... A sus 22 años y recién terminada la carrera de Magisterio se estrenaba como maestro. Con chándal nuevo y una especialización de Educación Física en el currículum, el lunes 3 de septiembre de 2001 llegó al Colegio Rural Agrupado (CRA) de Castellote.
Este pueblo del maestrazgo turolense tenía 750 habitantes incluyendo los diez núcleos de población que de él dependen: Abenfigo, los Alagones, La Algeciera, El Crespol, Cuevas de Cañart, Dos Torres de Mercader, Ladruñán, Luco de Bordón, Las Planas y Torremocha. Entre todos, 750 habitantes.
Era la primera vez que Héctor [Martín] iba a dar clase. Llegó al CRA de Castellote, se presentó, hola, encantado, mucho gusto, te toca Cuevas de Cañart.
- ¿Cuevas de qué? -preguntó.
- Sí, sí: Cuevas de Cañart -respondió el director del colegio rural-. Es una localidad incluida en este CRA a media hora en coche. La carretera la están arreglando, así que tendrás que ir por un camino de tierra que discurre al lado del pantano de Santolea. Ten cuidado porque puede que te encuentres con alguna cabra montesa. Y toma las llaves de la escuela, porque es unitaria y vas a estar tú solo durante el curso.
...
La escuela no era más que una habitación del ayuntamiento acondicionada para menester educativo. Había siete alumnos. Tenía que dar clase como maestro-tutor: es decir, impartir todas las materias generales más aparte Educación Física. A su cargo estaban dos alumnos de Infantil a los que debía enseñar a leer y escribir. Pero Héctor, maestro del siglo XXI e hijo de la hiperespecialización universitaria, no sabía cómo se enseñaba a leer y escribir. Maestros que no saben enseñar a leer y escribir.
Se acerca el 23 de abril y mucha gente no se plantea comprarse un libro; y de los que sí lo piensan, la mayoría no sabe cual; es probable que acabe comprando el último libro de recetas de no sé qué famoso de la tele o de una monja de no sé dónde.
Así que de aquí al día de autos les voy a recomendar tres libros; los tres deberían estar ya en su biblioteca, pero dudo que tenga uno solo. Y el primero que les recomiendo es "Los últimos (voces de la Laponia española)", de Paco Cerdà, editado por Pepitas ed., "una editorial con menos proyección que un cinexin". El texto que inicia este artículo pertenece al capítulo "Zaragoza".
El libro es conmovedor. No cuenta una historia, sino una realidad: la realidad de la Laponia del sur, el territorio del Sistema Ibérico, una cordillera que encontramos en las provincias de Castellón, Valencia, Teruel, Cuenca, Zaragoza, Guadalajara, Soria, Segovia, La Rioja y Burgos.Y además está muy bien escrito.
Deberían leerlo.
Y deberían reflexionar sobre lo que está pasando.
José Antonio Labordeta - Coplas del tión