lunes, 19 de diciembre de 2022

Causa de la ruina de la monarquía visigoda

https://www.youtube.com/watch?v=LTyj856BtWY 

 

 

80. Causa de la ruina de la monarquía visigoda.— La verdadera y la única causa fue la forma electiva de la monarquía, que, poniendo el poder supremo al alcance de todas las ambiciones, animaba a todos los pretendientes, y daba calor a las intrigas, a las sediciones y a las guerras intestinas. Muza conocía la frecuencia y la periodicidad de estas luchas fratricidas, y esta fue la razón que explica por qué preparándose para aprovecharse de ellas, emprendiéndola sólo con los recursos de su Gobierno de África, no apresuraba sus preparativos hasta que en España estallara una nueva revolución. Y no tuvo mucho que esperar: el movimiento estalló en los primeros días de 711, y la lucha de los partidos presentó tal carácter de animosidad, que aun ante el común peligro el partido vencido no se reconcilió con el vencedor, ni se presentó con él en el campo de batalla sino para asegurar mejor su venganza, pasándose al enemigo en lo más empeñado del combate. La monarquía visigoda pereció, pues, porque estaba políticamente dividida, como Polonia sucumbió en el pasado siglo.

Félix Sánchez Casado, catedrático del Instituto de San Isidoro e individuo del Real Consejo de Instrucción Pública: Prontuario de Historia de España y de la civilización española, Madrid 1907.

 

Me han regalado, por mi cumpleaños, este libro de Historia de España, escrito en realidad en 1897 pero ampliado en la parte contemporánea en 1907 y que es, colijo, un manual para los profesores y maestros de las escuelas. En verdad tiene modos antiguos, que pueden entenderse mirando la época de composición, pero es muy interesante: cuenta muchas cosas que -en mi opinión- se han ido perdiendo por el proceso natural de degradación de la transmisión de los conocimientos. Así, mis mayores estudiaron la monarquía visigoda con mucho más empeño que yo (la famosa lista de los reyes godos, abandonada ya en mi tiempo pero citada como ejemplo del rigor y causa de los terrores estudiantiles de antaño), pero yo la estudié con mucha más profundidad que mis menores y estoy seguro de que muchos estudiantes de ahora dirían "¿visiqué?". 

El caso es que no recuerdo haber estudiado nunca, en ningún curso, un análisis de las causas de la caída visigoda, y me ha sorprendido el texto que reproduzco. Es que nunca me había parado a pensarlo.

Y, al mismo tiempo, el análisis me ha sonado no sólo lógico, sino también extrañamente familiar. Trece siglos después, aún nos reconocemos en el retrato de aquellos antepasados.



Richard Wagner - Tannhäuser (obertura)