En los días que se avecinan, es probable que usted viaje en coche. Tanto si es conductor como si no, habrá oído que es muy importante conservar en todo momento la distancia de seguridad, pero ¿sabe realmente qué es la distancia de seguridad?
Imaginemos que va usted conduciendo y de pronto ve la luz roja del coche de enfrente encenderse. Está frenando, usted debe frenar también. ¡Pise el pedal del freno hombre! ¿Cuánto tiempo le ha costado, desde que ha visto encenderse la luz roja de delante, hasta que su pie ha apretado el pedal del freno? Si es usted un conductor avezado, con al menos un par de cientos de miles de kilómetros, años de carnet, y es todavía joven, en plena forma y con los reflejos a punto,... unos 0,8 segundos. Ocho décimas. Si es usted un taxista o conductor profesional y está atento, seguramente habrá tardado incluso 0,7 segundos. Y si tiene usted licencia de piloto de Fórmula 1 y un par de títulos mundiales que le avalen, quizás reaccione en 0,5 segundos.
Ahora, si usted estaba fumando (relajado), o es un conductor novel, fácilmente le habrá costado 1,2 segundos. ¿Estaba distraído, pensando en sus cosa, hablando con los demás, poniendo paz en el asiento de atrás, cambiando de emisora de radio, somnoliento, ha bebido una o dos cervezas...? Unas décimas de más que si estuviera atento, en tensión y en plena forma sí va a tardar, eso se lo aseguro. Que las décimas pasan volando, hay diez en un segundo.
Así que, como mínimo, la distancia de seguridad que debe mantener con el coche de delante es la que recorre desde que el otro coche empieza a frenar hasta que lo hace usted.
Y eso, ¿cuánto es? Fácil: depende de la velocidad a la que circule. Si usted va a tardar en reaccionar, pongamos, un segundo, y va a 120 km/h, recorrerá 33 metros en un segundo. Así que antes de salir, camine unos cincuenta pasos delante de su coche y mire hacia atrás: ésa es la distancia mínima que deberá mantener con el de delante. Si usted es un Fitipaldi, de los que por ejemplo circulan a 150 km/h - y yo no se lo aconsejo-, deje al menos 42 metros, unos sesenta pasos. Que, dicho así, parece muy poco. Pero camine delante de su coche y cuente, y verá como es más de lo que usted dejaba.
Ahora bien, el coche es una máquina tremendamente eficiente, pensada para avanzar y para que la carretera lo frene lo menos posible. Y si tiene un problema, necesita un anticoche, una máquina que avance lo peor posible. Necesita frenar, como mínimo, ¡antes que el de delante! Su problema es, claro, que todo aquello que le ayudará a frenar debe estar a punto. En primer lugar, ya hemos visto, usted como conductor. Luego, la presión de los neumáticos y su dibujo (hay líneas de la cubierta hechas para favorecer las frenadas), el estado de los frenos y los amortiguadores. Sí, los amortiguadores: conseguirán redistribuir las masas del coche de manera que la frenada sea más eficaz. En serio, no se la juegue. Revise su coche antes de las vacaciones, y si algo no está a punto no sea tacaño y cámbielo. Recuerde, esto es como cuando va con un amigo por la sabana y les sale un león: si quiere salvarse no necesita correr más que el león, sino más que su amigo.
Y es que si el coche de delante frena y se para antes que usted... se va a dar el morrón. Con la distancia de seguridad que hemos hablado antes, los dos empezarán la frenada en el mismo punto. Si el coche de delante consigue frenar en cien metros y usted en ciento veinte, se lo tragará. Así que además de tener el coche a punto, aumente algo más su distancia.
Pero la cosa no acaba ahí. Hasta ahora hemos supuesto que el coche de delante frena limpiamente. ¿Y si no? Y si resulta que hay un peñasco en la carretera, o una vaca, o un coche averiado o una caravana...? ¿Y si el coche de delante se da el golpe? Amigo, en ese caso usted deberá detenerse completamente antes que el otro. Y ahora no tengo una respuesta fácil, porque la distancia que necesita su coche para frenar depende de muchas cosas: obviamente, de la velocidad que lleva, pero también del estado del piso (por ejemplo, si ha lloviznado un poquito la grasa que hay en el asfalto ha subido a la superficie y la cosa está muy resbaladiza), si llueve mucho o no, el calor, la carga del coche, si va cuesta abajo, ... Hay muchos factores.
Pensaba hablarle, además, de cómo es de malo un impacto frontal, de a dónde estará apuntando la columna de la dirección (la que acaba en el volante) y de cómo los pedales le romperán los pies, pero... no se trata de darle miedo. Eso sí, siga mi consejo: ponga el coche a punto, intente estar en plenitud de facultades y no circule con exceso de velocidad. Pero, sobre todo, deje más distancia de la que cree. Si no pasa nada, no le pasará nada malo y no lo notará en el tiempo de viaje. Y si pasa algo y la necesita, agradecerá tenerla y maldecirá no haberla dejado.
Y limpie frecuentemente el parabrisas y los grupos de luces, sobre todo los traseros: ¡es importante que el de detrás vea que va a frenar!