"Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel".
Lc 2, 29-32
El 2 de febrero se celebra la fiesta de la Candelaria, onomástica de las Candelas.
¿Por qué?
Porque el 2 de febrero se cumplen 40 días desde Navidad. Es decir, desde el nacimiento de Jesús. Es decir, el día en que la Virgen ha terminado su cuarentena.
Según la ley mosaica, a los cuarenta días la madre quedaba purificada y era el momento de presentar al niño en el templo, y nos cuenta Lucas que en el caso de Jesús así lo hicieron. Nos cuenta también que había un viejo, un tal Simeón, al que se le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor, que aquel día también fue al templo y al ver al niño Jesús lo reconoció como tal y pronunció el himno que forman los versículos citados.
¿Y qué tiene que ver esto con la Candelaria? La expresión "luz para alumbrar a las naciones". Era un momento en el que, en los antiguos ritos, se encendían las velas (las candelas).
Y por esto quedan todavía personas que mantienen la tradición de no desmontar el belén hasta ese día. Porque sería el día en el que de verdad termina el tiempo de Navidad.
Henry Purcell - Thou knowest, Lord, the secrets of our hearts