La
competición de la NBA consiste en una temporada regular de 82 partidos y
cuatro rondas eliminatorias al mejor de siete partidos. En general es
una competición anodina (aunque divertida de ver); como todo, poco a
poco evoluciona, pero este año ha estallado una polémica interesante que
conviene analizar.
En este artículo y los siguientes expondré mi punto de vista sobre lo que ha tenido este curso de especial.
Lo
primero que hay que decir es que, un año más, el Oeste es mucho mejor
que el Este. Nadie sabe por qué y por lo tanto nadie sabe cómo conseguir
que el Este esté al nivel del Oeste. Hace tiempo yo especulé con las
razones por las que ocurría (aquí),
y sigo pensando que algo de eso hay. Pero ahora se me ocurre una causa
adicional: el apoyo local. Es muy diferente cómo apoyan en el este a sus
equipos y cómo los apoyan en el oeste.Para ilustrarlo emplearé a Pau
Gasol.
Gasol,
mientras jugó en el oeste, fue un jugador muy bueno. No tan bueno como
para ser un fijo del All Stars, aunque estaba siempre en las listas,
pero sí se le consideraba muy bueno. Cuando Phil Jackson dejó los
Lakers, la franquicia contrató a un entrenador que era muy malo pero que
hasta entonces entrenaba al equipo de Lebron James en el este y por lo
tanto parecía muy bueno. Mike Brown resultó un paquete, el equipo fue
mal y el entorno le echó la culpa a Gasol. Con el siguiente a Brown,
D'Antoni, la cosa no mejoró. Se acusó a Gasol de no colaborar con el
míster, de no practicar su estilo de correr arriba y abajo, y el equipo
se hundió del todo y Gasol decidió que se largaba, no por lo malos que
eran sino por lo mal que le trataban. Cuando se dieron cuenta de que se
iban, la gerencia intentó reaccionar, pero el mal ya estaba hecho. Se
fue a Chicago.
Y,
sin embargo, durante todo ese periodo los aficionados y los periodistas
apoyaban a Gasol. Hablamos de Los Angeles Lakers, un equipo exigente
donde los haya y que cada año se exige que su equipo juegue (y llegue
lejos en) los playoffs.
Pau
Gasol se fue a Chicago. Allí la gente alucinaba, al principio, porque
nunca ningún jugador bueno había querido ir a Chicago.Sí, sí, era así:
nunca una estrella había fichado por Chicago (Rodman, entonces, ni era
una estrella ni estaba en sus cabales). Además, resultó que era un tipo
amable y accesible (los periodistas le adoraban), y que trabajaba por la
comunidad (como dicen allí): si había un acto solidario, niños en
hospitales, desfavorecidos, un desahuciado que cumplía el sueño de su
vida de ver a los bulls, lo que fuera, allí estaba él. A veces
intervenía también algún otro jugador, pero se notaba que era obligado
por el equipo porque nunca repetían. Sólo Gasol parecía hacerlo por
deseo propio. Por lo demás, el este es el este y allí Gasol fue All Star
los dos años que estuvo.
Los
dos años de Gasol en Chicago fueron un infierno. Los aficionados, en
todos los foros, criticaban con acritud a todos los jugadores, y a Gasol
más que a ninguno. Por uno que defendiera a Pau había veinte que le
insultaban y el defensor tenía que callarse. Yo leía los foros, y me
preguntaba: "Pero esta gente ¿no se dan cuenta de lo afortunados que son
al tener una estrella que quiera jugar en su equipo? ¿Cómo lo tratan
tan mal?". En realidad trataban mal a todo el equipo, sólo que a Pau
peor porque quizás habían puesto más esperanzas en él o porque como era
el más bueno creían que era el más culpable.
En
fin, los dos años fueron iguales: Chicago empezaba muy fuerte, el clima
se agriaba, el equipo se descomponía y adiós. El primer año, con
Thibodeau como entrenador, jugaron los playoffs y les fue bien hasta
que Gasol se lesionó. Uno pensaría que esa lesión haría darse cuenta a
los aficionados de lo importante que era Gasol en el equipo a pesar de
lo malo que según ellos era, pero quiá. El segundo año, con Gasol
convencido de que se iría de Chicago, acabaron tan mal que ni jugaron la
segunda fase.
Gasol
se fue a San Antonio. Pero tenía 36 años y Duncan anunciaba su retiro,
así que no era como dos años antes, cuando tanto Gasol como Lebron James
eran dos de las estrellas que podían cambiar de equipo y durante las
conversaciones de Gasol con los Spurs recuerdo que un tipo escribió que
si Gasol se iba a los Spurs daría igual dónde iba Lebron, indicando que
si a los entonces campeones se les añadía el talento de Gasol, serían
imbatibles.
San
Antonio Spurs es un equipo especial. Nadie en la NBA sabe qué les hace
ser así, pero el hecho es que son la historia de más exito de cualquier
deporte profesional americano. Pues en ese equipo se acoplaba un Gasol
de 36 años.
De
entrada, los Spurs lo pusieron de titular. Como mínimo, como respeto a
su leyenda. Luego, descubrieron en seguida que el tipo ya no está para
defender, y que en ataque es una ayuda si juega poco rato, que se cansa.
¿Qué pasó? Que el equipo le hace jugar siempre con jugadores que le
ayuden en la defensa, y que lo racionan para que no se desfonde. ¿Y los
aficionados? Encantados. Al principio, alguno criticó su endeble
defensa, pero los demás le cortaron rápido: allí no se faltaba al
respeto a ningún jugador, y a los jugadores hay que apoyarles. Se puede
decir que tal jugador no jugó bien en tal partido, pero no que tal
jugador es un paquete y que mejor echarle. El equipo es una balsa de
aceite, no se conocen peleas de vestuario y ningún jugador se ha quejado
de que quiere mñas minutos o más balones. De hecho, Gasol se lesionó y
tras la lesión juega de reserva. El pívot ahora titular lo hace peor que
Pau, pero nadie se queja; de hecho, se alegran cuando Gasol le
sustituye. Y nadie se queja de que haya tanto dinero sentado en el
banquillo. Al contrario: el titular sólo defiende, y definede a los
pívots titulares contrarios. No pasa nada, porque de anotar se encargan
los otros titulares de San Antonio. Y Gasol ha de defender a los
reservas, y su ataque es tan bueno que consigue que los reservas de San
Antonio ataquen tan bien o mejor que los titulares. ¡Hoy mismo he leído
en un foro de Chicago que lo que hacen los Spurs con Gasol es lo que
tenían que haber hecho ellos!
Este
mes de enero, en Chicago, una pelea en el vestuario ha sido portada en
todos los periódicos nacionales. Y eso que Gasol ya no estaba allí para
echarle la culpa. En fin, cualquiera que examine la carrera de Pau
convendrá en que fue un error ir a Chicago y que allí desperdició dos
años preciosos.
Esta
manera de apoyar al equipo local no es sólo en San Antonio y Los
Ángeles. También la encontramos en Minesota, en Denver, en Utah, en
Oklahoma City, en Phoenix,... En todo el oeste. Quizá no en Sacramento,
no lo he mirado, pero no me extrañaría que así fuera, eso explicaría la
jaula de grillos que es ese equipo. Pero en general la gente está
encantada aunque su equipo pierda.
En
cambio, en el este la gente es una montaña rusa. Si ganan, van a por el
anillo. Si pierden, éste, ése y aquel son unos mantas y hay que
traspasarlos a todos. Y si esta temporada no se va a ganar el
campeonato, mejor perder a posta todos los partidos: quizá así en el
sorteo del draft se pueda elegir al próximo Michael Jordan. Quizá sea
por ello que en los equipos del este las peleas internas están a la
orden del día. Parece que no suele haber buen ambiente en los equipos
del este. Con un par de excepciones, Miami y, sobre todo, Boston. Es
cierto que en Boston ha habido broncas de vestuario y (qué coincidencia)
el equipo ha pasado malos años, pero la capacidad de volver a los
puestos de cabeza de esa franquicia tiene que tener una explicación
cultural, es algo que no se produce en ningún otro equipo del este.
Tiene que ser la gente de allí. Tiene que ser que esa gente enfoca el
deporte de una manera digamos más sana que el resto de la gente del
este. Porque tampoco puede ser coincidencia que lo más parecido a los
San Antonio Spurs sean los New England Patriots de la NFL, también de
Boston.
One Direction - Story of my life