https://www.youtube.com/watch?v=gY1TbwKwEcQ
Salvo espectacular hundimiento, tipo UCD en 1982, las elecciones europeas del 9 de junio no cambiarán nada. Casi 40 años en la Unión Europea y lo único que sabemos es que los diputados europeos viven como marajás y se les paga un cierto número de asistentes, todos los cuales aprovechan la ocasión para renovar su flota de yates; aparte de eso, no sabemos nada, y es porque nos dan igual, no sentimos que su trabajo nos afecte (yo mismo sigo sin estar convencido de que lo haga).
Así que, careciendo de interés propio, miramos esta votación como un plebiscito, Sánchez sí o Sánchez no. Creemos, ilusos, que un mal resultado obligará a Sánchez a recoger los bártulos e irse a su casa o, al menos, a convocar elecciones. Y no, eso no va a pasar. Tal vez si el PP (o PP+VOX) decuplicase los votos del PSOE, pero eso tampoco va a pasar. Hay muchísima gente que, no importan las circunstancias, jamás de los jamases votará a un partido de derechas españolista, jamás. Esa gente es el suelo de votos del PSOE, y ese suelo es suficientemente alto para que no haya un hundimiento espectacular. Es lo que yo pienso, que Sánchez no lo dejará aunque pierda (ha perdido siempre), y eso me lleva a la siguiente reflexión:
Sánchez forever. Porque no podemos más. Estamos hartos, se acabó, no vamos a luchar más. Reconocemos nuestra incapacidad para librarnos de él, y pasamos a vivir resignados. Como rusos, venezolanos o cubanos.
¿Qué creo que nos espera? Una democracia "a la rusa" o "a la venezolana". Con "elecciones libres", constitución, parlamento y todo eso, como en Rusia y en Venezuela. Jamás se irá mientras él quiera, y mientras él quiera no volverá a haber alternancia en el poder. Lo ha conseguido, ha ganado, hemos caído en manos de un desalmado sin escrúpulos ni honor que ha conseguido sustituir a los poderosos (personas con poder de hacer algo) de su partido por personas sin dignidad, capaces y deseosos de doblarse 120° ante su líder por las prebendas que tenga a bien otorgarles. Nuestro sistema institucional no ha sido capaz de impedir tal situación, nosotros los votantes no hemos sido capaces de verlo, y ahora nos encontramos en esta situación. También Chávez llegó democráticamente al poder, también en Rusia hubo elecciones libres, también Hamas ganó unas elecciones en Palestina. Tenemos Sánchez hasta 2027, y en las elecciones "libres" que se convoquen entonces… ya se encargará él de salir presidente. Tiene 3 años para conseguir que no se repita la situación de 2023, y lo conseguirá.
Todo esto es porque el ser humano es de natural acomodaticio. Como la rana en el caldero, nos adaptamos a las pequeñas desventuras, a los pequeños cambios. Ya vemos normal los impuestos que pagamos, y cuando llegue una pequeña subida más también la aceptaremos. Y luego otra, y luego otra y otra. Y acabaremos pagando el 70% de lo que ingresamos en impuestos, y estaremos acostumbrados. Los gobernantes podrán robar a sus anchas, y no nos extrañará porque a esa situación se habrá llegado poco a poco. El Gobierno mangoneará en la fiscalía y mangoneará en la judicatura, y no nos llamará la atención. Controlará todas las empresas importantes (aunque algunas de ellas no de manera explícita, pero ya se cuidarán éstas de dar gusto a los deseos del mandamás), y nadie arqueará una ceja. Se cambiará la Historia y nadie lo notará. Y cuando, como en Rusia o en Venezuela, la economía se hunda y lo pasemos mal, a nadie se le ocurrirá que hay que echar al gobierno (quiero decir, a nadie se le ocurrirá que se pueda echar al gobierno).
Yo ya voy a pasar. Lo asumo. Mi voto, mi deseo, no tiene valor. No voy a cambiar nada. Así que mejor asumirlo. ¿Para qué interesarme por la situación política, si sólo voy a amargarme? Hay que cambiar el chip, y aprender a vivir con lo nuestro, con lo de cada día. El Gobierno, como el clima. Asumiendo el frío en invierno y el calor en verano, y simplemente deseando que sea algo soportable.
Ojalá me equivocara, pero es que yo ya no puedo más. Las del 9-J son las últimas elecciones, luego ya todo es dejar pasar el tiempo y esperar que la gente se aburra, se canse y lo deje. ¿La esperanza es lo último que se pierde? Pues yo ya la he perdido.
Josef Ivanovici - Las olas del Danubio
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