Es uno de los grandes enigmas de la historia y, como suele ocurrir, es muy posible que cada uno tenga su propia opinión al respecto.
¿Es Socotra Pancaya?
Vamos por partes. Primero, Socotra.
Socotra es una isla del océano Índico, Como las Canarias, geofráficamente pertenece a África, pero geopolíticamente no. En este caso, a Asia. Socotra está enfrente del Cuerno de África.
Ubicación general (Google Maps) |
Está a unos 240 km de la punta de Somalia, y a unos 360 de la península arábiga. Pertenece a Yemen. Mide unos 130 km de largo y unos 50 de ancho, medidas que me parecen muy correctas para una isla. No es grande, pero tampoco es pequeña.
Con esa localización, es fácil suponer que en la isla no nevará mucho. Es más, desafortunadamente es de tipo desértica:
Más de cerca (Google Maps) |
Puede que 240 km desde Somalia o 360 desde Yemen no sea mucha distancia hoy, pero en la Antigüedad, desde luego, sí lo era. Y más si tenemos en cuenta que esos sitios ya estaban de por sí en el quinto pino.
Es decir, Socotra estaba en mitad de la nada. Pero los antiguos, algunos de ellos, eran muy apañados. Y los ptolomeos (situémonos: Alejandro Magno conquista el mundo, a su muerte los generales se lo reparten y Egipto se lo queda Ptolomeo. Por lo tanto, hablamos del Egipto helenístico, el de cultura greco-egipcia, no el de las pirámides) decidieron buscar una ruta hasta la India que evitara los desiertos, Persia, el cruce del Indo, etc. Parece lógico, incluso sin globo terráqueo. Irían por mar. Y la ruta marítima que organizaron pasaba por Socotra.
Por lo que se sabe, descubrieron Socotra el año 80 a.C. y se convirtió en una isla estratégica en esa ruta.
Los griegos eran de verdad gente muy curiosa. Con mucho interés por conocer, por descubrir. Por eso exploraron y cartografiaron todo lo que pudieron, por eso descubrieron Socotra.
Ahora, Pancaya.
Pancaya es una isla, como Socotra. Pero, a diferencia de Socotra, no puedo poner su localización en Google Maps porque no existe. Es una isla imaginada por un autor griego en una de sus obras. El griego se llamaba Evémero de Mesene, y escribió a finales del siglo IV a.C. Y cuentan que contaba Evémero que llegó a una isla en mitad del océano Índico (Pancaya) y que era una isla paradisíaca. La isla, de cultura griega, tenía un registro de sus reyes y grandes hombres desde tiempos remotos, y Evémero descubrió que lo que ellos consideraban dioses y héroes no eran sino antiguos reyes, cuyo recuerdo había sido distorsionado con los años hasta convertirse en los relatos de toda la mitología griega. En otras palabras: eso de Zeus y demás no eran sino patrañas. Por desgracia, y como ocurre con tantos autores griegos, su obra no nos ha llegado sino fragmentos recogidos por otros autores citándoles; en el caso de Pancaya tenemos un amplio fragmento que el autor paleocristiano Lactancio recogió en una de sus obras de una traducción al latín que realizó Quinto Ennio de la obra original, 3 libros, de Evémero. Entre Evémero y Lactancio hay 600 años.
La doctrina de Evémero se llama everismo. Pero sin embargo la idea no es suya. Como mínimo Pródico de Ceos la defendió antes que él. ¿Y quién fue Pródico? Pues uno de los filósofos sofistas con los que se las tenía Sócrates. No hace falta decir que la obra de Pródico se ha perdido, y sólo se conservan fragmentos citados por otros o referencias a ellos. Por ejemplo (esto es un extracto de la Wikipedia), Sexto Empírico decía que Pródico enseñaba que:
Los antiguos consideraron como dioses el Sol, la Luna, los ríos, las fuentes y en general todas aquellas cosas que son útiles para nuestra vida, en la medida en que la ayudan, igual que los egipcios deificaban al río Nilo, y, añade que por esta razón el pan fue llamado Deméter, el agua Poseidón, el fuego Hefesto, y así sucesivamente cada cosa que era útil.
Esta rotura mental con lo establecido hasta entonces es lo que permitió a Evémero ir más allá y contar la historia de Pancaya. Con el paso del tiempo, es obvio que la sensación de que la mitología no es real va calando, imagino que al principio sólo en los círculos cultos, educados, pero seguro que también llegó a los estratos más simples. Seguro que Lactancio, que todavía vivió entre paganos, lo tuvo fácil y por eso recogió el texto de Evérimo. Lactancio era una mente brillante, profesor de retórica además, y paladín de una idea curiosa (al menos en la época): que la ira debía ser parte del carácter de Dios, pues da el castigo justo a los malvados. El caso es que él siempre empleó la razón como método, más que el principio de autoridad ("porque lo dijo Fulano").
Una frase que se conserva de Lactancio viene a decir que el hombre es el único dotado de sabiduría para comprender la religión, y eso es lo que le diferencia de los animales. Que se podrá decir que el hombre puede razonar y prever el futuro, pero ¿acaso no hay animales que construyen sus madrigueras con varias salidas, para escapar si el enemigo entra por una de ella? Y otros preparan provisiones para comer en los tiempos duros.
Pero Lactancio también disparaba con bala, no en vano se convirtió al cristianismo tras la persecución de Diocleciano. En su obra "Sobre la muerte de los perseguidores", sostiene que las personas que reconozcan que es un entretenimiento que un hombre, por más que justamente condenado, sea asesinado en su presencia, en conciencia es lo mismo que si fueran espectadores y participantes de un homicidio cometido en secreto. Es fácil imaginar el impacto de la acusación en aquellos años.
Voviendo a Pancaya, otros escritores la mencionaron también en sus historias; por lo tanto, estoy seguro de que muchos creyeron que, en efecto, la isla era real. Esto no tiene nada de extraño: también se ha buscado con ahínco la entrada del Infierno que describió Dante en su Comedia. Por ejemplo. O como Schliemann. Que estaba convencido de que Troya, la ciudad cuya caída narró Homero, existía (y tanto la buscó que la encontró y todo).
Pero, si era real, ¿qué isla era?
Puede que Socotra. Claro que hay un problema: ¿no fue descubierta el año 80 a.C., más de 200 años después de Evémero? Pues con esto también hay tema, porque unas recientes excavaciones rusas han encontrado restos de una cultura paleolítica. Que me aspen si sé cómo llegaron hasta allí. Lo que sí se sabe es que la isla ya sale descrita en una guía de navegación del oceano Índico de hacia el año 60, y que arqueólogos belgas han encontrado un emplazamiento con muchos restos de hasta el siglo I a.C., parece ser que lo frecuentaban los marineros. Y que dejaron grafitis en brami antiguo, idiomas de la India y semíticos de Oriente Próximo, y griego, claro.
Por cierto, y como chascarrillo: se piensa que la isla fue evangelizada por Santo Tomás. Luego la ocuparon los árabes, y claro. Aunque se dice que San Francisco Javier, en su viaje a la India, todavía encontró cristianos en la isla. Parece ser que hacia el año 1800 una incursión wahabita terminó con todo ello. Hoy en día, bajo el gobierno de Yemen, quedan... restos arqueológicos y ruinas de iglesias.
Pero Evéremo era también un viajero a lo Herodoto, de los que siempre quieren saber qué hay detrás de esas montañas del horizonte, y recorrió toda la zona. Es razonable que en alguna villa eritrea le hablaran de alguna isla misteriosa que...
Tampoco a Herodoto hay que tomárselo al pie de la letra.
Pues bien, todo esto venía porque quería hablarles del gran personaje de esta historia, Pródico. Pero lo dejaré para otra ocasión.
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