https://www.youtube.com/watch?v=rXqWCeB8Vto
El concepto de espiral de silencio se refiere a cuando callamos nuestras opiniones sobre un tema porque pensamos que nuestra opinión es minoritaria: tememos la presión social.
Eso no significa que nuestra opinión sea minoritaria ¡eh!, sino que la percibimos como tal.
A veces, a menudo, callamos porque nos da igual en realidad una cosa o la contraria: por ejemplo, si ir a cenar al restaurante A o al garito B con la pandilla de amigos. Otras veces callamos porque somos de natural apocados:
—Pero ¿por qué no dijiste nada?
Todos conocemos a personas así. Pero la espiral de silencio es otra cosa. Es un silencio sobre un tema que conlleva un componente moral. Por ejemplo, en Cataluña, la inmersión lingüística. El hablar en catalán. El votar al PP o a Vox. Temas en los que mucha gente calla su opinión, sólo aquellos que están a favor de la inmersión y que se hable en catalán y ven mal que se vote al PP o a Vox exponen su opinión.
Lo curioso es que la opinión de los que callan puede no ser minoritaria; pero como se callan, los que piensan igual no perciben apoyo y también callan.
Una posible razón es que nadie quiere ser aislado socialmente; al contrario, todos queremos ser aceptados en un grupo. Y tendemos a pensar que la opinión nuestra no va a ser aceptada socialmente, va a ser vista como inadecuada. Ocurre además que la opinión "mayoritaria", la hecha pública, suele ser la del Poder, la de los que mandan. Estos expresan sus opiniones sin ningún miedo, faltaría más. ¿Vamos a querer identificarnos como poseedores de conductas e ideas inaceptables a los ojos de los poderosos? Por lo general, la mayoría de las personas no. Y callamos. Y callando unos, callamos los demás. Es lo que sucedió (y todavía sucede en muchos sitios) con el querer colgar una bandera de España en el balcón para proclamar que no, que no todos los catalanes quieren la separación de Cataluña.
Recuerdo ahora un relato que leí hace unos años, creo que se publicó en el New York Times a finales de los años 40 pero nunca en formato libro. El relato versaba sobre una costumbre inveterada en una hipotética región de Nueva Inglaterra: cada año, para propiciar buenas cosechas, en cada pueblo lapidaban a uno de los vecinos. Y, claro, oponerse a esa costumbre era no querer que hubiera buenas cosechas: todo el mundo callaba, rezaba para que nadie de su familia fuera "el elegido" y, llegado el momento, tiraba las piedras como el que más.
¿Qué ocurre a veces? Que es el Poder el que impone la espiral de silencio. El que presiona para descartar las opiniones críticas, que vocea su postura de manera machacona y al mismo tiempo silencia la de los contrarios. Tachándolas de inaceptables cuando se producen, y de indeseable a la persona que la tiene.
Y así cambian las sociedades. Cuando, con el tiempo, la espiral de silencio hace que una opinión minoritaria la percibamos como "mayoritaria", y cuando luego ésta se convierte en la norma, en el principio que todos aceptamos. A veces es para bien - ya poca gente pide sacrificios humanos a los dioses-, pero a veces... bueno, yo tengo mis propias ideas al respecto y creo que hay cambios que no son a mejor.
Piense, por ejemplo, en el castigo a los niños. Cuál es su postura, cuál cree que es la postura públicamente correcta, la que era antes, si el cambio ha traído beneficios o perjuicios.
Lo peor es que las espirales de silencio son inconscientes. No nos damos cuenta de cuándo hemos caído en una, y no sabiéndolo no nos esforzamos por romperla.
Dion - The wanderer
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