Estos días se está celebrando en Barcelona (en realidad, en l'Hospitalet de Llobregat, pero en esa zona uno nunca sabe del todo en cual de las dos ciudades está) Construmat, la feria del sector de la construcción. Como todo el mundo, tenía invitación, y aprovechando que pasaba por allí al volver de una obra cercana, me paré a saludar a un par de conocidos y a buscar algún proveedor. No recuerdo cuándo fue la última vez que había ido a la feria de l'Hospitalet, pero creo que no se parecía a lo que es ahora (es enorme, no, lo siguiente).
Total, que me esperaba cientos de pabellones a reventar... y me encontré con un único pabellón con más expositores que público. Al principio no me lo creía, porque entré por el centro y lo primero que noté es que el centro estaba copado por los cuatro stands más grandes, que eran... de Sika, Basf, Mapei y Propamsa. Uno enfrente del otro. Así que pensé que estaba en un pabellón secundario, y no. No había más. Constructoras, diría que ninguna. Estructuras prefabricadas, un triste stand tamaño despensa de Hormipresa con una mesa, en una esquina de un pasillo de pared. Proveedores de chapa metálica, de estructuras de acero,... no los encontré. Salí fuera, buscando las hormigoneras, las grúas y las retroexcavadoras. ¡Je! Luego me enteré que no las había. Sólo la sala que recorrí.
En los buenos tiempos, uno necesitaba dos días para recorrer esta feria. Barcelona casi colapsaba cuando ocurría, y en la calle Bailén se preparaban para trabajar a destajo. Taxistas y chicas se marcaban estas fechas en rojo en sus agendas. Hoy, no perdí ni dos horas, incluyendo esperas para que mis conocidos terminaran sus conversaciones comerciales, y varios pasillos los recorrí dos veces.
Cuando me fui, un comercial coincidía conmigo: ¡qué tristeza, en lo que se ha convertido Construmat! Con lo que ha sido, ver el patético salón que es ahora... Yo asentí, mientras pensaba para mis adentros: lo mismo que le ha ocurrido al sector de la construcción, amigo. ¿O te crees que eso de la crisis era una broma?