Los romanos, bajo la égida de Julio César, establecieron que los años duraban 365 días pero que una vez cada 4 años había que añadir un día al calendario. Ese día es el 29 de febrero, y el calendario que establecieron se llama calendario juliano.
Con el pasar de los años, de los siglos en realidad, y de bastantes siglos, me temo, los astrónomos se dieron cuenta que algo iba mal. Por ejemplo, el equinocio de primavera no se producía el 21 de marzo, como debiera. Y es que la duración del año no era de 365,25 días, como se deduce del calendario juliano, sino un poquito menor. La corrección que establecieron fue que sí, que cada 4 años había que añadir un día al año... pero no cada 100 años: los años que terminaban en 00 no serían bisiestos (como debería ocurrir al ser múltiplos de 4). Con un rizo adicional: cada 400 años sí serían bisiestos. Así, serían bisiestos 1396 y 1404, pero no 1400. Y no serían bisiestos 1400 y 1500, pero sí 1600. Y el año 2000, que todos recordamos que sí fue bisiesto.
La corrección se estableció en 1582, y el nuevo calendario tomó el nombre del Papa de entonces, Gregorio XIII, que a fin de cuentas fue el impulsor/aprobador de la medida. Por eso, ese calendario se llama calendario gregoriano.
Además, estando medido el error cometido, se decidió que se tenía que adelantar el calendario entonces vigente, el juliano, para tener en cuenta los días que ya se habían contado de más en los años bisiestos que no eran bisiestos. En concreto, en aquel momento, 10 (los siglos no divisibles por 400 desde Julio César). Porque, desde luego, el equinocio de primavera tenía que volver a ser el 21 de marzo.
Ahora viene lo más divertido. El estudio verdadero lo había hecho España (hay que tener presente que en alquel momento España era lo que los EE.UU. ahora), y fue el país que lo adoptó (además de los Estados Pontificios). De nuevo, tenamos presente que en ese momento decir España era decir el 80% del planeta conocido, pues hay que incluir el Imperio, Portugal, Brasil y sus posesiones, Flandes, Italia y las posesiones europeas, etc. Y también Francia, imagino que porque era un país católico y el calendario venía ordenado por el Papa, y porque España era en Francia como los EE.UU. en España hoy en día. El caso es que los españoles se acostaron el 4 de octubre de 1582 y amanecieron el 15 de octubre. Pero sólo ellos y los que habían cambiado: el resto de los países amanecieron el 5 de octubre, y su calendario empezó a ser diferente del español. Que Shakespeare muriera el 23 de abril de 1616, por ejemplo, no significa que muriera el mismo día que Cervantes, que murió el 23 de abril de 1616: son calendarios diferentes, y en realidad Shakespeare murió 10 días después que Cervantes.
Y lo que me hace gracia es que los distintos países terminaron añadiéndose al grupo, y eso les ha creado muchos problemas. Por ejemplo, la fecha de la muerte de Shakespeare, o la del nacimiento de Washington, por citar un ejemplo que les afecta a los estadounidenses: Inglaterra y sus colonias hicieron el cambio en 1752. O Rusia, que lo adoptó en 1918, y eso hace que la Revolución de Octubre transcurriera... en noviembre. Porque, además, cuanto más tarde se adherían, mayor era el error que tenían que corregir. Les está bien empleado, desde luego.
No todo el planeta aplica el calendario gregoriano. Los musulmanes, por ejemplo, tienen su propio calendario. Y así les va, que el Ramadán les cae cada año en una fecha diferente. Me pregunto cómo se lo razonan ellos.