lunes, 12 de mayo de 2014

Floja de remos



Mi cuñado solía tener la costumbre de buscarse siempre novias de entre 18 y 20 años. Yo, claro, al principio lo encontraba normalísimo; con el tiempo, me parecían demasiado jóvenes y, lo confieso, acabé choteándome de ello. El vicio, por supuesto, le duró hasta que se lió con una de 37 (o le cazó, ahí ya no entro), la veteranía es un plus, y la ya no tan moza supo encandilarlo de verdad, y fin de sus veleidades.

El caso es que en cierta ocasión, describiéndome cómo era una de sus novietas, la calificó como "floja de remos", pero acto seguido añadió: "aunque, claro, a esas edades todas lo son". Me hizo tanta gracia la expresión y encontré la observación tan aguda y acertada que, desde entonces, cuando miro a una mujer me fijo siempre en esa característica. Y, en mi cuestionario subconsciente de valoración, ése que instantáneamente rellenamos todos los hombres como un reflejo, ese epígrafe se formula siempre como "Floja de remos: sí/no/un poco". Y, sí, tengo que convenir con él que las mayorías de chicas, a esa edad, son flojas de remos.

No sé si usted es taurino o no lo ha necesitado, pero, en cualquier caso, ¿verdad que tenía razón?



Los Sabandeños - La muralla

 (por mi cuñado, que era un fan de los Sabandeños)



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