miércoles, 9 de diciembre de 2020

Procesos lentos, procesos imperceptibles

 https://www.youtube.com/watch?v=GmJ6e06eYcM

 

 

Con la edad se aprende a distinguir los procesos. Si viviéramos miles de millones de años seríamos capaces de apreciar el cambio terráqueo y la vida de los astros; si viviéramos cientos de millones de años, la deriva de los continentes, la evolución de las especies,... Si viviéramos millones de años apreciaríamos las glaciaciones, con miles de años el auge y caída de los imperios y los estados. En cambio, lo que dura un porcentaje significativo de nuestra vida se nos vuelve imperceptible. Por ejemplo, el cambio climático. Es tan lento que se vuelve sutil para nosotros, y su sutilidad hace que no lo captemos. O la iglesia católica; cambia, pero no lo apreciamos.

Por todo ello los jóvenes no consiguen apreciar muchos cambios; los tienen como cosas inmutables, y las etiquetan "de toda la vida". El ejemplo más claro son sus propios padres: como siempre los conocieron cuando eran padres, los tienen como que siempre fueron padres, como son en ese momento. No les conciben jóvenes como ellos mismos.

Este hecho, la diferencia de apreciación sobre lo que está pasando, es causa inmemorial de conflicto entre mayores y jóvenes; y que siempre terminen los jóvenes dándose cuenta de que sus mayores tenían razón no es consuelo, porque eso suele ocurrir cuando es tarde. Algo que también exaspera al anciano, pues sabe que cuando por fin se le dé la razón ya no habrá remedio.

Esta diferencia de apreciaciones se plasma en los dos sentidos: a veces, algo que el joven considera trascendental el anciano lo tiene como un suceso intrascendente. La gran nevada que ve el niño es cosa de todos los años para sus padres, y la importancia de un examen "vital"... los mayores saben muy bien que la vida de esa persona difícilmente estará marcada por el resultado de ese examen. Pero lo peor ocurre cuando es al revés: cuando el mayor aprecia un cambio donde el joven no lo ve. Como cuando uno sabe que si no se tapona a tiempo ese pequeño agujero se va a hundir el barco: el joven no ve la relación entre el pequeño agujero y el hundimiento de un barco que, por lo que a él respecta, es imposible que se hunda.

En estos días estamos asistiendo a un proceso lento pero inexorable que dará fruto dentro de unos años (no se decir si 10 ó 20, pero sí que si no se corta lo dará). Y este proceso en cuestión es perverso, porque la gran mayoría no querrá el resultado cuando se produzca; pero entonces será ya tarde y sólo nos quedará decir "de aquellos polvos, estos lodos". Ese proceso es, aunque algunos lo nieguen, el desmantelamiento de nuestro sistema político basado en la Constitución de 1978, la monarquía y la tradición europeo-occidental. Últimamente, lo más llamativo es la eliminación de la monarquía. Es un proceso lento, ya digo, pero los primeros pasos se están dando. Desde el gobierno y las instituciones de su cuerda se está propalando un descrédito general sobre la institución. Primero, con el emérito: que si un putón verbenero, que si un corrupto, que si un huido, que si un calzonazos dominado por sus amantes,... Luego, al titular. Ninguneado, casi secuestrado en La Zarzuela, convertido en un pelele; ahora quieren que pida perdón por su postura constitucionalista de octubre de 2017 (porque, claro, ahí no estaba actuando como rey protector de los separatistas y antimonárquicos), asociándolo con todo tipo de conversaciones de bar sacadas de contexto y de quicio - con mucho más motivo habría que acusar a Pablo Iglesias de maltratador y torturador por decir que a Mariló Montero "la azotaría hasta que sangrase"-... Claramente, lo que se busca es que, ante tanto ataque, salga en su defensa la derecha, que es lo único que no está atacando al Rey; es de cajón que así sea, porque si la derecha no sale en su defensa entonces nadie defenderá la monarquía, y ésta tendrá los días contados. Pero salir en su defensa la derecha tampoco es solución, porque precisamente entonces se podrá dar el paso siguiente: asociar al rey con la derecha. Que, en España, es decir la ultraderecha a la derecha de los nazis. Así, rey=derecha. Entonces, poco a poco, para el inconsciente colectivo rey=franquista. Rey=Franco. Rey=algo que hay que exterminar. Juego, set y partido. Y cuando nos queramos dar cuenta, tendremos República. Y no solo eso, porque rey=constitución del 78. Y luego quién sabe cómo seguirá la cosa; aunque viendo qué ha pasado en Venezuela, uno se hace a la idea de lo que seguirá.

Creo que todavía estamos a tiempo de pararlo; con unas elecciones. Pero no soy optimista: conozco a mis compatriotas y sé de su inteligencia.

De entrada, un importante gobernador autonómico del PSOE ya ha declarado que "es insensato que nos paralice el miedo a actualizar un BOE de 1978". Ahora mismo, es lo que es para ellos la Constitución: un BOE de 1978.  

 

 

 

The Beach boys - Sloop John B (versión de The Fendertones)