Los lunes, ya saben, política. Y como ya quedan menos de 4 meses para el 9 de noviembre, el tema es el nueve de noviembre, que ya está claro qué pasará.
Habrá votación. Consulta, referéndum, como lo llamen.
El parlamento local está preparando una "ley de consultas". Según el estatuto de autonomía, tenemos derecho a realizar "consultas" sobre temas en los cuales tengamos competencia. Como no se ha legislado aún cómo hacer estas consultas y, por lo que parece, es la prioridad número 1 de la región desde tiempo inmemorial, se esta haciendo. Y deprisa, porque se quiere tramitar este mes de septiembre, para que cumpla los plazos, entre en vigor el 8 de octubre y el 9 de octubre don Mas convoque el referendum con 30 días de antelación. Los 30 días que merece discutirse un tema de esta enjundia. Sí, ya sé que en Escocia se convocó el referéndum 18 meses antes y están en campaña desde entonces, pero es porque son escoceses. Aquí no hace falta pensar tanto las cosas. O que no pensamos tanto, lo que prefieran.
La idea, siempre, es ponerle las cosas difíciles a Matrit, y por ello la norma la quieren hacer inimpugnable. No habrá nada en ella que vaya contra la Constitución o el Estatuto. Contra la lógica sí, porque para las cosas que se podrían consultar ya están las consultas estadísticas y las votaciones cada 4 años (menos, cuando son al parlamento). Pero de momento va a ser así.
Otra historia es que la convocatoria de Mas sí es impugnable, desde el momento en el que no tiene compentencias para esa pregunta en concreto. Se impugnará, y Mas aparecerá llorando y diciendo yo sí quería, pero es que no nos dejan, y que tranquilos, que dentro de dos años les vamos a meter unas elecciones plebiscitarias que se van a cagar.
¡Ah, pero en ese momento saltará la ANC! Todo está preparado, porque aquí no hay sorpresas, pero el guión exije que lo parezca. Y la ANC dirá que les da igual lo que digan en Matrit, que hay elecciones y que hay elecciones. Y que las convocan ellos, con urnas puestas en mesas de camping en las calles. Y el día 9, habrá mesas de camping en las calles y se podrá votar. Hasta mi perro podrá votar, dos veces. El resultado aún no está anunciado, porque se están discutiendo algunos detalles, pero será en torno al 80% de participación con un 95% de votos a favor, el 98% fuera de Barcelona y el 90% en Barcelona, que tendrá menos participación. Queda pendiente saber cuántos millones de votos se recibirán desde el extranjero, pero serán los suficientes; Guardiola votará por videoconferencia. Ya saben, es el clamor de un pueblo. Y Artur Mas aplaudirá con las orejas.
Este resultado, totalmente válido a los ojos de la ANC y compinches, dará la razón para todo lo que siga, que ya hablaremos otro día de qué será.
Esto, la ANC. ERC, por su parte, no se quedará de brazos cruzados y afeará a Mas su conducta: prometió votación, y ha de haber votación. Y no va a haber presupuestos hasta que no haya votación. Y entonces empezarán a mentarle todos los acuerdos que han tenido estos dos años pero como si ellos no hubieran formado parte. Los recortes, quiero decir. Y Mas cederá y convocará las elecciones que sí puede convocar, las de a su puesto. Para marzo de 2015, concretamente, porque ERC no le permitirá atrasarlas más.
Y esas elecciones... ya son otra historia. De plebiscitarias no tendrán nada, que cada partido tiene que ir a los suyo. El resultado será el habitual, un batiburrillo, unos más y otros menos; nadie tendrá mayoría absoluta y los partidos tendrán que pactar y dedicarse a lo suyo, a la política y los cambalaches. Y así mataremos el tiempo, entre la matraca de esto y aquello, hasta el siguiente Tour de Francia. Y estaremos igual que siempre, pero nos llevaremos peor entre nosotros y nos habremos catalogado entre autóctonos e invasores, según unos, y entre los que se quieren quedar con todo y los que no, según los otros.
Así que sigamos como hasta ahora, atendiendo nuestros quehaceres diarios, porque de este tema no va a salir nada. Como les habría dicho cualquiera hace años.