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sábado, 18 de marzo de 2023

La ciudad de los 15 minutos

https://www.youtube.com/watch?v=mCbtgJs-0bQ 

 

 

La nueva patochada que intentan que se ponga de moda es el modelo "ciudad de 15 minutos". Consiste en promocionar que todos los servicios básicos (servicios médicos, ocio, colegios, parques y trabajo) estén a menos de 15 minutos en bici o andando, en principio con el objetivo de ganar 'riqueza de tiempo' y tratar de reducir el uso del coche en las ciudades. 

¿Qué hay detrás de este interés?

Supongamos que la idea es bienintencionada. Que no busca prohibir. Por lo tanto, se permite que uno trabaje donde quiera (y pueda) y que viva donde quiera (y pueda). Así que vayamos tachando de la lista el trabajo, a ver si porque el lugar de trabajo esté a más de 15 minutos andando no voy a poder trabajar ahí.

Por lo mismo, quitemos también el colegio. ¿No voy a poder ir a uno que nos guste más porque esté más lejos? Y los parques, a ver si los parques fabulosos van a ser sólo para el disfrute de los que viven más cerca y yo me he de contentar con el parquecito que dominan los latin kings locales. ¿Qué queda, de la lista? Servicios médicos y ocio. Lo del ocio... en fin. ¿Es que acaso nadie podrá ser novio de nadie que no viva en sus mismos quince minutos?

Así que quedan los servicios médicos. Los servicios públicos de la administración, en realidad. para este viaje no hacía falta alforjas, ya que se supone que la Administración ha de intentar que los servicios públicos estén cerca de los ciudadanos. Que no haya que coger el coche para renovarse el DNI o el carnet de conducir, para que atiendan al hijo en un hospital, para que los bomberos lleguen a tiempo, etc. etc. En un país donde muchas personas tienen el médico a más de una hora en coche, por no hablar de cualquier otro servicio público, pretender que estén a no más de 15 minutos andando suena a tomadura de pelo.

Así que si es un deseo bienintencionado el que lo formula es un iluso o un bobalicón.

Queda, sin embargo, otra posibilidad, que ha de considerarse si el que la formula no es ni un iluso ni un bobalicón: que la idea se base en el prohibir. Trabajar donde se quiera, llevar a los hijos al colegio o universidad que se quiera, disfrutar del ocio donde se quiera, relacionarse con las personas que se quieran independientemente de dónde vivan.

Cuando le hablen de la ciudad de los 15 minutos, intente antes de responder decidir si quien le habla es un iluso o un bobalicón, o nada de eso.




La loca María - La vida sigue igual

miércoles, 15 de marzo de 2023

El vídeo del ministerio de igualdad

https://www.youtube.com/watch?v=4vbaX1Q230U 

 

 

Ayer echaron por televisión una película alemana, muy divertida, sobre unos pardillos que planean el atraco a un banco. En un momento dado deciden que uno de ellos ha de ligarse a la policía que dirige la unidad de atracos y que está inscrita en una aplicación de internet para ligar. Para ello, han de crearle un perfil, y recurren a la mujer de uno de los atracadores. Y ésta toma decisiones diferentes: busca un gato para la foto, y escribe que el atracador es voluntario en comedores sociales. El atracador se niega, dice que ni gatos, ni voluntariado ni gaitas, pero la mujer le dice que ella sí es mujer y sabe lo que buscará la policía. Y, claro, funciona.

La moraleja es evidente: puede que el atracador sepa lo que querría poner un hombre en su perfil de internet, pero la mujer sabe lo que las mujeres quieren ver en ese perfil.

Y el corolario es que estoy seguro de que yo, como varón heterosexual, sé mejor que los autores del vídeo lo que los varones heterosexuales verán en ese vídeo.

Me refiero a un vídeo que ha publicado el gobierno de Sánchez a través de su ínclito ministerio de igualdad y en el que si trabaja algún hombre seguro que pierde más grasa que Boris Izaguirre. El vídeo en cuestión cuenta cinco historias de manera intercalada, a saber:

Historia nº 1: una moza con obesidad entra en un portal con un jovencito y se lo quiere comer a besos. Suben al dormitorio, y la moza duda entre apagar la luz o hacerlo con la luz encendida. Opta por la luz encendida, se quita la ropa y los dos, sentados en la cama, se ponen a ello.

Historia nº 2: una muchacha paralítica, con un hombre (a mí me parece bastante mayor que ella). El hombre le acaricia las piernas y le desabrocha la camisa mientras la chica sonríe en su silla de ruedas. Creo que al final se ve a la muchacha sin camisa, en ropa interior.

Historia nº3: una joven está menstruando. En el lavabo, procediendo a sus abluciones. Entra el joven, su pareja, y le da igual. La levanta, la apoya sobre el lavabo y se la cepilla.

Historia nº 4: una señora mayor, pongamos unos sesenta y cinco años, pero todavía de muy buen ver, se masturba en la cama; se supone que con un vibrador. La cámara se recrea en la excitación creciente que refleja la cara de la mujer.

Historia nº 5: un muchacho, en camiseta imperio, sale (se supone que de marcha). El hijo parece tener futuro en el ministerio de igualdad. Su padre se queda en el sofá viendo la tele. Es evidente que habría preferido que su hijo se quedara con él de tertulia. Al final, el hijo vuelve, se sienta con el padre a tertuliar y ríen.

El vídeo intenta ser erótico sin llegar a ser X. Quiere vender que también las muchachas obesas, las paralíticas, las señoras mayores que viven solas y los muchachos más maricones pueden tener una vida sexual. Imagino que querrán exhibirlo, para eso lo habrán hecho (al menos formalmente: conociendo cómo las gastan en ese ministerio, el 95% de la pasta destinada no se habrá dedicado al vídeo). ¿Lo proyectarán, tal vez, en todos los institutos y centros de enseñanza, en los cuarteles y buques de la Armada, en los centros de descanso de las fábricas, en las cárceles... ? Si lo hacen, ya les digo yo lo que estarán transmitiendo:

Historia nº 1: las obesas son unas viciosas que sólo quieren que les den duro.

Historia nº 2: las paralíticas sólo quieren que las empotren.

Historia nº 3: la regla no es un impedimento para satisfacer al varón. El acto se hace cuando él quiere y donde él quiere. La mujer no necesita ni preliminares ni un sitio cómodo, sentada en el borde de un lavabo le es suficiente.

Historia nº 4: las mujeres mayores que viven solas están muy necesitadas de una buena tranca.

Historia nº 5: ni me he dado cuenta de que hay una 5ª historia.

Por lo demás, mientras tengan el vídeo disponible en internet no me extrañaría que hubiera muchas personas que lo emplearán como material de apoyo en su autoestimulación.

Claro que las locas de Igualdad saldrán diciendo, como ya hicieron con su Ley Montero, que no es eso, no es eso, los jueces son unos machistas y los hombres tienen todos el cerebro deformado, el vídeo no quiere decir eso ("no dice eso" dirán ellas, en vez de "no quiere decir eso"; un matiz básico para entenderlas). La realidad es que el vídeo dice a cada uno lo que cada uno se quede del vídeo. Y yo conozco a los varones mejor que las locas de Igualdad: da igual que en el vídeo haya textos y voces de acompañamiento, una imagen vale más que mil palabras y lo que todos los estudiantes, soldados y marineros de los buques de la Armada, obreros de las fábricas, presidiarios, etc. interpretarían es que las obesas son unas viciosas y quieren que les den duro.

Así que me temo que no lo exhibirán en centros de enseñanza... etc. Si lo dejan en internet y se hace trending topic tal vez alguien les explique porqué está teniendo tantas visitas y entonces lo quiten. Al final ¿dónde pueden exhibirlo? ¿En conventos de monjas? Lo dudo. ¿En secciones femeninas de entidades católicas? Menos. Vamos, que acabarán pudiéndolo poner en clubes de feministas y en las consultas de ginecólogos. Por no hablar del bochorno que sentirán las obesas, las minusválidas o las mujeres mayores cuando vean que un ministerio que creían que estaba para ayudarlas da de ellas esa cara tan burda y que no las define.

El error, en realidad, es que las locas de Igualdad, todas las locas de todos los ministerios, consejerías, observatorios, institutos y demás chiringuitos que viven de esto creen que deben ser ellas las que marquen las pautas y normas en estos asuntos. Porque siempre les saldrá el tiro por la culata. Pondré un ejemplo de una campaña publicitaria del año pasado, que por cierto duró (me pareció a mí) muy poco:


Traduzco, por si acaso: "¿Insistirías una y otra vez después de que te hayan dicho no? Pues en el sexo eso aún pasa. Por una nueva cultura del consentimiento #SiAlConsentiment - Generalidad de Cataluña".

El mensaje está claro: si te dicen que no, es que no. No insistas. Si todos fuéramos como la Generalidad de Cataluña, aún seguiríamos en cuevas y comiendo la carne cruda: seguro que cualquiera que sugirió construir una choza para dormir o pasar un poco el filete por la hoguera recibió un no por respuesta. A Colón le dijeron que no podría ir a la Indias hacia el oeste, y a los hermanos Wright que no conseguirían volar. Seguro que a Bill Gates le dijo su madre que no podía encerrarse en el garaje con ese amigo suyo, ese Paul Allen, que ordenara su habitación y se pusiera a estudiar. Caray, ni siquiera yo estaría con mi mujer si no hubiera insistido tras su primer no. En definitiva, todos aquellos que consiguieron algo que no consiguieron al primer intento podrían decirle a la Generalidad que su consejo es el peor de los consejos posibles. Por no hablar de la ironía de que lo digan los mismos políticos catalanes que están siempre con la murga de independencia sí o sí, lo quiero lo quiero lo quiero y no acepto que no me lo des. ¡Que nadie insiste más que ellos después de que les hayan dicho una y otra vez que no! ¿Dónde está el error? Pues precisamente, en meterse en un tema en el que no debían meterse.

Son los gestores de nuestros caudales públicos, y no los elegimos para que nos regulen qué hemos de hacer o pensar en nuestra intimidad. Que es eso, íntima. Y siempre que lo intenten, van a meter la pata. ¡Si al menos estas campañas se las pagaran ellos de su bolsillo...!




Vasily Agapkin - El adiós de la mujer eslava


viernes, 3 de febrero de 2023

La guerra es el infierno

https://www.youtube.com/watch?v=EeoFiBizcyE 

 

 

Me comunican que se ha muerto Karl, un arquitecto alemán con el que trabajé hace años. Era ya mayor, aunque no demasiado, pero sé que estaba enfermo del corazón. Pero aun así. Siempre se van los mejores, a veces. Como ésta.

Por edad, Karl era, lógicamente, hijo de un excombatiente. Excombatiente alemán de la segunda guerra mundial, no hace falta decirlo. Era inevitable que existieran personas como Karl. ¿Hijos de nazis? Eso es mucho decir: era hijo de un alemán que, sí, luchó con los nazis. ¿Le convierte eso a Karl en nazi? En absoluto, salvo que los alemanes fueran como muchos españoles que siguen acusando a los españoles de hoy de cosas que quizá (sólo quizá) habrían podido acusar tal vez a sus bisabuelos.

Pero es que Karl, me contó un día, nunca habló de la guerra con su padre. Mejor dicho, su padre nunca le habló a Karl de la guerra. Y Karl creyó saber porqué. Un día descubrió una foto de su padre de cuando entonces. No sé qué tipo de foto era, tal vez alguna de carnet de algo, de un salvoconducto o qué se yo, pero la vio. Y entonces supo qué hizo su padre durante la guerra, porque reconoció las insignias del cuello. Las dos calaveras. 

Su padre había servido en las SS en los campos de concentración.

A su padre lo alistaron y lo destinaron allí, cosas que pasaban. Supongo que el hombre, el chaval más bien, hizo lo que tenía que hacer. Supongo que no le gustó nada, y supongo que por eso jamás habló con su hijo de la guerra.

Su hijo nunca quiso preguntarle. 

Algo tiene la guerra, que los que la conocen sólo quieren olvidarla, y los hijos que no la viven perciben el dolor de los que sí y no quieren, tampoco, saber más de lo imprescindible.

La madre de Karl era francesa. El chaval no sería tan malo, pues. Y aquella generación entendía.

 

Ya que nosotros no aprendemos de los nuestros, aprendamos al menos de los de los demás. 

 

 

Vera Lynn - We'll meet again

domingo, 29 de enero de 2023

Números eclesiales

https://www.youtube.com/watch?v=JFTFG4hGfXQ 

 

 

En la diócesis de Barcelona viven 2.709.159 personas (todos los datos, de 2022). Hay 172 curas diocesanos en activo más 6 capellanes, 18 sacerdotes en cargos fuera de la diócesis y (atentos) 214 jubilados. Hay más sacerdotes jubilados que en activo, algo esperable en el gremio de los mineros del carbón y el de los vendedores de máquinas de escribir, gremios que todos sabemos que están próximos a su extinción. También hay 331 sacerdotes religiosos (los diocesanos son, por así decirlo, del obispo, y los religiosos son de las órdenes y congregaciones religiosas, independientes del obispo).

De todas formas, para saber si son muchos o pocos lo más correcto es compararlos con los números de otras diócesis. Dado que Zaragoza suele considerarse el fiel de España, los voy a comparar con los zaragozanos; y como en todo lo que se refiere a la iglesia Gerona es una situación límite, la voy a incluir en la comparativa. A ver qué sale.

Primero, los números absolutos. En Zaragoza viven 929.745 personas, y en Gerona 894.890. Bastante parecidas de tamaño. En la primera hay 128 curas diocesanos activos y 10 capellanes, en la segunda 30 más 3. Vaya. Respectivamente, 167 y 88 curas jubilados, y 151 y 17 sacerdotes religiosos.

La primera comparativa nos habla del futuro: en Zaragoza y en Barcelona están jubilados el 55% de los sacerdotes diocesanos, en Gerona el 73%. No me extrañaría que en papeles internos de los obispos se trate a Gerona como tierra de misión, al paso que van tendrá que serlo.

En cuanto a la densidad, en Zaragoza hay 1,5 sacerdotes por cada 10.000 habitantes. En Barcelona, 0,66, y en Gerona 0,37. Dicho al revés, un cura atiende en Zaragoza a 6.737 personas, a 15.220 en Barcelona y a 27.118 en Gerona. No hay grandes ciudades en la provincia de Gerona sino multitud de pueblos, y si (como indica que el 73% del clero diocesano esté ya jubilado) suponemos que la mayoría de los curas activos estén cercanos a la edad de jubilación, podemos imaginarnos que casi toda la provincia está desasistida en este aspecto.

Esto último es fácil de medir, y lo cierto es que arroja resultados sorprendentes. Voy a llamar cura de almas a la suma de bautizos, primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios. Pues bien, en Zaragoza hubo 109 actos por cada 10.000 habitantes, en Barcelona 34,5 y en Gerona 35,3. Si lo miramos por curas, los números son 73,66, 52,54 y 95,79 respectivamente: la población zaragozana es mucho más practicante que la catalana, triplicando los actos de cura de almas, y no hay diferencia entre un barcelonés y un gerundense. Sin embargo, puede decirse que los sacerdotes barceloneses son un pelín vagos, mientras que los de Gerona trabajan duro. Más viejos que los de Barcelona, con una población mucho más dispersa, y sin embargo hacen casi el doble de bautizos, bodas y demás que sus colegas.

El siguiente dato me llama la atención porque se refiere a lo que voy a denominar "dureza de corazón". En Zaragoza se recauda para Manos Unidas 1,61 euros por persona. En Barcelona, 0,52, y en la provincia de Gerona, 0,26. Curiosamente las tres provincias están, en la lista de provincias según su renta per cápita, en los puestos 11º, 10º y 9º: 26.722 € por cabeza en Gerona, 26.531 en Barcelona y 25.150 en Zaragoza. Es cierto que las diócesis no coinciden con los límites provinciales, pero lo más probable es que así como la mayor riqueza se acumula en las capitales, también se dan las mayores bolsas de pobreza, por lo que no creo que los números difieran mucho. Desde luego, las tres diócesis son bastante agarradas, pues que alguien que gana 26.722 € al año done a Manos Unidas sólo 0,26 €...

Si este dato lo miramos por el número de curas, un cura zaragozano "recauda" para Manos Unidas 10.866 €, uno barcelonés 7.945 y uno gerundense 7.063 €. Teniendo en cuenta lo duro del trabajo del cura gerundense y la dureza de corazón de su grey, creo que el barcelonés debería avergonzarse. 

Un último número lo arroja lo que ha gastado Cáritas en las diócesis. Los números son parecidos: en Barcelona, 11,1 € por habitante, un poco menos en Zaragoza (10,3) y algo más en Gerona, 13,5. Es curioso que cuanto más rica la provincia más invierte Cáritas en la zona; uno podría decir que es por la generosidad de sus ricos habitantes, pero vemos que es justo al contrario, cuanto más ricos menos dan. Así que el dato nos habla de desigualdad: ricos más ricos a costa de pobres más pobres. Pero lo más curioso es si lo miramos por sacerdote: uno barcelonés "gestiona" 169.212 €, uno zaragozano 69.163 y uno de Gerona 365.871 €, casi 6 veces lo que un cura zaragozano.

Parroquias dispersas, curas envejecidos, una población alejada (excepto para recibir de Cáritas, claro)... y sin embargo los curas gerundenses dan el callo. Existe la teoría, puede que cierta, que la falta de curas en Gerona se debe a lo tremendamente nacionalista de la diócesis, pero sean indepes o no ellos hacen todo lo que pueden.

Por curiosidad, he mirado también los números en la diócesis de Sevilla, con 1.948.393 habitantes. Allí los curas jubilados no llegan al 35%, y hay 201 actos de cura de almas al año por cada 10.000 habitantes, el doble que en Zaragoza y casi seis veces lo que en Barcelona. El número de curas por 10.000 habitantes es un valor intermedio, 1,28, así que cada cura sale a 157 actos al año, muchos más que sus colegas del norte. Y algo raro: Cáritas invierta allí 6,33 € por habitante. La renta per cápita en Sevilla es de 18.223 €. ¿Son en el norte mucho más ricos que en Sevilla y sin embargo Cáritas tiene que destinar mucho más dinero a las diócesis ricas que a las pobres? Tiene que ser que en Gerona hay muchos más pobres mucho más pobres que en Sevilla, y si el promedio dice que son más ricos, necesariamente los ricos de Gerona han de ser mucho más ricos que los de Sevilla. La mayor riqueza, entonces, es a costa de la mayor pobreza.

Podría haber hecho los números empleando el total de curas activos, religiosos y diocesanos, pero los indicadores darían resultados similares. Aunque hay una cosa extraña: el número de sacerdotes religiosos por cada diez mil habitantes es en Zaragoza de 1,62, en Barcelona 1,22, en Sevilla 1,01 y en Gerona 0,19. Por lo general los sacerdotes religiosos suelen dedicarse a la enseñanza; aunque luego atiendan parroquias (normalmente, por petición del obispo, que no encuentra curas propios para ellas), las comunidades llegan por el establecimiento de los centros a los que se dediquen. ¿Por qué no hay religiosos en Gerona? Quizá es que acuden sólo a los grandes centros de población: en Barcelona hay 1,86 curas religiosos por cada cura diocesano, 1,09 en Zaragoza y 0,52 en Gerona. Y quizá la riqueza de la comunidad también ayude, ya que en Sevilla, con el doble de población que la diócesis de Zaragoza, hay muchos menos religiosos por habitante: ¿menos escuelas concertadas?

La conclusión de todo esto es Gerona. El futuro que nos espera. 900.000 habitantes, y menos de 50 sacerdotes activos. Los números de la CEE no distinguen entre sacerdotes religiosos jubilados y activos; si el 73% de los curas diocesanos están jubilados, es de suponer que no serán más de 7 de los 17 religiosos los activos, lo que nos daría un total de 40 sacerdotes.  En Zaragoza parece que hay bastantes curas por habitante, pero un ratio del 55% de sus curas jubilados no provoca optimismo. Y en Sevilla hay la mitad de curas por habitante que en Zaragoza, así que tampoco deben tirar cohetes. Podemos volver a mirar los números dentro de 10, 15 años, y veremos que la realidad de Gerona será más frecuente de lo que imaginábamos.

Faltan médicos, faltan enfermeros, faltan ingenieros... y faltan curas. ¿Qué sobran?



Silvio Rodríguez - Madre

jueves, 19 de enero de 2023

Una Tosca inaceptable

El arte es un concepto difícil de definir. Sí, el diccionario da varias acepciones de la palabra, pero ninguna de ellas valdría para responder en verdad a la pregunta de si algo es arte o no. De hecho, a menudo el objeto de la pregunta permanece inalterable y sin embargo la respuesta cambia con el tiempo. El ejemplo más claro es, para mí, Monet: sus cuadros no gustaron a nadie en su tiempo, se consideraron mamarrachadas, y sin embargo. O Van Gogh, del que creo que sólo vendió un cuadro suyo en vida. Es precisamente esta ignorancia ante la respuesta que dará el futuro ante la mamarrachada que tengamos delante lo que hace que no tiremos al puerto con un bloque de cemento en los pies a la miríada de mamarrachos que nos presentan sus mamarrachadas y pretenden que las aceptemos como si fueran inmortales obras de arte.

Pero ahora lo que me interesa son las otras creaciones, las que desde el primer momento fueron consideradas obras maestras. Indiscutibles.

Imaginemos que el Museo del Prado, aplicando una nueva política de seguridad, en vez de presentar los cuadros originales exhibiera copias. Copias, eso sí, realizada por falsificadores de novela, indistinguibles del original sin análisis químicos o espectrometrías de rayos X, esas cosas. ¿Nos importaría? La verdad es que no, al menos a mí. Claro que sabría que estoy viendo una copia, pero no admiraría la perfección de la copia sino la maravilla del original del que es copia fidedigna. O tal vez admiraría la perfección de la copia en cuanto copia, pero da igual: seguiría extasiándome ante ella. La clave, claro está, es la calidad de la copia: ha de ser suficiente. Si en vez de una copia perfecta se exhibiera la que yo pudiera hacer de Las meninas

Si eso mismo se hiciera en más museos, que exhibieran copias de cuadros de otros museos, tampoco pasaría nada siempre que uno supiera que no está contemplando el original. Y, como antes, la calidad sería fundamental para establecer su público, desde los más exigentes hasta los patanes que se conformarían con mi copia.

Esto que digo no es tan ridículo, y de hecho se hace en otros géneros. Por ejemplo, El pueblo español de Barcelona: un recinto en Montjuich que alberga una reproducción de las obras de arquitectura más características de España, una al lado de la otra. Supongo que válida sólo para turistas chinos y norteamericanos, los demás la contemplamos asombrándonos del cuajo que tuvo su promotor al pensar que algo así atraería a los turistas. O la exhibición Cataluña en miniatura, en un pueblo de las afueras de Barcelona: nunca he ido, pero creo que es lo mismo que El pueblo español pero de ámbito sólo catalán… y en maqueta. En miniatura. Pero publicitadísima de forma permanente en Barcelona, oigan.

O los restaurantes chinos: todos aceptamos que el Muralla feliz no es un verdadero restaurante chino, sino lo que nosotros creemos o aceptamos creer que es un restaurante chino. Por lo mismo, un restaurante chino en el Chinatown de San Francisco será para nosotros mucho más chino que nuestro Muralla feliz, aunque tampoco sea para un chino de verdad una verdadera casa de comidas china.

El ejemplo más claro, en realidad, se produce en la música. Lo que una orquesta nos ofrece no es la creación primigenia, sino la interpretación que consiguen hacer. Como si fuera una copia de un cuadro. Si la orquesta tiene la calidad suficiente para que nos satisfaga su interpretación, estupendo. Si no, pues depende: si han ido de cara y estamos avisados de que la versión de la novena de Beethoven va a ser interpretada con chuflainas, pues alabaremos su esfuerzo y nos reiremos de la parte cómica del resultado; si en cambio nos lo venden como el concierto de Año Nuevo de Viena, pues es normal que nos indignemos.

Dicho esto…

Está en cartel, en el Gran teatro del Liceo de Barcelona, la ópera Tosca. Así se publicita, así se vende. Pero he leído una crítica (https://metropoliabierta.elespanol.com/vivir-en-barcelona/tosca-exige-dimisiones_67288_102.html) que se resume en «actores desnudos de forma gratuita, estética que no viene a cuento, todo en la Tosca de Rodríguez Villalobos en el Liceu carece de sentido» además de una interpretación musical espantosa, que me llamó la atención por lo inusual. No de la crítica, sino de que el periódico digital en cuestión no acostumbra a publicar críticas: tengo claro, entonces, que aquello debió de ser inaceptable y sin atenuantes.

Por un lado, me parece bien la crítica. A un montaje de Calixto Bieto (que no era el director de este montaje, pero que sí acostumbra a ofrecer funciones "peculiares"), uno ya sabe o debería que no va a asistir a una representación fidedigna de la obra sino a una interpretación personalizada, a una variación sobre el tema. Como Las meninas de Piccaso. Si luego gusta el montaje es como si gustan Las meninas, cosa de cada uno: pero nadie se llama a engaño y sabe qué tiene delante. Aquí lo que ha pasado es que lo que el director ha presentado es una mamarrachada que además se vendió como si fuera la original (y probablemente los intérpretes lo intentaron, pero son los directores los que mandan y definen el producto). Una engañifa, pues, e inadmisible viniendo del Liceo; no el presentar una mamarrachada, pues bien que programan a Bieto, sino por no avisar de lo que en verdad iban a exhibir y que sí sabían ellos.

Pero, por otro lado, esta crítica envolverá el pescado mañana. Tosca terminará su programación y nadie (salvo el crítico) habrá arqueado siquiera una ceja. Es el paisaje de esta ciudad, de esta sociedad. En esto nos hemos convertido. Si hubiera ocurrido algo semejante en el Madrid galdosiano, seguro que hubiera habido un escándalo y no se hablaría de otra cosa: puede, incluso, que hubiera caído el gobierno o al menos el ministro, como propietarios y responsables últimos del teatro. Pero hoy en Barcelona, en Cataluña, el arte no pinta nada. Lo que tenga que ver con el arte no pinta nada.

Y esto nos retrata. 
 
 
 
Giacomo Puccini - Tosca (Te Deum)

miércoles, 11 de enero de 2023

Juventud y equivocaciones

Es frecuente, pasa a menudo, pero en estos tiempos la cosa es más grave que antes, porque ya no existe el olvido y en cambio el conocimiento es general. Estoy hablando de las ¿tonterías? que se cometen en la juventud. Tonterías, errores, locuras o incluso delitos que se dejan pasar porque son "cosas de críos", errores de juventud. Cosas que no se hacen una vez se tiene la madurez suficiente; pero que se hacen. No todos los jóvenes, pero sí algunos. Y todos los jóvenes cometen alguna, salvo aquellos cuya juventud es ejemplar... pero poco envidiable.  

El problema es que antes esas locuras no eran conocidas en general y además no se recordaban siempre. Por ejemplo, aquella vez que me piqué con un coche cruzando un puente y le hice un adelantamiento con total imprudencia ¡subiendo el "600" a la acera para lograrlo! Que lo hice sólo lo sabemos los que estábamos en el coche, y seguro que todos los pasajeros lo han olvidado, así que puedo negar con total impunidad que aquel incidente hubiera sucedido. Que en una noche de borrachera un tío le tocara la teta a una chica en una discoteca (con su consentimiento), en fin, no pasaba de esas dos personas. Y si alguien era testigo, pronto lo olvidaría. Pero ahora...

Por ejemplo, lo último (en el momento que escribo) de la discoteca Waka de Sabadell. Esta discoteca en cuestión debe de ser muy popular entre la juventud, porque las personas que ya no frecuentamos estos sitios no paramos de oír contar cosas espeluznantes de ella y sin embargo siguen yendo. En esta ocasión parece ser que una chica le realizó un acto sexual de esos que no deben hacerse en público a un mozo ¡en la pista de baile! y no se dieron cuenta que los estaban grabando. El vídeo se ha subido a internet, y se ha vuelto viral. ¿Y si dentro de años alguien encuentra el vídeo, reconoce a la moza y ésta sufre una pérdida reputacional considerable (quiero creer que dentro de unos años aquello todavía se considerará excesivo)? Pero no nos quedemos en el botón de muestra.  

Las tonterías, las locuras, las imprudencias, los errores de juventud y, ¡qué caramba!, las faltas y los delitos que se cometen son parte del proceso de madurar. A menudo, a la mayoría no nos importan. Y qué, si cuando el otro era jovencito participó en... Pero, a veces, a alguien sí le importa. En una sociedad en la que juzgamos a los antiguos con los criterios de ahora mismísimo, la edad de los juzgados no nos importa nada. Hace poco supe de un portero de futbol, profesional él, que vio abortado su fichaje por el Real Zaragoza porque salió a la luz un vídeo o un tweet o no se qué de cuando el portero era un chaval y dejaba claro que el club mañico no era uno de sus predilectos (el chico era vizcaíno, creo). No es por nosotros, le dijeron los directivos, nosotros entendemos que tenías 16 años y nos da igual, pero entiéndelo, la grada...

Derecho al olvido, claman algunos, afectados sin duda. Más responsabilidad, pueden responder los carpetovetónicos. ¡Reclamar responsabilidad a la juventud! ¿Habrá alguna prueba más clara de haber olvidado la suya? Es inútil. Ambas cosas, la responsabilidad en la juventud y el olvido en la era de internet. 

Así que el arreglo, en mi opinión, está en los que no somos ya jóvenes: en entender que fue fruto de una época loca, y no tenerlo en cuenta. Chica del Waka, si no quieres polvo no vayas a la era, pero tampoco hagamos sangre de que se haya empolvado. De hecho, intentemos ni saberlo.

Hagamos aquello que prediquemos. Si no vamos a predicar lo que hacemos, no lo hagamos; si no vamos a hacer lo que predicamos, no lo prediquemos. 



Por cierto: aprovecho la ocasión para escribir unas líneas sobre lo de la discoteca Waka. Parece ser que la moza era menor de edad (aunque suficientemente mayor para abortar sin que lo sepan sus padres, y me temo que para votar sobre la independencia de Cataluña el día que nos convoquen), y su defensa ante sus padres fue que "le echaron algo en la bebida". No niego esto último, no voy por ahí (aunque, por lo que parece, tras las pruebas pertinentes la policía sí lo está negando). Podría preguntarme qué hacía esa chica en Waka: ¿Había ido sola o con amigos y amigas? ¿Dónde estaban éstos? ¿No se cuidaban unos a otros, no se daban cuenta de que alguien echaba "algo" en la bebida de una de ellos (no entremos en que ella misma no se diera cuenta, si es cierto)? ¿No habían oído o leído nada de lo que se cuenta sobre esa discoteca y fueron pensando que era un lugar sin riesgos? ¿No vieron que se iba a bailar con unos desconocidos? Si lo vieron, ¿no vieron lo que estaba haciendo, no notaron que su comportamiento no estaba siendo normal (la habían drogado, dice la familia)? ¿O había algún amigo en el corro? Pero no es esto lo que más me llama la atención.

Lo fundamental: ¿qué concepto tienen los jóvenes de lo que es el entretenimiento, que consideran normal que lo que pasó en esa pista de baile pase en las pistas de bailes? Seguro de que están orgullosos de su "adulto" comportamiento, pero... ¡leches! Un chico de 19 años se baja los pantalones y los calzoncillos ahí, delante de todos (y todas), la chica se arrodilla, les hacen corro, la música suena, otros siguen bailando,...

Sí, soy un carca, pero ¿éste es nuestro modelo de sociedad?

 

P.S.: parece ser que la chica de Waka tenía 16 años, no hubo drogas ni agresión sexual. Le apeteció, y lo hizo. Y la madre echa la culpa "a alguna droga que le echaron en la bebida".



 

sábado, 31 de diciembre de 2022

En la muerte de Benedicto XVI

https://www.youtube.com/watch?v=PsXGzblg7Ws 

 

 

Se ha anunciado esta mañana la muerte de Benedicto XVI. La noticia era esperada, pero no por eso deja de ser triste. Me gustaba Benedicto XVI, era mi papa favorito. Y no de los dos que teníamos, sino de los que yo he conocido.

Con los papas ocurre una cosa curiosa, que los no católicos no entienden. Los papas pueden ser buenos o malos, tener aciertos y tener errores. No pasa nada. Ha habido papas maravillosos y papas execrables (palabra que, por cierto, viene como anillo al dedo, pues execrar no sólo significa vituperar, sino también que el vituperio lo declare un sacerdote). Pero ninguno de ellos cometerá un error en el terreno dogmático. Lo expliqué en esta entrada, escrita (¡qué casualidad!) con motivo de la renuncia de Benedicto XVI, en 2013. Así que sí, un papa puede ser un desastre y eso no es un menoscabo de la religión. Todas las burlas, críticas aceradas traídas con falacias y ataques personales que sin duda podrá leerse en los comentarios de todas las noticias que se publiquen sobre este evento no harán sino retratar la estulticia del comentarista.

Llevo desde unos días queriendo publicar una reflexión que me motivaba Benedicto XVI. En 1978 se nombró papa a Juan Pablo II, y se le consideraba un hombre joven: 58 años. Y lo era, como mínimo si se le comparaba con sus antecesores.

Bien, Juan Pablo II estuvo 27 años, hasta 2005. Murió con 85 años, y la sensación de todo el mundo entonces es que era un hombre muy, muy mayor. Muy viejo. Sus últimos años fueron todo un ejemplo de cómo un hombre sigue siendo una persona válida aunque fuera muy anciano. Era lo que nos parecía, en 2005.

Y también nos parecía entonces que su sucesor, Benedicto XVI, era un anciano que duraría poco: tenía 78 años.

En 2022, sin embargo, Benedicto XVI muere con 95 años. Y no nos parece un exceso de ancianidad. Francisco, a su vez, tiene 86 años (recién cumplidos), más que cuando murió el anciano Juan Pablo II, y tampoco se dice de él que es un viejo chocho como se decía del otro.

Creo que hemos cambiado, en estos años, nuestros estándares sobre qué edad hay que tener para ser demasiado viejo. Ya no creemos que alguien de 85 años lo sea, diría que tampoco uno de 90.

O puede ser, claro, que sea yo: a fin de cuentas estoy mucho más cerca de los 85 ahora de lo que estaba en 2005, para qué vamos a engañarnos.

Feliz Año Nuevo.  




Kate Wolf - Green eyes

sábado, 24 de diciembre de 2022

Feliz Navidad

Nochebuena y Nochevieja se escriben juntas y con mayúscula, como todas las festividades (Reyes, Domingo de Ramos,...). Se tolera que se escriban separadas, pero en ese caso deberá empezar ambas palabras con mayúscula: Noche Buena y Noche Vieja.

Y, por supuesto: 

¡Feliz Navidad!

miércoles, 30 de noviembre de 2022

Un incendio en un hotel

La otra noche, en un hotel de Barcelona, se declaró un incendio. Era un hotel digamos de barrio, no un gran hotel de edificio propio, con amplio aparcamiento o porteros con librea, sino un hotel modesto, normalito, en una calle normalita, entre dos edificios de vecinos.

Hacia las dos de la madrugada.

Una de mis costumbres, cuando me alojo en un hotel, es estudiar el plano del recorrido de evacuación que hay siempre tras la puerta de la habitación. Salgo al pasillo y busco las salidas de emergencia que indican. Y vuelvo a recepción por las escaleras de evacuación. De hecho, a lo largo de mi estancia suelo repetir el recorrido varias veces.

Por cierto: alguna vez me he encontrado el rellano de las escaleras ocupado por carritos de limpieza de las habitaciones y cosas por el estilo.

Imaginen que ocurre un incendio. Les aseguro que los pasillos se llenan de humo. ¿Cree usted que es el momento de preguntarse qué hacer? ¿De ponerse a buscar las escaleras? ¿Y si el incendio es, pongamos, a las dos de la mañana y le despiertan las sirenas cuando está en un profundo sueño? ¿Es el momento? Yo pienso que no, que precisamente en ese momento las reacciones son más seguras si uno se sabe el recorrido, si ha localizado y practicado bajar por esas escaleras.

En el incendio de Barcelona hubo un muerto.

martes, 8 de noviembre de 2022

Condiciones para desokupar okupas: que sea flagrante... y algo más

De las noticias (extracto):

Los Mossos d'Esquadra desalojaronn una okupación flagrante este domingo. Recibieron el aviso sobre las 20:00 horas gracias al aviso de los vecinos. Fueron cuatro okupas los que se colaron en un inmueble del edificio. Los Mossos acudieron a desalojar el piso y, ante la negativa de los hombres, activaron a unidades de orden público. Así, los agentes antidisturbios irrumpieron en el piso y sacaron a los okupas por la fuerza. Acudieron hasta seis furgones de la Brimo (la unidad antidisturbios) al lugar de los hechos.

Según datos oficiales, en Barcelona provincia ha habido 2.838 okupaciones en el primer semestre de 2022. La segunda provincia con más ocupaciones ha sido Madrid, con 813. 3,5 veces más en Barcelona que en Madrid. En general, es de todos conocidos que Cataluña es el paraíso de las ocupaciones. Y es una preocupación muy seria entre nosotros, ya que la ley protege siempre a los okupas y no hay manera de echarlos. Nuestro sueño sería poder llamar a la policía, que ésta acudiera con unos cuantos antidisturbios y los echara sin contemplaciones. Pero eso, ¡ay!, es imposible: los okupas tienen sus derechos, y conocen todas las triquiñuelas legales.

Y, sin embargo...

¿Algo va a cambiar, por fin? ¿Será posible que...?

Me temo que no. Y es que el extracto tenía truco: he omitido una información fundamental, fundamentalísima: la okupación se había producido en un piso de la barcelonesa calle Ganduxer. A la altura de la calle Reina Victoria, para más señas. Y eso lo explica todo. Así, sí.

Me imagino dos de las llamadas telefónicas:

- Martí, que creo que hay okupas en el edificio.

- No te preocupes, Montse, que yo me encargo.

Y entonces: 

- Pere, que me dice mi mujer que hay okupas en mi edificio.

- No preocupes, Martí, dame dos horas y lo soluciono.

Como si lo viera. No sé si es que esos okupas habían vivido siempre en ese barrio, o si son tontos de remate. Si quieres okupar allí, ipso facto vienen seis tanquetas de antidisturbios y tus derechos mis cojones.

Que aún hay clases, y se demuestra en estas cosas.

 


 

domingo, 23 de octubre de 2022

Sufre, mamón

https://www.youtube.com/watch?v=fEOdkXjwhn8

 

 

Ha causado revuelo esta semana, y si bien se ha escrito mucho y acertado sobre el tema, yo quiero echar mi cuarto a espadas. Lo de la canción "Sufre, mamón" de Hombres G.

Parece ser que en un popular programa de televisión sonó la susodicha canción y una mujer, aún joven, la bailó animadamente; también, de hecho, el presentador y otras personas que allí se encontraban. No voy a citar los nombres porque en no mucho tiempo no los recordará nadie. El caso es que tras el bailoteo la mujer se puso seria y criticó la canción: el protagonista (de la canción) insultaba a alguien llamándolo marica y se refería a su novia (la del protagonista) como "mi chica". La opinión de la mujer es que no se puede llamar a nadie marica, ser homosexual no es malo y por lo tanto hemos de dejar de emplear la palabra como insulto (y viceversa, emplearla como insulto equivale a propagar la idea de que ser homosexual es malo), y también que las mujeres no son "las chicas" de nadie. El presentador no sé si se dio cuenta de lo que había dicho la interfecta o no, el caso es que contemporizó diciendo que la canción había envejecido mal. 2022.

La canción es de la primera mitad de los años 80. Creo que ni la mujer ni el presentador estaban entonces, y de ser así serían demasiado pequeños para enterarse, pero yo sí. Y, como yo sí, puedo aportar un par de detalles significativos.

La canción versa sobre un chico que descubre que alguien le ha levantado la novia y, presa de celos, promete vengarse de "ese marica": o le devuelve la novia ("devuélveme a mi chica") o... se revolcará entre polvos picapica. Atroz venganza que ni los rusos se atreven a aplicar como tortura a los ucranianos.

La canción, fácil es darse cuenta, es pop juvenil. Malísima, pero en su momento gustó a la chavalería (a mí no). Veamos entonces qué es lo que se discute ahora.

Dejemos lo de "mi chica". Criticar esa expresión en una canción pop no hay quien lo defienda, y la moza quedó retratada como tonta del culo nada más decirlo.

En cuanto a lo de marica... En los 80 era un insulto, pero no de los peores. Y no había que entenderlo de manera literal: era, y sigue siendo, jerga de hombres. Los hombres la entendemos. Además, también le llama mamón, y no hay que pensar que cree que el levantador sigue alimentándose de la teta de su madre ni que sea malo que los bebés mamen. Como he dicho, así hablamos los hombres.

Pero la raíz del problema, en mi opinión, no es ésa. 

La clave está en que "Sufre, mamón" es una canción de pop juvenil. Y el pop juvenil ha de ser transgresor, porque si no lo es, entonces es una canción melódica. Y viceversa, no por sonar una batería y guitarras eléctricas una canción melódica es una canción pop. El pop juvenil, hecho por juveniles para juveniles, es así. Letras chorronas, irreverentes, algo transgresoras. Cuando la mujer que nos ocupa se queja de la letra de una canción pop juvenil de hace 40 años, lo que nos está demostrando es que ella ya no tiene nada de joven. Que es tan vieja que ha olvidado cómo son los jóvenes, los de entonces y los de ahora. Esa mujer será joven de aspecto, pero de mentalidad es una anciana. ¡Sólo le faltaba haber dicho "en mis tiempos sabíamos escribir canciones respetuosas"!

Y que el presentador afirme que "la canción ha envejecido mal" sólo revela lo mucho que ha envejecido el presentador.

 

 

 

Hombres G - Sufre, mamón 

miércoles, 12 de octubre de 2022

¿Un terrón o dos?

https://www.youtube.com/watch?v=HB_FiuuUKsg 

 

 

— El portal se cierra a las 10.

El otro día echaron por la tele una película de José Luis López Vázquez y Gracita Morales. Me gustan esas películas. Y también me gusta ver cómo era España entonces. En las correspondientes escenas de exteriores, los coches, los guardias, el parque móvil en su conjunto. La circulación por las calles. Y el vestuario, los peinados, las frases, las costumbres,...

En la película en cuestión, Vázquez y Morales hacen de un matrimonio que tiene dificultades para encontrar muchacha, hasta que al fin un pariente les coloca una, extranjera. En una determinada escena, la muchacha anuncia que va a salir de paseo, y ellos le recuerdan que ha de volver antes de las 10; la razón es la frase que cito.

Pero, claro. La frase refleja una realidad que en aquel momento era así, nadie pensaba que algún día no se entendiera, que mereciera una aclaración. Por supuesto, para mí no la merece, sé perfectamente a qué se refería, pero cada vez somos menos los que estamos en estas y más los que no lo captan. Y asisten a una representación en la que entienden las palabras, pero no lo que se dice.

Antes, las fincas urbanas tenían portero. Éste tenía muchas obligaciones: mantener limpia la escalera, en condiciones la iluminación y el ascensor, vigilar la entrada, sacar la basura por la noche, ayudar a los vecinos cuando lo requieren (y estar atento al coche que se deja mal aparcado), por supuesto gestionar la calefacción central,... Una de las obligaciones era cerrar el portal por la noche, y abrirlo por la mañana. Porque por el día, estando el portero, la puerta del portal estaba abierta, como es lógico. Pero, en ausencia del portero, debía estar cerrada. Y lo habitual es que se cerrara a las 10 de la noche. 

¿Porqué era eso un inconveniente? En primer lugar: en esa época no había porteros automáticos. Había, en la calle, un timbre que sonaba en el piso, pero no había comunicación ni manera de abrir la puerta desde arriba: si sonaba, el pater familias debía vestirse, bajar al portal, ver quién llamaba y, si le interesaba, abrir la puerta. Ítem más: como además la puerta estaba siempre abierta, lo normal es que los vecinos no tuvieran llave del portal (hay portales con cerraduras que se comprende). Sólo se tenía la llave del piso. Si era necesario, en aquella época se llamaba al sereno (unas palmadas), éste acudía y abría la puerta. Pero eran situaciones que procuraban evitarse.

De ahí una consecuencia lógica, o tal vez a la inversa: las muchachas (y los muchachos) decentes no estaban, por ahí, pasadas las diez. A esa hora todo el mundo estaba ya en casa. 

Y es lo que le dicen Vázquez y Morales: que a las 10 se ha de estar ya en casa, "porque se cierra la puerta del portal".

—¿Un terrón o dos?

Si usted entendió la frase de la película, sin duda entiende la pregunta de los terrones. Pero ¡ay!, me temo que se corresponde con un mundo ya pasado y pronto olvidado. 

Chascarrillo: hago una prueba, y pregunto a un veinteañero si entiende la pregunta. Pues resulta que sí, sabe a qué se refiere. Y me explica el porqué: se dice en una canción de La bella y la bestia, la célebre película de Disney. Mientras la película permanezca en el recuerdo, pues, la expresión seguirá teniendo significado.

Hogaño eran frecuentes las visitas en las casas; si han leído (o empezado) Guerra y Paz de Tolstoi sabrán perfectamente a qué me refiero. Y en esas visitas, la cortesía y el protocolo lo eran todo. De ahí que todas las casas decentes tuvieran un mueble bar con los licores necesarios para agasajar (al menos whisky y brandy para los caballeros, anís para las damás, una botella de pacharán o de Pisco,...), cubitos de hielo en el refrigerador, la pertinente cristalería con copas surtidas (otra cosa que también está desapareciendo),... La visita podía ser imprevista, pero los anfitriones nunca podían ser cogidos de improviso. 

Claro que a menudo esas visitas eran después del café: en mi casa, siendo yo chaval, una vez los padres volvían a sus trabajos, los niños a sus escuelas y las cocinas se recogían, a menudo las madres se reunían. Y se tomaba café. Pero café, con todo el protocolo, y eso exigía pastas de café. De ahí que más de una vez tuviera yo que escabullirme escopeteado a la pastelería a comprarlas.

Sigo. Fuera la visita después de comer o para la propia comida, siempre se servía café. Siempre. Y se tomaba, aunque en la intimidad no se hiciera. Se sacaba el juego de café, se calentaba leche para quien lo quisiera cortado, y se traía la cafetera hirviendo. Claro, no se dejaba la cafetera en el centro y que quien quisiera se sirviera, faltaría más, sino que el anfitrión iba preguntando a cada uno cuánto café quería y cómo, lo servía y luego, impepinablemente:

—¿Un terrón o dos?

El azúcar acostumbraba a estucharse en terrones, de unos 6 gramos diría yo, quizá más. Así que la medida estándar era el terrón. Uno era correcto, dos significaba mucho y desde luego pedir más no me suena haberlo vivido nunca. Y los medios terrones, en mi caso, se conseguían sacando el terrón de la taza antes de que se disolviera todo. Cuando tuve la edad, en casa yo era el encargado del protocolo del café: preparar el café (para que mi madre no tuviera que dejar solas a las visitas), sacar las tazas, inquirir educadamente a cada asistente, servirlo y, por descontado, encargarme del azúcar. Y, también, recogerlo al terminar y retirarme discretamente, para que las señoras hablaran de sus cosas a solas.

Con el tiempo dejó de servirse en terrones, pero la costumbre perduró:

—¿Una cucharada o dos?

—Una, gracias.

Esta entrada no es por el terrón en sí, aunque es triste ser testigo de cómo parte de nuestro vocabulario se vaya perdiendo, sino por todo lo que rodeaba al terrón y que también se pierde. La parafernalia. Las pastas de té. Las visitas a las casas y el protocolo de las visitas. La habitación en la que se recibía, y en la que los niños no podían entrar. La misma costumbre de que los niños desaparecieran cuando llegaban las visitas. 

Las costumbres de aquel mundo, en suma.

 

 

 

Los Panchos - esta tarde vi llover

 

miércoles, 31 de agosto de 2022

Mijail Gorbachov

Ha muerto Mijail Gorbachov. Impacta la noticia, porque no era un cualquiera sino un hombre que hace que uno se pregunte cuándo volverá a haber alguien como él. Cambió el mundo, y lo hizo en sólo 6 años. Lo que pasa, el problema, es que para entender lo que significa hay que saber cómo era el mundo antes de 1985. No se puede explicar, en realidad: nos quedaríamos cortos, hay muchas más cosas de las que podríamos decir. Pero lo cambió. No hay comparación entre antes de él y después de él.

Es curioso que durante su mandato sus interlocutores fueran Ronald Reagan (luego, George Bush), Helmut Kohl, Margaret Tatcher, Francois Mitterrand. Den Xiao Ping en China, aunque entonces China no pintaba nada. Incluso Felipe González, en España. Y es curioso, porque uno compara los mandamases de entonces con los de ahora, y... menuda comparación. Y me falta un nombre muy importante de su época: Juan Pablo II. Si lo comparamos con Francisco... mejor me callo. Pero es cierto que fue una gran fortuna que los grandes cambios de Gorbachov los peleara - o los trabajara- con esos estadistas. 

Sólo mandó seis años, de 1985 a 1991, pero le bastaron. Es uno de los grandes nombres del siglo XX. Y sin un muerto.
 
Irrepetible. 

 

viernes, 29 de julio de 2022

Las vacaciones de antes

Consultando un libro de órdenes de una obra de 1982, me encuentro:


La obra se paraba desde el 30 de julio hasta el 30 de agosto. El 30 de julio era viernes, el de agosto un lunes. La visita de obra se realizó el 29 de julio, así que no puedo afirmar si eran inclusive, exclusive o sólo en uno de ellos se trabajaba.

En cualquier caso, así dan gusto las vacaciones de verano.

 

 

Chascarrillo final: terrible el aparejador (o el ingeniero director) en su última frase: "se colocará aviso escrito prohibiendo hacercarse a la zona en obras". Supongo que le pudieron las ganas de irse él también de vacaciones.

 

 

 

miércoles, 20 de julio de 2022

La natalidad en Alicante

https://www.youtube.com/watch?v=rwnY45wOzJ0 

 

 

La verdad es que hay muchos nacimientos en Alicante.

Seguramente sin relación directa con lo anterior, hay un ferry que conecta Argelia y Alicante.

Como mínimo, cada semana aparece una argelina por Alicante que "estaba de vacaciones" y se había puesto de parto. 

Si usted le pregunta (tras el parto) a la argelina cuánto pensaba quedarse, inexorablemente ésta le responderá que "no lo tienen previsto aún". La respuesta es siempre ésa, porque las argelinas no hablan español y las traductoras que las acompañan son siempre las mismas (hay quien opina que estas traductoras son de una mafia).

Total, que la argelina tiene un parto gratuito y muchísimo más seguro y atendido que en su país. Y, de rebote: su hijo es español. Se le hace el DNI al nacer. 

Lo lógico sería que se le facturara el parto a su país de origen; como estoy seguro de que no hay un convenio bilateral para estas cosas, lo suyo sería que lo pagara la parturienta o su seguro. Como es fácil de imaginar, la parturienta no tendría seguro y además se declararía insolvente, así que lo que habría que hacer es que España facturara sin más el importe a Argelia, y que se encargase la administración argelina de cobrarle el gasto a la señora. Obviamente, esto es imposible y si lo fuera seguro que Argelia sacaría a España una ayuda económica para afrontarlo (plus el sobrecoste de las ayudas económicas internacionales a países africanos, ya saben). Así que la Seguridad Social española asume el coste, y aunque al equipo médico le dé mucha rabia, hay que aguantarse.

Ahora, lo de que además el niño sea español... Si yo fuera presidente cambiaría la ley de nacionalidad. La tendría sólo quien la heredara de forma natural (es decir, que uno de sus padres poseyera con anterioridad la nacionalidad). Independiente de dónde naciera; como si nace en la Conchinchina. Ahora bien, quien nazca en España, y da igual Móstoles que Melilla o que un avión de bandera española, si ninguno de sus padres posee la nacionalidad, se siente. Que tenga la de sus padres, y punto. 

No pararía los viajes de las argelinas, pero al menos no nos sentiríamos cornudos y apaleados.




Taylor Swift - Picture to burn



P.D.: Hay, en este artículo, un dato falso. Pensaba escribir un artículo independiente sobre cómo se cuelan datos falsos en internet, la gente los cree y para mucha gente pasan entonces a ser verdaderos: la posverdad, ya saben. Pero en este caso concreto me puede la responsabilidad y voy a desvelar la mentira que hay más arriba:

No es cierto que a los niños se les haga el DNI. Es un bulo que corre por ahí. Y no lo es porque la ley española no lo permite.

Si los padres fueran argentinos, podría ser: la nacionalidad argentina en este caso no la adquiere el recién nacido de forma automática, y los padres podrían renunciar a otorgársela; en ese caso, de forma subisidiaria y para que el niño tenga nacionalidad, se le daría la española. Casos como éste se darían si los padres fueran de un país que no reconociera al nacido en el extranjero su nacionalidad de manera automática; hay 14 países en esa situación: Argentina, Uruguay, Colombia,...

Hay también excepciones, pero son un poco complicadas. Por ejemplo, que el padre fuera suizo, la madre no, y no estuvieran legalmente casados. No todos los tailandeses cuyos ilegítimos padres fueran suizos lo serían también, Suiza no lo pone tan fácil.

En el caso que nos ocupa, el niño argelino debería obtener el permiso de residencia y vivir al menos un año en España (¿unas vacaciones muy largas para sus padres?), entonces sí.

Pero el DNI automático no se obtiene.

Aclarado esto, reflexione: ¿verdad que mi texto parecía verosímil? Puede que a usted, lector precavido, no se la hubiera colado, pero otros que escriban mejor que yo sí. Y puede que el mío haya conseguido engañar a algunos incautos. Así es internet, así son nuestras fuentes de información, éste es el rigor. ¿Debe uno entonces dudar de todo? Pues... Por ejemplo, de la wikipedia sí: en este blog he mostrado en varias ocasiones errores, sesgos y manipulaciones de la famosa enciclopedia. De los blogs de la gente, también. Incluso si el autor tiene autoridad, uno debe registrar lo que se cuente con un "dice Fulano que" en vez de como un principio dogmático. Y de los periodistas y los autoproclamados medios de información, qué les voy a contar. 

En unos casos, porque el autor está viendo la realidad a través de un cristal específico que la distorsiona. Nos pasa a todos, y a todos nos gusta leer textos distorsionados con el mismo cristal que empleamos nosotros (a los de derechas les gusta leer diarios de derechas, a los de izquierdas de izquierdas, a los católicos católicos, a los agnósticos agnósticos, etc.). No es algo malo, siempre que seamos conscientes del sesgo. 

En otros casos, la información es simplemente falsa. Por vagancia o de manera intencionada, en eso no quiero entrar ahora (incluso los ingenieros escribimos a veces informes que son falsos en tanto en cuanto manipulamos, cuando menos para decir lo que no se dice), lo importante es que lo que se dice no es cierto. Y muchas veces no nos damos cuenta.

En resumen: no se crean siempre lo que leen en internet. Y menos aún a pies juntillas.

martes, 19 de julio de 2022

Aquel verano del '87

Hace un calor espantoso. Estamos sufriendo una ola de calor que...

El cambio climático haciendo de las suyas. Y yo me acuerdo del verano de 1987. Aquel verano hizo calor más allá de lo que entonces nos parecía soportable, era el tema estrella. Como la ola que tenemos ahora, la de entonces también asolaba a toda Europa: en Atenas murieron 750 personas.

Yo lo pasé en el norte de Suecia, donde trabajaba. Allí fue noticia que el termómetro callejero de la población alcanzó los 33°, totalmente insólito. La tropa local de boy scouts estaba de campamento en Escocia, y según informaba la prensa también se estaban cociendo. En Francia. Y, por supuesto, en España, donde los que me carteaban, duros aragoneses hecho al calor de allí, me lo contaban asombrados.

Yo diría que ése fue el primer verano en el que se habló de personas muertas por el calor. Claro, cuando en una ciudad mueren en una semana 750 personas más de las habituales, los técnicos lo tienen fácil para achacar una causa a tal mortandad: ha sido por el calor extremo. La noticia saltó a los periódicos, y al año siguiente cada ola de calor (hay un par cada año, aunque no tan extremas) venía acompañada de la consiguiente relación de fallecidos. Y así al año siguiente morirían en Francia nosécuantas personas por las olas de calor, y ya para siempre.




viernes, 15 de julio de 2022

A Churruca le ha llegado su hora

https://www.youtube.com/watch?v=OGkBW3Ni4UY 

 

 

Cuando era niño, en casa teníamos dos tortugas de agua en una palangana verde; nos encantaba jugar con ellas. Sus nombres eran Nelson y Churruca. Yo era chavalín, tendría 5 años, 7 el hermano más mayor, y como eran de agua, insisto, estaba claro que esos tenían que ser sus nombres.

En el barrio de la Barceloneta hay dos calles importantes que van de mar a mar, del puerto a la playa. La del almirante Cervera, y la del almirante Aixada. La de Cervera es más importante, es la que vehicula el tráfico. A la mitad de la calle de Cervera hay una calle semipeatonal, muy ancha (parámetros de la Barceloneta, un barrio con un urbanismo muy especial), que la comunica con la plaza del mercado, la plaza principal del barrio. Esa calle está dedicada al almirante Churruca.

A Cervera ya le quitó Colau la calle, no porque fuera franquista sino porque si hubiera vivido en la época de Franco, "lo hubiera sido". Durante la pandemia del covid, de tapadillo tras el escándalo público que supuso lo de Cervera, le cambió el nombre a la del almirante Aixada, siendo ahora Emilia Llorca Marín. Llorca (1948-2009) era una vecina del barrio, líder del movimiento vecinal que estaba en contra de la gentrificación del barrio. Y ahora le toca el turno a Churruca: le van a quitar la calle para dársela a Miquel Pedrola.

Del almirante Churruca, uno de nuestros mejores marinos y nombrado almirante a título póstumo tras su muerte en la batalla de Trafalgar, no hace falta decir mucho: cualquier español de bien debería conocerlo. En la otra esquina, Pedrola: nacido el 22 de junio de 1917 y muerto en el frente el 8 de septiembre de 1936, con 19 años y dos meses de edad. ¿Para qué le dio tan corta vida? Pues se lo pueden imaginar, para poco: ser militante del POUM. En todo lo demás, seguro que fue como cualquier españolito de a pie.

Me dirán, y es cierto, que Pedrola fue vecino del barrio, y Churruca no. Aduciré yo, en cambio, que hay vecinos del barrio que lo fueron durante más años que no tienen ni una triste placa que les recuerde como sí tiene Pedrola, y que si el mérito de Pedrola fue ser miliciano del POUM (y ya sabemos qué supuso eso aquel verano en Barcelona), con la placa de recuerdo que hasta ahora tenía ya iba bien librado.

Uno, con méritos indiscutibles para merecer calle en cualquier población de España. El otro, sin haber hecho nada digno de recuerdo en su vida y, si me apuran, habiendo tenido al final una actitud cuando menos cuestionable. ¿A quién elegirían? Aunque la pregunta correcta es a quién creen que elegirían los gobernantes que tenemos? La respuesta a esta última pregunta, me temo, la sabemos todos.

Cada ciudad puede nombrar a sus calles como le plazca, faltaría más. Pero echo de menos un poco más de altura de miras, alguien que diga que a los hombres hay que valorarlos por quienes son, no por dónde nacieron. Y si los habitantes de la Barceloneta consideran (el global de Barcelona, seguro que de esto ni se entera) que es más digno del homenaje que representa una calle un pollo de 19 años que no hizo nada en su vida antes que el almirante Churruca, es misión de los gobernantes explicarles que no, que hay más cosas en la vida que las que pasan delante de sus ojos. El habitante de la Barceloneta puede ser localista, y a fe que muchos lo son, pero el gobernante ha de ser cosmopolita.

Pero con los gobernantes que tenemos ahora, ¿qué otra cosa cabría esperar? Ya llevaba yo tiempo intrigado en porqué no estaban quitándole a Churruca su calle.

Somos un país que prefiere que sus referencias sean hombres como Miquel Pedrola antes que Cosme de Churruca. Dentro de cien años los barceloneses se preguntarán quiénes fueron esos Rubianes, Pedrola y Llorca que tienen calles tan significadas, y también cómo es que no tienen calle los almirantes Cervera, Aixada y Churruca, y se asombrarán de nuestra mezquindad.

Y el siguiente será Gravina, seguro. Cuando les digan quién fue y que tiene calle, bocacalle de la calle Pelayo. Hasta ahora se ha salvado porque la calle se llama "Gravina", no "Almirante Gravina" (porque formalmente no fue almirante, sino capitán general de la Armada), pero el día menos pensado algún sedicioso lo descubre y...

En fin, hace muchos años de cuando teníamos aquellas tortugas. Otros tiempos, en los que hasta los más pequeños conocían y respetaban el nombre de los héroes. 

 

 

Neil Young - Star of Bethelehem 

viernes, 8 de julio de 2022

Un bolígrafo de calidad

El otro día, vaciando cajones, encontré un puñado de bolígrafos de publicidad y de cortesía de hoteles que a saber cuántos años llevaban ahí olvidados. Los puse en el bote de lápices del salón, y hoy he tenido necesidad.

Como era de esperar, la tinta estaba seca y los bolígrafos ya no funcionaban, así que los tiré. Boligrafos de publicidad, y viejos como la manzana, era de esperar. 

Pero uno aún escribía. Y de maravilla, a pesar de que era de tinta negra (la tinta negra acostumbra a secarse antes que la azul). 

Ese bolígrafo es de hace 27 años. Lo sé, porque es un bolígrafo de cortesía del hotel Arts de Barcelona, y recuerdo mi estancia en ese hotel: fue en 1995. 


No hace falta señalar que el hotel era, al menos entonces, un cinco estrellas de gran lujo. Y, como correspondía, todo en él era de gran calidad.

Hasta los bolígrafos de cortesía, está claro. 

miércoles, 6 de julio de 2022

Vergüenza torera

https://www.youtube.com/watch?v=z56qqu7u2BU 

 

 

La vergüenza es la autoestima en la que uno valora su propio honor, su propia dignidad. A sí mismo. La conciencia que uno tiene, la nota que uno se da a sí mismo. Las cosas, si se hacen (o no) por vergüenza, es porque uno prefiere hacerlas antes que admitir que no (o que sí) las ha hecho. O que hacerlas mal o no tan bien como uno estima que debería hacerlas, si las hiciera (cantar, bailar, hablar otro idioma o en público,...). Por el contrario, alguien sin vergüenza, al realizar ciertas cosas (o dejar de hacerlas), revela que valora en muy poco su buen nombre. Aunque también pudiera ser que esa persona no temiera al fracaso, hasta el punto de que lo que a él le daría vergüenza no es hacerlo mal, sino no intentarlo: que no se diga. Y es que a veces lo importante es la actitud.

El principal valor del español, sea consciente o no de ello, es su honor. Su fama, su buen nombre. 

Por ejemplo: no es generosidad lo que hace que invitemos en el bar, de hecho a menudo el otro es tan pudiente como nosotros, sino nuestro nombre. También invitamos en esas situaciones en las que tenemos una teórica superioridad: el padre ante los hijos, el adulto ante los jóvenes, el vecino ante los foráneos. No oso preocupéis, yo os acerco (aunque suponga madrugar un domingo y hacer 400 km entre ida y vuelta). O, como me dijo mi padre en cierta ocasión en la que yo ya era independiente y quise pagar la comida: donde hay patrón no manda marinero (y hasta que mi padre no fue un anciano pensionista no dejó que yo pagara). 

También la colaboración de todos: a menudo colaboramos para que no se diga de nosotros que no lo hacemos. Aportamos, por lo mismo. Ofrecemos, por lo mismo. Cumplimos con nuestro deber, y hacemos lo que se espera de nosotros; pero no porque tengamos imbuida en nuestro espíritu la importancia del deber por el deber, como si fuéramos alemanes, sino porque nuestra fama sufriría un menoscabo definitivo si no lo hiciéramos. "Sí, muy valiente de boquilla, pero cuando llegó el momento...". De hecho, es la Historia española la que está llena de proezas singulares, realizadas por hombres (en solitario o en batallones) que hicieron mucho más de lo que se les exigía, de lo que se esperaba: el que defiende Filipinas hasta la muerte no lo hace porque crea en la dependencia de Filipinas, sino porque se le ha pedido que la defienda y nadie ha de poder decirle nunca que no hizo lo suficiente. Y también: despreciamos y vilipendiamos a nuestros deportistas, si no ganan.

Si lo pensamos bien, es uno de nuestros motores principales. Y aún más: valoramos muy mal al que no se comporta así.

Y les diré una cosa: me parece muy bien. Así hemos de actuar: hemos de vivir de manera que seamos irreprochables. Que no se nos pueda decir (que no podamos decirnos a nosotros mismos) que no hicimos lo correcto. Que nadie pueda nunca decir una palabra mala de nosotros.

Vamos con los toreros.

En este país hay dos bandos: los que creen que el torero no se arrima y los que opinan que qué barbaridad, el asesino torturando hasta la muerte al inocente animal. Desde el albero, en cambio, las cosas se ven diferentes. Muy diferentes. Y con razón. Lo que sabe el torero es que por esa puerta va a salir un morlaco que puede matarle sin esfuerzo, y sólo su habilidad le salvará. Casi seguro que le ha pasado antes, que no ha sido suficientemente bueno, y las cicatrices que tiene por todo el cuerpo se lo recuerdan. ¿Por qué está ahí, delante del portón, esperando? ¿Por qué no echa a correr al burladero, suelta los trastos y que toree la madre del señor ése del tendido 18 que grita que no se arrima?

Pues porque... precisamente. ¿Qué dirían todos si lo hiciera? No, el torero dijo que torearía el toro y no puede retractarse. Está en juego su nombre. Así que hace de tripas corazón y, como dice el dicho, valor y al toro.

Y torea. Por vergüenza torera.

Por eso los toreros son unos héroes entre nosotros (aunque sé y me entristece que el odio a lo español que nos domina porque el otro lo es y ante todo nosotros odiamos al otro está eliminando de nuestra cultura - nuestra visión del mundo - las referencias taurinas). Porque a nosotros puede que nos dé vergüenza bailar o hablar en público y no venzamos nuestro miedo a hacerlo mal, pero el torero vence su miedo a morir.



Emmylou Harris - Red dirt girl