lunes, 9 de junio de 2014

Todo el mundo odia a Lebron



Todo el mundo ama a Isabel, dice la canción. La aman, no la odian; porque a quien odia todo el mundo es a Lebron. A Lebron James, claro. En los USA los llaman los "hatters", los odiadores. Que básicamente son dos, los hatters de Kobe Bryant y los hatters de Lebron James.

Estos días se están jugando las finales de la NBA; como habría dicho cualquiera desde hace unos años, San Antonio Spurs otra vez contra Miami Heat. Ya he comentado en otras ocasiones que la NBA es la competición con menos suspense del mundo, y en septiembre ya se pueden cantar las finales, las semifinales y lo que quieran. Este año, por supuesto, el acierto ha sido pleno.

El caso es que hace poco se hizo una encuesta, y en 49 de los 50 estados de los EE.UU. quieren que gane San Antonio; sólo en Florida quieren que gane el equipo de Florida.

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¿Porqué esa inquina contra el equipo de Lebron James? ¿O contra Lebron, no sabría decirles? La culpa, claro, es de Lebron. ¿Y qué le ocurre a Lebron? Pues que es muy bueno. No, muy bueno de verdad. Sin contemplaciones. Cualquier equipo en el que juegue Lebron es, actualmente, mejor equipo que cualquier otro. Lo que no significa que el equipo de Lebron (sea el que sea) gane todos los partidos, pero sin duda ganará muchos de ellos. Y en una serie al mejor de siete el equipo de Lebron ganará en cuatro, seguro. Como ocurre desde hace años.

Verán, esto es como si, por lo que fuera, Islas Fidji tuviera un jugador de fútbol tan, tan desequilibrante, que Fidji fuera la máxima favorita para ganar el Mundial de Brasil, y que además probablemente lo va a ganar. ¿Cree usted que Fidji es el mejor equipo del mundo? No, es el equipo que tiene a "ese tío". Sin ese tío, Fidji sería el equipo ridículo que es ahora; pero tienen a ese tío, y por eso son campeones del mundo. ¿Qué pensaría usted? Seguramente, diría que si, que "ese tío" es muy bueno, pero que es demasiado bueno. Que no es justo. Que siendo tan bueno no tiene mérito. Y, desde luego, no le reconocería el mérito de ser campeones al equipo de Fidji, y por extensión tampoco a ese tío.

Y esto, más o menos, es lo que ocurre con Lebron. Es tan, tan bueno... Les aseguro que sí, que es increíblemente bueno. Es tan bueno que se hace odiar. Menudo problema, ¿no?



Loquillo Y Los Trogloditas - Todo El Mundo Ama A Isabel