martes, 13 de noviembre de 2012

La norma UNE-EN 1504


Imaginen ustedes que un día el gobierno decide sacar una nueva norma con rango de ley: Instrucción para Dobladillos de Pantalones, la IDP. La norma, de obligado cumplimiento, especifica casi todo lo concerniente a la ejecución de los dobladillos de los pantalones. Define qué tipo de alfileres son válidos, las características metalúrgicas de los metales con que se fabrican, las distintas aleaciones permitidas y sus propiedades físicas, químicas y mecánicas;  los diámetros y longitudes permitidos, el tipo de punta y el ángulo de afilado, la cabeza, forma, tamaño y disposición, la durabilidad y los años de vida que tendrá ese alfiler, probablemente clasificándolos en provisionales (vida útil entre diez y veinticinco años), de clase 1 (vida útil hasta 50 años), clase 2 (vida útil hasta cien años), etc. Otro tanto se diría de los hilos a emplear y de los pantalones a los cuales se puede aplicar esta norma.

Por supuesto, definiría la manera de hacer un dobladillo; la toma de medidas, el número de perneras que se miden, cuántos pantalones de una serie - si se cosen los de varios pantalones en una sentada- se comprobarán con el modelo, qué tipo de calzado llevará el modelo para la toma de medidas, la silla o taburete a la que se subiría el modelo para facilitar el trabajo a la costurera (si tendrá escalones de acceso, barandilla o no, el tipo de piso - no almohadillado, rígido pero de bordes no cortantes-, las gomas antideslizantes que tendrían las patas - y cuántas patas-…), etc. Los ensayos que se harían a los dobladillos para asegurarse que estén bien cosidos, cómo serían los formularios para registrar estos ensayos, y la clasificación de las costureras en función de los resultados de los ensayos: una costurera de categoría A tendría un 97% de éxito en los ensayos con un coeficiente de seguridad de 1,50 que en consecuencia se podría rebajar a 1,35, por ejemplo. Un capítulo especial trataría los dobladillos de los pantalones para muñecos y otro los pantalones de neopreno (hombres rana y similares). Los dobladillos de los pantalones en instalaciones industriales no estarían cubiertos por esta norma, sino que tendrían (puede que la tengan ya) su Instrucción específica.

Y no faltarían los anexos, en los que se recogerían el listado de normas UNE que se citan en la IDP, el estudio del comportamiento al fuego de los dobladillos y los dobladillos en algunos tipos de pantalones especiales que quedasen fuera de la norma: pantalones de uso militar, pantalones de astronautas y pantalones para investigadores polares.

La norma, repito, sería de obligado cumplimiento. Pasado un periodo de carencia (un año a partir de la fecha de publicación en el BOE, y dos si los pantalones se habían comprado con anterioridad a la publicación de la norma), ninguna maestra aceptará en la escuela a un niño cuyos dobladillos de sus pantalones no hayan sido cosidos según la IDP ni a los mayores nos dejarán entrar en ningún bar sin dobladillos reglamentarios.

Hasta aquí, todo normal. Pero… no se lo había dicho: se crearía también la Comisión Permanente de los Pantalones, encargada de velar por todo lo correspondiente a la prenda y depositaria de esta norma. Lógicamente, esta CPP tendría que demostrar periódicamente su utilidad, y la Instrucción se iría modificando cada 8 u 9 años.

Bienvenidos al mundo de los ingenieros.

En febrero de 1999 se publicó la norma UNE-EN 1504-1; el resto de partes (hasta 10) se fueron publicando y modificando en los años siguientes, y la última creo que es la UNE-EN 1504-6 de noviembre de 2007.

Desde el 1 de enero de 2009, en España es de obligado cumplimiento. La norma regula los productos y sistemas para la protección y reparación de estructuras de hormigón y, al igual que la norma sobre dobladillos, está llena de preceptos indiscutibles y correctísimos; define la manera perfecta de reparar una estructura de hormigón y gracias a ella usted no habrá dejado nada al azar y su dobladillo o reparación nos sobrevivirá a todos nosotros.

Lo confieso: la tengo, la he leído, no me la sé y no la aplico. Aunque es obligatorio aplicarla y ello me convierte en un fuera de la ley, un forajido de las estructuras. ¿Y por qué no la sigo? Pues por lo mismo que ninguna costurera (profesional o circunstancial) aplicaría la Instrucción IDP. Y por lo mismo que aunque se publicara una ley de seiscientas páginas sobre cómo se hace una tortilla francesa, usted seguiría haciéndolas como las ha hecho siempre.

Un día me toparé con un listillo que me afeará mi conducta. Hasta entonces…

Un ejemplo del afán de hiperregulación del Estado, que se atribuye el derecho a inmiscuirse en cómo los técnicos resolvemos nuestros problemas.

Bienvenidos al mundo de los ingenieros.