https://www.youtube.com/watch?v=GN8VV8CHnrk
«Caudillismo y devoción al amo, identificación de partido y Estado, rechazo de la cultura liberal, paternalismo estatal, uso propagandístico de los medios de comunicación, distinción entre españoles buenos y malos, moralismo censor: el caso es que me suena».
Manuel Arias Maldonado, en este artículo
Ha saltado estos días a la palestra el que la constructora Acciona destinara al equipo Peugeot del PSOE el 2% de las obras que conseguía gracias a dicho equipo. No sorprende demasiado, ya que hablamos de Acciona (si se hablara de otras grandes constructoras sí sorprendería más), pero no es que Acciona esté implicada en tejemanejes varios lo que me llama ahora la atención, sino que Acciona había obtenido 3 certificados de AENOR que acreditaban la limpieza de la compañía: el de cumplimiento de la norma UNE 19601, "el estándar español de mejores prácticas para prevenir delitos, reducir el riesgo, y fomentar una cultura empresarial ética"; el de la norma UNE-ISO 37001, que "verifica que Acciona cuenta con un sistema de gestión antisoborno efectivo"; e incluso el "certificado reconocido por Iqnet de que la organización ha implantado y mantiene un Sistema de Gestión Antisoborno que cumple los requisitos de la norma ISO 37001:2016.
Es evidente para todos que esos certificados son sólo papeles sin significado real. Acciona pagó a AENOR una pasta gansa (AENOR es un monopolio privado y sus tarifas carecen de cualquier sentido moral), y AENOR emitió los certificados comprados. Quizá haya llegado el momento de hablar de AENOR.
De entrada, lo mejor que puedo decir de AENOR es que es una organización tan honesta y honrada como Acciona. Una afirmación con la que AENOR estará de acuerdo, pues ellos mismos afirman que Acciona es lo más honesta y honrada que una compañía puede ser.
AENOR es en realidad la obra magna de la burocracia. Una organización privada con ánimo de lucro (seamos sinceros: puede que la organización no tenga ánimo de lucro, pero las personas que la forman sí, ellos no trabajan en esa organización si no es por pasta), tal vez nacida con las mejores intenciones, que se dedica a crear normas. Normas inútiles, que no se siguen (si se siguen, es de casualidad: porque las cosas se hacen así, y no al revés, si se hacen como dice la norma no es porque lo diga la norma), normas que no se conocen y que a nadie le importan. Eso sí, pagando emiten certificados que quedan muy bien enmarcados en las salas de espera de las oficinas de las empresas y que son el equivalente a las medallas y trofeos obtenidos en competiciones infantiles de chichinabo y que a menudo vemos en casas que no tienen nada más de lo que alardear. Es un grupo de burócratas cuyo oficio es generar papeleo y cuyo éxito depende de la montaña de papeles que sean capaces de generar. Y que por dinero dirán lo que sea.
En cualquier caso, me alegro de que lo de Acciona muestre a todos la inutilidad de sus certificados. Seguro que los de AENOR echarán la culpa a Acciona y jamás aceptarán reconocer lo que digo y es evidente, que lo suyo es una tomadura de pelo. Además de un asalto a la faldriquera, claro.
Jerry Lee Lewis - Whole lotta of shakin goin on
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