miércoles, 20 de febrero de 2019

La hora de la verdad






Estos días estamos de juicio. El juicio a la parte apresada de la cúpula de los separatistas catalanes. Dejando de lado los mensajes mendaces, manipuladores y torticeros que emiten los separatistas no apresados (TV3 y medios de comunicación separatistas, sobre todo, pero también políticos y opinadores por libre en las redes sociales), hay tres aspectos que me han llamado la atención en estos primeros días.

1.- El empleo del catalán

Es un tema del todo menor, pero arguyen algunos acusados y su claque que han de tener derecho a expresarse en catalán durante el juicio. Aducen que en español no se defenderían igual de bien.

Me sorprende. No que no sepan español, que podría ser (si se juzgara a Marta Rovira y a algunas consejeras, sería hecho cierto), sino que sean personas que han alcanzado altos cargos dentro de la Administración del Estado - un vicepresidente de comunidad autonómica, una presidente de parlamento autonómico, etc.- sin saber expresarse con suficiente soltura en español. Si no entienden las preguntas (de nuevo, sorpresa siendo cargos tal altos) se les pueden dar las aclaraciones pertinentes, pero su alegación es que no sabrían expresarse ellos.

Bien, pues que lo reconozcan. Que reconozcan que se puede tener un elevado cargo público en España, con derecho a chófer, sueldo más alto que el del presidente del gobierno y resto de canonjías, sin saber expresarse en español. Y entonces se buscará una solución. Luego, que vayan por ahí diciendo que el catalán está oprimido, el español impuesto y blablablá.

Todo lo demás son ganas de tocar lo que no suena. Y eso, a mí no.

2.- Las estrategias de defensa

Son variadas. Unos están empleando una defensa verdadera: yo no hice lo que usted dice que hice, pruebe usted que yo lo hice y que lo que hice es el delito que usted dice que es. De momento, Forn. Esta línea de defensa se combina y basa, además, en que "era todo mentira, señoría". La declaración de independencia era de mentira, no era de verdad. Por eso no cometieron ningún delito. Tal cual y sin pestañear.

Otros están empleando la defensa "esto es una farsa". Junqueras, y creo que Romeva. Se basa en no contestar a la acusación y aducir que todo es una farsa, un juicio político, que son presos políticos y resto de monsergas. Que votar no puede ser un delito y que en cambio impedir a porrazos que la gente vote sí que lo es. Falacia tras falacia, éstos son los que tienen a su claque en el séptimo cielo: joder qué tíos, les están dando sopas con ondas a esos estúpidos fiscales y jueces. Reconozco que nos están tocando las narices un rato con esas proclamas, sobre todo porque el juez jefe no está permitiendo a los fiscales responder a esos discursos políticos, pero… aún hay partido, y salvo que esto sea una farsa y un juicio político con el PSOE al mando, estos tíos se van a chupar más cárcel que Rudolf Hess.

Y los capitostes convergentes, Rull y Turull, están… haciéndose el tonto. Yo no sabía nada. Pero nada de nada. ¿Papeletas? Sí, había, yo las usé para votar, pero no sé de dónde salieron. ¿Urnas? Sí, había, yo hice la presentación en público. Pero no sé cómo se consiguieron ni dónde se guardaron. Sí, yo firme el decreto de convocatoria del referéndum, pero no organicé nada ni sé como se organizó ni quién lo hizo… Suena a chiste, pero estoy trascribiendo respuestas que de verdad han dado. Y que no, que no se gastó un duro público. Que todo fue espontáneo, voluntad popular, que era algo que organizó la gente motu propio sin ninguna dirección.

Y otro argumento que emplean: hicieron una ley (catalana) que legalizaba el referéndum, y antes de que el gobierno central la impugnara por inconstitucional ellos convocaron el referéndum. Por lo que estaban dentro de la legalidad en ese momento.

¡Te cojo las llaves del coche! Y antes de que te dé tiempo a decir que no, salgo por la puerta y me lo llevo. Son como niños.

Ya veremos qué tal les sale la jugada.

3.- El verdadero argumento

La verdadera defensa que esgrimen todos es que no importan las leyes: tenían un mandato del pueblo, estaba en su programa electoral (falso: sus programas nunca hablaron de un referéndum) y lo que hicieron fue cumplirlo. Quedaba así legitimado ese programa electoral al ganar las elecciones (¡el 47% de los votos válidos!). Dicen que, puesto que ningún tribunal les impugnó ni les prohibió el programa electoral, lo que éste proponía era, automáticamente, legal.

Y lo peor es que la masa de su claque se lo cree de verdad.

La masa separatista de verdad cree que el 47% de los votos es un mandato popular y que representa a la mayoría de Cataluña. Esto se puede entender por la sencilla razón de que ellos de verdad creen que quien no piensa como ellos no es catalán, es un español.

Pero lo alucinante es que crean que era legal por estar en el programa.

Si un partido, pongamos Vox, ganara las elecciones y en su programa electoral estuviera la supresión de la autonomía catalana y, ya puestos, la conculcación de los derechos políticos de los censados en las provincias catalanas o, por seguir en un terreno hipotético, la prevalencia del varón frente a la mujer en cualquier disputa o competencia, ¿podrían aplicarlo? El argumento que están empleando los separatistas es que sí porque al ganar las elecciones están por encima de la Constitución.


Ítem más: se les llena la boca a todo el conjunto separatista que "lo que es inadmisible es el Estado usando los tribunales contra la voluntad democrática". En otras palabras: los políticos estamos por encima de la Ley y no sujetos a ella. Esto, en España, ni en la Edad Media.
Llegados a este punto, lo único que puedo decir es que sobran las palabras.
Ainda dúo - Recuerdos de Ypacaraí

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