miércoles, 18 de marzo de 2015

El peso de los perfiles



Ja, ja, ja. Me consulta un arquitecto técnico: la constructora quiere que certifique unos perfiles metálicos, y los pesos por metro de esos perfiles no son los oficiales. La constructora se defiende enseñando el prontuario de pesos de los suministradores de perfiles metálicos de Cataluña, y en esos prontuarios los pesos son mayores. Para los suministradores, los perfiles metálicos pesan más. Y se lo explican: los perfiles se fabrican con unas dimensiones oficiales, pero se aceptan ciertas tolerancias en su fabricación. Como resultado de esas tolerancias, los perfiles pueden tener un peso mayor. Y ése es el peso que figura en sus prontuarios, y el que quieren cobrar.

Esta consulta me la han hecho más veces. Me troncho en todas.

Como ejemplo, supongamos que un perfil de un metro de largo ha de pesar 100 kg. Claro, puede haber un error al fabricarlo y la norma obliga a aceptar el perfil tanto si pesa 95 kg como si pesa 105 (importa el concepto, no el número). Por lo mismo, autoriza a rechazarlo como defectuoso si el peso está fuera de ese margen. Ahora, si se suministran en una obra 200 barras de distintas secciones de perfiles, mala suerte sería que todas de todos los tipos se hayan fabricado con exceso de acero, ¿no? 

Esto es como si me trae usted cien merluzas de 1 kg de peso. Yo se las cojo incluso si alguna pesa 1,05 kg. ¿Las cien van a pesar 1,05 kg? ¡Por favor! Por cada una que pese de más seguro que hay otra que pesará de menos. Y el conjunto de todas pesará 100 kg casi exacto. Pero el constructor lo que dice que es como una le ha pesado 1,05 kg (o le puede pesar, porque esa merluza nunca aparece), va a cobrar todas las merluzas como si todas pesaran 1,05 kg. ¡Qué listos, los suministradores!

Mi reacción, la primera vez que me consultaron, fue decir que nanay. Que el peso oficial del perfil es el del prontuario oficial de perfiles, que existen y son oficiales, y es un problema de los constructores si el de ellos da valores diferentes de los oficiales, y que desde luego no vamos a premiar que ellos fabriquen mal. Si fabrican mal y echan acero de más, ¡es problema suyo, no del cliente!

Pero la solución más efectiva, pienso yo, es amenazar al constructor con montar un careo con el cliente. Con explicarle al cliente la jugarreta que quiere colarle el constructor, y ver qué decide el cliente. Yo se lo digo: le manda a escaparrar.

Que conste que pocas veces me encuentro en esta tesitura. La mayoría de los constructores son legales. Pero me encanta fichar a los ratas, para cuando me los vuelva a encontrar, saber con quién me juego los cuartos.



Charles Aznavour - She (versión de Elvis Costello)



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