domingo, 2 de febrero de 2025

Ubi periculum

https://www.youtube.com/watch?v=6jWsIpAbo-8 

 

 

El último papa elegido sin ser (aún) sacerdote fue León X en 1513. Aunque bien podría decirse que León X tenía la carrera labrada desde la cuna: a la edad de 7 años se le realizó la tonsura (hasta 1972, un paso previo para la adopción de las órdenes eclesiales), a los 8 se le concedió la administración de la abadía de Font-Douce, a los 9 fue nombrado protonotario apostólico (el más alto cargo eclesiástico que podía alcanzar un seglar), y a los 13 años, cardenal diácono. Y es que no en balde nació como Giovanni di Lorenzo de Medici. Cuando contaba con 37 años se le nombró papa, jovencito según nuestros estándares pero tal vez en esa época no lo era: a fin de cuentas, murió con 45. Y que para entonces no fuera sacerdote no les importaba. En cualquier caso, ya he escrito en otras entradas que fue uno de los peores papas de la Historia, así que permítanme que me fije en cambio en Gregorio X. ¿Por qué? Pues porque Gregorio X también fue nombrado papa sin ser sacerdote. 

Que haya habido papas que fueran nombrados antes de ser sacerdotes no ha de extrañarnos. Favoritismos como el del de Médicis aparte, hay que tener en cuenta que en los primeros siglos la estructura eclesiástica no estaba bien definida, y que en los siglos bárbaros esto de las normas tampoco se seguía de una manera muy estricta; pero acabó siendo algo ocasional, extraordinario. Y entonces, en 1268, falleció Clemente IV.

Clemente IV era un político francés casado y con hijas, creo que 4. Pero en 1256 muere su esposa, y el infortunado abandona el siglo y se mete a cura. En 1257 lo ordenan, y su carrera eclesial es meteórica, supongo que por los contactos que tenía aunque dudo que los buscara: a fin de cuentas, para los reyes y mandamases de entonces el tener una persona que conocen y que saben que lo hará bien en puestos poderosos de los que tenía la Iglesia era un chollo; él, en cambio, advirtió a sus hijas (cuando lo nombraron papa) que no eran hijas del papa sino de Guy Le Gros (su nombre como seglar) y de hecho las 4 se enclaustraron en conventos. Bien, lo importante en esta historia es que muere el 29 de noviembre de 1268, hay que elegir un nuevo papa. En el verano de 1271 aún no han elegido a nadie.

En ese momento el futuro Gregorio X estaba en Palestina. ¿Qué hacía allí? Pues lo había enviado el papa para predicar en la Cruzada: Teobaldo Visconti, su nombre entonces, tenía ya un importante prestigio. Había nacido en Piacenza, Italia, hacia 1210, y alcanzó el estado de diácono. Como saben, el diaconato es el estado anterior al de sacerdote (presbítero). Por alguna razón, Visconti no pasó de ahí, pero se le nombró diácono del obispado de Lyon (iba camino de París, quería estudiar teología, pero paró en Lyon y allí el arzobispo lo retuvo y fichó). De ahí pasó a ser archidiácono de Lieja (Bélgica, se ve que en aquella época no se miraba dónde se había nacido o desarrollado una carrera tanto como ahora). El caso es que era un hombre conocido y valorado. Y en 1271 llevaban camino de no encontrar papa. El 1 de septiembre se decidió que sería Visconti. Aunque no era sacerdote; pero ése era un detalle menor.

Entre que se le notifica y que no, Visconti no llega a Roma hasta marzo de 1272. El 19 de marzo se le ordena sacerdote, y el 27 obispo y papa.

Fue un buen papa, aunque murió en 1276. En esos 4 años consiguió en el concilio de Lyon II la reunión formal de católicos y ortodoxos que, lamentablemente, no le sobreviviría, y dictó una bula. La Ubi periculum.

La bula Ubi Periculum, promulgada  durante el Concilio de Lyon II, marcó normas estrictas para regular el proceso de elección papal, sentando las bases del cónclave moderno. Estableció que los cardenales debían esperar 10 días después de la muerte del Papa antes de iniciar la elección, y sobre todo: que los cardenales se reunieran en un espacio cerrado (cónclave) sin separaciones ni ventanas, viviendo en común, y prohibió la comunicación secreta con el exterior durante el cónclave. También impuso restricciones alimentarias a los cardenales para agilizar la elección: después de 3 días sin resultado, se serviría solo un plato en comida y cena. Pasados 5 días, se les alimentaría únicamente con pan, vino y agua. Y, por si fuera poco, algo que tal vez les doliera más aún: ¡limitó a dos el número de sirvientes por cardenal! ¡Jajajá!

Aunque inicialmente enfrentó oposición, y de hecho fue suspendida en 1276 por el Papa Juan XX (el tercero nombrado ese año: los dos posteriores a Gregorio X murieron al poco y el mismo Juan XX duró 9 meses, lo justo para abolir la bula... y cambiarse el número de papa a Juan XXI), la bula demostró ser efectiva en reducir la duración de las elecciones papales: el primer cónclave bajo estas reglas duró solo un día, y el segundo siete días. La Ubi Periculum fue restaurada por Celestino V en 1294 y confirmada por Bonifacio VIII, quien la incorporó al derecho canónico en 1298. 

A Gregorio X se le beatificó en 1713 (festividad el 10 de enero), y las reglas establecidas por la Ubi Periculum siguen vigentes aunque la dureza de algunas medidas se ha suavizado. Y de acuerdo a ella se siguen eligiendo todos los papas.

A pesar de todo, siglos después eligieron a León X.



Domenico Modugno - Nel blu dipinto di blu (Volare)