la acumulación (por cierto, la CTE lo explica fatal). Y no la olvide, si usted proyecta una nave adosada a otra existente, comprobar este efecto en la existente. En la fábrica de la foto la nave más alta y que genera acumulación en una zona de la más baja se construyó después. Y, por supuesto, no hay ninguna relación entre sobrecarga de uso y nieve, generalmente la sobrecarga de uso se genera en la cara inferior de la cubierta, va colgada: en mi opinión, deben combinarse ambas al 100%.
En fin, si le ha interesado, repase la foto. Como curiosidad, verá aleros donde la nieve ha deslizado y otros en los que no; diferentes acabados, supongo.
La nieve, es lo que tiene. Acostumbrados a que en los edificios civiles no tiene importancia, nos hemos acostumbrado a no dársela. Y los primeros de todos, los hacedores de normas. ¡País!, que diría Forges.
The Jesus and Mary Chain - Darklands
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