lunes, 31 de marzo de 2025

El cambio de hora

 
 
 
Dos veces al año, la misma historia. El cambio de hora. Que si patatín, que si patatán. A mí me gusta, el cambio de hora; pero yo soy raro. Por lo visto, a todo el mundo le sienta mal, y los periódicos se llenan de informes sobre enfermedades y dolencias asociadas al cambio de hora. Yo no entiendo qué les pasa, cómo es que son tan sensibles, pero... Claro, a fin de cuentas esto es un invento de Franco, y no hace falta decir más.

Por supuesto, no es un invento de Franco, y se aplica en muchos países. Antes, en España, el cambio de invierno se hacía el último domingo de septiembre, no de octubre, pero desde que entramos en la CEE cambiamos en octubre. Sí, con Franco había 6 meses de horario de verano y 6 de invierno, pero desde que somos europeos tenemos 7 meses de horario de verano y 5 de invierno. Como toda Europa, por lo demás, con excepción de Islandia, Rusia y Bielorrusia. Lo de los rusos es comprensible, porque son rusos, pero ¿por qué no en Islandia?

Pues porque el cambio de hora persigue adaptar nuestro reloj al sol, a la hora de amanecer: que se parezca un poco a cuando nos levantamos. Pero, claro, si en Islandia, en verano el sol se pone apenas una hora, y en ese tiempo hay crepúsculo y amanecer, nunca hay oscuridad: ¿qué sentido tiene buscar más luz? Por el contrario, en invierno casi no hay sol. ¿Qué más da que amanezca de noche o de noche?

Por la misma razón, no hay cambio horario en los países cercanos al ecuador, ya que en ellos no hay diferencia solar entre verano e invierno. Y tampoco tiene sentido en los países subdesarrollados, en los que no es el reloj el que mide el paso del tiempo.

Pero estamos en España, y aquí sí hay diferencia entre invierno y verano.

Para aclarar lo que sigue, voy a dar unos horarios centrados en Madrid, que por algo está en el centro. Luego está la variación por la latitud y la longitud; por dar un orden de la diferencia, en La Coruña el sol sale 42 minutos más tarde que en Barcelona. Y de norte a sur influye además si es verano o invierno: en Oviedo y en Cádiz amanece a la vez cuando el equinoccio de marzo, pero en el solsticio de verano en Oviedo amanece ¡52 minutos antes!

Una cuestión más es que el amanecer no es un momento exacto. Se puede hablar del amanecer astronómico, que se produce cuando el Sol está entre 12 y 18 grados por debajo del horizonte: aún no ha salido, pero ya se empieza a apreciar la claridad. Eso sí, aún se ven todas las estrellas. Otro amanecer es el náutico, con el Sol entre 6 y 12 grados por debajo del horizonte. Es de interés para los marinos, porque el horizonte se ve claramente pero las estrellas más brillantes también, por lo que los marinos podían calcular su posición con un sexante. Y también está el amanecer civil: el Sol por debajo del horizonte pero no más de 6 grados. Con el amanecer civil hay claridad más que suficiente para realizar cualquier actividad normal y ya no se ven las estrellas, sólo falta que salga el Sol. El momento en el que sale el Sol es, obviamente, el momento de la salida del Sol, que se define por sí solo. Pero, por si acaso: es el momento en el que el punto superior del disco solar aparece por el horizonte.

Por la noche, la puesta del Sol es el momento en el que el extremo superior del disco solar desaparece por el horizonte.

Pues bien, en Madrid la salida del Sol fue, el 21 de marzo, a las 7:17; el 21 de junio, a las 6:46; el 21 de septiembre, a las 8:02 y el 21 de diciembre, a las 8:34. Pero, claro, hay un cambio de hora. Si no se cambiara la hora, con el horario de verano las salidas del sol serían, respectivamente, 8:17, 6:46, 8:02 y 9:34. Estamos diciendo que en invierno el sol saldría pasadas las 9:30, sí. Y si el horario fuera el de invierno, la salida del sol sería a las 7:17, 5:46, 7:02 y 8:34. En verano amanecería realmente pronto.

En cuanto a la puesta del sol, con los horarios ajustados son, esos 4 días, a las 19:27, 21:47, 20:28 y 17:58. Si se siguiera el horario de verano, serían 20:27, 21:47, 20:28 y 18:58 respectivamente. En diciembre el Sol se pondría casi a las 7 de la tarde. Con el horario de invierno, el sol se pondría a las 19:27, 20:47, 19:28 y 17:58. En verano se pondría a las 9 menos cuarto, a mí no me parece tan mal; hay que tener en cuenta que el anochecer civil ocurriría a las 21:22, hasta ese momento tendríamos la luz normal del día y sería entonces cuando empezaría a mitigarse la claridad.

En definitiva, el día es 6 horas más largo en San Juan que en Navidad.

Pues bien, todos los años se escuchan las mismas monsergas contra el cambio de hora. ¿Y si no se cambiase la hora? ¿Qué horario preferiría usted, el de verano o el de invierno? 

A mí no me molesta que se cambie la hora; de hecho, me parece mejor que mantener el mismo horario todo el año. Pero, si se decidiese que debía haber un único horario, preferiría el de invierno. 

Un problema adicional con un horario único lo tenemos en que vamos "con Europa" cuando no nos correspondería, sería mejor ir con Portugal y el Reino Unido. En Budapest el Sol sale el 21 de junio a las 4:45 (con el horario de invierno hay que quitar una hora), y se pone el 21 de diciembre a las 4 de la tarde (con el horario de verano sería a las 5). No creo que los húngaros quieran que amanezca antes de las 4 de la mañana, así que creo que Europa preferiría pasarse al horario de verano. Que en verano suena muy bien, pero con ese horario, en La Coruña amanecería en diciembre a las 10 de la mañana. ¿No, verdad?

 

 

Ocean - Put your hand in the hand

martes, 25 de marzo de 2025

Los billetes de euro (y II)

¿Hizo la lista de la entrada anterior?

A ver en cuántos coincidimos.

 

 

El billete de 5 euros es para...

 


Dante Alighieri, Italia.

 

El billete de 10 euros es para...

 


Fernando de Magallanes, Portugal.

 

El billete de 20 euros es para...

 


Miguel de Cervantes, España.

 

El billete de 50 euros es para...

 


Rembrandt, Holanda (Rembrandt se llamaba en realidad Rembrandt Harmenszoon van Rijn pero su apellido no ha pasado a la Historia).

 

El billete de 100 euros es para...

 


Antoine Lavoisier, Francia.

 

El billete de 200 euros es para...


 

Wolfang Amadeus Mozart, Austria.

 

Y el billete de 500 euros es para...


 

Ludwig van Beethoven, Alemania.

 

 

Felicidades a los ganadores.

 

Por cierto, si hubiera incluido en la lista a Grecia, éste habría sido su representante:

 



Sócrates. 

 

 

 

Nota final: sí, como representante de Francia podría haber elegido a Moliére, a Montesquieu, a Rousseau,... Pero quería un científico. Y Lavoisier es de los más grandes.

lunes, 24 de marzo de 2025

Los billetes de euro (I)

Once fueron los países de la primera tanda que adoptó el euro: Alemania, Austria, España, Francia, Finlandia, Irlanda, Italia, Portugal y el BENELUX. Esto ocurrió en 1999, que fue cuando apareció el euro (como moneda ficticia, aún no física). Antes de la aparición física en el 2002 se unió Grecia, en el 2001, pero no es un país fundador. Y con posterioridad se han unido Eslovenia, Eslovaquia, Malta, Chipre, Croacia, Estonia, Letonia y Lituania. Sí, ya sé que ha bajado el nivel y que quizá los socios fundadores no tenían en mente a esos países cuando pensaban en nuevos socios, pero hoy no quiero discutir.

Hoy traigo una pregunta: si en vez de los insípidos puentes que ilustran los billetes se hubieran empleado rostros de europeos ilustres (como se acostumbraba a hacer en España), ¿qué europeos serían? 

Éstas serían las reglas:

En primer lugar, hay 7 billetes: de 5, 10, 20, 50, 100, 200 y 500. El de 500 ya no se hace, pero sigue siendo de curso legal y además se hizo.

En segundo lugar, el criterio de selección es que han de ser europeos que hayan hecho una importante contribución a aquello que llamamos civilización occidental (la nuestra). Y, además, que no generen rechazo: eso descarta a grandes guerreros de un país (que normalmente es a costa de otro país europeo), políticos y líderes religiosos (unos rechazarian a Lutero, otros a San Ignacio de Loyola). 

Un criterio adicional es que los nosotros han de ser de originales de los países fundadores; todo lo más, Grecia podría tener alguna opción, pero los otros llegaron cuando se habían definido ya los billetes, se siente. 

Y sólo un representante por país. Un país no puede tener dos representantes.

En la medida de lo posible, el representante ha de tener un rostro (real o atribuido) reconocible por la mayoría de los europeos cultos.

Dado que tenemos europeos de sobra, estas condiciones no son nada restrictivas. 

Piense el lector a quiénes habría incluido. Yo, mañana, diré mi selección.

Como criterio adicional, la asignación de valores la haré por antigüedad: el que tenga una fecha de nacimiento anterior a otro tendrá un billete de inferior valor.

 

jueves, 20 de marzo de 2025

Sufragio universal

https://www.youtube.com/watch?v=kd5dcirhjoQ

 

 

Leo una entrevista en prensa a un economista, y no he podido menos que recordar el relato de Isaac Asimov "Sufragio universal", escrito en 1955. Sorprendente además que la acción transcurre en 2008 (en 1955 eso estaba muuuuy lejos), y diría que en 2028 sí podría ser. Que no será, pero desde un punto de vista técnico sí podría ser.

El relato imaginaba que en 2008 (y antes, pero la acción pasa ese año) las elecciones presidenciales de los EE.UU. no se hacen como siempre, votando muchos millones de estadounidenses, sino que las supercomputadoras (en los relatos de Asimov es siempre MULTIVAC, un supercomputador central con datos de todo y todos; en 1955 creo que le parecería demasiado fantasioso que todo el mundo tuviera varias en su casa y una en el bolsillo) elegían a un ciudadano típico, y era ese ciudadano el que elegía al presidente. MULTIVAC sabía los gustos, las preferencias, los deseos y los intereses de todos, y establecía quién era el ciudadano más promedio posible; este ciudadano era el día de las elecciones sometido a un intenso interrogatorio, y de ahí salía el designado. La idea base es que la elección del ciudadano seleccionado sería a la postre la misma que si hubieran votado todos los votantes. 

¿Por qué digo que en 2028 podría ser? Internet ya lo sabe casi todo de nosotros, y cuando la IA entre de verdad, el conocimiento de la psique humana que tendrán las máquinas (todas las máquinas del mundo, conectadas, es lo mismo que un MULTIVAC, o en cualquier caso los servidores de Silicon Valley dan el pego) será tremendo. 

¿Y por qué me he acordado de este relato al leer la entrevista? Por respuestas como ésta:

«La idea central de [su libro] El mito del votante racional es que cuando tus errores tienen consecuencias directas sobre ti mismo, tiendes a ser más racional. No perfectamente racional, pero sí más cuidadoso. Si gastas tu propio dinero y tomas malas decisiones, tú sufres las pérdidas. Esto aumenta la probabilidad de que actúes racionalmente. Por el contrario, cuando las decisiones no tienen consecuencias personales directas, la racionalidad disminuye de forma drástica. Lo vemos en política: la gente muestra su peor versión, actuando de forma dogmática, irracional e injusta. Ocurre porque el voto individual apenas tiene consecuencias prácticas. Si votas por políticas nefastas, las consecuencias para ti son iguales que si hubieras votado racionalmente, porque eres solo una persona entre millones. Imagina que vas al supermercado y llenas tu carro con productos que no te gustan. Al salir, lamentarás haber gastado tu dinero así. Pero el sistema democrático parece diseñado precisamente para animar a la gente a defender ideas extremas o absurdas con consecuencias mínimas».

El votante actual (al menos en España, en Iowa no sé) vota sin pensar. No sabe qué vota. No conoce el programa electoral, no cree siquiera que tengan intención de cumplirlo, no conoce siquiera a los que se presentan (¿alguien puede decir los nombres de los que se presentaban por el partido que votó al Congreso por su provincia?),... Por lo general, en nuestra piel de toro se vota a la contra: al partido que más detesta el candidato al que más detestamos. Los que ése no quieren que gane, esos son los nuestros. ¿Es racional esto? Claro que no.

Además, visto cómo votamos, a veces pienso que daría lo mismo que las computadoras eligieran una persona al azar y que esa persona fuera la que votara por todos. 

Por cierto: el relato de Asimov lo pueden leer en este enlace: https://lecturia.org/cuentos-y-relatos/isaac-asimov-democracia-electronica/16953/ 

 

Little big town - Tornado 

martes, 18 de marzo de 2025

Islamofobia

https://www.youtube.com/watch?v=jm6F7gZCYcw 

 

 

¡Qué palabra más fea!, ¿verdad? Parece que le estén acusando a uno de algo incontrolable que forma parte de su carácter en su relación con el islam: que le acusan a uno de animal, de no ser capaz de pensar y admitir que el otro es diferente. Y, claro, cuando le espetan a uno un «¡islamófobo!» no da la sensación de que te estén llamando guapo.

Sin embargo, si a uno le acusaran de anti-nazi, comunista o persona que cree que las películas de Almodóvar son infumables, uno debería poder aclarar su porqué. En este artículo yo voy a intentar explicar qué entiendo por islamofobia; al terminar, el lector deberá decidir si es una sensación fundada o infundada. Y si resulta fundada, hay que convenir que es del todo punto digna de respeto como una opinión más.

Vamos a partir de la hipótesis de que hay dos clases de islamofobia: visceral y racional. 

De la islamofobia visceral no cabe discutir mucho: si existe, es. La discusión puede versar sobre cómo aceptarla, cómo tratarla o cómo combatirla, pero es lo que hay. 

Lo que me interesa a mí es la otra, la islamofobia racional. Es decir, el estar en contra del islam por motivos razonables. 

Vamos a considerar, por ventajas de redacción, que yo soy islamófobo racional. ¿Por qué estoy en contra del islam? 

En principio, el islam es una religión. Fundada por Mahoma en el siglo VII d.C., conocida por sus cinco preceptos fundamentales (la declaración básica de fe «no hay más dios que Ala y Mahoma es su profeta», la oración, la limosna, la peregrinación a La Meca y el ayuno durante el Ramadán), por su libro sagrado (el Corán) y algunas peculiaridades más. Como religión, no es muy criticable; no más que cualquier otra religión. Libertad de credo, libertad de culto y todas esas cosas, así que a callar. En su culto no son moloquitas (pinchar si no se entiende la referencia).

Pero… ¿y si el islam no es sólo una religión? ¿Y si es un estilo de vida que ha de regir en todos los ámbitos? 

¿Y si consideramos que además de una religión es un sistema político? Ah, entonces sí es atacable. Como el nazismo, el comunismo o el capitalismo (prohibido en varios países y en varias épocas).

¿Es el catolicismo un sistema político? No, porque el catolicismo no intenta que la vida política se adapte a las reglas religiosas del catolicismo. Incluso aunque aparezca algún iluminado que quiera que el catolicismo sea la religión oficial, un "pecado" social no se considera un pecado religioso: no se aplica lo que diga la Biblia a los ladrones o a los adúlteros, sino lo que dicta el Código Penal. Y si el Código Penal no criminaliza el adulterio, lo que diga la Iglesia da igual: cuando y donde se haya penalizado el adulterio habrá sido porque así lo prescribía el código penal pertinente. 

¿Es el islam algo más que una religión? ¿Pide el islam que la vida social se rija por las normas de esa religión? En algunos países, no. En Estados Unidos, por ejemplo, no creo que los musulmanes clamen que se aplique la Sharia en vez de las leyes civiles. ¿Pero hay países donde sí? Ya lo creo. 

La primera parte de la islamofobia sería entonces contra el islam en tanto en cuanto que sistema político. Totalmente criticable. En los países tradicionalmente islámicos uno puede aceptar o no el sistema en el que viven (hay multitud de intensidades del islamismo, si se me permite decirlo así, y no es lo mismo Mauritania que Afganistán que Indonesia) y como tal se puede criticar, pero cuando de lo que se trata es de la transformación de nuestra sociedad en otra más acorde con los principios islámicos, la islamofobia no es tal sino un simple "no estoy de acuerdo". No es un odio al Islam como religión, sino un posicionamiento en contra del Islam como no-religión.

El segundo objeto de la islamofobia serían las personas. Los islamistas. Las personas que quieren imponer el islam en la sociedad, las que quieren que sociedades no islámicas se conviertan en sociedades islámicas. Nadie tiene ningún prejuicio contra el famoso musulmán Kareem Abdul-Jabbar en tanto en cuanto que musulmán; si acaso, por ser de un equipo rival. Si uno vive el islamismo como una religión como cualquier otra, estoy seguro de que nadie está en contra de eso. 

Vamos con los islamistas, y no hace falta entrar en los terroristas musulmanes. Hablemos de musulmanes normales, pero que pretenden implementar los preceptos religiosos islámicos en la esfera gubernamental y legislativa. Siempre empiezan con pequeñas medidas sociales. Por ejemplo, que en los comedores escolares la comida sea halal, que se pueda estar en las piscinas públicas cumpliendo los preceptos islámicos en vez de los aceptados por la sociedad en la que se encuentran, que se les concedan excepciones en los exámenes o en el trabajo por causas como la observancia del ramadán, etc. Esas pequeñas medidas sociales pasan también a querer la legitimación de prácticas de su sociedad (que no la nuestra), por ejemplo el matrimonio con niñas o en contra de la voluntad de la fémina, y muchas otras. 

¡Ah, no! Ahí, pie en pared. 

Y es que, por ejemplo, en las familias islamistas, la voluntad de la mujer no prevalece frente a la del varón en ningún caso, le debe sumisión y obediencia. Si las cosas que suceden en el ámbito familiar musulmán ocurrieran en un ámbito no musulmán intervendría la policía. Entonces, si no lo aceptamos en nadie independientemente de la religión que practiquen, ¿por qué vamos a aceptarlo en su caso? ¿Por qué vamos a hacer una excepción con el Islam?

Hay, por lo tanto, razones para estar en contra del islam y de los musulmanes. No para estar en contra de todo el islam allá donde se practicare, y no en contra de cualquier practicante del islam, pero ahí estamos ya hablando de matices. Ni todo hablante de alemán en 1940 era un nazi ni todos los nazis estaban a favor de las cámaras de gas, así como no todo votante del PSOE está a favor de que los ministros seleccionen a sus amantes en catálogos que les proporcionan ayudantes ex-porteros de puticlub y les den nóminas de empresas públicas para sus gastos y lo que se tercie; uno puede estar en contra del socialismo, pero el estar en contra del socialismo en su método español de llevarlo a la práctica o en contra del socialismo como concepto es eso, una cuestión de matices.

Por otro lado, es un hecho que esta animadversión algunas personas no la razonan tanto: es su instinto quien le lleva a las mismas conclusiones. Es visceral, les sale de las tripas. Así que tal vez el intolerante es el que acusa al otro de islamófobo, pues en esa acusación le niega su derecho a los matices (cuando no su derecho a una opinión).

Y no, la islamofobia racional no es racismo. Aquí nadie margina a nadie por su raza.

Creo que, si me preguntaran, diría que la islamofobia en realidad es... sentido común. 



Lloyd Price - Personality

 

domingo, 16 de marzo de 2025

¿Una señora con un hombre muerto?

https://www.youtube.com/watch?v=Whhr1SlIrdI 

 

 

Han coincidido estos días dos artículos de periódico que han causado cierto revuelo (tampoco hay que pasarse, y además sólo en círculos reducidos).

El primero de los artículos se publicó en el diario El país, un artículo de Ana Iris Simón (elpais.com/opinion/2025-03-08/senora...); la parte más jugosa es el arranque:

«Hace unas semanas, una profesora de secundaria me contó que puso la imagen de una Piedad en un examen y un chaval la nombró como “señora con hombre muerto en brazos”».

Aunque la autora es una chica joven, nació en 1991, se asombra y lamenta de la falta de cultura general que es ya la norma, y abre la puerta a considerar que quizás los de izquierdas se han excedido un poco con su anticatolicismo que, alega en su defensa, le vino heredado: a ella la criaron así.

Y termina el artículo:

«Y aunque no sé quiénes son los padres del chaval que respondió en aquel examen "señora con hombre muerto en brazos", sí que sospecho que dejar cualquier formación en cristianismo fuera de la escuela a quien más perjudica es a los hijos de la clase obrera. Porque las clases media y alta ilustradas siempre van a tener los recursos para que sus hijos sepan qué están viendo cuando vayan al Museo del Prado y se pongan delante del Cristo de Velázquez». 

¿Y ahora se dan cuenta? Aunque, por otro lado, a ella no le funcionó esa desprogramación: alardea de ser hija de clase obrera, pero también de su extenso conocimiento de la literatura clásica y de reconocer la escena de la Piedad y qué representa el señor crucificado que pintó Velázquez. ¿Será que ella es una excepción? Será.

El problema de la instrucción de las generaciones que nos siguen es que su instrucción depende de la nuestra, y no es nuestro problema: nosotros ya fuimos instruidos. Que las demás personas, los más jóvenes que nosotros, no sepan apreciar a Pergolesi no nos afecta a nosotros, que sí sabemos: es un problema de ellos, pero como además ellos no saben que se están perdiendo apreciar a Pergolesi, pues viven felices. ¿Quién tiene un problema? Ellos, tampoco. Y Pergolesi murió hace 300 años, a él nuestras cuitas ya no le afectan.

Eso sí, bienvenidos sean los de izquierda que por fin se caigan del guindo. Lástima que para darse cuenta hayan tenido que experimentar los fracasos en sus propios hijos, como si no se les hubiera advertido del error que estaban cometiendo.


A pesar de todo, lo confieso, me intriga qué deben pensar estas personas cuando contemplan, qué sé yo, la salida de La Piedad de San Cayetano un Jueves Santo a las 12 de la noche. ¿Cómo nos deben considerar? ¿Como si fuéramos primitivos adorando a nuestros dioses? ¿Miembros de un culto esotérico cuyos arcanos desconocen? Y también: ¿qué deben de pensar de lo que es creer en Dios si no creen en ningún dios? ¿O tal vez desearían haber sido enseñados en, por lo menos, el contenido de la religión católica y su simbología?

El segundo artículo periodístico es una entrevista publicada en La voz de Galicia a Nieves Argibay,  orientadora escolar. 

Foto que acompaña la entrevista: lavozdegalicia.es

¿Y qué dijo, la señora Argibay, que haya llamado la atención? Pues que no hay que corregir los exámenes con un boli rojo. Y cito:
«Hay estudios que dicen que el color rojo provoca una ansiedad al alumnado, porque siempre se asocia con lo que ha hecho mal. Es como un impacto emocional que repercute en el alumno de forma negativa, por lo que se recomienda utilizar otro tipo de colores, y la verdad es que tenemos muchos para usar».

Lo que tiene que hacer el profesor, según la orientadora, es no solo no resaltar lo que el alumno ha hecho mal sino resaltar además lo que ha hecho bien y animarle:

—Lo que normalmente aconsejamos desde el departamento de orientación es que se haga una corrección lo más constructiva posible en la que podamos hacer hincapié en lo que se ha hecho bien y en qué podemos mejorar. Es decir, no solo indicar lo que está mal o evitar comentarios del tipo «no tienes ni idea». Lo adecuado es una corrección en la que el alumno vea la aportación del profesor como una recomendación para seguir creciendo y mejorando. Yo siempre aconsejo al equipo docente que haga aportaciones como, por ejemplo: «Te ha faltado indicar esta fecha, pero el argumento está genial» o «sigue así, muy buena reflexión», lo que sea. Entonces, yo más que recriminar un color, reivindico que hagamos uso de correcciones con un feedback más constructivo.
¿Y qué colores sugiere la señora que se utilice en la corrección? Colores pastel.

Quizá la señora Ana Iris Simón podría aconsejarle a la señora Argibay que si los mismos que le advirtieron a ella que no educar en la cultura católica iba a generar carencias culturales que lamentaría opinan que la opinión de la señora Argibay es una chorrada como un piano pero que además es un camino muy peligroso porque están formando personas de cristal, tal vez la señora Argibay debiera hacerles caso.

Yo, la verdad, cuando leí la entrevista pensé en los pobres maestros: si ya tienen carga burocrática y corregir exámenes es un trabajo agotador, hacerlo además como quiere la orientadora, añadiendo comentarios escritos para cada alumno y explicándole de forma positiva y alentadora los errores que cometió, pues qué quieren que les diga. Que en el pecado de haber dado cancha a pedabobas como esta mujer tienen la penitencia.

Claro que, como carecen de cultura católica, dudo que entiendan qué quiero decir. 

 

 

The Dream Academy - Life in a northern town

jueves, 13 de marzo de 2025

Barcelonesas

 https://www.youtube.com/watch?v=8V1bQXBugDo

 



 

Es un cartel publicado por el Ayuntamiento de Barcelona. 

Supongo que el cartel lo que quiere es difundir un espíritu integrador: todos somos barcelonesas, hablemos el idioma que hablemos. Y, para que todo el mundo se sienta integrado, el mensaje se escribe en su idioma. En 6 de ellos, en realidad: supongo que los que los autores del cartel y sus encargantes (los jerarcas del Ayuntamiento, socialistas) consideran más relevantes. Pues eso: tan barcelonesa como la barcelonesa catalanoparlante es la barcelonesa que habla en inglés, la que creo que habla en ruso y algunas otras que no sé de dónde son.

En letra muy pequeña, debajo de todo, se indica (en catalán) que el 21 de marzo es el día internacional contra el racismo. Este mensaje no está en todos los idiomas, no: sólo en catalán. Supongo que es a quienes entienden los autores y jerarcas que hay que concienciar de que es un día contra el racismo.

Por descontado, huelga decirlo, el que hable español no tiene que considerarse barcelonés y no hay que considerar barcelonés a quien habla español. 

Y si alguien cree que estoy hilando muy fino, he de recordar que fueron políticos catalanes que ejercían en Cataluña los que protestaban contra mensajes subliminales que creían que se transmitían de tapadillo; por ejemplo, que las mascarillas contra el covid que se dieron a Cataluña en aquella famosa primera entrega fueran "aproximadamente 1.714.000". Y clamaban, los políticos catalanes, que «en política, nada es por casualidad». Esa regla se les ha de aplicar sobre todo a ellos, así que hemos de entender que en ese cartel nada es por casualidad, ellos mismos lo dicen. 

Es triste decirlo, pero que sepa quien quiera venir a vivir a Cataluña cómo son las cosas por aquí. Y sí, hay gente muy simpática y encantadora, que te dirá que todo esto son tonterías de los políticos y que no hay que hacerles caso, que no nos lo tomemos a la tremenda. Aquí todo es así y la marginación y el esfuerzo por hacerte sentir "de fuera" es constante, pero no nos lo tomemos a la tremenda.

 

 

 

Gabinete Caligari - Al calor del amor en un bar

 

viernes, 7 de marzo de 2025

A propósito de Uno, dos, tres

https://www.youtube.com/watch?v=oaalq3RYAyw 

 

 

En la anterior entrada escribí sobre la película Uno, dos, tres, de 1961, dirigida por Billy Wilder y protagonizada por James Cagney.

Escribí que la película es genial, y me paré ahí. Podría haber continuado: la película es desternillante, los diálogos son agudísimos y las réplicas continuas, disparan con bala (en sentido figurado, no hay violencia) contra todo, las puyas son constantes, las indirectas y las referencias cruzadas, los actores interpretan excelentemente (aunque para mí Horst Buchholz es el jovencito de Los 7 magníficos y me es difícil sacarlo de ahí; pero su alemán es magnífico: como para no serlo, siendo de hecho berlinés),... Decía el otro día que la escena de la tortura es en alemán, y también se habla alemán en algunas otras, pero mi alemán es bastante básico y no tuve problemas para seguir los diálogos, no digo ya lo que pasa; por lo tanto, no puede aducirse que se hable alemán para no verla. Cuando uno la ve comprende que se digan tantas maravillas de Billy Wilder, y la sensación que se deja es que ya no se hacen películas como ésta.

De verdad, es una película inmejorable.

Y, sin embargo, cuesta imaginar a un menor de 50 años, y menos aún de 40, que quiera verla (salvo que sea un estudioso del cine, claro está). 

Pero esta reticencia no se la podemos achacar a esta película en concreto. Se produce con todas las películas en general. El otro día pensaba qué películas antiguas ven los jóvenes todavía, y de los años 70 me viene a la mente La guerra de las galaxias y Grease, pero es que de las décadas anteriores me cuesta creer que alguna (fuera de las de dibujos animados de Disney) sea todavía visionable.

Lo cual me parece terrible.

Pero no sé porqué sucede. No sé por qué los jóvenes no ven las películas anteriores a su época, no les dan ninguna oportunidad, no hacen un esfuerzo. Este tema ya lo traté en esta entrada, pero es que me sigue asombrando.

Se sabe que la cultura romana decayó durante los siglos del imperio: que cada vez eran menos maravillosos, que lo que sabían construir en el siglo I d.C. no lo sabían construir en el V d.C., que sus escritores eran cada vez peores, que las técnicas que dominaban eran cada vez más chapuceras, y uno puede preguntarse cómo puede ser que las técnicas decaigan y se pierdan y no se sepa hacer lo que antaño se hacía. Pues lo estamos viendo hoy mismo, con el cine. Cuando faltemos los últimos que esas películas las vemos o vimos con normalidad, tendrán la misma popularidad que las serranillas. A efectos prácticos, se habrá perdido. Así se pierde la cultura y el conocimiento general. 

Aquello ocurrió ante sus ojos, y no se dieron cuenta. Ante los nuestros, tampoco nosotros.

 

 

Sammy Davis Jr - I gotta be me

martes, 4 de marzo de 2025

Uno, dos, tres

Cómo pensamos determina lo que hacemos, y lo que hacemos determina lo que conseguimos.



El domingo estuve viendo en Amazon Uno, dos, tres.


Es una película genial de 1961 dirigida por Billy Wilder y con James Cagney como protagonista principal. Sí, en blanco y negro. Quien quiera la ficha de la wikipedia sobre esta película, la tiene aquí.

Como muestra la imagen, debe advertirse que la película incluye violencia, consumo de alcohol, consumo de tabaco, lenguaje malsonante y contenidos sexual. ¿Nos hemos vuelto locos, o qué?

En las películas de Charlot éste suele pegarle una patada en el culo a un guardia urbano. Quizá eso es violencia, pero es que en esta película, ni eso. Sí, los policías de la RDA torturan a Otto para que confiese: pero la tortura es hacerle escuchar un disco con música yanki, y Otto es un alemán del este genuino. Violencia psicológica, imagino. ¡Por amor de dios, es una comedia! De hecho, esa escena es en alemán, no creo que los niños sufran.

Lo de lenguaje malsonante, no sé si es que alguien dice "cáspita" o "diantres". ¿Tabaco? Para ridiculizar los puros habanos, y tras la primera chupada lo tiran a la basura. Consumo de alcohol... Hay una escena en un sitio mitad centro cultural mitad salón popular, y los rusos están bebiendo no se dice pero supongo que será ese alcohol tan peligroso. Y creo que se habla de beber cerveza. Esto, teniendo en cuenta que la película va de que el protagonista es el representante de CocaCola en Berlín Oeste y trata de abrir plantas en Rusia, pues es normal. Pero no se ven, o no las recuerdo. ¡Ah, ahora caigo! En la escena en la que intentan enseñarle modales a Otto durante las comidas (tiene que hacerse pasar por un conde), éste arrambla las botellas de vino e intenta beber a morro, sin usar las copas. ¡Va a ser eso!

En cuanto a contenido sexual... Parte del argumento es que el ayudante de Cagney se disfraza de mujer, y se coloca unos globos que tienen propaganda de la RDA. Luego la Policía Militar busca a una mujer que tiene propaganda de la RDA tatuada en la pechera, pero el ayudante ya se ha quitado el traje. O bien que la mujer que intenta imitar al disfrazarse es la secretaria de Cagney (con la que tiene un lío, pero sólo se menciona) y ¡qué mujer! El contenido sexual debe ser que ella salga en escena, porque la insinuación a los rusos de que si acceden Cagney les cederá su secretaria...

En fin, que la película la dan para mayores de 13 años, y ningún niño ni de 7 años sería capaz de encontrar el contenido sexual, el lenguaje malsonante o la violencia. Hay más de todo eso en la Blancanieves de Disney y, por supuesto, en La Bella Durmiente (¡el héroe lucha contra el dragón!) y en La Cenicienta.

Claro, luego vemos que nos advierten de precisamente lo mismo en La naranja mecánica, y creemos que los niveles de violencia, sexo y demás es similar. 

Somos una sociedad decadente, porque hemos dejado que las minorías tomen las riendas. Estoy seguro de que sólo una minoría muy minoritaria de entre nosotros pediría que se advirtiera al que va a visionar Uno, dos, tres de que es una película violenta y todo eso. Pero dejamos a esos trastornados que rijan las cosas, y así nos va.

 

 

Frankie goes to Hollywood - Relax 

sábado, 1 de marzo de 2025

Trump

Se puede estar de acuerdo o no con las ideas de Donald Trump, con los principios que rigen la política que quiere aplicar y todo eso. Pero lo que le ha hecho a Zelenski en la visita de éste a la Casa Blanca y el cómo se ha comportado no tiene perdón de Dios.

Hasta el punto de que ya da todo igual, no importa si se está de acuerdo con las propuestas o no. Es un absoluto patán abusón y grosero, y no es grosero porque le falten modales sino porque se sabe tan más poderoso que su interlocutor que no considera necesario respetarle. Es un abusón y abusará de todo aquél del que pueda abusar. Un completo impresentable. Con él, a ningún sitio.

Toca tener paciencia: tarde o temprano su tiempo se acabará. Por ahora, es lo que hay. 

Eso sí: que nadie me hable nunca bien de él. Después de aquello, es indefendible.