sábado, 2 de noviembre de 2024

Elecciones en los EE.UU.: hay mucho en juego

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Como cada cuatro años, el primer martes después del primer lunes de noviembre se vota en los EE.UU. La fama la tienen las elecciones presidenciales, pero se votan muchos más cargos: senadores, congresistas, gobernadores, miembros de las cámaras estatales e infinidad de cargos locales, incluyendo, por ejemplo, al jefe de bomberos en algunos sitios.

También se votan infinidad de referendos, cuestiones en las que se consulta a la población. ¿Están a favor o en contra de que en caso de que haya evidencias claras de que el asesino asesinó no pueda salir bajo fianza? ¿De que el plazo para acceder a la libertad condicional se alargue para ciertos delitos? ¿De que se permita o se prohíba el aborto después del primer trimestre salvo en caso de emergencias médicas o de que el embarazo sea fruto de una violación o de incesto? Y así infinidad de temas. En California se votará abolir la esclavitud estatal (ya expliqué el asunto en esta entrada), y en Florida si se incorpora a la constitución del Estado el derecho a cazar y a pescar (a raíz del ejemplo de Utah, que glosé en esta otra entrada).

O cuestiones económicas. Aprobar el destino de fondos especiales para alguna causa, por ejemplo. Pero también asuntos de sueldos. En Arizona, sin ir más lejos, se propone que los trabajadores que reciben propinas puedan cobrar un 25% menos del salario mínimo si las propinas no solo lo complementan sino que consiguen que el trabajador cobre al menos 2 dólares por hora por encima del mínimo.

En los últimos años, uno de los temas estrella es el derecho o no a votar de los extranjeros (no nacionalizados estadounidenses). Este año se votan propuestas sobre el tema en Iowa, Idaho, Kentucky, Misuri, las dos Carolinas, Oklahoma y Wisconsin. Por chafardear, me he fijado en la propuesta en Kentucky. Los argumentos a favor son fáciles de imaginar, pero los argumentos en contra...

Los argumentos en contra se resumen en la argumentación del senador del Estado David Yeats (más sobre el tema, aquí):

«Yo tampoco querría que alguien que no es ciudadano de los Estados Unidos vote en nuestras elecciones. Pero eso no va a ocurrir. Y no creo que haya ningún tempor de que ocurra puesto que está ya en la constitución de Kentucky».

Se refiere, claro, a que la constitución de Kentucky dice que para votar hay que ser ciudadano de los Estados Unidos (además de otros requisitos, como por ejemplo tener más de 18 años y no ser idiota).

Si nos fijamos, el argumento en contra no es un argumento. Es, simplemente, decir que no se quiere. ¿Que por qué? Pues porque no. El que quiere votar sí expone razones, argumentos por lo que es (puede ser) una buena medida o de justicia. El que está en contra no tiene argumentos, es que no quiere. Así de simple.

Y por eso la democracia y las elecciones: para tomar decisiones cuando ya no cabe discutir un tema porque no se va a llegar a un acuerdo.

Lo hermoso en los States es que los que pierden aceptan el resultado.



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