sábado, 9 de agosto de 2014

La prueba de la bayeta



El otro día compré en Mercadona. Un paquete de seis litros de leche desnatada costaba 3,54 euros; uno de leche semidesnatada costaba 3,60, y el de leche entera 3,66. No sé decirles el porqué de esta diferencia. En aquel momento pensé que a lo mejor las nuevas vacas transgénicas dan la leche sin nata, y ésta debe añadirse después. Esto explicaría porqué es más cara la leche cuanta más nata tiene.

Aunque luego pensé que quizás no era por eso, sino porque la leche desnatada... tiene más agua. Le añaden agua a la leche para desnatarla. Esta hipótesis, además, coincide con lo que opino al beberla.

Yo no soy muy listo. No sé qué razones hay para estas diferencias de precio. Pero me sonrío al considerar cuál de las dos opciones que he ofrecido tiene más posibilidades de ser la correcta. Caray, si yo fuera Mercadona, sólo por esto me lo pensaría.


Todas las personas se pueden dividir en dos categorías: los que, cuando pasan la bayeta por las encimeras de la cocina, frotan únicamente las partes visibles de las encimeras y los que no, los que van retirando los diversos cacharros y enseres que haya por allí, limpian el sitio que ocupaban y los recolocan. Ahora que nadie nos ve, ¿usted en qué grupo se incluiría?

Hay muchas razones para limpiar únicamente las partes visibles. Son las partes expuestas; en condiciones de limpieza habitual, las superficies bajo enseres diversos se habrán manchado muy poco. Además, no siendo accesibles esas superficies, tampoco importa su estado. Por supuesto, es más rápido limpiar sólo lo despejado, y no todos los días hay tiempo para una limpieza a fondo. También puede opinarse que humedecer con un paño una superficie que no va a estar ventilada no es higiénico... ¿He dicho ya que es más rápido? Pues me quedé corto, es mucho más rápido y más cómodo. Y la cocina queda limpia, de todas maneras. Cuando vuelva a hacerse uso de la encimera, la superficie estará limpia, ¿no?

Claro que sí. Pero todos sabemos que ésa no es la manera correcta de limpiar las encimeras.

¿Ha pensado usted alguna vez en esto? Y, sin embargo, en gran parte la manera de limpiar una encimera refleja cómo es usted en la vida. ¿Cómo hace usted las cosas normalmente? ¿Bien, a conciencia, o simplemente lo justo para cumplir el expediente, para dar el pego?


Este año he retrasado el inicio de mis vacaciones (el final nunca se retrasa). ¿Porqué? Pues por lo de siempre, porque tenía que entregar mi parte de un proyecto. En esta ocasión, el proyecto era de una fábrica completa. El cliente, huelga decirlo, era de esos que necesitan que presentes algo para que sepan qué es lo que no quieren, pero éste en concreto tenía el agravante de que tomar decisiones en firme creo que iba en contra de su religión; baste decir que incluso durante la impresión de los planos finales me pidieron cambios. Con estos parámetros, la fecha de entrega nos pilló a todos en cueros. Sí, retrasé el inicio de mis vacaciones,  pero lo peor ha sido que no he podido hacer un cálculo en condiciones. Quizá con dos meses más... El resultado es que he entregado algo que parece un proyecto de estructura. Estoy convencido de que cuando lo vea el cliente final, a) no mirará la parte de estructura a fondo, y b) introducirá cambios en la arquitectura o en el proceso y esos cambios me obligarán a recalcular. En ese momento daré el cambiazo donde lo necesite, y todo saldrá bien.

Pero me quedará, me queda, un regusto amargo. He entregado un trabajo mal hecho haciéndolo quedar como bien hecho. Entiéndase, esto es como lo de la bayeta. El trabajo mío, a simple vista, está bien. Da el pego, y para muchas cosas les sirve. Para saber cómo será, para decidir lo que quieran cambiar, para saber lo que costará y cómo ejcutarlo,... pero, como la bayeta, yo sé que no es así como tenía que hacerlo.

Los proyectos tienen muchas fases, muchos niveles de detalle. Desde el esbozo hasta los planos de taller hay toda una gradación; pero cada nivel cumple su función, y que no esté detallado al máximo no significa que un proyecto esté mal. La calidad no es el detalle, sino lo bien que se cumplen los requerimientos iniciales.  En este caso, en cambio, ni los planos son todo lo buenos que tenian que ser, por incompletos para el nivel de entrega en el que estaba, ni tengo todo calculado y comprobado, ni he preparado una medición en condiciones, ni una memoria, ni nada.

Y así estoy: he empezado mis vacaciones, pero tengo la mala conciencia de unos últimos malos días. Supongo que hay personas que estarían tan tranquilas en este caso. Yo, no.


Crosby Stills Nash and Young - Our House

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