jueves, 10 de junio de 2021

Recuerdos borrosos

https://www.youtube.com/watch?v=3HEBqsqqyaY 

 

 

Hace muchos años tenía un recuerdo impreciso de un fragmento de un poema y de un posible nombre de un autor. Cosas de esas que los de mi quinta estudiamos en la escuela. Pero, como digo, mis recuerdos eran imprecisos. Así que le pregunté a mi ya entonces anciana tía, catedrática de Literatura Española (Edad Moderna, creo) de la universidad. 

Ella supo. El poeta, y el poema. Pero el poeta no era el autor del poema.

Con el tiempo, quizá al cabo de un rato, el conocimiento volvió al rincón de los recuerdos imprecisos.

El otro día los rememoraba de nuevo. En concreto, ¿cuál era el poema cuyo autor no es el autor que recuerdo?

Por suerte, ahora tenemos internet y en unos segundos hallé la respuesta.

En primer lugar, el poeta cuyo nombre recordaba: Gutierre de Cetina, siglo XVI. El poema de Gutierre de Cetina, que yo sabía que no era el poema que quería recordar, es el otrora famosísimo Ojos claros:


Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué, si me miráis, miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

 

Es un madrigal: versos heptasílabos y endecasílabos de temática amorosa. En mi época, quizás el madrigal más famoso y que por descontado todos nos aprendimos de memoria. No saben, las generaciones posteriores, lo que se han perdido al no estudiarlo.

La segunda parte de la búsqueda es el poema borroso. Me costó, pero es éste:

Halcón que se atreve
con garza guerrera,
peligros espera.

Halcón que se vuela
con garza a porfía
cazarla quería
y no la recela.
Mas quien no se vela
de garza guerrera,
peligros espera.

La caza de amor
es de altanería:
trabajos de día,
de noche dolor.
Halcón cazador
con garza tan fiera,
peligros espera.

 

Y apunto ahora el autor, para que no se me olvide: Gil Vicente. Portugués de finales del XV y principios del XVI, que también (a la vista está) escribió en castellano.

Reflexión final:

Dicen, y dicen bien, que todo o casi todo está en internet. Por ejemplo, los dos poemas que traigo a colación. Y las biografías de los dos poetas. Estrictamente hablando, no sería necesario recordarlos: están en internet.

Obviamente, esa afirmación es verdadera, pero el corolario implícito es más falso que Judas. No es cierto que no haga falta aprender o memorizar porque todo esté en internet. Si no supiera de Gutierre de Cetina, si no recordara algunos versos del poema de Gil Vicente, jamás habría encontrado los poemas. Estos, por lo que a mí respecta, como si nunca hubieran existido.

Jamás buscaré en internet datos de un país del que nunca he oído hablar, o de un animal o planta o estrella o dios griego o artista o cualquier cosa. 

La vastedad de internet la da mi conocimiento sin internet. Cuanto más cosas sepa yo sin internet, más sabré con internet. Y no importa lo mucho que haya en internet si no sé apenas nada sin internet.

Así que la afirmación "en internet está todo" es falsa por incompleta. Debería decirse "en internet está todo lo que esté en mi cabeza". Y no es un argumento a favor de la no necesidad de aprender algo, sino todo lo contrario. 

 

 

Víctor Jara - Juan Sintierra