lunes, 30 de junio de 2014

Calcular estructuras: ciencia y charlatanería



Siempre que reflexiono sobre la profesión que ejerzo llego a la conclusión de que o los demás saben mucho más que yo o este oficio se está perdiendo. Estoy convencido de que los calculistas que nos precedieron sabían lo que hacían, y calculaban aplicando su ciencia y, cuando su ciencia no abarcaba algo en concreto, su intuición. Ahora, en cambio, creo que cada vez entendemos menos, tenemos menos ciencia, y en consecuencia cada vez tenemos menos intuición de lo que hay que hacer. Al menos, en mi caso.

A ver si me explico con un ejemplo reciente.

Calculo una nave industrial de estructura metálica. Dentro de la nave industrial hay una entreplanta. Por muchas razones, el cálculo lo hago mediante un programa informático comercial; quiero decir, no la calculo a mano ni mediante un programa de confección propia.

Bien. El programa en cuestión, como casi todos los de su calaña, permite calcular las uniones entre elementos. En el caso a colación, la placa base del pilar sobre el cimiento.

Sigo. Modelizo la placa. El programa, por supuesto, sabe qué acciones actúan sobre la base... y me dice que es errónea.

No pasa nada, ha sido un primer intento. Consulto los resultados del programa, para saber qué fallo hay y haecr la corrección más conveniente, y lo que me encuentro es esto (omito el resto de información, irrelevante para lo que miro):


Es decir: la base, frente al esfuerzo axil, trabaja al 37% de su capacidad. Frente al momento flector en sentido y, al 48%, y frente al flector en sentido z, al 109%. Y frente a los dos flectores combinados, al 157% de su capacidad.

La base falla. ¡Eh, un momento! La excentricidad existente en el sentido y es de 0 mm. No hay flector apenas (bueno, algo sí, el 46% de 0,29 m·t, 0,14 m·t). Y en el sentido z la excentricidad es de 2 mm.

El pilar, por cierto, está sometido a 270 toneladas. Y para esas 270 toneladas la placa trabaja al 37%.

¿Soy yo o aquí hay algo que rechina?

El programa de cálculo, faltaría más, en los resultados me aporta en cada paso la referencia al Eurocódigo, que es la norma que aplico. Intrigado, busco en el eurocódigo la referencia, y esto es lo que encuentro:
 


La norma no es muy explicativa; comprendo que es para gente que sabe, y esa gente no necesita muchas explicaciones. Yo, lo tengo claro, soy un intruso que no debería ejercer de calculista; pero legalmente puedo ejercer, y ejerzo, y por ello intento entenderla.

La resistencia a axil de una placa se estudia antes; no tiene relación con la flexión; ésta se analiza después. Y lo primero que veo es que la flexión que admite depende de la flexión que se ejerza, pues la excentricidad entre la flexión admisible y el axil admisible ha de ser la de las cargas actuantes. Curioso. Si no hay flexión actuando (excentricidad 0), la placa no tiene capacidad para resistir ninguna flexión. Yo, es que soy muy bruto, porque no lo pillo. Y si por el axil está al 51%, por la misma regla de tres está al 51% en la flexión en cada sentido, y en la flexión combinada está al 102%. Aunque la flexión sea absolutamente despreciable (salvo para un ordenador).

Y en las fórmulas del cuadrito, más o menos lo mismo: cuando la excentricidad de las cargas tiende a 0, el denominador tiende a infinito (digo yo que el ±1 no afecta a la excentricidad sino a la división), y el momento resistente tiende a cero. Y ya puedes reforzar la placa lo que quieras, que de ahí no sales.

Claro, lo que yo digo es que cualquier persona sabe que si casi no hay flexión la placa no falla por flexión. Si el flector es una dina por milímetro, no falla por flexión. Pero eso el ordenador no lo decide, para él hay flexión.

¿Quién falla aquí? ¿La norma, el programa o el usuario? Yo creo que la norma está mal y el programa es estúpido, pero probablemente la norma sea correctísima (la han hecho los tíos que más saben del mundo), y el programa no se equivoca nunca ni olvida nada ni desprecia nada. Soy yo el borrico.

Y aún soy más burro por no asumir mi inutilidad. Porque insisto en que aquí hay algo que está mal.

Y así paso los días, rumiando mi miseria por los portales. Después de un día como éste, es comprensible que escriba en mi blog que los calculistas estamos renunciando a saber calcular estructuras, que creemos a ciegas lo que los ordenadores nos escupen y que, de seguir así, en unos años ninguno de nosotros sabrá realmente.

¿Y entonces? ¿Qué será de nosotros, si nuestra ciencia se habrá reducido a mínimos -mínimos cada vez menores, de eso no hay duda- y habremos perdido nuestra intuición para resolver lo que la ciencia no estudia? Imagino que seremos como los astrólogos, los videntes, los quirománticos y los adivinadores del futuro, que hablaremos y hablaremos, el crédulo cliente creerá que sabemos, y nosotros, atentos a sus reacciones, sabremos decirle lo que él esperará que digamos. Supliremos con charlatanería la ciencia que no tendremos, y cuando estemos a solas le pediremos a nuestro ordenador que nos resuelva el problema. Y lo que diga el ordenador lo defenderemos como la verdad absoluta aunque nos aten a una pira.

Y quien se ría y crea que exagero y que esto no pasará... o no conoce el gremio, o no ha reflexionado, o... ése sí sabe. Mucho más que yo, desde luego.

Por cierto: no se lo digan a nadie, pero la placa la voy a dar por buena y simplemente "olvidaré" su comprobación en la memoria de cálculo. Y seguiré pensando lo que opinio siempre, que al final nosotros sólo seremos operadores de ordenador; ellos serán los verdaderos calculistas.


Wilson Phillips - Good Vibrations (Beach Boys)


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