Ayer jugaron los Lakers contra los Celtics. Lo destacable fue que el partido no se televisó a nivel nacional, por primera vez desde 2007, desde que ambos equipos pasaban sin pena ni gloria por las pistas de la NBA. Está claro que ninguno de los dos está pasando por su mejor momento.
Antes del partido, pensaba escribir este artículo centrándome en el hecho de que los Lakers llevan demasiadas derrotas seguidas. A los Celtics les ganaron (gran Pau Gasol), pero tampoco cambia mucho las cosas: ahora, 19 de enero, están con una marca de 15-25, mientras que el último puesto del playoff está con 22-17. Y es el Oeste. Si vivieran en el Este, con el 8º con 16-22, la marca Laker seguramente sería un 20-20 y tendrían los playoffs asegurados, pero en el Oeste son carne de cañón.
Digámoslo claramente: muchos críticos y aficionados opinan que los Lakers deben tirar ya la temporada, intentar perder cuantos más partidos mejor e intentar tener un buen puesto en el próximo draft. Ya les dije que la próxima hornada de reclutas promete ser histórica, y eso está dando un montón de quebraderos de cabeza: ¿ganar o perder?
De hecho, el dilema se está debatiendo mucho en los States. Quiero decir, no es broma: lo que contaba, la posibilidad de que deportistas profesionales estén intentando perder partidos, es algo que les repatea las tripas y, sin embargo, todos los días lo están planteando.
Estas navidades, la NBA soltó un globo sonda (ya saben, la típica filtración de lo que están estudiando) sobre la posibilidad de cambiar las reglas (que los últimos elijan los primeros). Lo que "propondrían" era que el orden de elección estuviera fijado desde el principio, por turnos. Cada 30 años, cada equipo habría elegido una vez en primer lugar, una en segundo, etc. Alternando los puestos, claro, y así cada 6 años cada equipo elige una vez entre los cinco primeros. Las risas, por supuesto, vienen de qué ocurriría si un equipo elige a un Bargnani o a un Milicic: doce años de miseria garantizados.
Y, sin embargo, el hecho claro es que "las tanking wars" ya han comenzado: sobre todo en el Este, varios equipos están acumulando rachas de derrotas escandalosas. Y no es que se espere que ganen muchos partidos, pero es que dan la sensación que sólo se presentan físicamente a los partidos, no los disputan. Jugando en el Este, marcas de 7-32 (Milwakee) o 10-30 (Orlando) son difíciles de conseguir: ¿las están buscando?
Y, sin embargo, aquí estamos hablando de los Lakers. Los Lakers no tankean, y punto. Aunque nadie tiene dudas de que, llegado el momento, los Lakers tendrían la potra necesaria para obtener el nº del draft, los Lakers tiene algo que se llama "orgullo". Es así, la gente se pregunta si no deberían empezar ya a tankear, pero todos terminan reconociendo que, aunque fuera lo mejor, son los Lakers. No se tankea.
A mí, con todo, me hace gracia lo de "tankear". Perder a posta, para elegir mejor entre los novatos del próximo año, me parece una estrategia estúpida. ¿Qué garantiza elegir al nº 1? Olajuwon fue número uno, pero tardó diez años (y la retirada de Jordan y Magic) en ganar el campeonato. Campeonato, que, por cierto, podría haber perdido dos veces por un tiro. Después de él, ¿qué nº 1 ha ganado el anillo con su equipo? David Robinson, tras doce años, cuando se le juntó otro nº 1, Tim Duncan (en su segundo año). Y nadie más, que yo sepa. Y con anterioridad, tampoco encontrarán a muchos: Worthy (1982, pero lo suyo no tenía mérito), Magic Johnson (1979), Bill Walton, en 1974, Kareem Abdul Jabbar en 1969, y pare usted de contar. Por el contrario,en cuatro años, los Royals de Cincinatti eligieron a 3 números 1. Para nada. Los Rockets y los Magic los tuvieron dos años seguidos.
¿Entienden lo que quiero decir? Elegir un nº 1 no garantiza nada. Elegir a un jugador, de hecho, no garantiza nada. Ni siquiera aunque el jugador se vaya a convertir en una auténtica leyenda: Cleveland no ganó ningún campeonato en los años que tuvo a Lebron James.
Si me preguntan, les diré que yo creo que la clave está en los general managers de los equipos. Estos tipos, en definitiva, eligen a los jugadores, pero también al cuerpo técnico, Y cambian piezas cuando ellos lo creen necesario. Y la explicación es que hay mucho inútil entre los GM, y la explicación a esto es que los que los eligen, los dueños de los partidos, son como nuestros presidentes de clubes de fútbol: de la cosa no tienen ni repajolera idea. Y, claro, la desesperación de tantos GM inútiles les induce a creer que "en el próximo draft" encontrarán al jugador que les resuelva todas sus carencias y les convierta en ganadores. Los dueños, a menudo, también se meten y la cagan aún más, pero yo diría que eso también es culpa de los GM, por no saber pararles los pies.
Los Lakers, por ejemplo. Echaron al entrenador que les dió los éxitos, y cuando la grada gritó que volviera y tuvieron la oportunidad, se negaron. Ficharon en ambas ocasiones al míster más inútil que se les puso a tiro. Y, en cuanto a los jugadores... De la plantilla actual, tienen contrato para el año que viene Kobe Bryant (jugador prácticamente acabado), Steve Nash (jugador que se acabó hace dos años), y Robert Sacre, el típico pívot blanco y calvo que uno no sabe si es un jugador de baloncesto o un cadáver. Entre los tres cobrarán 40 millones de dólares, lo mismo que está pagando Miami por Lebron James y Dwayne Wade. Y esto es gestión del GM, no nos engañemos.
Así que ¿por qué tankear? Mejor contender, encontrar qué jugadores valen en la plantilla actual, crear espíritu de equipo, que la grada y los demás equipos sepan que ellos nunca se rendirán (y que lo sepan también los buenos jugadores, para que les interese venir al equipo). Que la ciudad esté orgullosa del equipo. Sólo los idiotas creen que tankear es bueno; lástima que suelan elegirlos para GMs de la NBA.
Así que, desde aquí: ¡Anímo, Lakers!