No es Sabadell cualquier cosa: tiene más de 200.000 habitantes; el Gran Sabadell, fácil que más de medio millón. Varias estaciones de Renfe y del "metro del Vallés", aeropuerto (para avionetas, en realidad), equipo de fútbol que ha jugado en 1ª, observatorio astronómico, Ikea y El Corte Inglés. Tiene barrios ricos y allí vive gente que tiene mucho dinero. Y también tiene una fracción de piñoles, de catalanes irreductibles. Como pasa en toda Cataluña, éstos mandan en la ciudad.
El gobierno de la ciudad lo detenta un tripartito de la CUP, ERC y una fuerza local. La concejal de Cultura es de ERC, y encargó a un licenciado en Historia de su cuerda (y de la ANC, y dirigente de la muy hostil Plataforma per la Llengua) un estudio sobre el nomenclátor de la ciudad, por aquello de aplicar la Ley Hiastórica de Figatélix: ya saben, hay que borrar de la memoria todo lo que sea de unos y recuperar (con cierto "maquillaje", en el proceso) lo que sea de otros. El de la ANC confeccionó un informe, parece ser que cobró 600 euros, y la concejal de ERC lo remitió a entidades vecinales y civiles, diciéndoles que era "un buen punto de partida" para una discusión seria sobre el nombre de las calles.
Opina el de la ANC que hay que quitar la calle de Antonio Machado. ¿Por franquista? ¿Antonio Machado? No, no por franquista, está claro. Pero... es españolista. Parece ser que ensalzaba a Castilla. La tierra de Alvargonzález. Por lo tanto, era anticalatán: no merece calle.
Y el tipo no se para en Machado: hay otros españolistas entre los nombres de las calles. Agustina de Aragón, Daoiz y Velarde, Alzina (un soldado ¡que era de Sabadell!)... También Garcilaso de la Vega, Quevedo, Góngora, Calderón de la Barca, Pizarro, Almagro, Béquer, Tirso de Molina, Lope de Vega,...
Por españolistas. No puede haber memoria de esta gente en Sabadell.
Y no para aquí la cosa: tampoco han de tener calle Bujaruelo, Candanchú, el río Gállego, Fuerteventura, la Rioja o Triana, por ejemplo. Ni Colombia, ni Uruguay.
¿Saben por qué? Pues porque el empleo de nombres de lugares de España (plus Colombia y Uruguay) contribuyen a generar un ideario españolista. Una cultura española. De pertenencia a España. Como hacen las vírgenes: de la Almudena, Macarena, Guadalupe, Begoña,...
Esto ocurrió el pasado junio. En agosto, El Mundo publicó la existencia de este informe. Por supuesto, llegó el escándalo y las excusas: es sólo un informe más, es la opinión de una persona, no se le va a hacer caso a ese informe, etc. Y que tranquilos, que Machado se queda, dice el alcalde. De los demás nombres no dice nada.
Por una razón u otra, voy a Sabadell con cierta frecuencia. A menudo veo a gente de allí, y este informe no llegará muy lejos. Pero no se trata de Sabadell. Ni del informe, si me apuran. Se trata de que el informe revela cómo piensan. Y no es un caso puntual, de un descerebrado que había conseguido tener engañados a todos. No, era uno de ellos, y además ellos lo leyeron en su momento y les pareció correcto. Más que correcto, les pareció un punto de partida muy bueno y así lo hicieron saber. Fue cuando les pillaron, que lo negaron todo. No, el informe les pareció válido porque está de acuerdo con lo que piensan. Y yo, que les conozco, se lo puedo asegurar.
Así son, así piensan. Los políticos y los no políticos, los fanáticos de la calle.
Imaginen, si obtuviesen la independencia y el poder, los derechos que tendramos los "españolistas". Como los judíos de Alemania en 1933, lo mejor que podríamos hacer es irnos cuanto antes.
Hasta que eso ocurra, imaginen lo que es vivir y trabajar con esta gente, teniéndolos de vecinos, de compañeros de trabajo, de clientes o de proveedores. De maestros de nuestros hijos (uno de sus afanes), o de padres de amigos de nuestros hijos. O, simplemente, de vecinos de toalla en la playa o de plaza de garage. Vivimos entre ellos. Y ellos así piensan.
Ryan Adams - Desire